RIESGO ¿ASUMIDO? EN LA EVACUACIÓN DEL PERSONAL CIVIL DE SUDÁN (NEO) General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Base militar sudanesa de Wady Sayyidna

Escuché esta semana a la ministra de Defensa (Sexta televisión) hablar sobre la llegada de los carros de combate “Leopard” españoles a Ucrania. Me quedé sorprendido cuando contestó que en una par de días «ese material humanitario» llegaría a su destino. Las lanzas cañas. La obsesión por el lenguaje melifluo y erróneo nos lleva a la situación de desarme en la que se encuentra Europa que no es nadie a la hora de un conflicto bélico de alta intensidad. Europa ni tiene Ejército ni se le espera. Llevo diciéndolo hace tiempo, pero me alegra escucharlo esta misma semana en boca voz del Director Nacional de Seguridad Nacional. La razón es la irresponsable postura del «No a la guerra». No saben lo que dicen y cuando la guerra llega la pierden; es decir se pierde la libertad.

Un ejemplo más de melifluas palabras ha sido la evacuación de personal español, y «asimilado», no combatiente de Sudán, operación de enorme riesgo que exige mucha Inteligencia, información en el terreno y cooperación. ¿Ha sido así?

Ha ocurrido todo lo contrario. Cada nación europea ha hecho individualmente la NEO y, por ahora, ha salido bien gracias a no se sabe muy bien qué. Colaboración cero. Europa no ha existido.

Me llegaron antes de la operación algunas dudas sobre las medidas de defensa electrónica, sobre las comunicaciones y la Inteligencia. Ahora que ya ha pasado mejor olvidarlo, aunque se deberían corregir aspectos de alto riesgo. La suerte es un efímero acompañante que para el guerrero tiene otro nombre. Aquello no era Kabul, sino peor; allí no estaban los soldados estadounidenses, sino algunos europeos, cada uno a lo suyo y a por los suyos. Alto riesgo. Ha salido bien: felicitaciones.

Una operación Non Combatant Evacuation Operations conocida por su acrónimo NEO es la evacuación de personal no combatiente que se lleva a cabo cuando circunstancias de inestabilidad en un país ponen en grave riesgo la vida o los intereses de nuestros compatriotas. Se planea y ejecuta con la finalidad de reubicar en un lugar seguro al personal no combatiente designado que se encuentre en una situación de riesgo en un país extranjero.

Es el momento de que nos aclaren algunas cosas que no entendemos sobre las informaciones recibidas de la NEO Civil-Militar española en Sudán.

En España es la Brigada “Almogávares” VI de Paracaidistas la que tiene una preparación específica para dicho tipo de operaciones y ha sido la que de manera impecable la ha llevado a cabo en Sudán.

Ruta de evacuación.

Escuchábamos al teniente coronel Jefe de la I Bandera Paracaidista, responsable del planeamiento táctico y ejecución, contar cómo se desarrolló esta y se ve con claridad la incertidumbre y las deficiencias encontradas.  Algo que a pesar de la minuciosidad del planeamiento puede ocurrir. Pero es evidente que se sabía que la situación era incluso más comprometida y difícil de evaluar que en Kabul. En Sudán había muchos frentes y ninguno de los enfrentados era para confiarse.

Los aviones A400M de la Fuerza Aérea española tuvieron que aterrizar en una base militar a 37 kilómetros al noroeste de Jartum donde se encontraba la Embajada española y los residentes a evacuar. El plan era «formar una columna con seis blindados y 30 militares y recoger en la Embajada de España a los 34 españoles y 70 europeos y latinoamericanos que se habían concentrado allí».

No pudo ser. El teniente coronel jefe nada más desembarcar con diez de sus hombres y dos de los vehículos se vio obligado a salir al encuentro de los evacuados ya que el horario para el movimiento ofertado por las fuerzas regulares de Sudán no ofrecía alternativa ni esperar. Cuando se dio la orden de abandonar la embajada la mayor parte del personal militar español aún estaban en los aviones A400, solo uno había desembarcado, otro lo hacía en ese momento y el último aún en vuelo.

