Es el nombre con el que se ha inaugurado en el Museo Militar del Alcázar de Toledo una exposición que versa sobre el <<Centenario del Estado y del Ejército de Letonia>>.
Mucho les costó la libertad y no es cosa de bajar la guardia.
La OTAN despliega un importante contingente militar desde hace más de dos años frente a la frontera Rusa en territorios de Estonia, Lituania, Polonia y Letonia. La operación denominada Enhanced Forward Presence (Presencia Avanzada Reforzada) tiene carácter preventivo, disuasorio, algo difícil de establecer y que puede en cualquier momento cruzar sus límites. Todo empezó en Crimea. Misión cumplida, objetivo conseguido, contra el que se establece la presencia avanzada; reforzada. No habrá paso atrás para Rusia por mucha defensa, ahora, que establezcamos. Esto no es un juego. Saben preparar y hacer la guerra. Cuándo y dónde. Crimea ha sido una victoria fácil, sin oposición a sus armas.
España despliega en Letonia, hombres y material pesado. Un despliegue de guerra sin precedentes. Desde aquí no dirigimos nuestra mirada hacia aquel lugar tan lejano y si lo hacemos es para interrogarnos: ¿Qué hacemos allí, tan lejos?
Puede que la contestación esté en el nombre de la exposición inaugurada en el Alcázar toledano: El sol amanece con la espada. Poco hay que explicar. El vicepresidente de Letonia y ministro de Defensa sabe cuál es la misión de este despliegue: <<Proteger su integridad territorial frente a una posible agresión militar rusa>>. Cuando se está tan cerca del enemigo no puede andarse con eufemismos que distorsionan la realidad y no favorecen el relato de la verdad. Favorecen al enemigo, experto en esta nueva guerra del relato.
<<Hay una gran asimetría en la región: con un gran poderío militar de Rusia, cuyas fuerzas armadas frecuentemente se adiestran de modo ofensivo, y una pequeña capacidad militar en nuestro lado>>, dice con rotundidad el ministro de Defensa, para continuar con un lenguaje, real, de guerra: <<No, no tememos una invasión. No pedimos a los soldados españoles morir por Letonia; eso lo harían los soldados letones. Estamos listos para luchar y estamos listos para morir por nuestro país. Lo importante es que, como aliados, demos una clara señal a cualquiera que nos desafíe>>. Un lenguaje de guerra; sin ambages. Que no deja de ser político, usado cuando las circunstancias lo requieren. Cuando está amenazada la integridad territorial. Y hoy esa amenaza no llega solo con los despliegues militares. Se despliega el ruido mediático, la propaganda, la política bastarda, de intereses oscuros, del poder y del dinero.
No. El sol no amanece con la espada. Suelen brillar otras cosas más prosaicas y que a la larga hacen más daño y generan más víctimas que la espada.
Mucho nos cuesta la libertad. La integridad territorial de una nación forma parte de ella. Y por ella dan la vida sus soldados como nos recuerda el ministro de Defensa de una nación amenazada en su integridad territorial.
Distintos idiomas, pero una causa común de defensa: la integridad territorial.
La guerra no deja de ser un lenguaje de la política. Para evitarla se despliega. No siempre da resultado, pero al menos se hace algo preventorio. Lo malo es cuando te invaden porque has dejado la puerta abierta.
Y el vigilante les da paso.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
16 septiembre 2019