Hoy desde estas páginas queremos rendir homenaje a aquellos soldados, hoy veteranos. Profesionales o del servicio militar obligatorio.
Se trata de hacer memoria, de la que practica la milicia y de la que tendrían que practicar todo español en agradecimiento hacia aquellos que, cumpliendo con las exigencias de sus obligaciones militares, fueron ejemplares en el acatamiento al compromiso de la defensa de un territorio colonial pero administrativamente español. Ifni y Sahara eran aquellos exigentes destinos.
La mayoría de aquellos soldados nada sabían de las distintas fases administrativas por las que atravesaron estos territorios africanos. Protectorado, colonia, provincia. Allí fueron, obedecieron las órdenes de sus mandos y cumplieron como los mejores. Servicios de guarnición, patrullas por el desierto, auxilio a los nativos, enfrentamientos, guerras. El agradecimiento y recuerdo de todos ellos es de justicia.
Algunos españoles hurgando en la memoria recuerdan aquello de “le ha tocado la mili en África”, pero nada más. Y es que en esto los españoles también tenemos complejos, muchos. Debemos de estar orgullosos de nuestro pasado colonial, otras naciones sin motivo lo están. No nos flagelemos más.
Aquellos soldados se lo merecen y todo lo que sea rendir cuentas con ellos, aunque muchos ya no se encuentren entre nosotros, siempre será poco.Es necesario rendir cuentas “públicamente” con nuestros veteranos como hacen otras naciones. Y no solo con unas cortas frases de recuerdo en un aislado párrafo en un BOE. No es eso, se merecen más.
Aquellos soldados sirvieron en unidades y cuerpos ya olvidados por casi todos.Recordemos a nuestros Grupos Nómadas,Grupos de Policía,Agrupación de Tropas Nómadas,Policía Territorial, Tiradores de Ifni,Legión.Todos, con misiones puramente militares y también policiales, prestaron ejemplar servicio y dejaron hasta sus vidas.
Aquellos soldados no expresaron ninguna queja.Entrega, subordinación, disciplina. Verdadera supervivencia en aquel inhóspito territorio. Convivencia con la tropa nativa, complicidad y subordinación con sus mandos era la tónica general del día a día.
Aquellos soldados, muchos de ellos, se integraron en las Hermandades de Veteranos de las unidades en las que sirvieron, en asociaciones de excombatientes y otros en la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas. Orgullosos participan anualmente en nuestros desfiles.
Aquellos soldados tienen su día en el calendario, el “Día del Veterano”, que desde 1999 se viene celebrando en su honor. Esa es la línea a seguir. Se puede hacer algo más, sin duda, siempre se puede. Pero que no falte el reconocimiento a la labor realizada y el recuerdo.
Aquellos soldados han de tener la absoluta seguridad de que la “muerte no es el final”sino la puerta de entrada al reconocimiento eterno por su labor. Reconocimiento plasmado, también, en los monolitos de todos los acuartelamientos donde se rinde homenaje a los caídos.
Juan Soldado, hoy, nada tiene que decir, solo sumarse al homenaje a aquellos que le precedieron.
Larga vida a todos. La milicia acata y cumple.
Andrés ManriqueTeniente (R.)
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