ESPAÑA AL BORDE DE LA RUPTURA. ¿QUÉ DICEN LOS MILITARES? General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Silencio: se rueda.

La situación requiere ir más allá de lo cotidiano porque no vivimos en la normalidad, sino en un Estado alarmado, al que el Gobierno de turno ha metido mano en todas las áreas, de lo que no se libra ni la mismísima Jefatura del Estado.

Todo lo tocan, llegan a lugares que no les corresponde, y allí, donde hay que andar con más cuidado, hacen uso y abuso de la autoridad del nombramiento, o dicho de otra manera del chantaje del ascenso o destino. Es una política del control de todo poder a base de la colocación después del análisis del candidato. Infiltración. A veces eligen entre lo más corrupto del sistema. Eso sí, sin querer queriendo.

El mayor ejemplo de esa política de colocación está en el Tribunal Constitucional, no solo por el nombramiento de su presidente y componentes, sino por convertirlo en jurisdiccional.

Las Fuerzas Armadas no escapan a este indecente juego de la política y ahora no solo tienes que ser bueno, sumiso y manejable para ser general, sino que además debes de tener formación de «Director» y olvidar la de «General». Se miran unos a otros y hay desconfianza. Lo siento. Que cada palo que aguante su vela.

Todo empezó cuando desde Túnez el extraño personaje entonces presidente del Gobierno de España por accidente, José Luis Rodríguez Zapatero, se subió al púlpito de esa religión extraña que practica y arremetió contra todas las naciones de Occidente como si él fuese el gran enviado y que, como se ha visto, solo trajo desaprobación internacional y desprestigio para las Fuerzas Armadas a las que irresponsablemente convirtió en una oenegé no fiable más allá de nuestras fronteras. Su ministro de Defensa se encargó de manipular a los generales y hacer uso de las Fuerzas Armadas como un cortijo donde su doctrina de enseñanza y futuro tenía como primer objetivo desmilitarizar todo lo militar. Era el trabajo encargado a aquel ministro que cambiaba a su antojo los ritos y tradiciones militares, y que contó con el apoyo de algunos uniformados que incluso intentaron ocupar mesa y mantel en el lugar de honor de la OTAN. El rechazo internacional está a la vista cuando se nos vetó clamorosamente en lo militar; como no podía ser de otra manera. El equipo del señor Bono estaba al descubierto y no engañaba a nadie. Así nos ha ido; desde entonces las Fuerzas Armadas no levantan cabeza y cuando recobramos el prestigio perdido, cuando remontábamos, hubo la posibilidad de nombrar al General de Ejército Fernando Alejandre presidente del Comité Militar de la OTAN, pero todo se vino abajo al entrar los actuales dirigentes de Defensa. La gran oportunidad perdida. En todos los sentidos.

Si no es por el fervor a la nación, el respeto y la vocación de los jóvenes oficiales, suboficiales y tropa, a los que es imposible engañar, y saben muy bien lo que es el compromiso de servir a España sin tintes políticos y lo que significa el deber contraído al Jurar Bandera, la situación se habría precipitado. Seríamos una impecable oenegé con simbólica  representación militar.

Ni aquí ni allí, ni en Valencia ni en La Haya. ¡Qué desastre!

Unas Fuerzas Armadas tan manipuladas como el conjunto de las instituciones.

Las derivadas de toda esta situación no pasan desapercibidas para los profesionales, pero nadie habla alto y claro de todo lo que está ocurriendo en estos nefastos años.

Desde el punto de vista internacional es de tal gravedad que nos lleva a situaciones como la indefensión por el sur, allí donde tenemos el más valioso de nuestros poderes estratégicos en lo militar y por tanto en lo político y económico: el Estrecho de Gibraltar, en su angostura. Lo hemos perdido y está controlado, además de ocupado desde dentro (cuidado con este aspecto), por el Reino Unido, Estados Unidos y Marruecos. Esto es suficiente para que al hablar de los silencios militares debamos llamar la atención de la gravedad del reciente «acuerdo para el acuerdo» con Reino Unido sobre  Gibraltar que tan detalladamente ha sido explicado en este blog por el Capitán de Navío Ángel Liberal Fernández. Explicaciones que han llegado a altas magistraturas del Estado y que tiemblan al descubrir la mentira y traición que encierra el hipotético acuerdo.

Conscientes somos de que alguna de estas autoridades ni se imaginaba lo que esconde: vulnerar nuestra integridad territorial. Es decir, desde el mismo Gobierno se va contra la Constitución, se renuncia a restaurar la integridad territorial, se engaña a las Fuerzas Armadas y aquí no ha pasado nada porque nadie se ha enterado de nada. Mientras esto se acordaba, los submarinos nucleares británicos se proveían de misiles Tomahawk en la base militar de Gibraltar a la vista del todo el mundo. ¿Habrán participado en el ataque a Irán? ¿En el Parlamento español alguien ha preguntado sobre tan graves hechos? ¿España estaba informada?

