PUTÍN Y LA OTAN: DECISIÓN E INICIATIVA Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

El Jefe

«La manera segura de perder una guerra es dejar la iniciativa al enemigo. Y la manera más segura de no cargar con una iniciativa equivocada es no tomar ninguna y enjuiciar desde retaguardia las que el otro toma en el frente» (Cardenal Suhard. Del libro Los curas comunistas de José Luis Martín Vigil).

Nunca te fíes del general que dice que está muy ocupado, eso lo conozco, e intuyo que pasa entre muchos altos funcionarios de la gobernanza que por no hacer nada aparentan lo contrario.

Mientras más alto puesto ocupas el trabajo es menor, a cambio de que hagas el tuyo bien hecho y ese consiste en tomar decisiones. Eso es todo y lo es todo.

Llevo selladas las palabras: «El jefe ejerce el mando con plena responsabilidad que no puede compartir con nadie, y su atribuciones no reconocen más límites que la fidelidad a la misión que le haya sido encomendada y el respeto a la doctrina»

Muchas son las veces que dudo a la hora de escribir. La técnica no es difícil y no hay que decir mucho. Depende de quién lo diga, ni más alto o más bajo, sino de quién lo diga. Con una sola palabra creó Dios el mundo. No es esa la cuestión por tanto. Sino decidir.  Para ello es necesario llevar la iniciativa. Mejor que aciertes porque si no es así, no solo no crearás el mundo, sino que este se te vendrá encima.

Guerra y paz

La guerra y la paz son fruto de una decisión, una sola que suele ser la de uno, aunque concurran muchas circunstancias. Solo uno es el que dirige a los diez mil. Jenofonte es la historia.

No todo el mundo está capacitado para alcanzar ese lugar nada privilegiado, pero hoy parece lo contrario y son las campañas de publicidad la que por propios intereses elevan a los lugares de máxima responsabilidad a marionetas perfiladas, pintadas y acomodadas al lujo del puesto y es el espejito mágico su visita cada amanecer y al terminar el día.

Lo peor de la decisión no es no tomarla, sino tomar la equivocada e insistir en el error, y eso es lo que ocurre con demasiada frecuencia. Hombres sin la preparación y la fuerza moral necesaria, la que deberían tener, ocupan los puestos de mayor responsabilidad sin asumir el riesgo y fatiga que ello debería suponer y sin asumir su escasa preparación.

Cuando se escribe se torea de salón, es como los juicios que los políticos emiten desde la retaguardia y les lleva a tomar decisiones a remolque de la iniciativa del enemigo.

Los tiempos son de riesgo y hay amenazas a la vista. No sabemos cómo será la guerra del futuro, pero hay indicios porque la guerra ha estallado en sus primeras fases y ahora hay una valoración de los hechos para ver como se lleva a cabo el siguiente ataque.

Una de ellas muy significativa se desarrolló en Crimea. Aún está latente, aunque detenida. Le salió como quería.

Putin, Borrell y la OTAN

La OTAN despliega en las fronteras rusas. ¿Para y por qué?

Putin amaga, aunque todavía no pega. Cada día es un hombre más misterioso e inaccesible. Más alejado; de Europa sobre todo, que no es una y hay unos que deben estar más preocupados que otros.

Por lo pronto Putin decide y no lo permite al adversario; él no pierde la iniciativa. Le sale bien.

Por otro lado se ocupa de lo que debe cuando otros dan pases en el salón de sus elegantes palacios.

No estaría de más que la primera iniciativa europea fuese sentarse con Putin y pedirle que nos explique cómo lo hace.

La política Europea está necesitada de una profunda revisión que debe empezar por jubilar al alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, el señor Borrell.  Ganaríamos todos. Incluso él.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

20 octubre 2021