CARA A CARA. Rafael Dávila Álvarez

El futuro está en sus manos. Nada descubrirán ellos. Tú decides.

Ethos es palabra griega recogida por el Diccionario de la Real Academia: «Conjunto de rasgos y modos de comportamiento que conforman el carácter o la identidad de una persona o una comunidad».

Nos recuerda el mariscal Montgomery en su libro Historia del arte de la guerra que Polibio escribió que un general debe «aplicarse en conocer las inclinaciones y carácter de su adversario».

Un general debe conocer la mentalidad de su oponente y por ello no es extraño que profundice en el estudio del mando al que se enfrenta y lo haga en todos sus aspectos, no solo militar, gustos, aficiones, fortalezas y debilidades. Muchos se hacen incluso con una fotografía de su adversario en la que buscan un detalle que le haga vulnerable.

Recojo en mi libro El nuevo arte de la guerra la insistencia de Polibio en este tema cuando dice: «Si alguien cree que en el arte de la guerra hay algo más importante que conocer las preferencias y el carácter del general enemigo, es un ignorante y está cegado por la soberbia».

Por mucho que nos duela estamos en el duelo. Son dos los que intervienen. No son Héctor y Áyax Telamón donde prima la nobleza.

La política se convierte en algo irreconciliable cuando hace uso del arma más dolorosa que existe: la palabra.

Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo y entre los dos elige la victoria; que puede que no esté en tus manos. Mide cada palabra y cada gesto porque si no lo haces nunca sabrás cuando de la palabra va a pasar a la acción: lo hará.

Sabíamos quién era, pero no que llegase a tanto. Es y mucho. ¡En manos de quién estamos, estábamos…! Los debates cuando se pincha hondo dan fruto y dejan ver lo escondido.

Todo ha quedado a la vista. Ahora empieza el ataque. ¡Cuidado! Hay armas ocultas.

¿Debate? ¿Lloriqueo presidencial?

Razonamientos pocos, todo latiguillos y sin explicación que para el que dice haber hecho debería saber lo que ha hecho.

Ha habido crispación, mala educación y mucho nerviosismo de quién se veía acorralado en su arrogancia.

Casi podíamos reducir la cuestión a latiguillos ya conocidos. Cuando no se sabe o te sabes pillado recurres a esas muletillas que hacen ruido, silencian el mensaje del contrario; las ha prodigado el señor presidente:

«Nosotros hemos hecho… Hemos hecho… Hemos hecho…»

«El señor Abascal… el señor Abascal… el señor Abascal…»

«PP y Vox…PP y Vox… PP y Vox…»

«No es verdad… No es verdad… No es verdad…»

«¿Puedo responder…? ¿Puedo responder…? ¿Puedo responder…?»

Recuerden el Áyax de Sófocles. Triste final. Metáfora con las ovejas…

Un debate a tono con lo que cada día vivimos en nuestras calles e instituciones, donde ni los lenguajes corporativos se salvan. Los institucionales no tiene el nivel exigido, la jerga política en su gran mayoría no habla sino que miente, con ordinariez y mal gusto. Se vive, se escribe y se politiquea desde los escusados.

No conozco a ningún político que tenga problemas para pagar su hipoteca. Ayer leí una pintada en el metro: «Pagad la hipoteca no la guerra», otro «Mi guerra es la hipoteca y lucho contra el Banco». Las explicaciones sobre la economía no nos sirven.

Si hay algún político que no pueda pagarla creo que es el momento de salir a la palestra y contarlo porque ganaría muchos votos. Cuente con el mío.

Entre todos los españoles, los hipotecados o no, pagamos una hipoteca de la que nadie nos libra: La Moncloa. Es el momento de negociarla. Tenemos cita con el Banco el 23 de julio.

Creí que asistiría a un «cara a cara» entre dos caras de la misma moneda: que es en definitiva España y esos que hasta ahora éramos llamados con orgullo españoles. No. Era algo mucho más real y prosaico: España deshecha, la clase media y los mayores son los sufrientes de los que nadie habla.

