«Me hubiera gustado estar en Barcelona», dijo el Rey. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

¿De quién depende la Fiscalía?… pues eso

Hace ya tiempo un sucedido levantó ampollas, además de risas, en la vida militar. Nosotros, los militares, tenemos un <<boletín-periódico>> donde se publican destinos, cursos, ascensos, y cosas así; se llama Boletín Oficial de Defensa (BOD) y en él también suele figurar, normalmente en contraportada, un apartado llamado Resoluciones de Justicia, en el que figuran las tomadas en ese ámbito dentro de las Fuerzas Armadas.

En cierta ocasión salió dicho apartado con el titular <<Impartir injusticia>>, y eso fue lo que provocó hilaridad ya que se decía entre <<la tropa>> que por una vez el ministerio decía la verdad: injusticia era la palabra que el ambiente aplaudía.

Error o intencionado titular de imprenta; nunca se sabrá a pesar de la investigación.

Esto de justicia-injusticia suele ser subjetivo. Depende de ser ajusticiado o no.

Este malgobierno no obra según la justicia y razón sino en beneficio propio. La exhibición y puesta en escena más flagrante la protagonizan dos personajes en pantalla que lo hacen con indecorosa publicidad: Fiscal general del Estado y Ministro de Justicia. Ellos no importan, sino lo que representan. Ahí está para que todos nos demos por aludidos. Alardean de ello y se exhiben con ello.

Ahora, después de manejar al Rey como si fuese un bebé o su peluche al que hay que proteger, el ministro no aclara lo que hay detrás de la decisión y dice que hubo “todo un paquete de razones” para hacerlo. Al Rey se le prohibió ir a Cataluña y nadie ha dado una explicación de la gravedad de esta decisión.

<<Quien tenía que tomar esta decisión la ha tomado. Esa decisión se ha tomado sopesando muchas variables. Lamento que no esté el Rey presidiendo un acto que para mí es muy emotivo. Creo que, en la ponderación de bienes, hay momentos en los que hay que sacrificar algo en pro de algo más seguro. En la mente de todos están toda una serie de circunstancias y variables que podrían cuestionar cosas. Creo que la mayor obligación que tiene el Gobierno es proteger las instituciones y sin duda la Monarquía lo es>>. Lenguaje muy político, balones fuera y no explicar nada. Hay que tener cara.

Repito el hecho: Al Rey se le prohibió ir a Cataluña y nadie ha dado una explicación de la gravedad de esta decisión.

¿Quién prohibió el viaje? ¿Quién amenazó? Lo sé, pero me callo. Ustedes también. Todos a tragar.

¿Qué tiene que hacer el Rey? No lo sé.

¿Por qué no fue el Rey? No lo sé.

¿Debió ir el Rey? Es evidente.

¿Por qué no nos dicen la verdad? Eso si lo sé, y ustedes también. Es evidente.

Pues ante todo, y ante todos, esto ha sido una flagrante intromisión, inaceptable, del Poder Ejecutivo en el Judicial. Este era un acto del Poder Judicial y al mismo le corresponde su organización, como es lógico y dice la Constitución en su artículo 117. 1: <<La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley>>. Al imperio de la ley, al imperio de la ley, al imperio de la ley. <<¿De quién depende la Fiscalía?… pues eso>>.

Injusto ministro de justicia portavoz de esa nada que arrastra el Pretendiente. ¿Por qué nos mienten?

Hay veces que hay que decir lo que se siente, y sentir hondo lo que se dice. Sobre todo cuando de lo que hablamos es de la unidad de España, su integridad territorial y su soberanía.

El soberano parece Pedro Sánchez. España troceada se vende a precio de saldo. El Rey que no salga de casa. Que no se repita lo del 3 de octubre de 2017.

<<Me hubiera gustado estar en Barcelona>>, dijo el Rey al Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial en llamada telefónica antes del acto de entrega de despachos a los jueces.

Asombrados estamos. Muy preocupados. También perdidos, sin guía. ¿Qué tenemos que hacer?

Nos deben una explicación: ¿Por qué no estuvo el Rey en Cataluña? Repito: Es lo más grave ocurrido en la historia de la reinstaurada Monarquía en España. A la vista está.

La pregunta es: ¿Qué hace el Gobierno inmiscuyéndose en el Poder Judicial?, a la que podemos añadir otra: ¿Para qué hace falta un ministro de Justicia?

Al ¡Viva el Rey! respondió el injusto ministro: <<Se han pasado tres vueltas>>.  ¿Por qué no te callas? Ser ministro de justicia o juez, no es sinónimo de justo, ni de impartir justicia.

Rey Don Sancho, rey Don Sancho,/no digas que no te aviso…

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

27 septiembre 2020