EL NUEVO ARTE DE LA GUERRA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

No les quede la menor duda. La estadística no suele fallar cuando se trata con datos contrastados empíricamente y se elabora con rigurosa ciencia.

En mi libro El Nuevo arte de la guerra ofrezco el sobrecogedor registro que podemos leer en la introducción de Jacobo Muñoz a su edición de Hacia la paz perpetua de Kant.

«Desde 3.600 a. C. hasta mediados de nuestro siglo el número de guerras documentadas asciende a 14.351, no habiendo disfrutado la humanidad durante este vasto periodo de más allá de 292 años de paz. En el transcurso de 3.357 años se firmaron unos 800 tratados de paz, sin que ninguno de ellos durara, contra lo estipulado, más de 10 años. Se diría que desde la última Gran Guerra, que costó 17 millones de vidas militares y 34 millones de vidas civiles, las cosas han cambiado y que la única guerra digna de ese nombre ha sido “fría”. Nada más lejos, sin embargo, de la realidad. Solo en 1989, por ejemplo, tuvieron lugar 92 conflictos bélicos, unos interestatales, otros debidos al desgajamiento de nuevos estados a partir de estados preexistentes de envergadura mayor y no pocos causados por tensiones motivadas por diferencias de religión y etnia».

Reflexionar sobre el hecho de la guerra es una asignatura pendiente que nunca tiene fin porque es la propia guerra la que sin fin ¿finalidad? va construyendo día a día la historia de la humanidad. No nos gusta, pero así es. Suele ocurrir que lo que con más ahínco construimos es nuestra propia destrucción, que no es destruir la comodidad ni siquiera el progreso, sino la destrucción del propio ser humano, su libre albedrío.

Un repaso por los acontecimientos de mayor relieve de nuestra historia, aquellos que han dejado huella eterna, nos lleva a presentar al actor omnipresente, protagonista de honor: la guerra.

Claro que las guerras nunca parecen tener responsables.

Final conocido

Después de haber comido entrambos doce nécoras,
alguien dijo a Pilatos

-¿Y qué hacemos ahora?
Él vaciló un instante y respondía
(educado, distante, indiferente):
-Chico, tú haz lo que quieras.

Yo me lavo las manos.

Claro y contundente Ángel González; porque solo el poeta está capacitado, junto al filósofo, para dar cuenta de lo que hay en las entrañas del hombre; que probablemente sea la guerra. Al final los responsables tienen las manos limpias y yacen bajo tierra el resto.

Fruto bélico bajo los escombros. Misterio, misterios, este ser humano que nace y hace entre cenizas y ruinas. Se repite sin solución de continuidad.

Mañana estará en las librerías mi libro El Nuevo arte de la guerra editado por La esfera de los libros y con prólogo de Gabriel Albiac.

La generosidad del filósofo se muestra en su introducción que condensa en primorosa síntesis lo que se esconde tras la máscara que incluso al mismo libro podría ocultar: la guerra.

«Romper la perspectiva engañosa, desvelar sus distorsiones ilusorias, salir del laberinto de apariencias contradictorias al cual nos han condenado los lugares comunes del lenguaje: los que nos impiden aún sospechar el envite conceptual que en el discurso de la guerra se juega. Y poner luz a una verdad sin la cual toda tarea del hombre es vana: que entre paz y guerra solo median convenciones arbitrarias de la lengua. Y que las reconfortantes barreras protectoras que esas convenciones alzan nos hacen siervos y, en el fondo, se empeñan en tratarnos como a niños. Y de asentarnos proclamas de buena voluntad, allá donde solo la matemática más acerada debería servirnos, porque lo que está en juego es lo más grave que pueda caber en la vida —en la muerte—de un hombre».

Suena tambores apocalípticos. Los siete sellos. Debemos conocer y para ello volver la mirada serena hacia nuestro interior e iluminar el entorno, descubrir lo que por tantas veces inquieta y sobrecoge con escalofríos de muerte. El nuevo arte de la guerra. Ante lo que dudo. Después de 12 capítulos he pretendido llegar a unas conclusiones. No las hay.