Ni una palabra de Residencias de mayores, de esos mayores callados a los que la revolución tecnológica y el abandono institucional ha encerrado en sus años de tristeza. ¡Tristeza! ¡Abandono! Ni una palabra para los desplazados por la edad.

Ser viejo en España es una tragedia.

Mucho daño hace la verdad al mentiroso. Es verdad: «Los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta». El presidente volvió al pasado del que procede. Sonaba música de guerra y era Irak, un nombre que nunca se borrará de la historia militar española. Es su única canción que entonan con el hacha de guerra alrededor de la hoguera. Dejaron el prestigio de nuestros soldados por los suelos y ha costado años recuperarlo de nuevo y, a pesar de ello, nadie, ni dentro ni fuera, lo olvida: la retirada de las tropas de Irak. En la Cumbre de la OTAN de Vilna tampoco. (Lean España en Irak. Gran manipulación. Juan Van halen)*

Vuelve la mentira, un engaño, una grosera manipulación. El 11M se intercala con la retirada de Irak en esa danza que no cesa: no hay otra más allá: inauguran el origen de nuestros males políticos. Derrotado, hay que sacar a pasear al dóberman.

Nos quedamos sin saber nada de Marruecos, del móvil del presidente y del de la ministra de Defensa (¡Oiga que no era la de Sanidad!), del Falcón o de economía (lean Manual de Resistencia), de la unidad de España y de la herencia de la ETA.

Nos quedamos con la crispación y, por algo será, cuando más sube el nivel de irritación es cuando se le recuerda al presidente, por este orden:

Sanchismo

Sólo Sí es Sí

¡Que te vote Txapote!

Eso pone al presidente fuera de sí y de no. Será por algo. Será Historia que le acompañe.

Feijóo había estudiado bien a su enemigo (político). Ese es el camino: «aplicarse en conocer las inclinaciones y carácter de su adversario».

Y amar a España y a los españoles (a todos) por encima de todas las cosas; incluso más que a ti mismo.

Mucho más. Hubo un minuto de oro y otro de plástilina. Hay que elegir.

*España en Irak. Gran Manipulación

Rafael Dávila Álvarez (Militar y escritor)

Blog: generaldavila.com

12 julio 2023

 

 

 

 

 

¡QUÉ CARA HAY QUE TENER! Rafael Dávila Álvarez. Escritor

Pues sí: «Que te vote Txapote» y de camino «Sólo sí es sí». ¡Cuánto cuesta la verdad y cuan placentera es la mentira!

«Yo nunca he pactado con Bildu…». «He tenido cambios de posición…». Entrecomillado por ser palabras de Sánchez, el actual presidente del Gobierno.

No hay nada como tener memoria, incluso democrática si eso es posible: al menos para decir la verdad.

Como si fuese una «revelación olímpica» una exministra socialista dice:

«Seguimos prefiriendo la paz. Pero hoy sabemos que para alcanzarla necesitamos invertir en defensa». ¡Qué cara hay que tener!

La «ex» en cuestión era de Exteriores y dejó un lío incomprensible (algo sabremos en su momento) en nuestra relación con Marruecos. Ahora predica desde la Escuela de Asuntos Internacionales de París. Así lucen los asuntos internacionales y nacionales. Donde L(os) (H)aya.

Ahora a todos les da por las armas. Todos quieren armas y municiones, esas que cargaba el diablo, ¡cuidado!: el tiro suele salir por la culata cuando no sabes manejar la verdad y te explota en las narices.

«Así vemos, pues que la guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de las relaciones políticas, una gestión de las mismas con otros medios. Queda sólo como exclusivo de la guerra la peculiar naturaleza de sus medios» (Clausewtiz).

¡Qué peculiaridad!: la de las armas y más las de la política que hace la guerra cuando no sabe hacer otra cosa y, cuando ve su error, pide armas y municiones, señala a los militares.

