EL JEFE DE LA ARMADA ESPAÑOLA CON LA UNIDAD MARÍTIMA DE LOS MOZOS DE ESCUADRA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

El AJEMA sube a bordo del «buque insignia».

Un Jefe de la Armada cuando hace una visita o se deja ver en algún lugar concreto, y más si es fuera de su ámbito de mando, es por algo; una intención le lleva a realizarlo consciente de su repercusión. Incluso política, lo que en un soldado en activo y con mando es una dudoso deber.

El Jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA), que es decir lo mismo que el Jefe máximo de la Armada española, se dejó ver en una embarcación de los Mozos de Escuadra durante el pasado Salón Náutico de Barcelona. No es difícil adivinar la intención ya que no es un acto que le exija llevar a cabo su condición de Jefe de la Armada. Si se lo han ordenado: mal. Si ha salido de él: peor.

No todo lo que navega flota ni lo que flota navega. Aguas turbulentas en las que se ha metido al visitar lo que le llaman la «Unidad Marítima de los Mozos de Escuadra», que lo que pretende es quedarse con el control marítimo, en todos los aspectos, de la costa catalana, y echar —sí: echar—, a la Guardia Civil del Mar. Detrás irá la Armada.

El Almirante, repito: Jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA), puede que no recuerde que en el año 2012 se llevaron a cabo los preparativos para entregar la Bandera de Combate al Buque Insignia de la Armada española “Juan Carlos I”. Fue elegida Barcelona como ciudad para organizar la ceremonia. Le correspondía por tradición. El “Dédalo”, la fragata “Cataluña”, el “Príncipe de Asturias”, la fragata “Don Juan de Borbón” son algunos de los barcos que han recibido su Bandera de combate en el puerto de Barcelona.

La madrina de la bandera sería la Reina Doña Sofía. La Casa del Rey junto a la Armada y el ministerio de Defensa se pusieron manos a la obra. Pero la empresa duró poco tiempo. Nada más llegar la petición y ofrecimiento al alcalde de la ciudad, señor Trias i Vidal de LLobatera (PDeCAT), se negó en rotundo a aceptar que su ciudad acogiese tal acto. Sé muy bien el empeño de la Casa Real y las gestiones de todo tipo que se hicieron, pero todo fue inútil.

No es no, y España, la Corona y las Fuerzas Armadas no fueron recibidas en Barcelona. Poco después la ceremonia se trasladaría a Cádiz donde la Reina de España pudo entregar la bandera de Combate al buque insignia de la Armada española: el “Juan Carlos I”.

Esos son los hechos y nunca se ha oído una explicación por quien debería darla.

El Almirante no lo recuerda.

¿Qué razones ocultas, o que no quieren contarnos, hacen que el Almirante dé su aldabonazo a los Mozos de Escuadra y su «Unidad Marítima»? ¿Qué intención tiene su presencia en ese lugar? ¿Qué es eso de «Unidad Marítima de los Mozos de Escaudra»? ¿Son los comienzos de la Armada Catalana?

Todos sabemos lo que ocurrió en octubre de 2017 y lo que desde entonces avanza cada día un paso más. Tener unas Fuerzas Armadas catalanas también está en sus planes.

El Almirante nos debe a todos una explicación. No se entiende esta visita, su actitud es tibia y oscura. La cortesía con España es a su integridad. Al independentismo ni agua (ni siquiera salada).

Puede que él no tenga que llevar a sus hijos a estudiar en Cataluña, ni haya ido a visitar a la familia insultada y denostada que exige la enseñanza en español de los suyos.

Allá por los años ochenta, el alcalde de La Coruña ofreció una recepción a las autoridades civiles y militares en el bello edificio del Ayuntamiento en la plaza de María Pita. El Almirante jefe de la Zona Marítima se trasladó desde Ferrol para tal evento. Como es lógico iba con el uniforme adecuado a la celebración y acompañado de su ayudante de campo y su jefe de Estado Mayor. Ya desde la entrada a la plaza se veía en la puerta del ayuntamiento a los numerosos invitados a la recepción. Al llegar, el Almirante se acercó a un grupo que parecía estar recibiendo a las autoridades.

