TRUMP IMPONE EL RITMO DE LA LEGION ESPAÑOLA. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

¿A quiénes señala Trump??

¿A quiénes señala Trump?

En la Legión española hay un dicho que circula entre legionarios que dice: «Lo imposible lo hacemos al momento. Los milagros también, pero tardamos un poco más».

Donald Trump vino a copiar la frase, que seguro que alguno de sus asesores fue Caballero legionario español y ahora le aconseja:

«En América lo imposible es lo que mejor hacemos». Pura Legión.

Lo malo es que va a necesitar del milagro y quizá de la mismísima Legión española.

Merece la pena detenerse en este cambio de ciclo que trae cocina de autor, Trump, y por ello lo primero que hace es poner en la calle al asesor culinario José Andrés.

No se aburran ni dejen la lectura, aunque sea algo larga, porque vamos a asistir a un cambio que nos afecta y para ello debemos prepararnos.

Datos sobre el papel y luego que cada uno saque conclusiones.

Hace muchos años que el mundo no estaba tan atento a un lugar de la Tierra desde donde una persona, todopoderosa, se dirigía al mundo. Sus palabras no eran palabras para América, eran para todos. El idioma era universal, sencillo, entendible; y veremos si realizable. Esperanzador sin duda, para otros devastador, pero todos se han puesto a hacer los deberes desde hoy.

Recordaba aquellos tiempos en nada iguales, pero tan parecidos, en los que habían una clara definición de oriente y occidente, estando tan cerca, donde Alejandro a un lado, al otro Darío, se miraban enfrentados, indecisos allí donde el mundo era un cambio. Alejandro, Ilíada en mano, primero se acercó al Helesponto, Troya; ya nada le detuvo y, en un punto más allá, que divisó el pirata con el anteojo del español Espronceda, romántico, adivinó: ve el capitán pirata/cantando alegre en la popa, /Asia a un lado, al otro Europa, / y allá al frente Estambul.»

¡Ay las rutas del pirata! Por el otro lado Panamá. Estrecho que une el Pacífico Norte con el Atlántico Norte. De la edad del bronce a la del oro.

Complejo por sencillo y definitorio el discurso del presidente de los Estados Unidos. Rotundo. Claridad. Ni un papel. El futuro en su cabeza y parte en su corazón.

No tengo el más mínimo inconveniente en revelar mis sentimientos mientras escuchaba a Donald Trump. Solo una frase: me iba creyendo lo que decía. Estaba convencido de oír palabras que se cumplirán, no promesas; y eso me pareció bueno. Ahora he escuchado y leído de nuevo el discurso. Me reafirmo, pero me doy cuenta de la complejidad de llevar a cabo todo el programa.

Es un cambio radical para el mundo que tiene mucho que ver con la vuelta hacia atrás, de recuperar aquellas cosas que habíamos abandonado, que el hombre creyéndose dios, olvidando a Dios, había renunciado, entre ellas podría estar la libertad. Estábamos cogiéndole gusto a la esclavitud ideológica y a la imposición de un pensamiento que nos debilitaba como hombres libres y con libre albedrío. Trump le llama: «Día de la liberación». En estos tiempos que por aquí corren es muy importante subrayar este párrafo del presidente que ¡nos recuerda tanto!: «Después de años y años de esfuerzos federales ilegales e inconstitucionales para restringir la libertad de expresión, también firmaré una orden ejecutiva para detener inmediatamente toda censura gubernamental y devolver la libertad de expresión a Estados Unidos» […] «Nunca más se utilizará el inmenso poder del Estado como arma para perseguir a los oponentes políticos«. ¿Hablaba de España?

La economía se ha echado a temblar. En Europa nadie se atreve a decir más allá del miedoso «Estamos preparados», aunque no sabemos para qué ni la que se nos viene encima. Von der Leyen dice en Davos que «El orden mundial cooperativo que imaginamos hace 25 años no se ha hecho realidad. Por el contrario, hemos entrado en una nueva era de dura competencia geoestratégica». Tiembla cuando Trump dice:

«La crisis inflacionista fue causada por el gasto excesivo y la escalada de los precios de la energía, y por eso hoy también declararé una emergencia energética nacional. Vamos a perforar, «baby», a perforar.

Estados Unidos volverá a ser una nación manufacturera, y tenemos algo que ninguna otra nación manufacturera tendrá jamás: la mayor cantidad de petróleo y gas de cualquier país de la Tierra, y vamos a utilizarlo»

En fin lo de los coches eléctricos léanlo porque esto acaba de empezar cuando nosotros le hemos comprado casi 5.000 vehículos a los chinos para nuestros Ejércitos. Menos mal que no son eléctricos.

Pues que quieren que les diga, que si masculino y femenino, la covid y la libertad de nuevo, pero es muy importante en un mundo en guerra que nos fijemos mucho en el punto de vista de los Ejércitos y el futuro de la guerra. Es alentador y además no son palabras al viento como ya se demostró en su anterior mandato:

«Nuestras fuerzas armadas serán libres para centrarse en su única misión, derrotar a los enemigos de Estados Unidos.

Como en 2017, volveremos a construir el ejército más fuerte que el mundo haya visto jamás. Mediremos nuestro éxito, no solo por las batallas que ganemos, sino también por las guerras que terminemos y, quizá lo más importante, por las guerras en las que nunca nos metamos. El legado del que me sentiré más orgulloso será el de pacificador y unificador. Eso es lo que quiero ser, un pacificador y un unificador. Me complace decir que desde ayer, un día antes de asumir el cargo, los rehenes de Oriente Próximo vuelven a casa con sus familias. Gracias».

Esperanzador con una estrategia tan antigua como victoriosa que recuerda las palabras de Sunzi: «La mejor victoria es vencer sin combatir».

«Nuestro poder detendrá todas las guerras y traerá un nuevo espíritu de unidad a un mundo enfadado, violento y totalmente impredecible.

Convendría recordar Afganistán. La de Obama y Biden.

