Hace unos días el soldado Javier Holgado perteneciente al Regimiento de Infantería “Arapiles” 62 fallecía tras realizar la prueba de unidad. La investigación en curso determinará las causas y en función de los resultados se tomarán las medidas adecuadas. En los Ejércitos la vida de los hombres es el bien más preciado, puesta al servicio de la Patria cada uno cuida de la del compañero como si fuese la propia. No hay jerarquías para el compañerismo. Descanse en paz.
La instrucción y el adiestramiento son fundamentales en la formación del soldado. Formación que exclusivamente compete a los mandos responsables y que por bien de los resultados no permite injerencias ni aficionados. Debe ser planificada con inteligencia y ejecutada con rigurosidad. Entrometerse en estas prácticas quien no sabe, ni está capacitado, es una temeridad. Los Ejércitos tienen la suficiente experiencia y preparación para ello.
La instrucción abarca aspectos de la formación individual como marchas, recorridos topográficos, ejercicios de tiro con fusil de asalto y pistola en simulador, ejercicios de fuego real con diversas armas individuales y colectivas, paso de pista de combate, instrucción individual del combatiente, etc. Todo ello en ambiente tanto diurno como nocturno, y con las condiciones climatológicas que haya en ese momento. El adiestramiento se lleva a cabo en el conjunto de la unidad como tal. Todo el personal militar en el Ejército de Tierra ha de superar anualmente las cuatro pruebas del Test General de Condición Física y las Unidades una prueba colectiva consistente en una marcha rápida de 10 km. con equipo ligero al completo (20 Kg.) que debe completarse en menos de 90 minutos. Es la conocida como “Prueba de Unidad”, que permite evaluar la condición física operativa de los componentes de una unidad en su conjunto, enmarcada en el ámbito de la preparación común que todo combatiente del Ejército de Tierra ha de alcanzar como base para su preparación específica. En ella, además de la instrucción físico militar y la condición física aplicada al cumplimiento de las misiones operativas, se reflejan la capacidad de liderazgo de la estructura de mando y el nivel de cohesión de la unidad. Todo el personal que realice la prueba debe tener en vigor el apto en el reconocimiento médico exigido.
En el Ejército de Tierra, al mando de un teniente general, hay un órgano llamado Mando de Adiestramiento y Doctrina (MADOC) conocedor, con gran experiencia, y responsable de todos los programas de instrucción y adiestramiento bajo la autoridad del Jefe de Estado Mayor del Ejército (JEME).
Hasta aquí todo se entiende.
Por otro lado la cadena de mando está muy clara, así como la responsabilidad, no compartida, y las injerencias en la misma solo traen desajustes, malestar, y errores que repercuten finalmente en la adecuada instrucción y adiestramiento, factores esenciales para cumplir la misión, afrontar situaciones de grave riesgo, como las que afrontan las unidades militares, y proteger la vida de tus hombres.
Comprendemos que con la muerte del soldado Javier Holgado se abra una investigación y revisen todos los procedimientos, incluida la “Prueba de Unidad”. Así se hace en el Ejército de Tierra siempre, siempre, siempre.
Hasta aquí todo se entiende.
Lo que no se entiende es que la Directora General de Reclutamineto y Enseñanza Militar, María Amparo Valcarce García, del ministerio de Defensa, se inmiscuya en donde nadie la espera, ni le corresponde, dando órdenes al teniente general del MADOC, saltándose la cadena de mando, inmiscuyéndose en las atribuciones del JEME con el escrito que les mostramos. Aquí mando yo, así que general: suspenda la “Prueba de Unidad”. Además la sintaxis, redacción, del escrito es casi ininteligible.
Vieja conocida esta directora por el afer con el almirante Fernández de Córdoba y que por sentencia del Tribunal Supremo no tuvo más remedio que rectificar la ministra. El Subsecretario también sabe algo de todo eso. Aunque a menudo llega tarde. Ninguno de ellos está en la cadena de mando del Ejército y esto que referimos es una cuestión exclusiva de mando y por tanto del mando. Firmar escritos y subirse a los podios no es mandar.
Que cada uno cumpla con su deber. Cumplir y dejar cumplir.
Suponemos y esperamos que el Jefe de Estado Mayor del Ejército haya dado la respuesta adecuada a través, eso sí, de la cadena de mando, cada vez mas desengrasada.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
13 noviembre 2019