  • ¿El alcalde, por favor?, preguntó.
  • ¡Son eu!, respondió un caballero vestido con ropa informal, en vaqueros y probablemente chanclas.

Ante la cara de extrañeza del Almirante, el alcalde muy sonriente y dicharachero, amplió la información.

  • É que estou de vacacións.

No hubo el más mínimo reproche ni reparo.

  • Siga usted de vacaciones, alcalde.

El Almirante se dio media vuelta y con su ayudante y jefe de Estado Mayor regresó de inmediato a Ferrol.

Boga, boga, marinero. O bogamos todos o nos quitan el barco y hasta la mar.

«Allí habló el infante Arnaldos,
bien oiréis lo que dirá:
Por tu vida el marinero,
dígasme ora ese cantar.
Respondióle el marinero,
tal respuesta le fue a dar:
Yo no digo mi canción
sino a quien conmigo va».

Le diría al Almirante (AJEMA) que mande a alguien, o vaya él mismo, a visitar al niño al que no dejan estudiar en español, le lleve una bandera de España y le dé un paseo en una fragata de la Armada española por el puerto de Barcelona. ¿Necesitará escolta de los Mozos de Escuadra? No todo lo que navega flota ni lo que flota navega.

Siga(n) usted(es) de vacaciones.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

09 diciembre 2021

 

 

 

SUELDOS Y PERMANENCIA. GUARDIA CIVILES, POLICÍAS Y SOLDADOS (General de División Rafael Dávila Álvarez)

Soldados jurando Bandera

De nuevo ha surgido la polémica sobre la necesaria equiparación de sueldos entre las distintas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, policías autonómicas y policías locales. Situación injusta por la desigualdad de las cuantías a pesar de una labor más dura y sacrificada, sometida a diferencias importantes en sus condiciones domésticas, de los que menos cobran. De manera tangencial, y con poco conocimiento, también se ha hablado del sueldo de los soldados, algo más flagrante y desconocido.

No es la primera vez que en este blog hemos explicado detalladamente la situación económica de nuestros soldados. Una vez más lo hacemos por ser de justicia y urgente necesidad atender a su situación.

En un reciente artículo Tropa profesional más allá de los 45 años el general Chicharro explicaba con detalle el problema y daba posibles soluciones. Decía que viene siendo noticia el desamparo en el que se encuentran algunos soldados profesionales al terminar su compromiso con las FAS cumplidos los 45 años de edad.

La existencia de Cáritas Castrense es una prueba de que la situación no es la deseable. ¿Se figuran la existencia de una rama de Cáritas específica para otro estamento de la sociedad? ¿Por ejemplo para cargos públicos? En fin…

Duro oficio el de soldado

También en el artículo Soldados de España. Emociones contenidas se lo pedíamos a la ministra de Defensa al poco tiempo de hacerse cargo del ministerio. Como primera prioridad: ‹‹Duro es que el tiempo, el corto y sacrificado tiempo de servicios a la Patria, el beso agradecido, te lleve a engrosar la lista del paro sin que nadie tenga respuesta. Ocurre en mal momento. En esos momentos nadie se acuerda de Irak, Líbano, Índico… ¿No lo sabía? Pues es una prioridad, quizá la más importante. Dar una salida digna a nuestros soldados cuando la Patria decide prescindir de sus servicios. Una urgente tarea››.

El planteamiento inicial para la profesionalización de los ejércitos fue una trampa para esconder los gravísimos problemas que trajo la supresión irresponsable del servicio militar obligatorio. Aquello fue un parche mal puesto que desinfló en pocos años a las unidades dejando a los ejércitos bajo mínimos y en algún caso sin operatividad. Profesionalidad equivalía a temporalidad, sin futuro, ni más salida que la de la puerta del cuartel y un infinito desagradecimiento. Los años de bonanza económica dejaron al descubierto los grandes errores cometidos. Ejércitos vacíos; buques sin tripulaciones, aviones sin volar y armamento sin soldados. Los Cuarteles cerrados y vendidos a precio de saldo (las irresponsables ventas del Patrimonio de Defensa requiere un análisis que nadie ha hecho hasta ahora, pero eso es otra cuestión).

