NOTRE DAME PASA LISTA: ¡¡¡SU CATÓLICA MAJESTAD!!!: ¡¡¡AUSENTE!!! Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

¡¡¡España!!!: Ausente… en Notre Dame.

Así, Europa intentaba recordar sus orígenes -y sus luchas-, su infinita historia que bien podría decirse que forjó el mundo en la inteligencia del espíritu.

Todavía pueden verse en muchos pueblos y ciudades de España cómo la geometría espiritual fue escrita en su construcción alrededor de una pequeña o gran iglesia. Como nidos al cobijo del árbol, ermitas, iglesias grandes o pequeñas catedrales, retiros espirituales, fueron el centro de la cultura, de la convivencia, de la creencia, de la sabiduría al fin.

Así creció Europa y su civilización: la cristiandad. Alrededor de una oración oculta en bóvedas de piedra. Por eso quemaron en España las iglesias y las catedrales.

Nada como acabar con el símbolo. Eso se sabe desde el comienzo. Lo espiritual e indestructible del símbolo. Una vez que se hace desaparecer no queda nada: la bestia.

«¡Es un procedimiento que no exige ni dinero ni medicina, ni brujería de clase alguna. Salid al aire libre, coged una azada y removed la tierra de los campos. Circunscribid vuestro ser y vuestro pensamiento a un círculo reducido. Manteneos de alimentos simples: vivid entre bestias, como una bestia, y no os desdeñéis de echar vos mismo abono en el campo que cultivéis. Este es el mejor procedimiento para vivir joven hasta los ochenta años» (Mefistófeles en Fausto).

Ahora en medio de la guerra incierta Europa, que declina, quiere recuperar lo que fue, alrededor de la Catedral herida mortalmente porque ya no se reza, se incendia. A pesar de ello todavía queda quien se esfuerza en su reconstrucción.

Alejandro III (1163) inaugura Notre Dame de París, y después de aquello, fue guardado, protegido el misterio, entre piedras que no eran de uno u otro estilo, sino del estado del alma, de cada tiempo, de todos los tiempos, sin importar quienes rezaban o bajo qué misterio se habían colocado aquellas piedras;  hasta el sonido de las campanas era música originada en incierto lugar que solo la misericordia de Víctor Hugo había encerrado en Quasimodo.

Era el símbolo: Notre Dame. Macron reunía a Europa y lo hacía porque él, muy laico, en su momento más crítico se aferra a la Catedral y a la historia. Unos rezaban, la mayoría no sabe hacerlo, otros estaban y otros se disculparon sin dar explicaciones.

Ahora es otra Europa, algo distinto, de muy difícil reconstrucción, incierta, sin bendición, precisamente a las puertas de la Navidad, cuando Dios-hombre lo retiramos para dar entrada al hombre-dios.

Después del símbolo, Notre Dame, no logramos recuperar ni siquiera un estilo arquitectónico que era a lo único que podíamos aspirar.  Notre Dame no era un conjunto material, ni una obra de arte universal. Era un lugar sagrado, era algo por encima de todo y de todos, porque era lo absoluto en una Europa que fue. El símbolo de su espíritu se perdió mucho antes del incendio.

Irrecuperable e inexplicable. En su reapertura hubo una ausencia notable, quizá por eso nadie da cuenta (en democracia es una exigencia dar cuenta) del porqué la ausencia de España, único vecino de Francia no representado.

Los reyes de Francia, los Borbones, lucieron el título de “Cristianísimos”, pero los de España, también Don Felipe de Borbón, siguen con la distinción de “Reyes Católicos” por excelencia, a la que se añade el privilegio, junto a otros, de “Su Majestad Católica”. Fue el Papa Alejandro VI quien en la bula Sic convenit expedida el 19 de diciembre de 1496 se lo concedió a Isabel y Fernando como consecuencia de la pacificación de los reinos de España -Aragón y Castilla- y de la conquista de Granada.

Me preguntan y me pregunto las razones para que una ausencia tan notable se haya producido y, lo peor, que no se nos haya explicado.

En cierta ocasión se encontraba el Tercio de Antonio Leiva, el mejor discípulo del Gran Capitán, pasando revista por el Veedor cuando a lo lejos se divisó un tropel de jinetes que se aproximaba.