El Embajador ya había recibido la orden del MAEC de salida. El puente sobre el Nilo se cerraba y podían quedarse sin alternativa a abandonar Jartún.  Había que emprender la marcha.

El teniente coronel en el aeropuerto esperaba a que se le uniesen el resto de sus hombres y vehículos, pero no había tiempo; tuvo que decidir con rapidez; se lo pensó, pero no dudó a la hora de asumir la responsabilidad. En tierra solo estaba él, diez de sus hombres y dos vehículos. Esperar al resto podría poner en peligro la evacuación. Había que actuar con rapidez y asumir el riesgo. Para colmo las comunicaciones no funcionaban con el rendimiento exigido para esas situaciones.

«Ya no hay manera de parar y con lo que tengo salgo a su encuentro».

La incertidumbre es un factor de combate que hay que asumir y para el que hay que estar preparado. No todos lo están.

El contacto con la columna de personal a evacuar encabezada por el Embajador era prácticamente inexistente. El Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS)se afanaba en facilitar información y la comunicación. Era una tarea casi imposible. El teniente coronel se encontraba ante una ruta desconocida, llena de imprevistos, con muchas probabilidades de retrasos, incluso de enfrentamientos. Pero no había alternativa ya que los civiles podían quedar sin protección y al vaivén de cualquier agresión armada. La caravana de evacuados cruzó el puente sobre el Nilo acompañados de las fuerzas regulares del ejército sudanés, y a partir de ese momento se quedó sin protección alguna. Imagínense la situación, sin otra alternativa que seguir, seguir y encontrarse con los soldados españoles. Los dos vehículos militares avanzaban buscando en un horizonte nebuloso la columna de civiles. Detenciones por tropas de uno y otro bando, preguntas, caras de pocos amigos… pero podían continuar. En cada control se la jugaban. La habilidad del embajador y del teniente coronel no se improvisa, es fruto de la preparación y oficio. Dio sus frutos.

Mientras, en el aeropuerto, el resto de la fuerza militar se constituyó en reserva por si tenían que acudir al rescate de su jefe y de la columna de civiles.

Al fin a mitad de la ruta: el encuentro. No había tiempo que perder. Ni un saludo. Miradas de aprobación y a la mayor velocidad a la base de Wady Sayyidna. Motores en marcha y a casa.

Algo más de una hora. Una eternidad. Es la guerra que aparece allí donde menos te lo esperas; hay que estar preparado y eso no se logra con discursos bondadosos ni políticos mensajes. Cuando las armas negocian mejor saber manejarlas; y bien.

En el aeropuerto de Madrid espera la foto de los que se ufanan de lo hecho sin saber cómo ni qué han hecho ni el calculado riesgo (?). Ha salido bien. Foto electoral. ¡Somos los mejores los de exteriores!

¡Gracias soldados! La Patria en su silencio os lo agradece. Ese silencio es un tesoro cuando el conjunto del lenguaje se convierte en lodo.

Sois un ejemplo, como lo son vuestros compañeros desplegados entre la incertidumbre de tantos rincones del mundo. Cada uno de vosotros, mandos, tropa, estáis perfectamente adiestrados y no es la primera vez que pisáis estos terrenos. Claro el cometido, valoráis el riesgo, siendo plenamente conscientes de vuestra responsabilidad. No sois temerarios sino valientes y el mundo envidia vuestro concepto del compañerismo que cohesiona y forma un equipo sólido que aporta seguridad al grupo y tranquilidad al mando. Respetuosos, disciplinados. Ya quisieran todos los países que sufren el horror de la violencia y la guerra tener con ellos una Unidad española. La inseguridad huye ante vuestra presencia.
No hay titulares para vuestro regreso. Otros titulares ocupan las portadas. Interrogantes sin respuesta.

Es hora del juicio crítico. Nos gustaría conocerlo.

Creo que en este caso hay que reconocer la labor de los soldados y la del embajador en Sudán por su valentía y eficacia.