Soldados a bajo precio

Se volvió a parchear con medidas de poco calado y cortas miras. La profesionalización era y es para países ricos, muy ricos, y sin graves problemas de seguridad latentes. Aquí pretendíamos tener soldados a bajo precio y corto tiempo. Unos años de esfuerzo y sacrificio y una despedida rápida y sin futuro.

La crisis económica hizo que de nuevo aumentasen las solicitudes para ser soldado. Con verdadera insensatez se pensó que las medidas adoptadas eran brillantes y duraderas. Los barcos volvieron a navegar, los aviones a volar y los centros de formación se llenaron de aspirantes a soldados. Pero la solución al futuro seguía sin solución y en cualquier momento se puede invertir la situación. Pasa la legislatura actual sin que veamos voluntad firme para resolverlo cuando de nuevo la salida de la crisis económica amenaza con la vuelta al problema inicial. En cuanto los jóvenes vean una salida laboral a su situación, los aspirantes a soldado disminuirán de manera alarmante y las unidades se quedarán vacías. Es el sueldo, pero también es algo más. No se puede tener como expectativa el paro después de años de sacrificio y de estar sometido a un continuo ir y venir a lugares lejanos y de riesgo. Es de todos sabido que en su recorrido a los soldados se les ofrecen alternativas para su futuro. Con un esfuerzo adicional, gran esfuerzo, al que a diario se ven sometidos, pueden optar a ser oficial, suboficial, ingresando en las Academias Militares, o en la Guardia Civil y Policía. También pueden optar, tras un duro examen y pocas plazas, a la permanencia en las Fuerzas Armadas. El que a lo largo de su vida militar no logre una de estas salidas, a los 45 años solo le quedará el paro. Difícil edad para comenzar una nueva vida.

Sabemos la necesidad de juventud para encuadrar las unidades y soportar el esfuerzo que se exige. Sabemos y ellos -el ministerio y los Cuarteles Generales- saben las dificultades y exigencias. Nada nuevo o distinto que cuando decidieron dar el paso de la profesionalidad sin pensar en el futuro.

A los 45 años solo les quedará el paro

Como decía el castizo: haberlo pensado antes. Ahora hay que buscar la solución al error cometido.

Acabo de leer las declaraciones en prensa de un guardia civil en activo y me he quedado con una frase que pronuncia al comparar su sueldo con el de los mozos de escuadra: ‹‹Si nos valoran más, ¿por qué no cobramos lo mismo?››.Tiene razón. Los soldados podrían decir lo mismo, pero su comparación es más amplia. Pueden hacerla respecto al sueldo de guardias civiles, mozos de escuadra, policías nacionales, policías autonómicos y cualquier otra policía que se les ocurra. Podrían decirlo. No más alto quizá. Sí desde más lejos: Irak, Afganistán, Líbano, Somalia… Podrían hablar de su incierto futuro.

Para los soldados el problema en definitiva no es de cantidades sino simplemente de vida laboral futura. Algo habrá que hacer cuando todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, policías locales y autonómicas tienen su futuro asegurado. Los soldados no. ¿Es menos exigente el oficio de soldado? ¿Cuántas plazas de funcionarios y personal laboral  hay en el ministerio de Defensa?

El oficio de soldado no tiene futuro. A la hora de su profesionalidad se sigue pensando que son de reemplazo. Un oficio temporal y poco agradecido. Su misión es exigente, cada vez más. Son profesionales muy cualificados, tanto o más que cualquier otro. De cualquier policía.

El oficio de soldado no tiene futuro

Quizá habría que ser más exigente a la hora de su ingreso, pero eso debe compatibilizarse con la seguridad en su permanencia y futuro.

Estoy seguro que en el ministerio de Defensa conocen el problema. Mis dudas surgen cuando veo que pasa el tiempo y nada se hace. Será triste comprobar que las medidas solo se tomarán cuando este viejo oficio de soldado no lo quiera asumir nadie. Ya sufrimos sus consecuencias, que todavía arrastramos. En cualquier momento podemos volver a tener los barcos sin navegar, los aviones sin volar y las unidades vacías.

General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

Blog: generaldavila.com

1 noviembre 2017