DESMILITARIZAR LA GUARDIA CIVIL General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Publicado el 3 mayo 2020. No cambio  ni una coma. Camino lento pero asegurado. Se lo dice  quien lo sabe.
Tengo delante el Manual del Guardia Civil que comprende <<La Cartilla del Guardia Civil>> y el <<Reglamento civil y militar>>. Imprescindible y diría que inmejorable.

Las teóricas barbaridades que últimamente escuchamos se quedan en nada con las que se ejecutan y aprueban por Real Decreto. Aquí no manda la soberanía nacional sino el Real Decreto. Aquí mandan huevos. Si algo o alguien se cruza en su camino tienen, que yo recuerde, a nombres gloriosos en el Tribunal Constitucional, en el Consejo de Estado, en la Audiencia Nacional, en el Supremo, en la Guardia Civil, en la cúpula de las Fuerzas Armadas, y de ministro pasas a Fiscal General del Estado. ¿Alguien da más? ¿Les doy nombres? Las empresas las dejamos para otro día, restaurantes, reservados, salas VIP,s. Si hace falta destino a fulano a la Acorazada, que ya no sé cómo se llama, si Brunete, si San Marcial o el Campesino. Poco a poco, paso a paso.

Le ha tocado a la Guardia Civil. Veremos lo que pasa. Se habla de desmilitarizarla. Esto no ha hecho más que empezar.

Jugar con el honor es peligroso. A más de uno de estos jugones que pretenden acabar con la Guardia Civil les molesta, les es incómoda, ¡qué pesados!, se empeñan en que cumplamos la ley, el orden, y encima son hombres cuya divisa es el honor. Para colmo saludan y son un Instituto Armado. Demasiado para el cuerpo socialista, que ellos son la ley y no lo que la ley dice.

El escándalo llega de la mano de un exjuez. Tenía que llegar, tarde o temprano.¿Cómo se dice? ¿Miente, o no dice la verdad? Antes se pilla a un  mentiroso que a un cojo; para entendernos.

Se ha encendido la luz roja. Hasta aquí podíamos llegar. Ocupadas entonces las Fuerzas Armadas en su máxima jerarquía les faltaba la jerarquía del tricornio, y parece que con ella no pueden. Amigo, con la ley no se juega. Ya han jugado demasiado con ella y lo hicieron en Cataluña, como si los guardianes del orden y la Ley fuesen vulgares intrusos en la propia España.

Tengo entre mis manos el Manual de la Guardia Civil de 1910. Nada más abrirlo leo la Cartilla del Guardia Civil que, como todos sabemos, empieza con el artículo:

<<El honor ha de ser la principal divisa del guardia civil; debe, por consiguiente, conservarlo sin mancha. Una vez perdido no se recobra jamás>>.

Son 34 artículos del capítulo primero (Prevenciones generales). Ninguno tiene desperdicio. Es la ley moral de la Guardia Civil. Contra ella irán los que buscan su desaparición.

Mis palabras quedan huecas al lado de cualquiera de sus artículos. Les copiaría todos. Es una Ley moral para la vida en el orden y la convivencia.

Art. 6º <<El guardia civil debe ser prudente sin debilidad, firme sin violencia y político sin bajeza. No debe ser temido sino de los malhechores, ni temible sino a los enemigos del orden>>.

Art. 8.º <<Será siempre un pronóstico feliz para el afligido, infundiendo la confianza de que a su presentación, el que se crea cercado de asesinos, se vea libre de ellos; el que tenga su casa presa de las llamas, considere el incendio apagado; el que vea a su hijo arrastrado por la corriente de las aguas, lo crea salvado; y por último, siempre debe velar por la propiedad y seguridad de todos>>.

Así todos los artículos. Emociona leerlos.

Ni temido, ni temible… sino de los malhechores y los enemigos del orden.

Hablan de desmilitarizar la Guardia Civil. No. No se engañen. Lo que pretenden es que desaparezca. Ni Guardia Civil, ni Instituto Armado. Desmilitarizar a la Guardia Civil es desnaturalizarla, es decir, que desaparezca.