— ¡Es Su Majestad Católica!, gritaron los oficiales.

Los tambores y pífanos rompieron a tocar la Marcha.

Detuvo el Emperador su caballo, descabalgó de un salto y se incorporó a la cabeza de la primera compañía. Tomó un arcabuz y ordenó que empezase la Muestra. El Veedor, sorprendido, nombró al Emperador en voz alta:

— ¡Su Majestad Católica Don Carlos de Gante, Rey de las Españas, Emperador de Alemania!

Terció el Emperador su arcabuz, quitóse el sombrero y oyéndole todo el Tercio contestó:

— ¡Presente y armado!

La anécdota tiene su importancia, porque no están los frentes para andar desarmado por el mundo. En lo espiritual y en lo material.

Trump si que estaba en Notre Dame. Todo un mensaje. Hay mucho que analizar, políticamente. Europa perdida, sin alguien que tome la dirección de un futuro que nos pasa por encima.

Francia intenta cobrar su lugar estratégico. Políticamente enturbiada ha sido capaz de situarse en el lugar que quiere ocupar y el oleaje no la arrastrará hacia los abismos rocosos.

El acto en Notre Dame requiere un análisis muy detallado en todo su conjunto. Desde quienes han ido, el lugar que han ocupado, con quien se han reunido y hacia donde han señalado.

De manera muy clara: Europa se la juega, ardió el conjunto que ahora lidera Von der Leyen y más que va a arder. La situación en el Oriente Próximo requiere una preparación urgente de Europa ante lo que se avecina. Estados Unidos está llamando a sus puertas, pero  nadie responde. Reino Unido  no es suficiente garantía en estos momentos.

Trump no ha venido porque le sobraba el tiempo. Se ha dejado en casa a Biden y a su perturbación política.

Otros no han querido encontrarse con él cara a cara. Hemos perdido una gran oportunidad.  Lo vamos a ver dentro de muy poco.

Siento decirlo. La ausencia de España ha sido, quizá, el mayor error político cometido por un Gobierno español en muchos años. Una nueva política Europea y de  relación con los EEUU Se vislumbra en el horizonte. Militar también. Francia se ha dado cuenta.

Nos arrepentiremos de esta ausencia.

La Catedral de Notre Dame se hundió bajo el fuego, no era lo importante la obra de arte, sino lo que sus piedras y sonidos guardaba, su obra espiritual unificadora.

Todo eso ardió. Ahora que se reconstruyen sus piedras queda por ver que hace Europa. De momento ni se reza ni se protege el misterio. Otros vendrán.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

9 diciembre 2024

 

 

 

LA FORMACIÓN MILITAR DE LA PRINCESA DE ASTURIAS. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

¿Recibirá formación militar la Princesa de Asturias?

No me cabe duda que este interrogante ha surgido por ser la Princesa de Asturias mujer, situación que en nada debe modificar lo que debe ser la formación de la futura Reina de España. Aunque todo es susceptible de cambio, en estos momentos en el ámbito militar hay pleno convencimiento de que la Princesa de Asturias seguirá en su formación los pasos de su padre el Rey.

El Rey, en su día la Reina, Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas.

El Rey, en su día la Reina, Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas.

Así se expresó en su día el ministro de Defensa: “La Princesa de Asturias recibirá su formación militar para ejercer la jefatura suprema de las Fuerzas Armadas como Capitán General de las mismas”. Pero todo esto son únicamente deseos y suposiciones ya que no hay regulación legal de ningún tipo. No debe dejarse la formación de la futura Reina de España simplemente a una cuestión de voluntades.

La ley 39/2007, de la Carrera Militar ha cometido muchos desaguisados y provocado un descontento generalizado. Entre estos desaguisados está lo relacionado con la carrera militar del Príncipe de Asturias.

Un día histórico...Una herencia y un compromiso.

Un día histórico…Una herencia y un compromiso.

En el artículo 2.2 dice: El Príncipe de Asturias podrá desarrollar la carrera militar y tener los empleos militares que, mediante real decreto, determine el Gobierno, que queda facultado para establecer un régimen propio y diferenciado teniendo en cuenta las exigencias de su alta representación y su condición de heredero de la Corona de España.

