Alcibíades es un personaje que despierta en mí una gran curiosidad de índole militar, insatisfecha e inexplicable. Nunca he sabido el juego que se traía entre manos, si político, militar, o económico, pero de lo que no tengo ninguna duda es de su capacidad, inteligencia y dotes embaucadoras.
Es un personaje socrático y platónico lo que resulta una garantía por encima de mentiras y verdades subjetivas (la verdad es la subjetividad en Kierkegaard, pero eso será tratado otro día). Sobrino de Pericles y hoplita, credenciales que envidio y elevan su ya alto prestigio hasta hacerle un personaje de tal talla que llega a ser incomprensible. Hoplita, general o político, siempre fue él mismo sin dejarse llevar nada más que por su sabiduría. Quedan pocos ejemplos como el suyo, pero abundan los que quieren jugar a su semejanza y se quedan entre mitad chivato, mitad político, algo que alcanzan por la rama del estratego que nunca fue hoplita. Es un acertijo difícil, pero alguno me entiende.
Dicen que Alcibíades le cortó el rabo a su perro, para que se hablase de ello, no de otras cosas. La técnica se puso de moda y nos ponían fútbol y toros televisados (gratis) cuando las cosas estaban revueltas. No lo recuerdo, pero confieso que me gustan los toros y el fútbol y siento que se haya encarecido tanto que solo pueden asistir socialistas y podemitas, además a los palcos y barreras.
No es eso lo peor, sino el uso de la técnica de Alcibíades, que a cualquier chucho le cortan el rabo para que se hable de ello y no de lo verdaderamente trascendente. Hoy el perro y su rabo son los medios de comunicación, redes sociales, donde todos miran, no aprenden nada, ni nada ven de lo que ocurre.
Corte de rabo que desde la Mareta nos han hecho (y difundido) a todos los españoles este verano, a dictado, uno más, del veraneante del palacio real que fue.
Para evitar que pensemos en cosas tan raras como la libertad, el honor y el valor, la honradez y honorabilidad, nos cortan el rabo (de cualquier can) y usan para ello una espada que como todos ustedes saben fue el arma que acabó con las ataduras gordianas.
El arma individual más noble y conocida es la espada, la de la lucha cuerpo a cuerpo a la distancia que la vista te permite, la esgrima de bayonetas en el momento cumbre de la acción, cuando se enfrentan cara a cara los combatientes.
Pero mejor que la espada es el entendimiento y no el engaño ya que espadas hay traidoras o que pierden el sentido y razón como en un momento le ocurrió a Áyax. En su locura de mando desenvaina sin razón y sin honor y a mandobles acaba con el rebaño. Todo por las armas de Aquiles. La historia la tienen en Áyax de Sófocles, magnífica lectura para el verano ardiente.
Los catafrailes son unos inútiles que no sirven para el combate y ni que decir tiene el peligro que suponen metidos a políticos. Sobre todo cuando son ellos los que reparten las espadas y ciñen a los fieles estrategos con asiento a la luz y lumbre. No está hechas las armas para que cualquier desaprensivo las use y menos las reparta. Luego ocurre lo inevitable.
Así compran y compran todo, títulos y espadas, para un titular, para un desfile. O una ceremonia. Incluso las compran para la guerra, aunque sean de segunda mano o inservibles.
¡Qué casualidad! que los que más hablan de libertad y se oponen a ella blanden ahora una espada como ejemplo de lo que combaten: la libertad.
La técnica de cortarnos el rabo para que no hablemos de lo que preocupa, y que ya está aquí, se descubrirá pronto, cuando ya no hay remedio. Será el momento de las espadas.
Por la libertad.
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
Blog: generaldavila.com
11 agosto 2022
Las espadas son para quien sepa emplearlas, cuando los tontos juegan con ellas, acaban cortándose, lo que no deja de ser justicia poética de la mejor; la autoinflingida, o autoimpartida por el propio ajusticiado.