No creo que diga ningún disparate si traigo a colación el artículo 8 de la Constitución que habla de quiénes son los responsables de mantener la integridad territorial de la nación, aunque suena a tomadura de pelo cuando resulta que el mismísimo Gobierno puede abandonar territorio así por las buenas, con o sin Parlamento, con o sin Fuerzas Armadas, con o sin Jefatura del Estado, con o sin Mando Supremo de las Fuerzas Armadas. Con o sin Schengen. Así que ¿para qué seguir? Vendrán detrás Ceuta, Melilla y Peñones. Tiempo al tiempo. Granada en peligro. Hasta Toledo. Como París.

Dejémonos de acuerdos y mentiras. Este Gobierno renuncia de hecho a reintegrar Gibraltar a España y está dando los primeros pasos. Nadie se opone, los españoles lo desconocen y la oposición está a otras cosas. Pero los militares deberían decir algo. Aunque solo sea porque se les nombra en el Título Preliminar de la Constitución y allí se les marca su misión principal. Que por nosotros no quede. Podría ser tan grave como no haberse enterado que pretenden que nos olvidemos de una parte de nuestro territorio, el que nos pidan, a las buenas o a las malas, por ejemplo Gibraltar. Asumamos que España empieza a ser carcomida por el sur desde Gibraltar, por el istmo penetran hasta Sotogrande y Málaga; por ahora.

Simple ejemplo de la ruptura del artículo 8 de la Constitución española. Olvidado. Dinamitado desde dentro.

Pero la cosa no queda ahí. Hemos sido derrotados por el Golpe de Estado dado por los independentistas catalanes en 2017, indultados y amnistiados. Admitimos a los terroristas en las instituciones por ordeno y mando de un Tribunal Constitucional que se atrevió a enmendar al más alto Tribunal Jurisdiccional.

Los Ejércitos y la Armada son unos grandes desconocidos que se mueven al orden cerrado que les marca un Gobierno antimilitarista que les acaba de dejar en ridículo frente a la OTAN y para más inri nos quedamos sin armas y municiones al romper los recientes contratos con Israel y no existir nadie que los sustituya en capacidades. Desarmados.

Me veo en la obligación de preguntar si entre los Ejércitos y la Armada, allá por las alturas de la llamada Cúpula Militar, alguien se ha hecho las preguntas pertinentes ante tales desmanes, si es que se han dado cuenta de ello. ¿O forma parte de la Política de Defensa que dirige el ministerio desde su Dirección General? Porque bien está que nada sepamos y que estas cosas se hablen, si es que se hablan, en voz baja en los despachos, pero no vemos consecuencias. Ni dimisiones. Solo tragaderas.

Tenemos el mejor Ejército desde los Reyes Católicos. Dicen. Podría ser. Sobre todo ahora que nos hemos quedado sin armas, sin munición y nos enfrentamos a un enemigo fantasmal, interno y externo, sin armas ni municiones. Desarmados materialmente. La oenegé está sin pistolas.

¿Moralmente?

Déjenme que les cuente. No se engañen. No es oro todo lo que reluce. Lo nuestro no es un problema del 5% ni del 2%. No. Es un problema ideológico de rechazo absoluto de los Ejércitos. Repito: rechazo absoluto. El 2% y el no al 5% responde únicamente a un problema de corrupción moral, como es la pretensión de dominar desde el partido la industria del armamento fusionando desde la tecnológica, ya en su poder, la industria de armamento en una empresa concreta que ahora se posiciona como líder del mercado español,  con todos los apoyos institucionales y cuyo presidente se autocompra su empresa. No miren en otra dirección. Por cierto hay que revisar a fondo las puertas giratorias y los puestos de honor que ocupan nuestros retirados soldados de alto rango. ¡Premio!

Además de la corrupción ahora se debilitan cuando les está fallando la pata que sostiene su guerra ideológica, la cognitiva, a través de lo mediático, y en ello están por un quítame unas acciones de un socio francés que habla de libertad de información. ¿Eso qué es para ellos?  Humo.

Al final todo esto nos conduce a organizar esas Fuerzas Armadas prefabricadas por estos gobiernos socialistas que tan alérgicos son a las Fuerzas Armadas organizadas y estructuradas bajo la virtud. Prefieren y recuerdan las dirigidas por sus comisarios políticos con mono azul y pistolón al cinto, eso si, siempre desde la retaguardia. A día de hoy las pintan y desfiguran alejándolas de su misión principal, la que el Gobierno incumple sistemáticamente, y las entretienen con misiones secundarias lejos de nuestros intereses como nación.