Y posteriormente en la disposición adicional primera:

La carrera militar de Su Alteza Real Don Felipe de Borbón, Príncipe de Asturias, se ajusta a un régimen propio y diferenciado regulado mediante real decreto aprobado en Consejo de Ministros, basado en el régimen del personal de las Fuerzas Armadas y teniendo en cuenta las exigencias de su alta representación y las circunstancias que concurren en su persona como heredero de la Corona de España.

No hay más legislado sobre la carrera militar del Príncipe de Asturias. ¿Lo entienden? A mi me cuesta un poco; vamos que no lo entiendo.

El presente. El futuro ya está aquí.

El presente. El futuro ya está aquí.

Primero dice que “El Príncipe de Asturias podrá desarrollar la carrera militar…” es decir, tiene expedita la facultad de hacerlo pero no tiene porqué hacerlo. Podrá, podría…, en fin.

Posteriormente en la disposición adicional primera (ya dio problemas su redacción en la ley 17/99)  en lugar de hablar del “Príncipe de Asturias” en general, se centra en una persona concreta: Don Felipe de Borbón; algo insólito en una ley. Extraña y confusa regulación que genera dudas e incluso malintencionadas interpretaciones. Nada queda claro y pensar que es necesario realizar la carrera militar para ostentar el mando supremo de las Fuerzas Armadas es simple suposición y más cuando hay ministros de defensa o presidentes del gobierno que no prestan juramento o promesa ante la Bandera.

Por tanto, el interrogante es saber quién decide si la Princesa de Asturias desarrollará la carrera militar, o no. ¿El Rey, la Reina, el Gobierno? El artículo 2 antes citado dice lo que dice, pero no dice que el Príncipe de Asturias tenga o no tenga que hacer la carrera militar. Se limita a dar la oportunidad, “podrá”. Todo queda abierto a interpretaciones y suposiciones. Las palabras de un  ministro de defensa efímero no son suficientes; tampoco los deseos de unos y otros en un sentido u otro. Lo suficiente y necesario es que se regule lo antes posible y dejemos la improvisación gubernamental, que en lo referente a los temas de la Casa Real vemos que es demasiado frecuente.

La formación ya ha comenzado.

La formación ya ha comenzado.

El 29 de mayo de 1977, el Príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón, sentaba plaza como Soldado de Honor en el Regimiento de Infantería “Inmemorial del Rey” nº 1.

Las palabras que SM. El Rey le dirigió a su hijo explican de manera rotunda las razones, la necesidad de esa formación militar para un futuro Rey. Les aconsejo que las lean; entenderán que son hoy tan actuales como entonces y que poco más razones se pueden argumentar:

El Príncipe de Asturias "Soldado de Honor", en formación.

El Príncipe de Asturias «Soldado de Honor», en formación.

“He querido que desde tan temprana edad forme en sus filas, porque quiero que se identifique con nuestros hombres, que sea un buen soldado, que es tanto como decir, un magnífico español”.

Tú tienes que ser un buen soldado, el mejor, el más abnegado, el más sobrio. Te tienes que preparar, y te aseguro que la formación es dura”

“Felipe: Hoy es día grande para ti. No lo olvides nunca.

También lo es para mí. Mi mayor orgullo es ser el primer soldado de la Nación y darlo todo por la Patria.

Al ver a mi hijo soldado, pienso en España y pienso en su futuro. En ese futuro en paz, en orden y en progreso”.

Soldado de Honor

Soldado de Honor

Que la Princesa de Asturias lleve a cabo el mismo acto de filiación será de exclusiva voluntad de SM. El Rey. La carrera militar o los estudios de la Princesa de Asturias deberán ser regulados y delicadamente elegidos. ¿Recibirá formación militar? Una duda que nos gustaría despejar y que así debería ser en una Nación no expuesta a continuas convulsiones incluso de identidad. Pero aquí será polémico, como casi todo, y no será del gusto de todos.

A partir de este momento se requiere una regulación sobre la formación del heredero de la Corona de España y dentro de ella sobre su formación militar.

¿Tendremos que seguir esperando?, ¿o improvisando?

General de División (R) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

15 agosto 2018

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