Ruta, distancia, tiempo…

Que así sea.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

28 abril 2023

 

 

 

¡DESPERTA FERRO! General de Brigada (R.) Adolfo Coloma

Hoy 23 de Febrero, todos los que han formado parte de las Tropas Paracaidistas del Ejército de Tierra, veteranos o en activo tienen una cita con la historia.Se conmemora el LXIV Aniversario del hito fundacional de estas unidades,el primer lanzamiento con un vetusto paracaídas INTA T-6, desde aviones Junker y Savoia.  Las unidades  paracaidistas del Ejercito encuadradas en la Brigada Almogávares VI (BRIPAC), que son modelo y referencia en nuestras FAS y allende nuestras fronteras, han hecho hoy un alto en su duro quehacer diario y han formado  en la base de Paracuellos (Madrid) y en el acuartelamiento de Javalí Nuevo (Murcia), felicitarse, para recordar a los que les precedieron y mirar al futuro

Tradición y modernidad. Tradición, pues su espíritu de combate se inspira en las huestes almogávares que en el siglo XIII, por su bravura y el hecho de combatir siempre en inferioridad de condiciones, asombraron al mundo al grito de “desperta ferro”. Y Tradición que enraízasen las legionarias, como es palpable en todo su ritual. No en vano, el fundador de la I Bandera Paracaidista, el Comandante Tomás Pallás Sierra, el primer general de la Brigada Paracaidista, Julio Coloma Gallegos y muchos de los mandos que se integraron en los orígenes de estas unidades procedían de la Legión. Por ambas razones, todos los que en algún momento de sus vidas y en cualquier empleo ha formado parte de estas unidades, ostentan el muy honroso título de “Caballero legionario almogávar paracaidista”. Pero tradición que a lo largo de estos 64 años han sabido construir la suya propia. Sus gritos su ideario, su oración paracaidista son buena muestra de ello. Y la modernidad, que ha sido el modus operandi de las unidades paracaidistas desde los primeros momentos. No solo en su uniformidad, revolucionaria cuando se reglamentó, sino en su operatividad basada en un riguroso sistema de instrucción y adiestramientos (Alfas – Betas y Gammas) que por su eficacia, adoptó el conjunto del Ejército y hoy es lenguaje común de cualquier unidad

Hace falta mucho más que un mero espíritu aventurero y afición al paracaidismo para ser un “paraca”. Tiene esta unidad un hecho que la diferencia de todas las demás: su capacidad de inserción mediante lanzamiento paracaidista. El salto al vacío desde una aeronave en vuelo marca un hecho diferencial,que poco tiene que ver con lo deportivo y mucho con un procedimiento militar basado en la especialización, la sorpresa y el arrojo. El lanzamiento no marca como en el deporte el final de la actividad, sino el comienzo de una larga y azarosa acción sobre tierra en circunstancias muy precarias. Eso es lo que distingue a las tropas paracaidistas.

Pero no solo en la Brigada Paracaidista, sino en todas las asociaciones de veteranos de estas fuerzas, agrupadas en torno a la Federación Nacional de Asociaciones de veteranos paracaidistas de España (FENASVPE) mantiene el espíritu su estilo, su ideario y su amor a España, recordarán una año más aquel primer salto, las primeras operaciones en Ifni – Sahara – la fundación de la brigada, la operación Pathfinder Express 66, las primeras misiones en el Kurdistán y en los Balcanes, los cientos de miles de lanzamientos y por supuesto, a los que ya no están.

Con la tranquilidad de haber visto superados recientes escollos que podrían dividido por la mitad a sus componentes entre los que son paracaidistas y los que no lo son, y haber mermado sustancialmente sus capacidades como Gran Unidad paracaidista Hoy los “paracas” han hecho un alto en el camino para acudir a su cita con la historia, con sus recuerdos y tradiciones mientras se preparan día a día con rigor para lo que su compromiso les exige: “Ser los mejores soldados de la patria”, tal y como les ha recordado la Ministra de Defensa pisando el mismo asfalto dela plaza de armas de la flamante Base de Paracuellos, en la que estaban formadas las unidades y sobre el saltaron con precisión y vistosidad un grupo de paracaidistas que cerraron el acto.

Y nosotros, desde el blog General Dávila, nos unimos a esta felicitación deseando a todos los bravos paracaidistas:

¡Buen Salto!

Adolfo Coloma

GB (R) del ET

23 febrero 2018