Donde participó en 1875 el Regimiento de Caballería Lanceros del Rey Nº1, heredero del Regimiento del Rey 1º de línea, creado el 4 de abril de 1661. Como recuerdo a la ciudad que dio nombre al «Trozo de Milán», se concedió al Regimiento las armas de esa ciudad, simbolizadas en una serpiente vibrante y coronada, engullendo un hombre, rodeado todo por ramas de roble atadas con cinta encarnada con la leyenda:
«NO HAY QUE TEMER A LA SOMBRA DE LOS ESTANDARTES REALES»
Cuando en la Historia apareció la «Guerra», pronto emergieron los grupos de combatientes montados. Desde que la palabra «Caballería» sirvió para designar a una de las poderosas Armas del combate, apareció con ella uno de los más bellos y hermosos ideales, el sacrificarse por las demás Armas de tan hermosa profesión.
Pero nuestro objetivo no debiera ser el conformarnos con solo conocer parte de la Historia sino que debe ser el comprender, por eso nosotros nunca deberíamos trabajar de militar, sino que debemos ser militares.
«Dime y olvido, enséñame y lo recuerdo, involucrarme y lo aprenderé»
El Rey con su inteligencia y su trabajo es el mejor árbitro y moderador del Estado Español y el garante de que se cumpla la Constitución. En España, como en la lanza, Su Majestad, es la punta de la moharra que abre el camino para que otros puedan caminar por él. En sus 10 años de reinado ha ofrecido más de tres mil audiencias, ha participado en infinidad de actos, ha recibido a miles de personas, entre ellas a casi 300 Jefes de Estado…,ha realizado centenares de viajes al exterior, lo que demuestra su vocación de servicio y sentido del deber. Siempre está en su sitio al servicio de España y de los españoles, y siempre me invita a soñar.
―Señor, como me lo enseñó sin mentir, lo aprendí.
Es curioso que en otros tiempos, en Caballería, nada más ingresar en su Regimiento, al soldado le daban, entre otras cosas, una lanza, como herramienta de trabajo, hoy un fusil, no una tablet o un móvil, y mucho menos una pala. De siempre, a pesar de la opinión de muchos, la de militar fue una profesión de riesgo.
Pero por qué hablar de letras, si lo que de verdad hoy cuenta en el mundo son los números…, pero yo prefiero seguir con mis letras, con mis lanzas sacándola punta a sus cuchillas.
Castellana, jineta, lanza corta, lanza larga, alabarda, de justas, pica, garrocha, tridente, bichero, rejón… hasta la Lanza Santa o del destino también llamada de Cristo, manejada por un soldado identificado como centurión llamado Longinos.
Todas, desde sus moharras hasta los regatones, portadas por sus jinetes, soldados, húsares, legionarios romanos o de los Tercios, centuriones… tenían como misión estar siempre en ristre, no dejar lanza o armadura enhiesta y derrotar enteramente al enemigo. Para algunos representan al poder, la guerra y el sexo, y siempre estuvieron relacionadas con el sacrificio, la violencia y la muerte.
Mi lanza, con asta de bambú, no tiene en la cuchilla la inscripción: «ARTª FABª DE Toledo 1884, y no creo que pasara la prueba definitiva que entonces les hacían a las de hierro fundido: Tres golpes rectos de punta contra un maniquí, revestido con la coraza reglamentaria de la Escolta Real, debiendo atravesar esta coraza en los tres golpes sin deformación alguna. Un tope entre la moharra y el asta, impedía la penetración excesiva (algo parecido a la cruceta, el encordado o la puya de arandela de la corrida de toros). El portalanzas de cuero situado en el centro de gravedad del asta, dejaba libre la mano derecha para poder empuñar la tercerola del jinete si se terciaba.
Si se vive mucho, es asombroso lo que uno puede llegar a ver. Hoy vemos como el mundo se arma hasta los ojos, antes se decía hasta los dientes pero todo sube…Y lo que nos queda.
Como algunos de los que nos la quieren imponer es dudoso que hayan leído alguna vez un libro, al menos uno gordo y sin dibujos, no podemos creer en su falsa libertad … ¿pero libertad para quien?, pues con frecuencia, como pasa en el bosque, la libertad del lobo significa la muerte de las ovejas, pues ofender en lo más sagrado a millones de personas, como hicieron en las campanadas de media noche el fin del año pasado, no puede ser eso el precio a pagar por nuestra libertad de expresión. A lo mal hecho pecho.
Poco antes de la final de 2008 de París, en la pista central Philippe Chatrier de Roland Garros contra el tenista suizo Federer, Nadal le preguntó a su entrenador:
―Toni, como ves el partido de hoy.
Su tío le respondió con su franqueza habitual:
―Bueno, lo veo complicado. El tiene mejor derecha que tú, mejor volea… y el saque.
―Vale, no sigas, vaya moral que me estas dando antes de saltar a la pista.
A lo que su tío le contestó:
―Yo te puedo mentirte ahora, pero la realidad se impondrá en la pista. Él puede ser mejor que tú en esos aspectos, pero tú puedes ser mejor que él en ilusión, y eso depende exclusivamente de ti. Al final venció Nadal por 6-1, 6-3 y 6-0 en una 1 h. y 53´ ganando su cuarto Roland Garros consecutivo.
―Rafa, como me lo enseñaste sin mentir, lo recuerdo.
Con los años voy tirando a la basura algunas cosas que me rodean, otras me da pena y las guardo donde puedo. Ayer me encontré en los jardines del Campo
Grande de Valladolid con Desi, la criada de don Eloy, una joven ingenua que trabaja interna en su casa («La hoja roja» de Miguel Delibes), y que también llenó su cuarto de cosas viejas: un tocador improvisado con tablas viejas, estampas religiosas, fotografías de su pueblo La Parrilla…, pero con el tiempo Eloy le enseña a leer y la chica no salió de su asombro cuando fue capaz de escribir una carta a su hermana. Desi, poco a poco, fue juntando las letras y las cosas nuevas con las viejas ya vividas, como vamos haciendo los que tenemos ya una cierta edad al atesorar toda una vida de formación constante.
―Gracias Don Eloy, como se lo enseñó sin mentir, Desi se involucró.
En España el año 1931 la lanza se suprimió como arma de guerra, pero al día de hoy con la banderola ondeando en la moharra, y el regatón metido en la cuja junto al estribo derecho, mi lanza y yo, vemos pasar el tiempo, siempre la guardaré y nunca la tiraré al rincón de la chatarra.
Vivir estaría bien si naciéramos ya aprendidos, aunque la verdad sería un poco aburrido, pero se nos va la vida aprendiendo y cuando comenzamos a saber vivir, nos vamos. Menuda broma, pero como a Nadal, a ilusión no me gana nadie.
¡Lanceros de España, lanceros del Rey! No os olvido, me enseñasteis, os recuerdo, con vosotros me involucré y todo lo aprendí.
Y para que conste donde convenga, escribo lo presente firmado, como en aquellos tiempos, con el sello de mis armas: la lanza y el sable en,
Zaragoza a 1 de febrero de 2025.
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