GUERRA EN SIRIA. MISILES BONITOS, NUEVOS E INTELIGENTES General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Anoche 13 abril, sobre las 2300 escribía las líneas que a continuación les ofrezco. Era el habitual punto de vista sobre la actualidad militar que con brevedad les ofrecemos cada domingo. No tenía información privilegiada. Solo era la mirada del veterano que como centinela escudriña y anota cualquier ligero movimiento o sonido no familiar en el paisaje. Vibraba el aire y los cielos se inundaban de misiles. Mientras dormían casi todos. Lo escrito, previsión, estaba ya ocurriendo. Mis palabras se estaban cumpliendo mientras escribía. No se han quedado viejas sino proféticas y preocupantes. Que nadie se extrañe. Los signos de los tiempos señalan en la dirección de los acontecimientos, pero escondemos la cabeza y preferimos mirar hacia otro lado. Tomemos nota y demos importancia a lo que la tiene. Esto va en serio. Es la guerra.

Eran palabras para el domingo, pero mañana habrá que seguir narrando la situación que será la misma pero distinta. Ahora hablarán los expertos en todo haciéndose cruces por el horror de la guerra cuando no han sido capaces ni de acercar la paz a su entorno más cercano.

Sonaban tambores de guerra. Ahora se escucha ya el fragor de la guerra… y los lamentos. Ya no hay marcha atrás.

General Dávila (R.)

 

TAMBORES DE GUERRA. Visus militis

Niños afectados por el ataque con gases en Siria

<<El Maestro Sun dijo:

La guerra es el asunto más importante para el Estado. Es el terreno de la vida y de la muerte, la vía que conduce a la supervivencia o a la aniquilación. No puede ser ignorada>>.

Detrás de cualquier guerra hay una decisión política, no militar.

<<La guerra no es simplemente un acto político sino un verdadero instrumento político, una continuación de las relaciones políticas, una gestión de las mismas con otros medios>> (General Carlos Von Clausewitz).

Mucho han cambiado las cosas desde Clemenceau: <<La guerra es un asunto demasiado serio para dejarlo en manos de los militares>>.

La política ha dejado de tener la seriedad que se le supone. Asustan los discursos que definen a los misiles como bonitos, nuevos e inteligentes. Por otro lado sobrecoge ver las imágenes de los efectos del gas sarín. Es algo peor que la guerra. Es la maldad, la diabólica actitud, y el peligro de dejar la política en manos de perversos o incompetentes. Nunca se sabe quién es peor.

La voz del militar se hace escuchar. Prudencia.

Hace siglos que avisa: <<No escogería al hombre que está dispuesto a enfrentarse a un tigre o a precipitarse en un río sin preocuparse de salvar la vida o morir. Elegiría, sin duda, a un hombre que considerase el obstáculo con la prudencia requerida y que prefiriese triunfar por la estrategia>>.

Es predicar en el desierto. Nadie escucha.

Siria es la tragedia, el final de todo y el principio de lo que nadie quiere. No está en manos de los militares. No es una guerra sino una diabólica encrucijada dónde nos estamos jugando el futuro de la humanidad.

En este caso los militares miran, miramos, con preocupación a los políticos.

Una escalada fuera de control

Y han avisado: Una escalada fuera de control.

Demasiado serio como para mirar a otro lado y demasiado grave como para juegos de poder político. Los tambores llaman a la guerra y no son militares quienes los hacen redoblar.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com