He tratado el conjunto de disciplinas que engloba el actual fenómeno de la guerra: lo militar, junto a lo artístico que fue, cuando la guerra era un arte. Lo académico junto al valor que recobra el armamento, para con ello concluir que la guerra táctica, pasó a ser estratégica para llegar hoy a su más intensa pronoética, guerra de intendencia; pura economía. Ese matiz de Clausewitz, la guerra es la continuación de la política por otros medios, bien podría anotarse al margen: …continuación de la economía por otros medios. Soberano señor es don dinero.

Los aspectos sociales, alianzas, lo informativo, junto a lo desinformativo, lo cibernético y las extrañas modalidades de las actuales guerras me han hecho meditar durante algún tiempo para ofrecerles un aspecto más de esta compañera de viaje tan molesta pero tan insistente en meterse en la maleta.

Después de recorrer el espacio y el tiempo, asistir con los grandes maestros del arte de la guerra a sus campañas y sobre todo intentar adentrarme en su pensamiento he llegado a la peor de las conclusiones: saber que no las hay. Siguen anotándose muertos en la terrible estadística.

Es necesario conocer: ¿Por qué la guerra? No se responde de manera sencilla, no con la mirada puesta en lo militar, sino en el corazón del hombre. Freud y Einstein mantienen el diálogo: ¿Por qué la guerra?

«Por consiguiente, parece que el intento de sustituir el poder real por el poder de las ideas está condenado por el momento al fracaso» y sentencian: «El ser viviente protege en cierta manera su propia vida destruyendo la vida ajena».

Freud deja a Einstein en silencio. No volverán a hablar del tema. Queda abierta una esperanza que se frustra cada día: «La esperanza de que estos dos factores —la actitud cultural y el fundado temor a las consecuencias de la guerra futura— pongan fin a los conflictos bélicos en un plazo limitado no sea utópica».

Einstein y Freud no llegan a soluciones. Se les había adelantado Pascal:

«Guerra intestina del hombre entre la razón y las pasiones.

Si no hubiera más que la razón sin pasiones.

Si no hubiera más que las pasiones sin razón.

Pero, al haber lo uno y lo otro, no puede estar sin guerra,

no pudiendo tener paz con lo uno más que teniendo guerra con lo otro.

Así, está siempre dividido y en contradicción consigo mismo».

Intentaré en sucesivos días seguir con este relato que les ofrezco en El nuevo arte de la guerra, un intento vano de llevarles a mejor comprender lo que es la guerra, su teoría, orígenes y futuro de los conflictos bélicos.

Esa era mi intención.

Ahora y a partir de este momento serán ustedes los que escriban los siguientes capítulos. Les agradecería me ayudasen en la labor de comprender este implacable fenómeno.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

7 noviembre 2022

 

 

 

 

 

 

 

 

9 pensamientos en “EL NUEVO ARTE DE LA GUERRA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