«…necesitamos invertir en defensa». ¿Alguien será responsable de estas guerras?, ¿de que nos haya pillado con el pie cambiado? ¿Pero no es la guerra la continuación de la política con otros medios? ¿Pero qué pasó con los medios?

¡Invertir en defensa! Es el mantra socialista. ¿Qué es la defensa?

Ha quedado claro: «He tenido cambios de posición…».

¿Serán esos cambios aquellos que recoge el artículo 8 de la Constitución: soberanía e independencia de España, defensa de su integridad territorial y su ordenamiento constitucional?

Pues ha faltado munición (a otros les sobraba), ha sido una mala gestión que ha traído un malestar general que nos ha llevado hasta el 23J.

Por mentir, entre otras cosas; por no respetar la verdad que para un político está en la Constitución y no en su forma peculiar de interpretarla.

Es el momento del «cambio de posición» ganado y merecido.

«Que te vote Txapote» y de camino «Sólo sí es sí».

Rafael Dávila Álvarez. Escritor

Blog: generaldavila.com

20 junio 2023

 

ES HORA DE CAMBIAR… EL COLCHÓN DE LA MONCLOA Rafael Dávila Álvarez

No eran unas elecciones municipales ni autonómicas. Eran unas elecciones para mostrar la hartura, el no poder ya más, el no al golpismo, a la ETA y a quién lo ha consentido. Sobre todo al culpable que lo encabeza: Sánchez. Jurado popular: ha salido culpable y por lo tanto derrotado.

Ahora empezarán a inventarse todo tipo de insultos y amenazas, nos asustarán hasta la nausea, pero la sentencia está dictada y será en breve refrendada.

Eran, por primera vez, unas elecciones que sin ser generales servían para indicarle a un presidente del Gobierno cual es la puerta de salida. Hartos. Ni siquiera han sido un enfrentamiento entre partidos.

Muchos de los antiguos votantes no se sentían representados por su líder poderoso al que conviene recomendar no mirarse más al espejo.

El «arco parlamentario», conocido y el desconocido, Apolo que hiere de lejos, lanzaba flechas envenenadas y era necesaria detenerlas antes de que alcanzasen el blanco. Con una ley electoral justa y ajustada a la realidad muchos de ellos no estarían donde están.

A modo de guía práctica del votante se oyó aquello: «Que te vote Txapote»; y a eso le llamó «crispación» sin ponerle nombre a la mentira «No pactaré con Bildu». Culpable.

Dicho esto conviene que los partidos que se proclaman vencedores, y dan saltos de alegría, recuerden que España, es decir los españoles, votan patriotismo o, si lo prefieren, han votado contra los que no son patriotas y pretendían vender España a bajo precio, al precio de los votos para revenderla a trozos.

España es y será su unidad, soberanía, integridad territorial y respeto a la Constitución y eso es lo que votan y votarán los españoles, no a un partido, sino al partido que defienda esos principios que son los que generan empleo, respeto internacional, trabajo riqueza y prosperidad.

No lo olviden o caeremos bajo las mismas garras de los que vuelan en búsqueda de nidos ajenos donde poner el huevo de la serpiente.

Es la clave de futuro. Aquí se vota España.

Todo eso de los progresistas, los sostenibles, los desintegradores, los dialogadores, es una tabarra que ya se ha descubierto: mentira disfrazada, mimetizada de independentismo y con pasos decididos camino de acabar con la nación.

Que nadie robe a los españoles su sentir, la propiedad, la familia, sus tradiciones y creencias, su historia, la de siempre, sin mentiras ni necesidad de leyes para el enfrentamiento, el sacrificio y el trabajo, el esfuerzo y la convivencia.

España está medio destrozada y los que gobiernen tendrán que repasar estas legislaturas recientes para reparar lo hecho: evitar que desaparezca España. Más remendar que hacer ropa nueva.

Después de la felicitación viene el duro trabajo. Hay mucho que enmendar y es urgente reconstruir España.

No conviene olvidar que leamos como leamos el resultado de estas elecciones la triste realidad es que España  está rota por culpa de los partidos independistas y filoterroristas y por mayor culpa de los que con ellos está encamado.