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Buenos días, mi General y todos. (se me olvidaba)
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Atentamente y con el debido respeto
Mueran los malos gobiernos
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El momento de la espada
Hace mucho que llegó,
Pero aquí NO pasa NADA;
En la expaña doblegada
Al capricho de la traición.
Donde se aplaude el vicio
El libertinaje y la degradación
Despreciando los ejercicios,
Y las honradeces con juicios
QUE ENALTECEN LA NACIÓN.
Porque el pueblo aborregado
En la bajeza se acomodó,
Y. Las grandezas del soldado
Parece que se han quedado
Bailando en la sinrazón.
De los gobiernos malditos
Con los revoltijos cobardes
Que manejan los plebiscitos
Haciendo valer el delito
Que expone la mala sangre.
El momento de la espada
Hace mucho que llegó,
Pero aquí NO pasa NADA;
En la expaña doblegada
Al capricho de la traición.
España día 11 de agosto de 2022
Ramón Lencero Nieto
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Este artículo da en el clavo totalmente. Que en un país con uno de los niveles más altos de paro, pobreza, déficit, etc., de toda la Unión Europea, los políticos dediquen un solo minuto a hablar de la espada de un dictador bananero, demuestra la basura de casta política que tenemos en España.
Aprovecho para felicitar al rey por haberse comportado dignamente en este asunto.
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A la órdenes de V. .,mi General.
Sin ánimo de adulación, líbrenos Dios, que uno jamás tuvo afición ni practicó tan inmoral y deleznable vicio propio de alcahuetas, y menos aún la estrategia del chivatazo, permítame V. E. confesar que es un placer leerle, y que cada mañana se supera a sí mismo bordando una muy bella página
Un servidor, es que desde la perorata del ínclito sobre el uso de las corbatas, o mejor, su borrador de proyecto de decreto para prohibirlo a sus «ministros y ministras», con la esperanza de que el resto del rebaño siga el ejemplo y con ello ahorrar todos en energía, continúa alucinando en colores y sin entender nada. O entendiendo todo y asociando el vocablo corbata en tales labios con el de dogal, comienza a sopesar si la mejor solución no sería abreviar, de una vez por todas, esta ya tan larga e insufrible agonía, con un vaso de cicuta.
Por aquí abajo, y en referencia al mejor amigo del hombre, con una cruel expresión, dicen los viejos que: «Muerto el perro, se acabó la rabia». Y otra no menos simple en relación al animal más inteligente de la creación, igual de lúgubre y expresiva, que reza: «Muerto el burro, la cebada al rabo». Así, tal como suena. Que a sabiduría innata, ni el ínclito puede ser comparado con estas gentes sencillas de campo, una gran propotciónde ellas nunca pisaron una escuela, pero no hay quien los pueda engañar en el arte de contar con los dedos.
¡¡¡Viva España!!!
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Me temo Mi General que el momento de las espadas cada dia esta mas cerca,
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Ahora que de espadas se habla mucho, igual hay que sacar a pasear la Tizona y la de Santiago (si es que se conserva, que yo no tengo noticia de ello, pero sería interesante, sin duda)
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Muchas gracias Mi General, por su clase de historia en la que estamos metido nosotros hasta el cuello, ya veremos qué ocurre, cuando el «okupa» regrese de la Mareta o también se le ocurre pasar otras vacaciones en las marismillas. Esto está muy pero que muy mal. Saludos a todos.
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Nuevamente acertado y sin necesidad de implicar a nuestro rey en su comentario mi General deja claro que el episodio de la espada ha sido aprovechado falazmente para tratar de distraernos de problemas más principales. Una vez más y de forma tan estúpida como inútil que me recuerda aquella vez que el Imperio Romano al declarar la guerra a Neptuno, el dios del agua, simplemente fueron y apuñalaron el agua.
Aunque esta vez la espada trata de apuñalar también a S.M. el rey, pero D. Felipe ha hecho lo que correspondía al rey de España ante la exhibición de la reliquia que representa al gran traidor y genocida Bolívar.