Como ya he dicho China queda frenada en Panamá y deberá reconsiderar su expansión más allá del acuerdo. El tiempo iba demasiado deprisa y era necesario una pausa.

Un recado digno de pensar en él: «Acabaremos con la epidemia de enfermedades crónicas y mantendremos a nuestros hijos seguros, sanos y libres de enfermedades«. ¿A qué se refiere?

No puede olvidar el pasado y Trump habla de memoria histórica con una bella alabanza a su pueblo luchador y sacrificado que ha sabido superar todas las pruebas para llegar a ser la nación más poderosa del mundo.

Esfuerzo, sacrificio, mérito, trabajo, nada de quejas ni reproches, llegar hasta las estrellas. No es una metáfora.

«…  nunca deben creer que algo es imposible de hacer. En Estados Unidos, lo imposible es lo que mejor sabemos hacer».

«Somos un pueblo, una familia y una gloriosa nación bajo Dios.

Pues todo queda dicho, guste o no; lleva camino de cumplirse: «No olvidaremos nuestro país. No olvidaremos nuestra Constitución, y no olvidaremos a nuestro Dios«.

Aquí no termina todo. ¿El Gobierno de España? Ni está ni se le espera lo cual no es ninguna alegría. ¿Qué ha querido decir el presidente de los Estados Unidos al preguntar con ironía si España era uno de los miembros del BRIC? A ningún español culto y amante de su nación le ha podido sentar bien esa alusión irónica que en cualquier caso no deja de ser impertinente, injusta y nada esperanzadora. Dicho esto, para mí queda muy claro que las palabras de Trump sobre España no son un error o fruto del desconocimiento, sino una flecha envenenada lanzada contra el gobierno de Sánchez, no contra España, que vamos a pagar todos los españoles. Así están las cosas y tiene su explicación. Solo tendrá solución con la caída de este Gobierno que está poniendo en peligro la unidad de España y las relaciones exteriores. Así de claro.

Podríamos recordar cientos de episodios, pero la cruda realidad es que hemos dejado de tener importancia en el mundo y en momentos como estos, por ejemplo, nos hemos quedado sin control en el Estrecho, cuando el Mediterráneo es clave y llave (Italia lo sabe y allí estaba), y roto las relaciones con Israel de quien dependemos en gran parte para que nuestras armas, con su tecnología, funcionen. Estamos fuera de cualquier escenario importante y nos jugamos la Defensa y la Economía.

En Política y Defensa Internacional hay algo fundamental: la confianza mutua. España no es un socio fiable. ¿Se preguntan porqué? Trump sabe más de lo que nos pensamos y tiene una memoria de elefante, algo que en España solo existe para dividirnos.

Lo he explicado muchas veces por lo que para mis lectores habituales va a ser repetitivo, pero no es malo recordarlo:

—12 de octubre 2003. Todo empezó ese año cuando un aspirante a llevar a España a su destrucción ofendía de manera pública y ostentosa, algo que no haría ni el dirigente de Corea del Norte, a todo el pueblo estadounidense al no mostrar el debido respeto a su bandera. Internacionalmente una ofensa inadmisible; no hay otra más grave. La bandera representa a todos, repito, a todos, y no hay nada ni nadie que pueda sustituir su significado. José Luis Rodríguez Zapatero lo hizo. No se levantó al paso de la bandera de los Estados Unidos en el desfile del Día de la Fiesta Nacional de España, un insulto del que hoy sigue presumiendo.

11 de marzo 2004. Ocurre una de las mayores tragedias de la historia de España. Casi 200 muertos. Que si un Gobierno que no nos mienta, que si caminito de Jerez… Un pueblo sumiso que aún no sabe lo que pasó ni por qué. Pero era el momento y llegó lo de Irak. Sin previo aviso se retiró a las tropas españolas de su lugar pactado con nuestros aliados y se hizo con grave riesgo de muerte para ellas mismas y para las tropas americanas que debían ocupar su hueco. Humillante para nosotros, arriesgado e inolvidable para ellos. Empezaron las ofensas contra el Gobierno de los Estados Unidos. No contento con eso el señor Zapatero en Túnez se permite arengar al resto de naciones de la coalición en Irak para que la abandonen y dejen en soledad y riesgo a los soldados norteamericanos.

Las relaciones bilaterales quedaron peor que en punto muerto y el peso internacional de España era el de una pluma de ganso. A los militares españoles nos ha costado grandes esfuerzos recobrar el prestigio perdido en aquella retirada.

—14 noviembre 2007. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero decide proponer al jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Feliz Sanz Roldán, como presidente del Comité Militar de la Alianza Atlántica. El íntimo de Bono, también de Zapatero, se lo cree, está en todo.

Se elige al general italiano. ¡Premio! La noticia era así: «El almirante Giampaolo di Paola, jefe del Estado Mayor de la Defensa italiana, fue elegido presidente del Comité Militar de la OTAN, en detrimento de la candidatura española, el JEMAD Félix Sanz Roldán, que se cayó en la primera votación»…, ¡en la primera votación!

Una cosa tienen buena estos socialistas y es que saben premiar fidelidades. El JEMAD debía ser mejorable y fue sustituido por José Julio Rodríguez Fernández (Julio el de Podemos…) y el ex fue nombrado por Zapatero alto representante para temas de defensa de la presidencia española de la Unión Europea, con rango de Secretario de Estado, un extraño cargo, premio de consolación a su fracaso.

23 marzo 2009. Zapatero, con su acusado síndrome de Alicia, piensa que el presidente americano debe recibirle y postrarse ante él. Bernardino León, Secretario General de la Presidencia del Gobierno, su asesor personal en política exterior y el general del Ejército de Tierra Félix Sanz Roldán (luego fue Jefe del Centro Nacional de Inteligencia CNI y ahora se sienta en el Consejo de Administración de Iberdrola) viajan a Washington para reunirse con el consejero de Seguridad Nacional, James Jones, en una reunión concertada hacía tiempo. Se trataba, acompañados por el embajador Dezcallar, de arañar algo más que una foto de Zapatero con Obama, unos minutos de conversación de contenido político.