En fin queríamos saber lo que piensan los militares y seguimos con la duda, aunque me permito sugerirles que se asomen al libro que acabamos de publicar con la colaboración de mis compañeros de Armas: DE SOLDADO A GENERAL. Descubrirán algunas opiniones.

Puede que sean solo las de unos pocos, pero sin duda muy consolidadas y rigurosas.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

9 julio 2025

 

OFENSA A LAS FUERZAS ARMADAS ¡ES UNA PÁJARA!… HA PASADO MUCHO TIEMPO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

 

Algo va mal. Estos intercambios gubernamentales a golpe de insulto chabacano, propios del actual Consejo de ministros, son muy alarmantes. ¿Qué esconden para no reaccionar? España atónita, ¿o no? ¿Apesebrada?

Hace ya unos años que el robo del contenido de los móviles del presidente del Gobierno, de la ministra de Defensa y del ministro del Interior nos ha puesto en el disparadero.  Algo ocurre en el interior de esta caja de sorpresas que es España. Algo muy grave que la gran masa desconoce. Nada le importa. ¿Mejor? Peor.

Ha pasado mucho tiempo. El suficiente para darnos cuenta que estamos en manos de una profunda grosería que nos pone en peligro como nación y como españoles.

España corre un grave riesgo y hasta sus Fuerzas Armadas son ninguneadas.

La opinión del presidente del Gobierno sobre la ministra es que «es una pájara«.

El pavo real llama pájara a su ministra de Defensa.

Entre los griegos, entre el cuervo y el cisne, abundan las mitológicas aves. Son muchos los significados de pájara. Sabemos que el presidente lo dice en tono despectivo o defensivo. ¡Cuidado con la pájara! Pero eso es algo que entra dentro de lo personal, algo que a nosotros no nos interesa y que solo sirve para demostrar la mala educación y formas del presidente del Gobierno. Muy a tono el personaje con lo que le rodea.

El problema surge cuando se toca a lo que representa la ministra: las Fuerzas Armadas. No es que las represente en términos simbólicos, para nada es imagen de las mismas, pero sí está al frente desde el punto de vista político. Pájara y dormir con el uniforme son términos despectivos que van dirigidos a la máxima responsable del Departamento, no del todo a ella, a los soldados. Inadmisible.

Algo tendrán que decir los responsables del Mando, sí, con mayúscula. Nada dirán. Forman parta del grosero círculo que rodea y protege al «puto amo«.

Señora ministra:

Con todo respeto y el estricto cumplimiento del deber al que su cargo le obliga: dimita. No admita el insulto dirigido a esos a los que tanto alaba y lisonjea. Demuestre que es verdad y lleva dentro el respeto y el cariño que ellos se merecen. Si no es así no podrá mirar a la cara a los soldados con la honra y el honor que se merecen. Las tropas se desmoralizan cuando públicamente su jefe es descalificado, incluso cuando es el que ofende el que está en el error.  Se desmoralizan ante un mando dividido y enfrentado. Así ni un día más al mando.

Puede, fíjese lo que son las cosas, que esté en sus manos, cumplir el artículo 8 de la Constitución, la misión de las Fuerzas Armadas, las que usted dirige desde su cargo de ministra de Defensa. ¿Cómo? Dimita. Conseguirá que España vuelva a serlo, respetada desde donde ahora no lo es, no permitiendo que un perseguido por la justicia marque los tiempos y librándonos de los oscuros personajes que rompieron España

Usted se debe al honor de sus soldados, a su misión y no debe consentir que sean insultados ni siquiera por el presidente del Gobierno. Si no lo hace su mando quedará en entredicho por admitir la ofensa.

Es inadmisible formar parte de un Gobierno que busca todo lo contrario a la unidad de España y que se refleja en el insulto al uniforme «Se acuesta con el uniforme; es una pájara» no es soportable bajo ningún concepto o argumento.

Desde Homero los pájaros son un presagio, adivinación. Entre el cuervo y el águila hay una inmensidad de suertes. Eurípides llama a los pájaros mensajeros de los dioses. Las aves de Aristófanes es todo un coro que clama en busca de su rey: Abubilla. Busquen el nido. Un presagio nos trae. Adivinen.

«Se acuesta con el uniforme; es una pájara«: piense.

Tiene usted, señora ministra, la posibilidad de demostrar su amor a España y  a sus tropas, ser el baluarte constitucional cumpliendo su misión. Dimita, no por usted, sino por los miles de uniformados que con asombro ven que el presidente del Gobierno, su presidente insulta a las tropas.

Suponemos que en la misma medida lo habrá sentido el mando supremo que el cabo de guardia. Nunca pasa el tiempo ante la grave ofensa.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

14 mayo 2025