Bolivar llegó a Inglaterra como embajador de España y se ofreció a los ingleses para liberar las tierras americanas del dominio español y portugués, incluyendo la entrega al Imperio Británico de los territorios de Panamá y Nicaragua a cambio de ayuda financiera en su “guerra a muerte” contra la Madre Patria. Traidor a su patria y el primer genocida reconocido de la Historia al quemar en la plaza de Caracas a 187 españoles (niños, ancianos y enfermos incluidos) por puro odio, además de otros actos igualmente cobardes.
Sentirse orgulloso de tal personaje y rendirle homenaje queda para otros, no para el rey de España ni los españoles de bien. Eso queda para quienes el adjetivo “bolivariano” representa su ideal ético y político.
Que sigan ladrando, que ni nos harán olvidar la situación y sus traiciones y sólo conseguirán que se recalque y difunda la dignidad del rey que nos representa.
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Gracias mi General , todavía quedan hombres de honor, que saben defender a España con la espada y la palabra escrita.
A la orden de vuecencia mi General.
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Con permiso de Vuecencia, mi General. Debido a la incultura y la ignorancia de muchos españoles se nos han colado en los diferentes gobiernos, de los últimos cuarenta años, demasiados Alcibiades.
Por qué no leemos y estudiamos más a los clásicos?, De esa forma nos engañarían menos.
! Arriba España y viva La Legión !. Julio de Felipe Jimeno
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Buenas tardes
Mi General, hoy ando medio despistada, y me niego a recurrir a internet, para localizar al personaje que nombra, Alcibíades para mi tan poco conocido que sólo recordaba su nombre en relación con Sócrates y muy vagamente. En mi enciclopedia Espasa me aclaro que fue orador, político y militar, y entiendo sus dudas, porque su trayectoria fue tan complicada y controvertida, que finalmente no logro saber si, aparte de un personaje de indudable inteligencia, tuvo nunca muy claras sus lealtades excepto las que le llevaban a perseguir el poder personal, así que deduzco que hoy lo trae a colación precisamente por eso, aunque no encuentro paralelismos que nos lleven a pensar en alguien comparable, como no sea en su faceta más negativa, la manipulación.
Si hay que acudir a los clásicos para recuperar la técnica de cortar el rabo a un can, y así distraer la atención sobre las cosas verdaderamente importantes, me temo que el personal va a estar ligeramente consciente, porque la técnica no es sólo antigua sino frecuente, y al momento actual demasiado utilizada como para que cuele una y otra vez.
Hoy nos centramos en las espadas, un arma noble si la mano que la empuña lo es, e infelizmente muy frecuentemente no ha sido así. Y si hay quién recurre a una espada que se usó para traicionar y matar a inocentes ,se pasea en olor de multitudes incultas y arrodilladas ante el poder de turno, nuestro Rey no es ni lo uno ni lo otro, no levantarse a su paso es lo mínimo que podíamos esperar de él.
Que ladren los de siempre, no importa el pretexto ni la ocasión, es lo normal. En esos no hay sólo incultura, también mala intención sin que sepan ni siquiera por qué ladran. Pobre gente, que ni siquiera se les ocurre informarse de quién fue Simón Bolívar, porque en realidad no les importa, sólo ladran para que se les oiga y sepamos que existen perros sin rabo, y me cuesta mucho compararlos a un animal que con rabo o sin él suele ser leal y noble.
Resulta curioso que la leyenda negra española se extienda como una mancha de aceite, y en cambio no se hable prácticamente nada sobre Bolívar, traidor, esclavista y asesino.. Si ese es el ejemplo que siguen esos pueblos que se hacen llamar bolivarianos, podemos imaginarnos cómo acabará la historia de esos pueblos, para su desgracia.
Margarita Alvarez-Ossorio
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Comprendo que no encuentre al comparado, pero existe y es lógico que no sea sencillo el jeroglífico. Usted lo entiende y «ellos» también. Saludos
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Bien, bien, mi General, y bien por nuestro Rey que ha dado una magistral lección a estos ignorantes (por emplear un suave apelativo) de cuando se debe levantar uno y cuando debe uno quedarse sentado. Como todo está dicho ya, me despido quedando a las órdenes de V.E..
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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