  1. Mi respetado y muy querido GENERAL,
    «LOS MEJORES DESEOS DE ÉXITO DEL «NUEVO ARTE DE LA GUERRA», donde su FLAMANTE EXPOSICIÓN recoge implícitamente LA CONCLUSIÓN en la acerada ABSTRACCIÓN MATEMÁTICA : Para poder atacar y vencer con seguridad, ATACA donde ellos no puedan DEFENDERSE. Para DEFENDERSE y RESISTIR FIRME, DEFIÉNDETE en donde ellos no ATACARÁN.»
    LA GUERRA ES IMPERATIVO DE CONDUCTA DE LA CONDICIÓN HUMANA. LA VIDA como ayer le comentaba al COR. CERDIDO ES LUCHA SUEÑO:
    CAIN-ABEL
    EINSTEIN-FREUD
    KANT-PASCAL y un interminable ETC.
    Para quien subscribe es tal vez SAN IGNACIO quién mejor lo llegó a entender en sus EJERCICIOS ESPIRITUALES donde TACTICA Y ESTRATEGIA SE CONJUNTAN EN ILIMITADO LIBRE ALBEDRIO DE LA COCIENCIA DEL DIOS HECHO HOMBRE aspiración METATEOLÓGICA.
    «Hay una guerra a muerte entre EL MUNDO que se divierte CONDENANDO A CRISTO y CRISTO QUE POR AMOR al MUNDO ES CODENADO A MUERTE. Hay que escoger entre BANDERA Y PARTIDO. SÉ donde estaba ayer, ¿dónde estaré desde mañana?.
    En definitiva, presumiblemente acorta V.E el número de capítulos a XII. Cuando le lea veré si los 5 tipos de FUENTES DE INTELIGENCIA y las maneras de gestionarlas se han modificado o siguen siendo las mismas.
    Reitero FELICITACIÓN ENORME y ¡ENHORABUENA!. «LA GUERRA COMO CONTINUACIÓN DE LA POLÍTICA POR OTROS MEDIOS» del alemán tenía configuración discreta. V.E creo que plantea una superación conjunta ANALOGICA-DIGITAL en un ESPACIO-TIEMPO DE REALIDADES VIRTUALES PER SÉ.
    OJALÁ EL TENSOR DE LA PAZ supere AL FUEGO QUE VINO CRISTO A TRAER SOBRE LA TIERRA Y ARDA LA FUENTE INAGOTABLE DE AMOR DEL ETERNO BELEN.
    INMENSA GRATITUD y ala orden de V.E
    VIVA EL REY
    VIVA EL E.M Y LA LEGIÓN
    VIVA Y ARRIBA ESPAÑA

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  2. Nos dice , que en los ultimos milenios se han contabilizado casi 15.000 guerras , y habria que saber , a partir de cuando , como y porque se conidera guerra , por ejemplo : ayer en Madrid una familia con domicilio en la Cañada Real , asesino a 4 personas de otra familia , lo que confirma que esas familias estan en guerra cosa que se podria extender , ya que asi empiezan las guerras mundiales , como la primera guerra mundial con el asesinato de una persona en Sarajebo , o la tercera con la invasion de Ucrania . Para que no se repitiesen las guerras , al finalizar la II mundal , se creo la ONU , pero ¿Podria decirnos las guerras , que se han producido desde entonces ? , yo no se la cantidad , pero muchas , incluida la de los Balcanes en el corazon de Europa , la del Vietnam , la de Camboya , con la exterminacion de la mitad de la poblacion por parte de los Gemer Rojos , decenas en Africa y terribles , como en el Congo , en Ruanda con la eliminacion de etnias como los Ussis y Tussis y lo ya mas vergonzoso es el problema judeo-palestino , que ya lleva mas de 75 años , y ni se prevee , que se solucine , y asi mismo lo del Sahara cuya solucion , es tan facil , que solo hay que aplicar las leyes y los traados . Resumiendo , que esta claro , que la ONU , es otro macrochiringuito donde miles de personas viven opiparamente a cuenta del ciudadano y de las buenas intenciones y buenismo .

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  3. Buenos días y muchas gracias Mi General. Hay párrafos que me han llamado la atención por su sinceridad, está el del «ser viviente,, protege su vida, destruyendo la de los demás». Después de tantos miles de años, que sólo hayamos tenido cerca de 300 años de paz, te deja el corazón encogido por la forma de hacer y de pensar del ser humano. Prometo comprar el libro. Saludos para todos.

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  4. Buenas tardes

    Hay realidades, mi General, que te hielan el alma, y no cabe duda de que una de ellas por no decir la primera es justamente esa incapacidad del ser humano para vivir en paz.

    Quizá algunas guerras se hayan producido por ideales encontrados, pero en su mayoría y para nuestra desgracia el motivo subyacente siempre ha sido el económico. Recuerdo con frecuencia aquella famosa frase «Es la economía, imbéciles» y lamentablemente nunca se ha dicho en menos palabras cual es el quid de todas las cuestiones.