En la escala que hacen en las Azores, B. León y Félix Sanz Roldán (el general de Ejército Consejero de Iberdrola) les llega la noticia de que la ministra de Defensa Carme Chacón acaba de anunciar, durante su visita a las tropas allí desplegadas, la retirada de Kosovo, algo de lo que nadie había sido avisado. El desaguisado es monumental. Las graves consecuencias de la declaración de la ministra de Defensa no se hacen esperar. El lenguaje más suave de los dirigentes americanos es: «profundamente decepcionados». Se utilizan términos durísimos contra España, más allá de los diplomáticos. En lo militar, el país más crítico es Italia, a cuyo mando aún están las tropas en Kosovo. Los italianos temen que España se retire de la misma manera de Bosnia. Saben y recuerdan Irak.

15 mayo 2019. Salta la noticia: «La Embajada de Estados Unidos en Madrid trasladó informalmente al Ministerio de Exteriores su malestar por no haber sido informada de la decisión de retirar temporalmente la fragata Méndez Núñez del grupo de combate encabezado por el portaaviones Abraham Lincolnante la escalada de tensión con Irán. El departamento dirigido por Josep Borrell dio explicaciones, pero tardías: la decisión, adoptada por Defensa, fue comunicada al Pentágono a través de los canales militares, pero no circuló por vía diplomática. Ni la Embajada de EE UU en Madrid ni la de España en Washington estaban al corriente».

Enero 2020. Aparece en Madrid, Aeropuerto de Barajas, sala VIP; recibida por el ministro Ábalos, amparada por la policía, escondiendo nadie sabe qué, Delcy Rodríguez, y la diplomacia norteamericana pide explicaciones al ejecutivo español por recibir a la vicepresidenta venezolana rompiendo los acuerdos europeos e internacionales. De la misma manera que presentó su queja: «lamentable que el presidente Sánchez no haya aceptado reunirse con Guaidó».

Abril 2020. «El astillero público militar español, que pujaba en alianza con la división de astilleros militares de General Dynamics, ha perdido el gran contrato de casi seis mil millones de euros para construir una decena de fragatas para la Armada de EEUU (US Navy). Así lo comunicó el Ejército americano, que adjudicó la fabricación de la primera de esa decena de nuevas fragatas al grupo italiano Fincantieri. Las necesidades de la Navy llegan a la veintena de buques de este tipo en el largo plazo, lo que da idea de la magnitud de la oportunidad perdida para el grupo controlado por la Sepi».

Josep Borrell afirmó en noviembre de 2018 que Estados Unidos, a diferencia de Europa, tiene más integración porque «hicieron la independencia prácticamente sin tener historia», ya que “lo único que habían hecho es matar a cuatro indios”.

The New York Times y The Washington Post, han denunciado que desde Bruselas Borrell se ha doblegado ante las presiones del gobierno de China para corregir un informe oficial de la Unión Europea y eliminar las acusaciones que había en él de que Pekín tiene en pie una campaña de desinformación global».

Lo de la guerra y la Defensa, de lo que hablaremos, así como lo de Israel nos va a pasar una grave factura y fractura y eso que no hemos hablado de las ofensas personales a la figura de Trump o los guiños con Venezuela.

Hay muchas más cosas, pero por hoy ya está bien. Oscurece.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

22 enero 2025

DISCURSO DE TOMA DE POSESIÓN DE DONALD TRUMP

“Muchas gracias. Muchas gracias a todos. Bueno, muchas, muchas gracias. Vicepresidente Vance, speaker Johnson, senador Thune, presidente del Tribunal Supremo Roberts, jueces de los Estados Unidos, Tribunal Supremo, presidente Clinton, presidente Bush, presidente Obama, presidente Biden, vicepresidenta Harris y mis conciudadanos, la edad de oro de Estados Unidos comienza ahora mismo. A partir de hoy, nuestro país florecerá y volverá a ser respetado en todo el mundo. Seremos la envidia de todas las naciones, y no permitiremos que se sigan aprovechando de nosotros durante todos, y cada uno de los días de la Administración Trump, sencillamente pondré a Estados Unidos primero.

Nuestra soberanía será restablecida. Se restablecerá nuestra seguridad. Se reequilibrará la balanza de la justicia. Se pondrá fin al armamentismo despiadado, violento e injusto del Departamento de Justicia y de nuestro Gobierno. Nuestra máxima prioridad será crear una nación orgullosa, próspera y libre. Estados Unidos pronto será más grande, más fuerte y mucho más excepcional que nunca. Vuelvo a la Presidencia con la confianza y el optimismo de que nos encontramos en el inicio de una nueva y emocionante era de éxito nacional. Una marea de cambio está barriendo el país. Estados Unidos tiene la oportunidad de aprovechar esta oportunidad como nunca antes, pero primero debemos ser honestos sobre los retos a los que nos enfrentamos. Aunque son abundantes, serán aniquilados por este gran impulso que el mundo está presenciando ahora en Estados Unidos de América.