Lean bien los resultados.

Lo que hoy ha quedado claro es que es la hora de cambiar el colchón de La Moncloa.

Es la hora de España.

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

29 mayo 2023

QUE TE VOTE TXAPOTE Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Lo dice todo y de todos. Los españoles tenemos un ingenio único para sintetizar las situaciones ya sean trágicas o festivas; todas encuentran su sabia sentencia. Una frase puede ser un manual de Historia o al menos el título de un enorme libro.

Que te vote Txapote no es el título de un volumen literario, sino mucho más, es una sobrecogedora llamada de atención sobre un terrorífico relato escrito con sangre, porque pocos libros se han escrito que lleven en su interior tanto dolor, miseria, traición y deshumanización, que trate de asesinos, también de los que les han abierto la puerta de la política y les han dado el pase a las instituciones.

Se resume así: Que te vote Txapote.

En los libros de la historia clásica las primeras palabras eran la clave del contenido, una puesta en situación que resumía el concepto que el autor quería transmitir como idea fuerza: «Canta, oh diosa, la cólera del Pelida Aquiles; cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al Orco muchas almas valerosas de héroes…».

Que te vote Txapote: Es una historia de cólera, resentimiento, pero sobre todo de indignidad.

Le siguen páginas de dolor, hexámetros con pies de cobarde huida sin la dignidad del combate, con la traición a la ley donde el poderoso poder todo lo puede comprar y vender al mejor postor.

Aquel inolvidable Tribunal Constitucional que enloda aún más, si cabe, cada capítulo del libro ya que quiso ser, y lo fue, el redactor del capítulo primero que narra el triunfo: Que te vote Txapote quedará como un título histórico. Nos recordará al asesino y a quien le ampara. Que hubo vencedores y vencidos en una ingeniería inversa de la bondad a la maldad, de la inocencia a la culpabilidad.

No es necesaria una Ley de Memoria Democrática porque esta lo es, inolvidable y auténtica, sin posible manipulación a pesar de que hayan querido cambiar el final y hacer héroes a los asesinos: Que te vote Txapote. No lo olvidemos ni miremos en la dirección contraria porque es tan evidente que estos capítulos finales de la traición llegan a constituirse en el libro del pesimismo histórico del ser humano, hasta donde puede llegar su vileza cuando corona al asesino y envilece al inocente asesinado.

Esto ha ocurrido y ocurre en España, como si nunca hubiese ocurrido nada, como si no hubiesen existido las mañanas de frío dolor cuando un cobarde amparado en la pistola o en la bomba hacía temblar el centro de la ciudad. ¿Quién no miraba al Cielo suplicante? ¿Habrá sido él?

¿Me vienes ahora con urnas y papeletas? ¿Pretendes que a cambio de los muertos te asigne mis riendas? Que te vote Txapote.

Dolor imborrable, incurable sangría de lágrimas secas, se acerca la frialdad de la mirada hacia quienes nos han traicionado en lo más hondo de nuestro ser; impávidos hablan de progreso, de convivencia, de solidaridad y de sostenibilidad cuando aquí lo que jamás se agotará será el dolor por el daño hecho al llevarte al hijo, al padre, al marido, al abuelo; os los habéis llevado y ahora pretendéis que callemos y que detrás vayamos portando nuestros cirios de dolor, pero apagados y silenciosos, dándoos la razón y entregándoos nuestro dolor.

La vida nos la quitasteis, pero el dolor no. Nos acompañará y será nuestra herencia para siempre jamás.

Hoy, ahora, mañana y siempre: Que te vote, que os vote Txapote.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

25 abril 2023

 

FERROVIAL ¿POR QUÉ TE VAS? Rafael Dávila Álvarez

«La patria no es solo hacer patrimonio, es ser solidario, arrimar el hombro y ayudar cuando tu país lo necesita, estamos hablando de la tercera fortuna de España» (Presidente del Gobierno de España).

