En la película “Los Hermanos Marx en el oeste”, los protagonistas emprenden un viaje en tren en el que la locomotora de vapor se queda sin madera que echar a la caldera, pero estos anárquicos y surrealistas cómicos encuentran la solución deshaciendo los vagones -construidos de tal material- para así alimentar a la locomotora. Emplean la madera del tren aunque suponga destrozarlo. En una de las escenas escuchamos a Groucho gritar “¡Traed madera, necesitamos más madera!”. El tren sí llegó al destino pero como el Gallo de Morón, desplumado.
Esperemos que esta solución “marxista” no sea una metáfora a la situación por la que pueda atravesar nuestra economía y más en concreto nuestro Estado del Bienestar.
Juan Soldado encaramado ya en su simbólica atalaya, desde la que contempla y fiscaliza la vida, ve con enorme satisfacción el catálogo de propuestas a las que parece ser que tiene derecho en virtud del desarrollo de esto que se viene llamando Estado del Bienestar, derecho social incluido dentro de los Derechos Humanos, lo que quiere decir que son de obligado desarrollo y cumplimiento. Nada, nada, adelante con ello.
Juan Soldado recuerda que antes se llamaba Asistencia Social e iba dirigida a los más desfavorecidos aunque en ningún caso contemplaba tal dimensión de apoyo como la actual. Pensiones, sanidad, desempleo, dependencia, ayuda a la familia, educación, cultura, diversos servicios públicos y sociales para el conjunto de los ciudadanos, etcétera.
Recordemos que las bases del Estado de Bienestar español se encuentran en el período 1964-75(la Ley de Bases de la Seguridad Social es de 1963), aunque tampoco se empezaba de cero. A partir de la etapa democrática y décadas después con el desarrollo de la economía, fruto de nuestro ingreso en el Mercado Común Europeo y otros actores, se universaliza el mismo, lo cual no quiere decir que no existiera con anterioridad a esta etapa ningún tipo de apoyo social.
Juan Soldado ve similitud de todo ello con la comedia francesa de Molière, “El Burgués Gentilhombre”, cuyo personaje se dio cuenta que llevaba cuarenta años hablando en prosa sin saberlo. Esto les pasa a muchos españoles. Y es que parece ser que no ha existido civilización en España desde la prehistoria hasta el año 1975.
Por otra parte, este Estado del Bienestar ofrece cada vez más prestaciones y a su amparo se apuntan cada vez más demandantes. Pues nada café para todos. Café, zumo natural, cereales, tostadas con chorrito de aceite, algo de frutas, que no falten proteínas como el jamón york –mejor pavo-, todo halal, kosher o lo que se tercie para ser inclusivo. Claro que para hacer frente a estos gastos tendremos que echar mano de la fórmula de los “marxistas” Groucho, Harpo y Zeppo, es decir tendremos que ir quemando vagones para que no se detenga este atestado convoy.
“Más madera”
Un saludo a todos.
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