DE LAS UNIDADES PARACAIDISTAS Y DE SUS CAPACIDADES Salvador Fontenla Ballesta. General de Brigada de Infantería (R.)

Publiqué, en este mismo blog y en el mes de agosto, unos comentarios sobre las capacidades de las unidades paracaidistas titulado ¿Son eficaces las operaciones paracaidistas?  Un informe reciente de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos me da pie para volver sobre el asunto.

El citado informe señala que en sus operaciones en Afganistán uno de cada 17 convoyes para abastecer sus bases y destacamentos, sufre la acción de alguna agresión subersiva, como la acción de algún artefacto explosivo con las consecuencias pertinentes de paralización temporal del mismo y desperfectos más o menos graves de algún vehículo- Así mismo, y por las mismas razones, cada 50 convoyes tienen de media una baja (muerto o herido).

Este problema para llegar hasta ellas para abastecerlas se puede paliar con el abastecimiento aéreo por paracaídas, en particular para posiciones alejadas y con orografía y ambiente hostiles.

El abastecimiento con paracaídas se remonta prácticamente al nacimiento de la aviación militar, para abastecimiento de posiciones cercadas pero tuvo escaso rendimiento, a causa de la escasa precisión y de la poca capacidad de transporte de los aviones y de los paracaídas.

Actualmente las capacidades de ambos medios son muy superiores, y los nuevos procedimientos de preparación de cargas permiten lanzar todo tipo de recursos (armamento, municiones, alimentos, agua, combustible, etc.) con una gran precisión (incluso nocturnos) y con posibilidades de lanzamientos a mayor altitud y distancia, para eludir su detección prematura y las armas antiaéreas.

Este procedimiento evitaría, en muchas ocasiones, los lentos, peligrosos y engorrosos convoyes terrestres de abastecimientos de posiciones aisladas, más propios de nuestras campañas en Marruecos de principios del siglo XX, que tantos disgustos dieron.

Estas capacidades se obtienen contando con una unidad específica para estos cometidos, medios en calidad (con tecnologías punteras) y cantidad suficientes, procedimientos y adiestramiento. La Brigada Paracaidista tuvo su unidad correspondiente (GLAPAC) con formación y experiencia excelentes, pero incompresiblemente fue disuelta en el año 2007, obra de algún aprendiz de brujo desconocedor de la sabia sentencia: “lo que funcione no lo toques”. Felizmente estas capacidades han sido recuperadas y estamos seguros que habrán alcanzado las altas cotas de eficacia que tuvo.

Lo mismo ocurrió, al mismo tiempo y por los mismos aprendices de brujo (los que planearon, los que decidieron y los que aplaudieron) cuando se ordenó la desaparición de las divisiones como grandes unidades tácticas. Semejante dislate también se ha vuelto a enmendar a los pocos años (elocuente evidencia del disparate). El tejer y destejer, como el velo de Penélope, tiene sus costes para no conseguir nada positivo. Deberían saber los referidos aprendices de brujos (porque nunca lo han hecho) lo que cuesta adiestrar un cuartel general de división, no solo en presupuestos sino en capital humano, tiempo y procedimientos. Este despilfarro es más incomprensible en momentos de crisis, cuando es de suponer que habrían tenido más prioridad otros esfuerzos, como los de personal, dotaciones de armamento, municiones, equipamientos, mantenimiento, formación, adiestramiento, infraestructuras, etc.

Es ocasión oportuna para recordar que no puede haber acción de conjunto nacional sin tener operativo una gran unidad de entidad cuartel de ejército. No una estructura orgánica de mando, que sirve para casi todo menos para mandar tácticamente, y que quizás fuera más correcto semánticamente denominarlo gran unidad de depósito, pues tiene los mismos cometidos que los antiguos batallones de depósito.

Es una paradoja que estemos adiestrando en acción conjunta a cuarteles generales en casa ajena y no tengamos cubiertas las necesidades de la propia, ni siquiera para la amenaza no compartida.

Salvador Fontenla Ballesta. General de Brigada de Infantería (R.)

Blog: generaldavila.com

27 diciembre 2017