Mientras nos reunimos hoy, nuestro Gobierno se enfrenta a una crisis de confianza. Durante muchos años, un establishment radical y corrupto ha extraído poder y riqueza de nuestros ciudadanos mientras los pilares de nuestra sociedad yacían rotos y aparentemente incompletos. Ahora tenemos un Gobierno que no puede gestionar ni siquiera una simple crisis en casa, mientras que al mismo tiempo tropieza con un catálogo continuo de acontecimientos catastróficos en el extranjero. No protege a nuestros magníficos ciudadanos estadounidenses respetuosos de la ley, pero proporciona santuario y protección a peligrosos delincuentes, muchos de ellos procedentes de prisiones e instituciones psiquiátricas que han entrado ilegalmente en nuestro país desde todo el mundo. Tenemos un Gobierno que ha dado financiación ilimitada a la defensa de las fronteras extranjeras pero se niega a defender a los votantes estadounidenses o, lo que es más importante, a su propio pueblo. Nuestro país ya no puede prestar servicios básicos en tiempos de emergencia, como ha demostrado recientemente el maravilloso pueblo de Carolina del Norte, que tan mal ha tratado. Y otros Estados todavía están sufriendo las consecuencias de un huracán que tuvo lugar hace muchos meses o, más recientemente, Los Ángeles, donde estábamos viendo cómo el fuego seguía ardiendo trágicamente desde hace semanas sin ni siquiera una señal de defensa. Está arrasando casas y comunidades, afectando incluso a algunas de las personas más ricas y poderosas de nuestro país, algunas de las cuales están sentadas aquí ahora mismo. Ya no tienen casa. Es interesante, pero no podemos dejar que esto ocurra. Todo el mundo es incapaz de hacer nada al respecto. Eso va a cambiar. Tenemos un sistema de sanidad pública que no cumple en tiempos de catástrofe. Sin embargo, se gasta más dinero en él que en cualquier otro país del mundo, y tenemos un sistema educativo que enseña a nuestros hijos a avergonzarse de sí mismos y, en muchos casos, a odiar a nuestro país, a pesar del amor que tan desesperadamente intentamos proporcionarles. Todo esto cambiará a partir de hoy, y cambiará muy rápidamente.

Mi reciente elección es un mandato para revertir completa y totalmente una horrible traición, y todas estas muchas traiciones que han tenido lugar, y para devolver al pueblo su fe, su riqueza, su democracia y de hecho su libertad, a partir de este momento, el declive de América ha terminado. Las libertades y el glorioso destino de nuestra nación ya no serán negados, y restauraremos inmediatamente la integridad, la competencia y la lealtad del Gobierno de Estados Unidos. En los últimos ocho años, he sido puesto a prueba y desafiado más que ningún otro presidente en nuestros 250 años de historia, y he aprendido mucho por el camino. El viaje para recuperar nuestra república no ha sido fácil, eso puedo decírselo. Quienes desean detener nuestra causa han intentado arrebatarme la libertad y, de hecho, arrebatarme la vida. Hace solo unos meses, en un hermoso campo de Pensilvania, la bala de un asesino me atravesó la oreja, pero sentí entonces y creo, aún más ahora, que mi vida fue salvada por una razón. Dios me salvó para hacer a Estados Unidos grande de nuevo.

Muchas gracias. Muchas gracias. Por eso, cada día bajo nuestra Administración de patriotas estadounidenses, trabajaremos para hacer frente a cada crisis con dignidad, poder y fuerza. Nos moveremos con determinación y rapidez para devolver la esperanza, la prosperidad, la seguridad y la paz a los ciudadanos de todas las razas, religiones, colores y credos. Para los ciudadanos estadounidenses, el 20 de enero de 2025 es el Día de la Liberación.

Tengo la esperanza de que nuestras recientes elecciones presidenciales sean recordadas como las elecciones más importantes y trascendentales de la historia de nuestro país, ya que, como demostró nuestra victoria, toda la nación se está unificando rápidamente detrás de nuestro programa, con un aumento espectacular del apoyo de prácticamente todos los elementos de nuestra sociedad: jóvenes y mayores, hombres y mujeres, afroamericanos, hispanoamericanos, asiáticoamericanos, urbanos, suburbanos, rurales. Y, lo que es muy importante, ganamos con contundencia en las urnas de los siete Estados indecisos, y el voto popular fue ganado por millones de personas.

A las comunidades negras e hispanas, quiero darles las gracias por la tremenda efusión de amor y confianza que me han demostrado con su voto. Hemos batido récords, y no lo olvidaré. He escuchado sus voces en la campaña, y estoy deseando trabajar con ustedes en los próximos años. Hoy es el Día de Martin Luther King y en su honor, será un gran honor, pero en su honor, nos esforzaremos juntos para hacer su sueño realidad. Haremos que su sueño se haga realidad. Gracias, gracias.

La unidad nacional está volviendo a América, y la confianza y el orgullo se están disparando como nunca antes en todo lo que hacemos, mi Administración se inspirará en una fuerte búsqueda de la excelencia y el éxito implacable. No olvidaremos nuestro país. No olvidaremos nuestra Constitución, y no olvidaremos a nuestro Dios.

Hoy, firmaré una serie de órdenes ejecutivas históricas. Con estas acciones, comenzaremos la completa restauración de América y la revolución del sentido común. Así que todo sobre el sentido común, en primer lugar, declarar una emergencia nacional en nuestra frontera sur. Se detendrá inmediatamente toda entrada ilegal, y comenzaremos el proceso de devolver a millones y millones de extranjeros criminales a los lugares de donde vinieron. Restableceremos mi política de ‘quédate en México’. Pondré fin a la práctica de captura y liberación, y enviaré tropas a la frontera sur para repeler la desastrosa invasión de nuestro país. Las órdenes que he firmado hoy también designarán a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras, e invocando la ley de enemigos extranjeros de 1798 ordenaré a nuestro Gobierno que utilice todo el inmenso poder de las fuerzas del orden federales y estatales para eliminar la presencia de todas las bandas y redes criminales extranjeras que traen delitos devastadores a suelo estadounidense, incluidas nuestras ciudades y centros urbanos.

Como Comandante en Jefe, no tengo mayor responsabilidad que defender a nuestro país de amenazas e invasiones, y eso es exactamente lo que voy a hacer. Lo haremos a un nivel que nadie ha visto antes.

A continuación daré instrucciones a todos los miembros de mi Gabinete para que pongan en marcha los mejores medios a su alcance para derrotar lo que fue una inflación récord y reducir rápidamente los costes y los precios. La crisis inflacionista fue causada por el gasto excesivo y la escalada de los precios de la energía, y por eso hoy también declararé una emergencia energética nacional. Vamos a perforar, baby, a perforar.

Estados Unidos volverá a ser una nación manufacturera, y tenemos algo que ninguna otra nación manufacturera tendrá jamás: la mayor cantidad de petróleo y gas de cualquier país de la Tierra, y vamos a utilizarlo. Bajaremos los precios, volveremos a llenar nuestras reservas estratégicas hasta arriba y exportaremos energía estadounidense a todo el mundo. Volveremos a ser una nación rica, y es ese oro líquido bajo nuestros pies el que ayudará a conseguirlo.

