UN GRIEGO EN TOLEDO
Ya comentados en LA PASIÓN A SU MANIERA:
Magdalena penitente con la Cruz.
Antigua Colección Santiago Rusiñol. Museo del Cau Ferrat. Sitges. (Gerona)Lágrimas de S. Pedro. Museo del Greco. Toledo.
Cabeza de Cristo. Colección particular.
Don Gonzalo Ruiz de Toledo, señor de Orgaz (la villa no sería condado hasta dos siglos más tarde de su muerte) dejó en su testamento que una generosa limosna fuera entregada cada año a la iglesia toledana de Santo Tomé para que ésta la repartiera entre los pobres, cosa que se fue cumpliendo por más de doscientos años. La entrega se interrumpió y el párroco llevó el incumplimiento a los tribunales; ganado el pleito dedicó el dinero recaudado en la sentencia a hacer mejoras en la iglesia y a encargarle al feligrés Domènikos que realizara una pintura sobre el milagro que, según la tradición, ocurrió en el entierro de cristiano tan desprendido y bondadoso.
Los santos Agustín y Esteban que bajaron del Cielo para ayudar en el milagroso entierro los presenta con capa y mitra el primero y con dalmática en la que refleja su propio martirio el segundo. Don Gonzalo va revestido de rica armadura en negro pavonado y labrada en damasquino. También en el primer plano, un franciscano, un agustino, un clérigo secular y un dominico, un sacerdote con roquete transparente en un alarde de técnica pictórica, el propio párroco que encargó el cuadro y que oficia la ceremonia, y el niño Jorge Manuel que mirándonos fijamente nos introduce en el cuadro señalando con su mano izquierda el motivo principal de la obra; prendido en su ropa, un pañuelo en el que muestra su año de nacimiento.
Tras este primer plano y en lo que podríamos llamar la parte terrestre de la obra, un amplio grupo de señores toledanos entre los que introduce algún amigo como veremos, y él mismo se pinta, mirando de frente al espectador.
Hay una segunda parte, intermedia, en la que un ángel porta el alma del finado que asciende al Cielo a través de un nuevo canal de parto, que habrá de pasar dificultosamente para renacer a una nueva Vida.
Y en la parte celestial, a su espera e intercediendo ante Cristo en blanco luminoso, la Virgen María y San Juan Evangelista; a la izquierda del espectador, San Pedro, el Rey David, Moisés y Noé, y a la derecha, San Pablo, Santo Tomé de verde y amarillo, Santiago el mayor y un nutrido grupo de bienaventurados, entre los que se encuentra, aún vivo, un Felipe II con barba y encanecido. Se ve que nuestro amigo no era rencoroso.
Pero era de personalidad compleja y un tanto complicada en el trato cuando de esto se trataba; ya lo hemos visto. Se las tuvo tiesas con el párroco, contratante, para cobrar lo que él creía justo. Al final tuvo que rebajar 500 ducados, y quedaron tan amigos; prácticamente eran vecinos.
El motivo teológico del cuadro está bien claro: la Gloria, exultante, espera el alma del fallecido para su goce con salvación eterna; justo premio para el que obra bien y es caritativo. El Greco, asentado ya en Toledo y en su madurez artística, se lució plasmando en este cuadro lo que constituye, iluminado por Jesucristo, el horizonte cristiano de la vida ante la muerte.
Todo esto y mucho más me contaron personas que saben del asunto; trataré ahora de contarlo en 154 sílabas. Así se me ocurrió hacerlo.
El entierro del Señor de Orgaz. 1586-88. Iglesia de Santo Tomé. Toledo
MADUREZ
(Soneto)
De negro, graves van los caballeros,
de negro se revisten oficiantes;
capas, mitras, dalmáticas brillantes,
pavonados en negro los aceros.
Llamas que no dan luz en los hacheros,
el blanco en transparencias palpitantes,
blanco un friso de golas; y expectantes,
vemos su alma que ya sin ataderos
-testigos como ellos del portento-
en pos va, por un ángel conducida,
porque su galardón se manifieste…
Y al tiempo que es aquí su enterramiento
y Allá su renacer a Nueva Vida,
rompe en Gloria la bóveda celeste.