¡Ay la libertad! ¡Ay Gobierno de mis entretelas! ¡Tan patriótico! En tromba salen ahora sacudidos porque alguien ha osado no aguantar más un arbitraje dictado a su capricho y sin más garantía jurídica que la de iletrados cumplidores del dictado(r).

No cometeré el error de hablar de lo que desconozco así que la repercusión económica y los aspectos empresariales del traslado de la sede de Ferrovial no la juzgaré, aunque pienso que nada se tambalea para los accionistas, sino todo lo contrario y Europa es España y España es de Europa, o al menos eso nos venden a diario. Ganará España y su prestigio; perderá quien la quiere empobrecer.

¡Ay la imagen de esta pobre España en manos de quien está!

«Una de las cosas, dijo a esta sazón Don Quijote, que más debe de dar contento a un hombre virtuoso y eminente, es verse, viviendo, andar con buen nombre, por las lenguas de las gentes, impreso y en estampa…».

No; no andamos con buen nombre. Aquí se dice hoy lo contrario de mañana y nadie se fía de nadie ni es de fiar quien manda ni quien obedece que cuando cuenta te has dado España te han robado; los mismos que antes te han prometido y jurado, los que por norma tienen el engaño y, encima, se ríen en tu cara y te envían al algoritmo del más votado; que va siendo un descaro.

Se va Ferrovial, ¿por qué te vas? Inseguridad ¿Jurídica? Casi que me voy allá donde la libertad.

De lo que no me cabe la menor duda es que el Gobierno de España queda en muy mal lugar, lo cual era de esperar y razones hay más que sobradas.

«Aur, aur… Desperta ferro», era el grito de guerra de los almogávares. El de la empresa española Ferrovial ha sido parecido, pero no de huida como algunos pretende calificar, sino de encontrar libertad sin ira, como antes se cantaba, encontrar posiciones estratégicas que le permitan vencer: fuera y dentro. A todos nos vendrá bien su ejemplo.

«Agur, agur… España» ahora suena como un primer ataque, aviso a navegantes de que estos mares están minados y hay que tomar posiciones para recuperarlos. Estrategia y táctica que con buenos generales hará que volvamos triunfantes al echar a los piratas.

¿Por qué te vas? Lo más fácil es escuchar las mentiras a modo de claves, las que pronuncian los patrióticos de un Gobierno que en tromba hablan de esos valores cívicos olvidando los que arrastran con ellos: el independentismo y las razones para que el ingenioso hidalgo haya puesto de moda «Que te vote Txapote» (el patriota). ¿Por qué será? Silencio de muerte abrazados a quienes no les preguntan ¿por qué? Hay que abrazarse con la serpiente salida del odio.

Laocoonte avisó y para ello clavó su lanza en la panza del caballo y de inmediato sus hijos fueron comidos por las serpientes.

España se muere. ¿No estará ya muerta?

«Cuenta el viejo Herodoto que, vituperados unos soldados egipcios por haber pasado a servir a otro pueblo, e invocándoles el nombre de la patria, contestaron señalando sus partes genitales: “Donde va esto, va la patria”».

Aquí nadie se va a servir a otro pueblo (¿Europa es otro pueblo?) sino a levantar el nombre de España allí donde se puede hacerlo en libertad, sin que nadie meta mano en donde no debe, en donde la honradez y el control se mide con la misma vara de medir sin cambiar las reglas de juego con el «pito del partido», allí donde eres libre para ir o quedarte, donde se Gobierna para gestionar la libertad y no para minarla e ideologizarla  y desde se construirá más España que la  que aquí se destruye.

Con patriotismo y no enfrentando a la gente y dividiendo los unos a mi derecha los otros a mi izquierda. De hunos y hotros…

«La patria no es solo hacer patrimonio…».

¿Lo es renunciar a ella, a su historia?, ¿lo es repartirla entre los nuevos hunos independentistas y lo hotros: («que te vote Txapote»)?

¿Recuerdan?

Al insultador de oficio le contestaría: «A mí me deshonra mi patria; pero tú eres el deshonor de la tuya».

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

6 marzo 2022