Con mis acciones hoy pondremos fin al Green New Deal, y revocaremos el mandato de los vehículos eléctricos, salvando nuestra industria automovilística y manteniendo mis plantas sagradas para nuestros grandes trabajadores automovilísticos estadounidenses. En otras palabras, podrán comprar el coche de su elección; volveremos a fabricar automóviles en Estados Unidos a un ritmo que nadie habría soñado posible hace tan solo unos años. Y gracias a los trabajadores del sector de automóviles de nuestra nación por su inspirador voto de confianza. Nos ha ido tremendamente bien con ellos.

Comenzaré inmediatamente la revisión de nuestro sistema comercial para proteger a los trabajadores y las familias estadounidenses. En lugar de gravar a nuestros ciudadanos para enriquecer a otros países, arancelaremos y gravaremos a los países extranjeros para enriquecer a nuestros ciudadanos. Para ello, vamos a crear un servicio de ingresos externos que recaudará todos los aranceles, derechos e ingresos. Será cantidades masivas de dinero que vierten en nuestro tesoro procedentes de los extranjeros sociales. El sueño americano pronto estará de vuelta y próspero como nunca antes.

Para restaurar la competencia y la eficacia de nuestro Gobierno federal, mi Administración creará el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental. Después de años y años de esfuerzos federales ilegales e inconstitucionales para restringir la libertad de expresión, también firmaré una orden ejecutiva para detener inmediatamente toda censura gubernamental y devolver la libertad de expresión a Estados Unidos.

Nunca más se utilizará el inmenso poder del Estado como arma para perseguir a los oponentes políticos, algo de lo que sé algo. No permitiremos que eso ocurra. No volverá a ocurrir. Bajo mi liderazgo, restableceremos una justicia justa, equitativa e imparcial en el marco del Estado de derecho constitucional, y vamos a devolver la ley y el orden a nuestras ciudades.

Esta semana también pondré fin a la política gubernamental de tratar de imponer socialmente la raza y el género en todos los aspectos de la vida pública y privada. Forjaremos una sociedad daltónica y basada en el mérito. A partir de hoy, la política oficial del Gobierno de Estados Unidos será que solo hay dos géneros, masculino y femenino.

Esta semana, reincorporaré a todos los miembros del servicio que fueron expulsados injustamente de nuestros ejércitos por oponerse al mandato de la vacuna covid con el pago retroactivo completo. Y firmaré una orden para impedir que nuestros guerreros sean sometidos a teorías políticas radicales y experimentos sociales mientras están de servicio; va a terminar inmediatamente. Nuestras fuerzas armadas serán libres para centrarse en su única misión, derrotar a los enemigos de Estados Unidos.

Como en 2017, volveremos a construir el ejército más fuerte que el mundo haya visto jamás. Mediremos nuestro éxito, no solo por las batallas que ganemos, sino también por las guerras que terminemos y, quizá lo más importante, por las guerras en las que nunca nos metamos. El legado del que me sentiré más orgulloso será el de pacificador y unificador. Eso es lo que quiero ser, un pacificador y un unificador. Me complace decir que desde ayer, un día antes de asumir el cargo, los rehenes de Oriente Próximo vuelven a casa con sus familias. Gracias.

América reclamará su legítimo lugar como la nación más grande, más poderosa y más respetada de la Tierra, inspirando el asombro y la admiración del mundo entero. Dentro de poco, cambiaremos el nombre del golfo de México por el de ‘golfo de América’, y devolveremos el nombre de un gran presidente, William McKinley, al Monte McKinley, donde debe estar y donde pertenece.

El Presidente McKinley hizo a nuestro país muy rico a través de los aranceles y a través del talento. Era un hombre de negocios y le dio a Teddy Roosevelt el dinero para muchas de las grandes cosas que hizo, incluyendo el canal de Panamá, que ha sido tontamente dado al país de Panamá después de que Estados Unidos… Estados Unidos, quiero decir, piensen que en esto gastaron más dinero que nunca antes en un proyecto y perdieron 38.000 vidas en la construcción del Canal de Panamá. Se nos ha tratado muy mal con este tonto regalo que nunca debió hacerse, y se ha roto la promesa que Panamá nos hizo. El propósito de nuestro trato y el espíritu de nuestro tratado han sido totalmente violados. A los barcos estadounidenses se les está cobrando gravemente de más y no se les está tratando justamente de ninguna manera, forma o manera, y eso incluye a la Marina de Estados Unidos. Y sobre todo, China está operando el Canal de Panamá. Y nosotros no se lo dimos a China. Se lo dimos a Panamá y vamos a recuperarlo.

Por encima de todo, mi mensaje de hoy a los estadounidenses es que ha llegado el momento de que volvamos a actuar con el valor, el vigor y la vitalidad de la mayor civilización de la historia. Así, al liberar a nuestra nación, la conduciremos a nuevas cotas de victoria y éxito. Juntos no nos amilanaremos. Acabaremos con la epidemia de enfermedades crónicas y mantendremos a nuestros hijos seguros, sanos y libres de enfermedades. Estados Unidos volverá a considerarse una nación en crecimiento, que aumenta su riqueza, expande su territorio, construye sus ciudades, eleva sus expectativas y lleva su bandera a nuevos y hermosos horizontes, y perseguiremos nuestro destino manifiesto hacia las estrellas, viendo a los astronautas estadounidenses plantar las barras y estrellas en el planeta Marte.

