La indignación es relativa. Mañana nadie lo recordará. Nuestro duro corazón se acostumbra a mirar a la muerte con indiferencia cuando no va contigo. Aunque esta sea de niños y con un enorme sufrimiento.
Ataque con armas químicas en Jan Sheijun una aldea al noroeste de Siria. La muerte infantil de esta manera violenta, su sufrimiento, causa un dolor que no tiene parecido con ningún otro en el ser humano. Sus ojos son el reflejo de la inocencia y del interrogante ¿por qué? Nadie tiene respuesta desde los planteamientos que hoy dirigen el mundo y su política de relaciones. ¿Internacionales? De la mentira, el insulto y relativismo ante la vida ha surgido la violencia extrema, peor que la guerra, más allá de la guerra. Cuando se llega a estos extremos y nadie hace nada se empieza a dudar de la política, de las relaciones internacionales, de sus dirigentes. ¿Para qué sirve el poder? ¿En manos de quién estamos?
Naciones Unidas es un marco de relaciones, de entendimiento y buena voluntad. Es el lugar del acuerdo entre todos. ¡Es mentira! En la Organización de Naciones Unidas no hay más razones y acuerdos que los que mandan los miembros permanentes de su Consejo de Seguridad: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China. El resto son convidados de piedra.
El Consejo de Seguridad de la ONU
Nada más producirse el ataque con armas químicas en Siria (no es el primero ni será el último) EE.UU. ha promovido una Resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU al que se han adherido Francia y Reino Unido para condenar el ataque. De buenas intenciones no ha pasado. Cualquiera de sus cinco miembros tiene derecho a veto. Eso ha hecho Rusia: vetar la Resolución. Unos se echan la culpa a los otros. Todos piden una investigación que saben imposible de llevar a cabo. EE.UU. amenaza con intervenir por su cuenta. Ya hay soldados estadounidenses en Siria.
Pero Siria es tierra de nadie y de todos. En el fondo pocos saben de qué lado están. La muerte se ha instalado allí de manera tan brutal que es comparable con los mayores horrores de la historia de la humanidad.
¿En manos de quién estamos? ¿En quién confiamos? La ONU vuelve a dejar claro quién manda en el mundo y por tanto quiénes son los culpables. Entre ellos, los cinco magníficos, no hay más acuerdo que el que marcan sus propios intereses.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
7 abril 2017