<<De todos los que en el ejército rodean al comandante en jefe, nadie está más próximo a él que el agente secreto; de todas las retribuciones, ninguna es tan generosa como la del agente secreto; de todas las cuestiones, ninguna es tan confidencial como las operaciones secretas>>(Sunzi El arte de la guerra).
Una sociedad madura, democrática, y consciente de lo que significa la historia, el presente y el futuro, no puede permanecer amansada, desorientada, alelada, anestesiada… con el escándalo policial del comisario Villarejo. Cada información que surge no hace sino aumentar la duda en las instituciones, poderes del Estado, y en esas otras que no son ni lo uno ni lo otro, pero lo parecen: bancos, empresas, medios de comunicación… todos infectados por el virus del espionaje. Surgen las amenazas como consecuencia del chantaje, de las escuchas ilegales, de los bastardos intereses de todo tipo. Los secretos de cintura para abajo siempre han sido objeto preciado en nuestra sociedad, los bien pagados, ahora son de cintura para arriba. Quien esté libre tire la primera piedra. Mientras los juzgados se colapsan, las sentencias se eternizan y la interpretación de la ley va por barrios.
Un periódico digital ayer ofrecía la posibilidad de poder enterarte si tu teléfono estaba entre los participantes en alguna de las 15.000 conversaciones grabadas en no sé qué caso de corrupción. Más de uno habrá comprobado su teléfono y más de uno lo habrá hecho con el suyo y con el del amigo. ¡Sorpresa! El famoso comisario está por medio.
¿Cómo es posible?
Les dejo la pregunta del millón, pero esta tiene respuesta. Yo no la sé. Pero sé que tiene respuesta. ¿Con que medios se intervenían esas conversaciones?, ¿privados?, ¿públicos?, ¿quién compró esa tecnología? ¿quién los pagó?, ¿se conoce como se hizo el reparto de aquellos aparatos capaces de escuchar y grabar cualquier conversación?
Es el quid de la cuestión.
Alguien debe tener las respuestas. Seguro.
¿Qué ha sucedido en estos años en España? ¿Hasta dónde ha llegado la corrupción? Nunca lo sabremos. Pero sí recuerdo perfectamente aquel día: <<Los españoles se merecen un Gobierno que no les mienta>>. Recuerdo muy bien el día, la hora y los detalles.
Conviene que no lo olviden.
Y decía Sunzi: <<Los agentes secretos reciben sus instrucciones bajo la tienda del general; están muy cerca de él y lo tratan íntimamente>>.
Era allá por el siglo IV a. C. Y parece que está escrito hoy. Claro que era para el arte de la guerra. Y esto de ahora no es la guerra sino la cloaca de la guerra.
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
Blog: generaldavila.com
11 enero 2019