Recibo de mi buen amigo Francisco Vázquez y Vázquez —Paco Vázquez— Alcalde que fue de la ciudad de La Coruña y Embajador de España cerca de la Santa Sede, cargos en él de absoluto servicio a la Patria, el librito que lleva el título que acompaña. Una delicia.
Responde a la conferencia dada en el Museo Militar de La Coruña dentro de los actos conmemorativos del 450 aniversario de la batalla de Lepanto.
Paco Vázquez nos cuenta la historia a la vez que, con habilidad y la sagacidad de un Embajador, engarza aquellos eslabones con los actuales, a pesar de que algunos quieren desenganchar la historia de España de su verdad y rigor. Lo hace nada más empezar «a modo de exordio en el deseo de ser fiel a la verdad de la historia y su memoria», recogiendo la enseñanza de Don Quijote de la Mancha:
«Debiendo ser los historiadores puntuales, verdaderos y no nada apasionados y que ni el interés, ni el miedo, el rencor ni la afición no les hagan torcer del camino de la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir». Dice el Embajador «Sirva el axioma cervantino para poner en evidencia la mezquindad intelectual de quienes en los tiempos actuales pretenden imponer un control totalitario de la Historia, de su verdad y de su memoria».
Como ven empieza con fuerza, y es que el opúsculo de Paco Vázquez es de principio a fin un apasionante relato de una de las acostumbradas hazañas españolas cuando lo español se deja de ambages y mezclas extrañas y sale con la pureza de la fe y el patriotismo.
El libro está editado con gusto y delicadeza como no podía ser de otra manera cuando el editor es Manuel Arenas Roca, librero de La Coruña, amante de la historia y un caballero español. Siento decirles que se trata de una edición especial numerada, pero tengo la seguridad de que si se dirigen a la editorial podrán hacerse con la obra. Merece la pena.
El libro es de fácil y amena lectura y por primera vez veo un pasaje tan complejo de nuestra historia sintetizado con pulcritud y rigor a la vez que aporta documentos y nombres casi desconocidos.
Tiene un introito que permite situarse en el lugar y encontrar las razones de los hechos con una gran panorámica del momento, por cierto con gran acierto y oportunidad para transportarnos a la situación actual.
Entra de lleno en materia con una preciosa descripción de la relación del gran Felipe II con su Embajador y con el Santo Papa Pio V, recreándose con los protagonistas de la batalla donde recupera nombres algo olvidados y sobre todo resalta el valor y el honor de los verdaderos protagonistas: las tropas, los tercios españoles. Le sigue los retazos de la batalla, difícil labor que resuelve Paco Vázquez con estratégicas palabras y ¡cómo no! con algo a lo que siempre va unido mi recuerdo: el rezo del Rosario, razón sin duda de la victoria, que recomendó rezar Su Santidad, 7 de octubre, Virgen del Rosario, Patrona de esa bella ciudad de la que el Embajador fue su Alcalde.
Miren: léanlo. En un día de lectura entenderán más de mil años de historia.
Gracias Embajador y cierto es:
«La más alta ocasión que vieron los siglos pasado, los presentes, ni esperan ver los venideros».
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
Blog: generaldavila.com
27 noviembre 2021