(Continuará, D. m.)
Muchísimas gracias Mi Coronel. Expone toda la pintura de El Greco con tanta minuciosidad que parece que la estás viviendo, ya cuando era pequeña, me enseñaban que la pintura de El Greco, al ser las figuras más alargadas denotaban mas misticismo. Cuando fui a ver dicha pintura, creo que estuve más de dos horas y para mí que no vi ni la mitad, tan pronto me alejaba, como me acercaba, cada vez veía más cosas que me habían pasado inadvertidas, y con todas sus enseñanzas, veo que era verdad que no vi ni la mitad. Saludos.
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Pues ésta vez si, Coronel Torres, entiendo y apruebo ese «rompimiento de Gloria» tan magnífico, en una obra, quizás la más conocida y reconocida de nuestro pintor a nivel mundial, que es la perfección a todos los niveles, Para mi como primera cualidad, la composición y estructura, increible, por bien lograda. Después un derroche de técnica, de iluminación, de colores, de rostros y personajes, de líneas perfectas en el dibujo, toda su experiencia y talento empleadas en una obra maestra que uno no se cansa de mirar y admirar. No creo que nadie, por ignorante que sea sobre pintura, no se quede asombrado ante éste cuadro, y extasiado.
En un posible escalafón sobre las pinturas que más me han sorprendido y que más admiro, quizás fuera ésta la primera, seguida de Las Meninas y del Jardín de las Delicias. Tres estilos muy diferentes, pero igualmente perfectas cada una en el suyo.
Sus sonetos, sobrios y explícitos, también perfectos. !Debe ser tan difícil expresar en sonetos lo que éste cuadro representa para la pintura universal!..Tengo que reconocerle a usted también valor y talento por haberse atrevido con ello, porque da hasta miedo intentar siquiera exponer una simple opinión. La mía es muy humilde, como ignorante que me reconozco, pero es sincera, y no se expresarlo mejor, desde el punto de vista de una simple observadora sin ningún conocimiento ni siquiera superficial sobre pintura.
Muchas gracias por hacer de su rincón de poesía y pintura un auténtico goce.
Un afectuoso saludo( infante de «tanda») 🙂
Margarita Alvarez-Ossorio
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¡Enhorabuena, blogueros, colaboradores y querido Rafa!
¡4.500.000 entradas, y subiendo: ahí es nada!
¿Valor dice, Dª Margarita? Miedo y grande enfrentarme con un morlaco de estas características. Casi tanto como al comentar Las Meninas, que ya veremos, D. m. ¿Mi recuso aquí?: Jugar con el blanco-negro; ya confesaré el usado con el segundo cuadro.
La obra, como apunta, es perfecta a todos los niveles. Si me apuraran, yo resaltaría el «blanco un friso de golas», por la perfección de los retratos, casi todos reconocibles; además del efectismo inverosímil por su técnica del «blanco en transparencia palpitantes.
Y lleva razón Spliego9; cada vez que se ve un greco se aprecian mil detalles más.
Saludos.
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Bueno Félix, gracias y apúntate tu parte alicuota. Está bien pero no me ocupa ni preocupa la cantidad sino la calidad, que es cada día mejor, aunque como en ocasiones he dicho acuso el cansancio. Muchas horas de trabajo ¿Y? Gracias a todos por leernos. En breve, en cuanto pase Madrid a fase 1, volveremos a cerrar el quiosco los fines de semana y a estudiar nuevos horizontes y rentabilidades para el blog.
Abrazo a todos.
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Gracias mi Corones, y buenos días a todos.
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Poco puedo añadir, perfecto como siempre. He esperado demasiado , para decir lo mismo, pero es que cada día me llenan más tus pinturas y tus versos.
El entierro del Señor de Orgaz, es un prodigio, no puedes olvidar lo visto, se guarda en el Alma y allí lo llevo. Gracias. 🇪🇸🇪🇸🇪🇸
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