La Guardia Civil es para ellos un obstáculo; por mantener limpio ese camino que recorre el guardia civil, <<cuando se halla destinado al servicio de carretera o cualquier otro camino, los recorrerá frecuentemente y con mucha detención, reconociendo a derecha e izquierda los parajes que ofrezcan facilidad de ocultar alguna gente sospechosa>> (art. 35).

La Guardia Civil no es <<un Cuerpo muy complicado>>, ni <<un gasto superfluo>>, como dice el presidente del Gobierno, sino la garantía de un Estado de Derecho.

Hay mucha gente sospechosa. ¡Todo tan sospechoso! ¡Tantos sospechosos!

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

Publicado el 3 mayo 2020

 

«Me hubiera gustado estar en Barcelona», dijo el Rey. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

¿De quién depende la Fiscalía?… pues eso

Hace ya tiempo un sucedido levantó ampollas, además de risas, en la vida militar. Nosotros, los militares, tenemos un <<boletín-periódico>> donde se publican destinos, cursos, ascensos, y cosas así; se llama Boletín Oficial de Defensa (BOD) y en él también suele figurar, normalmente en contraportada, un apartado llamado Resoluciones de Justicia, en el que figuran las tomadas en ese ámbito dentro de las Fuerzas Armadas.

En cierta ocasión salió dicho apartado con el titular <<Impartir injusticia>>, y eso fue lo que provocó hilaridad ya que se decía entre <<la tropa>> que por una vez el ministerio decía la verdad: injusticia era la palabra que el ambiente aplaudía.

Error o intencionado titular de imprenta; nunca se sabrá a pesar de la investigación.

Esto de justicia-injusticia suele ser subjetivo. Depende de ser ajusticiado o no.

Este malgobierno no obra según la justicia y razón sino en beneficio propio. La exhibición y puesta en escena más flagrante la protagonizan dos personajes en pantalla que lo hacen con indecorosa publicidad: Fiscal general del Estado y Ministro de Justicia. Ellos no importan, sino lo que representan. Ahí está para que todos nos demos por aludidos. Alardean de ello y se exhiben con ello.

Ahora, después de manejar al Rey como si fuese un bebé o su peluche al que hay que proteger, el ministro no aclara lo que hay detrás de la decisión y dice que hubo “todo un paquete de razones” para hacerlo. Al Rey se le prohibió ir a Cataluña y nadie ha dado una explicación de la gravedad de esta decisión.

<<Quien tenía que tomar esta decisión la ha tomado. Esa decisión se ha tomado sopesando muchas variables. Lamento que no esté el Rey presidiendo un acto que para mí es muy emotivo. Creo que, en la ponderación de bienes, hay momentos en los que hay que sacrificar algo en pro de algo más seguro. En la mente de todos están toda una serie de circunstancias y variables que podrían cuestionar cosas. Creo que la mayor obligación que tiene el Gobierno es proteger las instituciones y sin duda la Monarquía lo es>>. Lenguaje muy político, balones fuera y no explicar nada. Hay que tener cara.

Repito el hecho: Al Rey se le prohibió ir a Cataluña y nadie ha dado una explicación de la gravedad de esta decisión.

¿Quién prohibió el viaje? ¿Quién amenazó? Lo sé, pero me callo. Ustedes también. Todos a tragar.

¿Qué tiene que hacer el Rey? No lo sé.

¿Por qué no fue el Rey? No lo sé.

¿Debió ir el Rey? Es evidente.

¿Por qué no nos dicen la verdad? Eso si lo sé, y ustedes también. Es evidente.

Pues ante todo, y ante todos, esto ha sido una flagrante intromisión, inaceptable, del Poder Ejecutivo en el Judicial. Este era un acto del Poder Judicial y al mismo le corresponde su organización, como es lógico y dice la Constitución en su artículo 117. 1: <<La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley>>. Al imperio de la ley, al imperio de la ley, al imperio de la ley. <<¿De quién depende la Fiscalía?… pues eso>>.

Injusto ministro de justicia portavoz de esa nada que arrastra el Pretendiente. ¿Por qué nos mienten?

Hay veces que hay que decir lo que se siente, y sentir hondo lo que se dice. Sobre todo cuando de lo que hablamos es de la unidad de España, su integridad territorial y su soberanía.

