POR LA PATRIA MORIR FUE SU DESTINO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Líbano 2007. La Muerte no es el Final

Hoy es San Juan Bautista. Ayer escribía para felicitar a la Guardia Real ya que es su festividad, su Patrón. Cosas de la razón y necesidad que siempre tiene un soldado a encomendarse a su Protector del alma que es lo que pone en juego cuando despide a un compañero en La Muerte no es el Final. La vida se entrega con generosidad por razones justas y siempre por los demás. Vemos a diario héroes anónimos, ciudadanos, que lo hacen por el impulso que su formación y espíritu les lleva a sentir en su vida el servicio a los demás, la defensa de las causas justas, dando un paso adelante, aunque les cueste la vida. La vida no vale nada si la vives acobardado y con miedo. Menos aún si la vives encerrado en tu egoísmo y huyendo del riesgo de defender tus principios cueste lo que cueste. El riesgo surge inesperado y sin planteamientos previos ni tácticas a emplear. Los héroes no le temen y  salen en defensa del otro, sea quien sea, con su actitud y entrega. ¡Héroes! Lo hemos visto hace unos días en Ignacio Echeverría; un ejemplo más, pero no el único.

De nuevo hoy recibo comunicación desde Besnayah (Irak). Allí están nuestros soldados en misión de riesgo para defender nuestra paz y tranquilidad. Héroes del día a día que sin políticas por medio sufren sus consecuencias de enfrentamientos y recelos. La muerte en cada esquina, el deber cumplido y bien hecho, el olvido casi siempre, los últimos a la hora de las consideraciones. Dicen con descaro, los de siempre, que ese es su trabajo ¿la muerte por ti? Su trabajo es todo lo contrario, que no haya muertes ni violencia; para nadie, porque nadie desea la paz más que un soldado.

Y es un soldado el que me recuerda a nuestros compañeros muertos hace ahora diez años. El Día de San Juan Bautista. El Precursor del Señor.

Lo demandó el Honor

24 de junio de 2007. Se cumplen diez años. Una patrulla perteneciente a la Segunda Bandera Paracaidista fue atacada con un artefacto explosivo en El Líbano al paso de su blindado BMR. Cumplían su misión integrados en ONU. Murieron en el ataque seis de ellos y dos fueron heridos de gravedad.

No fue una muerte baldía y a ellos les debemos muchas vidas. Esta mañana un soldado en Besmayah se acercaba al Páter a pedirle que la misa de hoy se dedicase en recuerdo de sus compañeros muertos hace diez años. El gesto de ese soldado les hace más grandes si cabe. Los nombres de aquellos héroes muertos en El Líbano son:

En homenaje a Juan Carlos Víllora Díaz

Jefferson Vargas Moya, 21 años; Jeyson Alejandro Castaño Abadía, 20 años; Yhon Edisson Posada Valencia, 20 años, todos colombianos. Johnattan Galea García 18 años, natural de Madrid; Juan Carlos Villora Díaz, 20 años, nacido en Ávila y Manuel David Portas Ruiz de 19 años, natural de Sevilla. ¡Dios mío! Qué jóvenes y qué grandeza y ejemplo en su corta vida. Son el fruto de la bondad humana que todavía se alza frente al egoísmo y la violencia, son el mejor discurso de paz y ejemplo. Por sus obras los conoceréis.

Me lo cuentan desde Besmayah, el recuerdo entre soldados. La muerte vencida cuando sigues entre sus filas, cuando tu ejemplo forma en primera fila, cuando estás ¡Presente! en sus corazones.

«Lo demandó el honor y obedecieron,/ lo requirió el deber y lo acataron./ Con su sangre la empresa rubricaron,/ con su esfuerzo la Patria redimieron./ Fueron grandes y fuertes, porque fueron/ fieles al juramento que empeñaron./ Por eso como valientes lucharon/ y como héroes murieron./ Por la patria morir fue su destino./ Querer a España, su pasión eterna./ Servir en los Ejércitos, su vocación y sino./ No quisieron servir a otra bandera,/ no quisieron andar otro camino, no supieron morir de otra manera».

En tu palabra confiamos
con la certeza que tú,

ya le has devuelto a la vida,
ya le has llevado a la luz.

 

General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

Blog: generaldavila.com

24 junio 2017