Algo parecido a esto ya lo he publicado en otra ocasión. Porque nada es nuevo. Todo empeora, pero la enfermedad de origen es la misma. Hace mucho tiempo que nadie lucha por España. Está casi muerta en 17 reinos de taifas, deshecha, repartida, intimidada y acobardada. Como España digo, digo españoles; o lo que seamos.
¡La ley Celaá! ¡Aáh! ¿Sí? ¿Nos sorprende? A tragaár; menos los que tengaán el riñón protegido y paguen; junto a los comunistaás y estos socialistaás de la aaaaaaá. Radicales de izquierdaás es su nuevo nombre. El resto a tragaár.
La Ley en España es interpretable. Es decir: no se cumple. Los grados de incumplimiento son varios; depende del lugar que ocupes en la escala social del cuerpo invertebrado, o vertebrado por la reciente historia.
«…los españoles del siglo XXI tendremos que estar alertas para evitar que el español deje de ser la lengua común de los españoles, lo que sería un despropósito histórico e incluso político». Lo dijo don Camilo José Cela en la inauguración del II Congreso Internacional de la Lengua Española. Valladolid, 16 de octubre de 2001.
Todo esto que nos está ocurriendo no es nuevo. Estuve destinado en Palma (de Mallorca) a comienzos del año 2000. Tengo seis hijos y por edades se desplazaron conmigo tres de ellos, uno universitario, dos en época escolar. El universitario tuvo que volverse a Madrid porque en su universidad le hundieron con el tema del idioma al no dar ni una clase en castellano y ¡qué contar de los exámenes! Mi hija de doce años, matriculada en un colegio religioso, llegó a casa llorando por las duras palabras que le dijo el profesor uno de los primeros días de clase.
-Oye p… forastera. A mí no vengas aquí a complicarme la vida.
El tercero de ellos cayó en buena tierra, se adaptó a las circunstancias y llegó incluso a jugar en los infantiles del Real Club Deportivo Mallorca. Las consecuencias (no para ellos) fueron variopintas y alguna de peso específico. Algún día se las contaré (en privado mejor).
El incumplimiento de la Ley no es cosa de ahora. De aquellos polvos estos lodos, aunque aquello era y es peor que el lodo.
En Tarrasa (Barcelona), en el colegio Font de l´Alba, una niña de diez años fue (supuestamente) agredida por una profesora por pintar una bandera de España y un Viva España. Poner a los niños en primera línea del frente de batalla tiene un nombre y un precio. No es nuevo. Tampoco aquí es la primera vez. Europa debería temblar. Pero de eso se trata. En el plazo de diez años nadie recordará que es eso de España, y el idioma español se hablará en América. Porque hablarán y amarán fuera lo que aquí no hemos respetado. Recogerán los despojos de España; alguien lo hará.
Laá señoraá Celaá no haá aprobado ninguna Ley de Enseñanzaá, ni laá señora Celaá sabe lo maás mínimo de enseñanzaá. La señoraá Celaá hace lo que le daá laá ganaá; y eso no es ni maás ni menos que lo que los socialistaás mandaán que hagaá. Porque aquí entre Ivaán, Sánchez e Iglesiaás, es lo que pasaá y no nos enteramos de naá. Pasaá que España es Españaá y se implantaraá no la Educación sino laá malaá enseñanzaá.
Una España desaparecida, un idioma, el español , que deja de ser la lengua común de los españoles, «un despropósito histórico e incluso político». Diría que también una manifiesta afrenta a la Constitución, un degradante camino hacia la destrucción con el beneplácito de todos.
Podríamos hablar de la Ley moral. Sí, de la enseñanza moral; pero ese día Ivaán, Sánchez y Celaá no asistieron a clase. Solo aprendieron la ley de su moral que ahora todos practicaremos.
Sabemos que la a en lógica escolástica es la proposición universal afirmativa. Tomaá yaá. Figúrense laá á.
Ley impuesta. Nueva escolástica: la de la á. Responsables ante la historia.
Han cambiado nuestro secular idioma por la estampita de un maldito presupuesto que les permite seguir destrozando historia y consenso.
Es el nuevo idioma introducido por los que no saben ni permiten que otros sepan.
La Ley de la á.
¡Aáh!
Constitución española.
Artículo 3
1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.
Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
22 noviembre 2020