La ambición es el alma de una gran nación, y ahora mismo nuestra nación es más ambiciosa que ninguna otra. Al igual que nuestra nación, los estadounidenses son exploradores, constructores, innovadores, emprendedores y pioneros. El espíritu de la frontera está inscrito en nuestros corazones. La llamada de la próxima gran aventura resuena en nuestras almas. Nuestros antepasados estadounidenses convirtieron un pequeño grupo de colonias al borde de un vasto continente en la poderosa república de los ciudadanos más extraordinarios. Nadie se les acerca. Los estadounidenses recorrieron miles de kilómetros a través de una tierra agreste e indómita. Cruzaron desiertos, escalaron montañas, desafiaron peligros incalculables, ganaron el Salvaje Oeste, acabaron con la esclavitud, rescataron a millones de la tiranía, sacaron a miles de millones de la pobreza, aprovecharon la electricidad, dividieron el átomo, lanzaron a la humanidad a los cielos y pusieron el universo del conocimiento humano en la palma de la mano del hombre. Si trabajamos juntos, no hay nada que no podamos hacer ni ningún sueño que no podamos alcanzar. Muchos pensaban que era imposible que yo protagonizara un regreso político tan histórico. Pero como ven hoy, aquí estoy, el pueblo estadounidense ha hablado.

Me presento ante ustedes como prueba de que nunca deben creer que algo es imposible de hacer. En Estados Unidos, lo imposible es lo que mejor sabemos hacer. De Nueva York a Los Ángeles, de Filadelfia a Phoenix, de Chicago a Miami, de Houston a Washington DC, nuestro país fue forjado y construido por generaciones de patriotas que dieron todo lo que tenían por nuestros derechos y nuestra libertad. Eran granjeros y soldados, vaqueros y obreros, trabajadores del acero y mineros del carbón, policías y pioneros que siguieron adelante, marcharon hacia delante y no dejaron que ningún obstáculo venciera su espíritu o su orgullo. Juntos construyeron los ferrocarriles, levantaron los rascacielos, construyeron grandes autopistas, ganaron dos guerras mundiales, derrotaron al fascismo y al comunismo y triunfaron sobre todos y cada uno de los retos a los que se enfrentaron. Después de todo lo que hemos pasado juntos, estamos a punto de vivir los cuatro mejores años de la historia de Estados Unidos. Con su ayuda, restauraremos la promesa de Estados Unidos y reconstruiremos la nación que amamos y que tanto amamos.

Somos un pueblo, una familia y una gloriosa nación bajo Dios. Así que a todos los padres que sueñan con su hijo y a todos los niños que sueñan con su futuro, Estados Unidos volverá a ser respetado y admirado de nuevo. Niños que sueñan con su futuro, yo estoy con ustedes. Lucharé por ti y ganaré por ti. Vamos a ganar como nunca antes. Gracias. Gracias a ustedes. Gracias, gracias. Gracias, gracias. En los últimos años, nuestra nación ha sufrido mucho. Pero vamos a traerla de vuelta y hacerla grande de nuevo, más grande que nunca. Seremos una nación como ninguna otra, llena de compasión, coraje y excepcionalismo. Nuestro poder detendrá todas las guerras y traerá un nuevo espíritu de unidad a un mundo enfadado, violento y totalmente impredecible. América volverá a ser respetada y admirada, incluso por las personas de religión, fe y buena voluntad. Seremos prósperos. Estaremos orgullosos. Seremos fuertes y ganaremos como nunca antes. No nos conquistarán. No nos intimidarán. No nos doblegarán y no fracasaremos. A partir de hoy, los Estados Unidos de América serán una nación libre, soberana e independiente. Nos levantaremos con valentía. Viviremos con orgullo. Soñaremos con audacia y nada se interpondrá en nuestro camino porque somos estadounidenses. El futuro es nuestro y nuestra edad de oro acaba de empezar. Gracias. Dios bendiga a América. Gracias a todos. Gracias a todos. Muchas Gracias. Muchas Gracias. Muchas gracias. Muchas gracias”.

TRUMP EN TIEMPOS DE NEGOCIOS (Laureano Martín Pérez)

Trump y sus negocios

Diversas circunstancias y obligaciones me han mantenido más tiempo del que hubiera deseado alejado de este espacio. Pero al fin puedo retomar mi actividad, aunque sea como ahora, escribiendo en el hall de la T-4, mientras espero a embarcar en el enésimo vuelo que tomo este mes.

Muchos son los acontecimientos que acaparan las portadas de los periódicos o con los que abren los informativos, y todos ellos tienen en común el no ser nada tranquilizadores. Pero a pesar de ello, y como he comentado en alguna ocasión, por más graves que nos parezcan o que nos quieran hacer pensar que  son, raro es el tema que aguanta dos días en portada y más de cuatro en la parrilla. No olvidemos que lo que no es “rabiosa” novedad no atrae, y lo que no atrae no es negocio. Pero no he regresado para criticar el tratamiento que dan los diversos medios a lo que está sucediendo a nuestro alrededor.

Si nos fijamos un poco, casi todos esos asuntos a los que me refiero: la amenaza del Daesh, las aspiraciones de Rusia, la situación en Siria, Corea del Norte… tienen uno, o mejor, dos nexos en común, o dos claros hilos conductores que, lejos de ser paralelos en algún punto, terminan tocándose.

Trump comandante en jefe

Uno es el personaje estrella elegido por los medios y no precisamente para bien. Me refiero al nuevo presidente de EEUU, Donald Trump. El otro es el yihadismo.

Desde la llegada al poder de Trump, parece que el yihadismo ha dejado de ser la principal preocupación o amenaza, salvo cuando el Daesh nos vuelve a golpear. No obstante, hay que decir que, en cierto modo, el Daesh está manteniendo un “perfil bajo” en sus acciones, fruto no sólo del acoso al que está siendo sometido en el territorio que antaño dominaba a placer, sino como parte de una estrategia de reorganización y de definición de nuevos caminos para lograr sus objetivos. Sería un grave error pensar que estamos cerca de la derrota de tan formidable enemigo. Desgraciadamente, nos queda un largo y doloroso camino que recorrer. Si algo ha demostrado esta organización es su gran capacidad para analizar nuestras debilidades y reacciones, y su habilidad para dosificar sus acciones de tal modo que sean capaces de ir creando poco a poco el estado de psicosis y terror que buscan y consideran óptimo para lograr sus fines, pero sin provocar el efecto contrario, es decir, sin cruzar la línea que provocaría una reacción conjunta y decidida. De nuevo demuestran ser unos “amos” en la gestión del tiempo.

