¡FASCISTAS! ¡GOLPISTAS!… ¡AL FIN LIBRES! Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

FOTO JAIME GARCIA ARCHDC EN LA IMAGEN LA FACHADA DE LOS LEONES

La Infantería es fiel reflejo de las virtudes y defectos de la raza. Eso decía la Doctrina para el empleo táctico y logístico de las Armas y los Servicios que estudiábamos en la Academia General Militar. Era el Catecismo del oficial.

Ahí está la Infantería, la otra, pero la misma, la que a diario anda de aquí para allá, por la calle, en el metro, el tren, el diesel… ahí está, dicen que representada en la Carrera de San Jerónimo, donde los leones Benavides y Malospelos siguen sin saber que hacen ahí tan estáticos, rodeados de tanto hotel de lujo y sin saber a quién representan, si al poder o a la gloria, si a la paz o a la guerra, ellos que fueron cañones de bronce allá por la tierra mora. ¿Representados? ¿Fiel reflejo? ¿Quedarán virtudes? ¿Seremos todo defectos?

¡Fascista! ¡Golpista! ¡Comunista! ¡Y tú más! ¿Desalentador o divertido? Me sonrojo al escribir.

Es el diálogo que nos representa, el cuadro que refleja la realidad de España. El dramatismo del 3 de mayo, Goya, se queda en un cómic al lado del espectáculo de nuestros parlamentarios. Dicen ser nuestros representantes los que escenifican este doliente espectáculo.

Extraña que se insulten, pero aún más que parezca que no lo hacen. Como si no pasase nada. Yo te insulto, pero no te preocupes, cuenta con mi voto para que sigamos como estamos. Tú de fascista y yo de golpista; luego entre tú y yo hablamos; y ya sabes.

Creo que ya está bien. Llega la hora de cambiar, de no fiarse de ellos, de ninguno, nada que ver con esta burda y zafia representación. Una España trabajadora, sufridora, del tipo que sea, piense lo que piense y sienta como mejor le parezca, no se merece estar representada por estos personajes que viven del chollo, del momio de su posición. Tampoco nos merecemos estar informados por la deformación de los que les arropan con sus crónicas después de recoger las migajas que se les caen de la mesa. Voceros ya conocidos que siempre anuncian el mismo producto. Falso.

Desde la presidenta a los presididos todos iguales. Unos dicen, otros hacen, otros consienten, otros nada, ¿y nosotros?

Señores diputados: Cojan sus bártulos, solo los que hayan pagado, y dejen sitio. Salgan del Parlamento, despacio, con orden. Primero la presidenta, la de las prohibiciones, a buenas horas mangas verdes, seguida del presidente, del Gobierno, luego los demás, uno a uno, de uno en uno, sin hablar, sin escupir, sin empujarse, el último Rufián, sin mirar atrás. Que no quede rufián escondido entre bambalinas.

Después, a quien le corresponda, convoque elecciones. De ustedes todos, en las listas ni uno, ninguno. Manténganse alejados, al menos 500 metros, del Parlamento. Los leones andarán libres y con hambre.

A ver si es verdad que un día podamos gritar: ¡Al fin libres!  ¡Ha llegado la libertad! Y alguien se preocupa de España, de la sanidad, infraestructuras, ciencia, tecnología y educación, mucha educación, educación y urbanidad.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

23 noviembre 2018