El soberano parece Pedro Sánchez. España troceada se vende a precio de saldo. El Rey que no salga de casa. Que no se repita lo del 3 de octubre de 2017.

<<Me hubiera gustado estar en Barcelona>>, dijo el Rey al Presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial en llamada telefónica antes del acto de entrega de despachos a los jueces.

Asombrados estamos. Muy preocupados. También perdidos, sin guía. ¿Qué tenemos que hacer?

Nos deben una explicación: ¿Por qué no estuvo el Rey en Cataluña? Repito: Es lo más grave ocurrido en la historia de la reinstaurada Monarquía en España. A la vista está.

La pregunta es: ¿Qué hace el Gobierno inmiscuyéndose en el Poder Judicial?, a la que podemos añadir otra: ¿Para qué hace falta un ministro de Justicia?

Al ¡Viva el Rey! respondió el injusto ministro: <<Se han pasado tres vueltas>>.  ¿Por qué no te callas? Ser ministro de justicia o juez, no es sinónimo de justo, ni de impartir justicia.

Rey Don Sancho, rey Don Sancho,/no digas que no te aviso…

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

27 septiembre 2020

¿LA FISCALÍA DE QUIÉN DEPENDE? DEL GOBIERNO. PUES YA ESTÁ ¿LO SABE EL FISCAL GENERAL DEL ESTADO? General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Lo ha dejado claro el presidente, en funciones, del Gobierno del Reino de España. La fiscalía depende del Gobierno; pues ya está. Claro que enseguida ha salido el ministro de las carreteras, caminos, canales y puertos, el señor Ábalos, a decir que ha sido un lapsus motivado por el cansancio. Creía yo que un presidente del Gobierno, aunque sea en funciones, no diría, jamás, que está cansado hasta caer reventado. Como un legionario; dando ejemplo. Pues no, reventado no se le ve, más bien sobrado, displicente y chuletilla. Pues ya está.

Suele decirse que los niños y los borrachos son los únicos que dicen la verdad. A lo mejor ocurre que, como ellos, los cansados también dicen siempre la verdad.

La gravedad del asunto es que se abre un enorme interrogante. Porque enseguida, sin maldad, con libertad y preocupación, a uno le viene a la memoria aquello de las togas y el polvo del camino: <<El vuelo de las togas de los fiscales no eludirá el contacto con el polvo del camino>>.

Recuerdo que las palabras son del que era fiscal general del Estado, con Zapatero, y que se despachó con aquello; y esto: <<La Justicia no está para favorecer procesos políticos, pero tampoco está para obstaculizarlos>>. Y no sé si será verdad, o no, pero se dijo, que lo dijo, ¿recuerdan?: <<¿Lo sabe esto el fiscal general del Estado?>>, que dijo Otegui cuando le detuvieron. Era el mismo fiscal, el general, el de Zapatero.

Todo esto no es baladí, es el mayor ataque a la democracia que se puede hacer desde el Gobierno. En estas condiciones no podemos dormir tranquilos.

Las asociaciones de fiscales han mostrado su repulsa por estas declaraciones: inaceptables. Yo diría más: suficientes para que un presidente dimita de su cargo. Pero como no va a ser así, ustedes, todos nosotros, somos los que debemos dimitirle. El próximo domingo día 10 tenemos esa oportunidad.

Hace unos días empezaba así mi artículo (La libertad en peligro):  <<Todo estaría perdido, cuando el mismo hombre, o el mismo cuerpo, ya sea de los nobles o del pueblo, ejerza esos tres poderes: el de hacer las leyes, el de ejecutar las resoluciones públicas, y el de juzgar los crímenes o las diferencias entre los particulares>>. La muerte de Montesquieu. Recuerdo que el entierro fue multitudinario.

Esto es muy, muy grave. Pero aquí no pasa nada.

Eso sí, para votar en Cataluña vaya con el casco puesto, procure que no se le vea mucho, y esconda su voto (si va a votar por la unidad de España, claro).

¿Lo sabe el fiscal general del Estado? Me refiero a lo de Cataluña.

Dicen: <<Ahora sí>>. Claro, así cualquiera.

¡Viva la Libertad!

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

7 noviembre 2019