Volviendo a Donald Trump, su llegada al poder parece haber creado una gran conmoción o preocupación a tenor del tratamiento que se da a cualquier declaración o decisión de este mandatario.

Es cierto que se trata de un personaje en cierto modo, histriónico, desmedido, y aparentemente poco dado a la contención, al menos verbal. ¿Pero cuánto de ello es real y cuánto parte de una actuación calculada?

Hay diversos factores que no podemos olvidar. El personaje en cuestión es, ante todo, un hombre de negocios muy curtido en esas lides, y al mismo tiempo un gran conocedor de los medios, especialmente el televisivo. Con ello quiero decir que es más que dudoso que todas sus acciones sean solamente fruto de su carácter “poco controlable” como nos quieren hacer ver.

La torre trump

Como hombre de negocios, sabe perfectamente que uno no inicia una negociación estableciendo como punto de partida aquello que quiere lograr, sino que pone el límite de sus exigencias iniciales lo suficientemente alto como para que durante el proceso negociador se alcance un acuerdo razonable en el que, de cara a sus oponentes ha rebajado sus expectativas, pero finalizando lo más próximo posible al objetivo real.

Y eso es exactamente lo que está haciendo. Si nos fijamos, al poco tiempo de jurar su cargo, en un breve lapso de tiempo la nueva administración ha parecido querer poner en marcha varias de las medidas más polémicas y radicales anunciadas en campaña, así como otras que a priori, cualquier analista medianamente informado, sabía que tenían poco o ningún recorrido, y me refiero por ejemplo al intento de prohibición de entrada en EEUU a personas de varios países concretos. Podría decirse que de inicio Trump ha establecido una posición de máximos, acaparando eso sí todo tipo de críticas. ¿Pero, en qué posición le sitúa esa actuación? Pues evidentemente en lo que podríamos considerar el inicio de la negociación. A partir de ahora, cualquier medida que tome o proponga será siempre menos polémica que las que hasta ahora hemos visto, y podrán ser expuestas como una rebaja en las expectativas iniciales, como un signo de moderación, lo que sin duda es algo que un experto en el mundo de los medios y en hacer llegar sus mensajes a la opinión pública, sabrá hacer a la perfección, alcanzando de ese modo los objetivos iniciales previstos.

En el plano geopolítico también se nos quiere hacer ver que estamos ante un personaje errático, impulsivo y falto de prudencia. Pero de nuevo debemos ver las cosas con otra óptica. En primer lugar, no debemos olvidar que salvo en ligeros matices, algo que caracteriza a la política exterior y de defensa norteamericana, es que sigue las mismas directrices gobierne quien gobierne.

Misiles americanos sobre Siria

Hace ya más de una década que EEUU está girando el centro de gravedad de su interés hacia el área Asia-Pacífico. Los conflictos en la zona de Oriente Medio ya no son una prioridad, y sólo basta ver la implicación de EEUU en Siria para darse cuenta de ello. A los ojos de los norteamericanos ese es un problema básicamente de Europa y es Europa quien debe ocuparse de ello. No obstante, el espacio que está dejando EEUU está empezando a ser ocupado por Rusia, que tiene verdaderas ansias de recuperar su papel de potencia mundial. Y es aquí donde podemos enmarcar el tan criticado ataque a la base aérea de al-Shayrat. Sin entrar a valorar los motivos de dicho ataque, que justifican este totalmente, esta acción podemos enmarcarla en una campaña de mensajes o, si volvemos al mundo de los negocios, del establecimiento de posiciones de partida. EEUU está dispuesto a ceder presencia o influencia en el área, pero no a cualquier precio y hasta cierto límite. El ataque no ha sido más que una demostración de fuerza, de capacidad y de determinación, más dirigido a las ansias del líder ruso y su aliado iraní que al régimen del Al-Assad. No en vano las fuerzas rusas en el área fueron advertidas con antelación para evitar así algún desagradable inconveniente.

El otro mensaje has sido el lanzamiento de la GBU 43/B en Afganistán. Lo que se puede considerar otra demostración de fuerza y de determinación para usar todos los medios disponibles en caso necesario. No en vano, el lugar fue cuidadosamente escogido para evitar daños colaterales, mereciendo al menos una mención el hecho de que lo túneles contra los que se empleó fueron construidos en la década de los 80 con la ayuda de EEUU para ayudar en la lucha contra la ocupación soviética.

¿Pero a quien iba dirigido? En mi opinión, a la misma nación que está en el centro del enfrentamiento dialéctico, por ahora, con la administración americana. Un país pequeño pero problemático y que puede torpedear de algún modo ese afán expansionista de EEUU hacia el Pacífico. Probablemente, aunque no lo parezca, la mayor amenaza a la paz mundial que tenemos a día de hoy.

japón ante corea del norte

Un conflicto generado en la zona tendría unas consecuencias imprevisibles y económicamente sería devastador para EEUU. Las relaciones comerciales con China, en cierto modo valedor del régimen norcoreano, se verían gravemente afectadas, y el conflicto afectaría también a los otros dos socios fundamentales de EEUU: Japón y Corea del Sur.

Por ello, el pragmático hombre de negocios ha cambiado el discurso hacia Pekín y está dando pasos para acercar posiciones. A ninguno de los dos les conviene una desestabilización generalizada en la zona. Pero China, por un lado, debe salvar la cara y no aparecer como el socio que abandona a su protegido por mero interés, y EEUU no puede aparecer como la potencia que agrede a un paupérrimo país por incomodo que este sea.

Esta situación lleva a pensar que puede que estemos en la antesala de los preparativos de alguna acción  a medio plazo, limitada en cuanto al nivel de la misma, que provoque la caída de un régimen que más allá de ideologías, es incómodo para todo el mundo. Habrá que estar atentos, pero observándolo todo con los ojos de un hombre de negocios. Al fin y al cabo de eso se trata.

