GANA ANDALUCÍA. GANA ESPAÑA. POR CIERTO: EL MENSAJE DE NAVIDAD NO LO DARÁ EL PRESIDENTE DEL GOBIERNO Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

No es plato de mi devoción entrar en análisis políticos. Y menos a toro pasado, cuando ya se conoce el resultado electoral del que todos ahora presumen diciendo que ya lo habían vaticinado.

Este juego del análisis político <<después de…>> me parece aburrido, cansino, y la mayor parte de las veces innecesario, a no ser que se haga en clave de humor, serio y profundo, que en España hay verdaderos especialistas en ello. Las redes sociales, tan criticadas, hacen esa labor de manera magistral. Uno de los últimos chascarrillos que corre por ellas es que alguien debería avisar con tiempo al presidente del Gobierno, doctor Sánchez, el socialisto, especialista en perder elecciones, de que el mensaje de Navidad a todos los españoles, la noche del día 24 de diciembre, lo pronuncia el Rey de España y no él; que ni siquiera es necesario que aparezca sentado a su lado. Que el Rey se basta solo para ello.

Digo esto porque el presidente, doctor Sánchez, el socialisto, aún no se ha enterado de que ha perdido las elecciones, una vez más, en Andalucía y, aunque se empeñe en lo contrario, él ha perdido, ha perdido el PSOE en Andalucía y con ello gana Andalucía y gana España. Dice el presidente, doctor Sánchez, el socialisto, que <<espera que no haya bloqueo y que gobierne quien gane>>. Hay que tener cuajo. La inteligencia es un don que hay que cultivar, pero si se anda escaso, el esfuerzo puede suplirla, pero sin inteligencia ni esfuerzo los resultados son los que son.

Estas elecciones andaluzas han tenido dos protagonistas: PSOE y PP. Los dos grandes perdedores. Parece que ninguno de ellos se ha enterado. Y solo hay una razón para este fracaso: la hartura, el hartazgo que tenemos de todos estos políticos del engaño, la mentira, que nada les importa España. Y la hartura salta por dos lados. Unas veces lo hace por la izquierda y otras por la derecha. Y los ejemplos llenarían páginas. Y resulta que ahora, en este momento de la historia  de España, se están olvidando PSOE y PP de España. El PSOE de Zapatero y el del doctor Sánchez, el socialisto,  y el PP también; el de Rajoy y su sucesor, Casado, que nos mantiene en la incógnita con esa pléyade de peperos a los que les gusta recordar lo que hicieron (tan mal) mientras presumen de ser más rojos que el capote de Cagancho. Y claro la gente que no es tonta acaba diciendo, lo primero España y luego ya veremos, y como ni el PSOE ni el PP estaban ni parece que estén por España y nada les importa esas cosas de la unidad, la solidaridad, la convivencia, ¡que viva España!, todos iguales, que ni catalán ni leches, que aquí todos iguales, a la hora de cobrar y a la hora de pagar, que no están por lo español y hablo español, y estudio español porque me da la gana; pues entonces eso: que llega la hora de votar y a ver si te quitas el problema de encima. Y piensas: ¿quiénes son esos los que defienden de verdad la unidad de España, y dicen esas cosa de la emigración, y del habla español y que España es de todos y para todos, que sin diferencias ante la ley y la justicia por ser andaluz o madrileño, y que nos devuelvan a todos la educación, la sanidad, la justicia y la seguridad? Y buscan a los que no les ideologicen, no coarten su libertad con leyes ideológicas y que no a los corruptos. Y claro pasa lo que pasa. Que la hartura es tanta que revienta, la hartura de esta izquierda ideológica, federalista, independentista, con tintes autoritarios, y la hartura por la tibieza de los que no son nada ni de nada, rompe por la derecha. Y aparece un partido al que no le daban importancia, al que miraban con desprecio, y mira por donde se hace con la llave de España: VOX. Por cierto: ¿podrían explicarnos por qué le llaman extrema derecha? Cuando no hay explicación nada mejor que insultar, que algo queda.

Y Ciudadanos que poco a poco deberá ir definiéndose en ese <<entre dos mares>> que no conduce sino a la deriva.

Y las cosas, poco a poco van poniéndose en su sitio. Y hay mucho trabajo por delante y tentarse las ropas y ver si cada uno lleva puesto el traje que le corresponde o es ropa prestada o incluso robada.

Y entonces, cuando cada uno lleve su traje y hable como debe, y sabe, si es que sabe, y asume su papel, y aprende que esto es España y no <<españas>>, empezaremos de nuevo a hablar y a votar en convivencia y solidaridad. Y entonces cada uno será lo que quiera pero será España.

Y el Rey será el Rey de España. Y  España será de  los españoles. Y el mensaje de Navidad lo dará el Rey de España sin inoportunos que se le cuelen.

En Andalucía ha empezado a hablar parte de España, la de la hartura. Ahora hace falta que hable toda España. Y eso, mientras antes mejor, no sea que este presidente doctor Sánchez, el socialisto, siga pensando que ha ganado las elecciones y se nos cuele en el mensaje de Navidad. ¡Que alguien le diga algo por Dios!

En resumen: hay que hablar de España, ese es el camino y solo hay uno. España, hasta hartarse de decir España, y si a alguien no le gusta pues se le contesta con España.

Y eso: que ¡Viva España! y en este caso bien por Andalucía ¡Viva Andalucía!, y ¡Viva España!

Y les aseguro que no hablo de política, que eso es para quien sabe, sino de España, de la que muy pocos saben (entre los partidos políticos que alguno no parece de España).

¡Qué hartura!

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

3 diciembre 2018)