    Parece tan banal que es difícil aceptarlo, pero me temo que es la verdad. Detrás de esa verdad puede haber otras muchas que sirvan de justificantes, el poder, la ambición, la xenofobia, la religión etc., pero ¿que es lo que permite ser más poderoso, cual es el objetivo final de la ambición?, y si lo analizamos bien, ¿no han sido también por un motivo económico las guerras religiosas? En definitiva eran una cuestión de poder=dinero.

    Ya se guardan muy mucho los de las manos recién lavadas de nombrar ese tema, no tiene buena prensa, en incluso en ese diálogo entre dos grandes cerebros está latente. En definitiva se podría deducir «Yo quiero más y tu no me lo permites, así que te elimino y así podré conseguir mi objetivo».

    Puede ser, no lo niego, que mi razonamiento sea la consecuencia de los años vividos, que me llevan indefectiblemente a la falta de fe en el ser humano común, lo que normalmente puede llamarse cinismo a través del conocimiento, pero lo siento así, no puedo evitarlo.

    Y curiosamente, los que finalmente hacían la guerra, es decir la milicia, nunca han tenido fama de estar interesados por el dinero. Paradojas de la historia.

    Naturalmente ya tengo encargado su libro. Puede que lo reciba mañana o pasado, con el anterior tuve la suerte de que estaba en mis manos antes de que llegara a las librerías, pero ésta vez todavía no me han avisado de la llegada del envío. Lo espero impaciente. Puede que no lleguemos a ninguna conclusión, porque como bien dice, no la hay, pero me parece muy interesante los entresijos que nos va a desgranar en ese libro. Ojalá me demuestre que estoy equivocada, y que hay también por encima del económico otros intereses intelectuales que puedan justificar un poco más decentemente tanta lucha y tantos muertos.

    Afectuosos saludos a todos

    Margarita Álvarez-Ossorio

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  5. A las órdenes de V. E., mi General.

    Tras varios intentos infructuosos de publicar ayer un comentario sobre esta interesante entrada, vuelvo a intentarlo hoy, a ver si hay suerte. Word Press a veces se pone cabezón poniendo inconvenientes.

    Un servidor da gracias a Dios por el privilegio de haber vivido en paz prácticamente un tercio de esos 292 años de treguas dentro de los 3.600 contabilizados con sus 14.000 y pico guerras. Aunque por vocación y profesión siempre haya tenido que estar en pie de guerra.

    Recuerdo las guerras del Golfo, los Balcanes, y no sé cuántos estados de alerta, por no remontarme a los tiempos de la Guerra Fría, con sus accidentes nucleares y todo, y pienso de lo que me ha librado Dios.

    Y recuerdo especialmente, por haber sido la última que me tocó, la segunda de Irak, la de Bush JR, cuando un tonto con ínfulas de pseidointelectual y comunista, pero con muchísimo dinero, se me ponía al lado mientras yo controlaba aviones de guerra, con un cartelito diminuto y semiescondido bajo la ropa, que decía «No a la guerra», y su mueca bobalicona y siniestra que pretendía aparentar una sonrisa amable buscando complicidad.

    Ahora, quién sabe lo que nos quedará por ver, y ya me daría por satisfecho con no tener que huir a buscar refugio en otro lugar.

    ¡¡¡Viva España!!!

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  6. Si me permite la sugerencia, mi general, algunas buenas pistas nos las dan nuestros primos del género Pan: los chimpancés y los bonobos viven en sociedades complejas, con un número de individuos en ocasiones mayor que los comunidades de humanos primitivos, con sus reglas (un especie de protoderecho) y sus principios (una especie de protomoralidad); y la violencia también es una parte importante de ese mundo, en esencia bastante menos diferente del nuestro de lo que podría pensarse: dentro del grupo y en las relaciones con otros grupos. La obra de Frans de Waal, por ejemplo pero no solo, es una excelente manera de acercarse al asunto. Las conclusiones, por cierto, no resultan excesivamente alentadoras.

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