¿DÓNDE ESTÁS ESPAÑA QUE NO TE VEO? Juan Chicharro Ortega General de División de IM (R.)

Reconozco que escribo con el ceño fruncido y el corazón encogido ante la parsimonia con la que el pueblo español contempla cuanto está acaeciendo en nuestra Patria.

La manifestación de ayer en Barcelona es prueba palpable de lo que digo: nuestro Rey vejado e insultado en su propia cara; los traidores, que al sol que más calienta saben colocarse, impávidos ante la ignominia; los anarquistas de la CUP haciéndose dueños de la manifestación sabiendo manejar a las masas a su antojo; un pueblo lleno de buenísmo y cobardía sin atreverse a condenar a quien les ha masacrado intentando un ridículo “pelillos a la mar”… Una simple lectura de diversos editoriales de la prensa internacional  nos llena de vergüenza como nación, si bien tal parece que se olvidan de que no hay mucha diferencia con eventos parecidos en Londres, París o Bruselas  tras atentados similares. Es Europa, y por ende España, donde la civilización cristiana no encuentra agallas para defenderse.

Un valiente sacerdote que dice verdades como templos es desautorizado con rapidez inusitada por su propio obispo; el mismo que contempla como pecadillos de juventud el que se arremeta contra iglesias y símbolos cristianos al grito de “arderéis como en el 36”.

Anarquistas profanan tumbas y mausoleos de soldados de España con absoluta impunidad e indiferencia hasta por las propias autoridades militares : la tumba de Muñoz-Grandes, el monolito del 2 de mayo, el mausoleo de la División Azul , cruces y monumentos conmemorativos de nuestra historia militar…, la lista es ya interminable.

Sí, la crisis que atenaza nuestra nación reviste ya  caracteres seriamente preocupantes si bien para mí lo más grave y serio es no ya la indiferencia de nuestros gobernantes que sólo van a lo suyo sino  la pasividad evidente de la sociedad civil; una sociedad cobarde y relativista.

Blas de Lezo

Cobra actualidad cada vez más la célebre frase de Blas de Lezo cuando dijo que “la nación no se pierde porque unos la ataquen sino porque los que la aman no la defienden”.

¿Dónde están hoy los que tienen la responsabilidad de defender nuestra integridad como nación y desde luego la Ley? De  momento sólo les he visto envueltos en pleitos y , eso sí, perfectos encajadores de toda clase de ignominias e insultos. Algunos a esto lo llaman dignidad. Curiosa manera de definir la incapacidad de reacción o de algo peor que me callo por prudencia.

Lo que estamos viendo en estos días en Cataluña y en las provincias vascongadas  con sonoros recibimientos y homenajes a reconocidos asesinos de ETA no son más que el prolegómeno de lo que está por venir en un inmediato futuro, si no presente.

¿Dónde estás España que no te veo?

¿Dónde está la España de las Navas de Tolosa, la de la conquista y civilización de un nuevo mundo, la que supo levantarse contra el francés, la que luchó y murió en Trafalgar o en Santiago de Cuba? Sí, también, ¿donde están aquellos dirigentes de la Segunda República que no dudaron en declarar el Estado de Guerra en Cataluña ante la proclamación del “Estat Catalá” que rompía la legalidad constitucional de entonces?

España  está adormecida y muy confusa ante lo que ve y el pueblo es fiel reflejo de la impasividad, o mejor dicho pasividad, de sus hipotéticos líderes: unos corruptos y otros disfrutando de lo que ven porque en el caos que se prevé acabarán convirtiendo nuestra Patria en su anhelada república bolivariana.

En un reciente artículo analizaba aquí la prudencia o inacción del Gobierno del Sr. Rajoy ante la amenaza secesionista  y concluía que lo que estaba viendo ya no era prudencia sino clara inacción en el ejercicio de su responsabilidad constitucional. Lo que ha sucedido en Barcelona antes y después de la sangrienta masacre no es más que el ejemplo más claro de esa inacción si no complicidad con el traidor Gobierno catalán por omisión o incompetencia manifiesta. Cada vez es más claro, cuanto más se sabe, que nos encontramos ante un atentado que podía haberse evitado – como se ha hecho con otros muchos de los que poco se sabe – si no se hubiera cedido ante la vergüenza traidora de los dirigentes catalanes que no de los Mossos a quienes reconozco su labor.

Sr. Rajoy debería Vd. saber que en la defensa de nuestra soberanía e integridad territorial cuenta Vd. con la mayoría de los españoles que no quieren que les roben lo que es suyo. No dudo de sus intenciones si bien sí le digo que somos muchos los que pensamos que si siquiera en un principio podíamos estar de acuerdo con su prudencia  hoy ya no vale aquella. En los hipotéticos asesoramientos que  Vd. recibe haga caso por una vez a los halcones y olvide a las palomas de una vez. Están en juego España y mil años de historia .

Juan Chicharro Ortega

General de División de IM (R.)

Blog: generaldavila.com