Laureano Martín Pérez (Historiador y analista político)

Blog: generaldavila.com

3 mayo 2017

DONALD TRUMP, LOS EEUU Y MÉJICO General de División Juan Chicharro Ortega

donald-trump

Donald-Trump

Polémica ha sido la reciente visita que el candidato republicano a la  Presidencia norteamericana, Donald Trump, ha realizado a Méjico. Ya con antelación a la misma fueron muchos los mexicanos que protestaron por la llegada del millonario por considerar que tiene planes inmigratorios ofensivos contra los hispanoamericanos y especialmente contra los mejicanos. Y de hecho hasta el gobierno de Enrique Peña Nieto ha sufrido parte de las consecuencias como lo demuestra la dimisión del Secretario de Hacienda Luis Videgaray señalado como el responsable de haber llevado al candidato republicano al país.

Siempre han sido dificultosas las relaciones entre Méjico y su poderoso vecino del norte y, la postura de Donald Trump, compartida por muchos norteamericanos, no es más que una muestra más de un situación derivada de la historia. En estos momentos, y en los que vendrán en un mediato futuro, si yo fuera norteamericano de la clase dominante en los EEUU, durante dos últimos siglos, o sea WASP (white anglo saxon protestant), clase de la que es paradigma Donald Trump, estaría seriamente preocupado. Y ello debido a que la presencia hispana en los actuales EEUU está cambiando esta nación, les guste o no.

donald-trump-iiiTodo empezó en 1840 con la rebelión de Tejas y la guerra consecuente entre México y los EEUU, guerra perdida por Méjico y donde todos los territorios al norte del río Grande y el desierto de Sonora fueron ocupados por los EEUU. Así, California, Nuevo México, Arizona, Tejas, Nevada, Utah, territorios que otrora formaran parte del Virreinato de la Nueva España, y luego de México, pasaron a formar parte integral de los EEUU; sin embargo gran parte de sus pobladores, pese al cambio de soberanía, se mantuvieron en sus lugares y aún hoy constituyen hasta un 50% de la población de dichos Estados. Un porcentaje de población que se incrementa día a día y que según cálculos estadísticos fiables, pese a todas las vallas y controles migratorios que se pongan, allá por los años 2060/70 constituirá una amplísima mayoría en los Estados citados, o sea, en más de una cuarta parte de los EEUU actuales.

¿Qué quiere decir esto? Pues que al contrario de lo que ha sucedido hasta ahora donde la población hispana se ubica en los estratos medio/bajos de la sociedad, en apenas una generación esa etnia va a dominarlo todo. De arriba a abajo. Lo que fuera parte de México hace 200 años, y que le fue arrebatado por la fuerza, constituirán Estados de los EEUU pero dominados por una población mayoritaria de origen mejicano en todos los ámbitos de la sociedad y ¡ojo¡ en todas las capas sociales.

Y ahora vamos a ligar esta situación con otra realidad creciente: la del propio México actual. México, hoy, con una población de unos 120 millones de habitantes, es la potencia industrial numero quince del mundo. Es la nación más rica de toda Iberoamérica, si bien adolece de problemas estructurales relativos a una desigualdad tremenda en cuanto al reparto de la riqueza y tiene graves quebraderos de cabeza relacionados con el crimen organizado y el narcotráfico. Si Méjico fuera capaz de solucionar estos inconvenientes internos -desde luego nada fáciles, pues la idiosincrasia es terca- y consiguiera una estabilidad social y política adecuada, el desarrollo económico sería espectacular y en un cuarto de siglo nos encontraríamos a Méjico como una de las naciones líderes del mundo. Al tiempo. donald-trump-iv

De todo lo expuesto y de desarrollarse los acontecimientos, tal como parece lo más probable, dentro de 40/50 años veremos que los EEUU tendrán un vecino al sur que ya no será el vecino pobre, sino una potencia mundial y con influencia por todo el suroeste de su territorio; un territorio, por cierto, que le fue robado en su día y que por historia pertenece a Méjico.

Imaginémonos, por un momento, que allá por esos años, Arizona, por ejemplo, tenga una población mayoritariamente mejicana y que al sur linde con un Méjico potente, donde el nivel de vida no difiera en nada del resto de los Estados Unidos, al contrario de lo que sucede hoy. Tal vez suceda, entonces, que el Estado citado, así como los otros, tuvieran la tentación de reintegrarse a su Patria originaria.

¿Ciencia ficción? No crea. No es tan descabellado. Bien podría aventurarse uno a afirmar que podría quedarle poca vigencia a la tremenda frase del presidente mejicano Porfirio Díaz (1830-1915): “¡Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos!”. Esas fueron las palabras que pronunció el presidente mexicano y que permanecerán vigentes en la medida que los políticos norteamericanos se mantengan fieles a las ideas del expansionismo anglosajón basadas en la Doctrina Monroe y en las ideas del Destino Manifiesto acuñadas por O’Sullivan. Parece que, en lo concerniente a Méjico, conviene ir olvidando este credo, a tenor de los datos actuales y de la imparable tendencia que marcan. Salvo que, y haciendo una reflexión prospectiva desde la base de la historia de los EEUU, el Méjico futuro no alcanzara la estabilidad anhelada que la situara como potencia mundial por impedírselo alguien. Desde siempre los EEUU han vivido ajenos a las vicisitudes de sus vecinos del sur salvo cuando en ellos se han dado circunstancias que afectaran a los intereses norteamericanos. Baste recordar sus intervenciones en Cuba, Nicaragua, Panamá, Colombia o Chile, por poner sólo algunos ejemplos.

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México pierde la mitad de su territorio

¿Consentirán los EEUU un Estado potente en su vecindad que pueda poner en riesgo su estabilidad? 

Buena pregunta. Tengo la impresión de que Donald Trump no es ajeno a este fenómeno que ve venir imparable y se anticipa desde ya a los acontecimientos.

Yo como español le gritaría a Donald Trump: ¡VIVA MÉJICO!

Juan Chicharro Ortega. General de División de Infantería de Marina (R.)