LA OCUPACIÓN MILITAR DEL PEÑÓN DE GIBRALTAR. Rafael Dávila Álvarez

El Capitán de Navío Ángel Liberal, del que este blog tiene el honor de contar con su sabia palabra, ya nos ilustró sobre lo que significa Gibraltar para el Reino Unido y lo hizo de manera literal, gráfica y contundente: una Base Militar. No hay otra razón que los mantenga firme y firmes al pie Peñón. Por Tierra, Mar y Aire, y bajo tierra también, junto con el espacio electromagnético y supercalifragilístico. Nada criticable cuando saben lo que hacen y nada ni nadie se opone a ello, ni siquiera el dueño de la finca que les abre la puerta y ayuda a robar las manzanas y uvas. Crítica al que se lo permite y alaba.

El caso es que el Secretario de Estado de Defensa («Por Orden de Su Majestad») acaba de presentar al Parlamento Británico un documento denominado Defence in a competitive age en el que se definen los propósitos del Reino Unido para esta década en materia de Defensa. No se anda con chiquitas, es un documento para la guerra, en la que ya estamos y que en inesperado momento se puede recrudecer en cualquiera de sus múltiples versiones. Saben que esto no es un juego y están dispuestos a que «la maniobra» no les pille haciendo el relevo.

Nos extrañará el anuncio del Primer Ministro de reducir el número de soldados, pero se disipa la extrañeza cuando entramos de lleno en el documento y comprobamos que se van a gastar 18 mil millones de libras en Defensa durante los próximos cuatro años.  Es decir, un aumento de un 14%, con la mirada puesta en 2030. No está mal para la década prodigiosa que nos espera. Su proyecto es pasar de la ambición a sentar unas bases creíbles y realizables. Concretar lo bueno, pero posible, antes de empezar la consecución de algo mejor, pero imposible.

¿Cómo lo van a hacer? Como las circunstancias demandan, pensando en la guerra que viene, la que se dilucida ahora, y no en la que guerra que fue. ¿Tópico de Napoleón?: Dinero, dinero, dinero. Pues así es. Traducido significa tecnología y, guste o no guste, todos los sistemas se reducen en personal y aumentan los despliegues tecnológicos; y ¡ojo! no renuncian al arma nuclear como uno de sus activos más poderosos.

Con una visión global e integrada de la Defensa, no piensan en unas Fuerzas Armadas huecas y de último recurso, sino activas y presentes allí donde los intereses del Reino Unido lo requieran (y de sus aliados, aunque ya sabemos aquello: «No tenemos [Inglaterra] aliados eternos, y no tenemos [Inglaterra] enemigos perpetuos. Nuestros intereses son eternos y perpetuos, y nuestra obligación es vigilarlos»). Con claridad muestran su despliegue que «no está limitado por líneas en los mapas o por geografía». Actuación por debajo del umbral del conflicto armado, es decir atender la actual guerra sin cañones (por ahora) en la que se mezclan economía con seguridad, terrorismo y el poder del relato. Cualquier cosa es motivo de análisis por los Sistemas de Defensa y eso no se prepara en unos días. Ello exige, así lo plantean, integrar en el campo de la Defensa 5 dominios: espacio, ciberespacio, marítimo, terrestre y aéreo. Todo ello en una integración plena, configurada y puesta en práctica que sea «mucho más que la suma de las partes»

Por encima de todo, la «Prioridad: defender el Reino Unido, sus personas y su territorio».

Hasta aquí una pincelada de lo expuesto por el Secretario de Estado de Defensa del Reino Unido.

Hay algo más que destacar y que nos afecta directamente en lo más íntimo del corazón de España: Gibraltar. Hemos dicho que la «prioridad» de todo su sistema de Defensa es defender el Reino Unido, sus personas y su territorio. Con meridiana claridad, y sin sonrojo alguno, en el documento dejan claro, por si alguno no lo ha oído nunca, por ejemplo en el MAEC, que dentro de ese «defender» se encuentran «los territorios de ultramar y la Corona, y que sus Fuerzas Armadas mantendrán una postura disuasoria en las Islas Malvinas y protegerán el territorio de Gibraltar y sus aguas».

El Reino Unido está en guerra y lo asume sin complejos. Consideran que el territorio de Gibraltar es suyo, y por tanto será defendido como corresponde a una colonia de Su Majestad la Reina, pese a que las aguas que rodean el Peñón son españolas, pues no se cedieron en Utrecht, como tampoco se cedió el istmo, ni entonces ni en momento posterior alguno por lo que también es español.

Quizá debería haber titulado esta entradilla: «Un ejemplo a seguir», y puede que aún estemos a tiempo si es que alguien lee este documento del parlamento Británico.

Nos dan, y recibimos gustosos, el puntapié. Pelillos a la mar; mientras nosotros somos timoratos en la defensa de nuestra soberanía ellos son rotundos y claros en la defensa de lo que no es suyo.

Esto es la guerra. Que en Gibraltar ya han ganado. Por Tierra, Mar y Aire.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

29 marzo 2021