DON TEODORO LESTE CONTRERAS. CONTRALMIRANTE DE LA ARMADA (R.)
Se cumplen 25 años de la muerte de Don Juan de Borbón.
El Almirante Teodoro Leste conoció profundamente al Rey y a su lado permaneció hasta el último suspiro. Hoy contamos con su testimonio donde nos acerca al pérfil humano de Don Juan, a su amor a España, como nadie mejor puede hacerlo. La Armada española estuvo siempre a su lado navegando por esos mares sin puerto al que arribar. Una sensibilidad que conviene resaltar y difundir.
Coincidí con el Almirante en la Clínica de Pamplona en la, como él dice, fue la última singladura de Don Juan. Me he atrevido a pedirle unas palabras de homenaje para el recuerdo de un hombre que vivió por y para España.
El Contralmirante Nació en Madrid el año 1943. Ingreso en la Escuela Naval Militar en agosto de 1963. Obtuvo su primer empleo en julio de 1968. Es Piloto Naval y especialista en Electrónica y Guerra Electrónica. Ha estado destinado en helicópteros antisubmarinos y de ataque “Huey Cobra”. Ha estado embarcado en fragatas y destructores, 2º Comandante del Helipuerto de Santa Ana, 2º Comandante del Buque de Aprovisionamiento “Teide”. Ha sido comandante del Patrullero “Lazága”, del Cazaminas “Guadalquivir”, de la fragata “Navarra”, del buque-escuela “Juan Sebastián de Elcano”. En tierra ha desempeñado los destinos en el Estado Mayor de la Armada, de Profesor de Táctica en la Escuela de Guerra Naval, Secretario del Estado Mayor de la Armada, Director de Gestión de Personal, Agregado de Defensa en Estados Unidos, Ayudante de S.M. el rey Juan III.
Entre sus condecoraciones se encuentra: la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III, la Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo, la Gran Cruz de la Orden del Mérito Naval, la Orden del Mérito Civil, la Legión de Mérito de los Estado Unidos, la Medalla de Honor de la Diócesis de Pensacola-Tallahassee.
Gracias Almirante. Por España. Todo por España.
EL REY JUAN III. S.A.R. EL CONDE DE BARCELONA. DON JUAN
El día 1 de abril de 1993 a las 15:30 horas fallecía en la Clínica Universitaria de Pamplona don Juan de Borbón, conde de Barcelona. Hijo de Rey, padre de Rey. Nos dejaba un gran patriota que no tuvo una vida fácil, soportó el exilio con un objetivo ¡mantener intacta la dignidad de la monarquía! Extrovertido, conversador, generoso, desaparecía de la misma forma en que vivió, con sencillez. Hoy pocos se acuerdan de este Rey que hizo de su vida un constante servicio a España, ni se ha valorado su sacrificio, ni se he hecho justicia a su nombre.
Infante de España que no nació para ser Rey, pero las circunstancias hicieron que lo fuese, en el exilio, sí pero Rey, hasta que en la primavera de 1977 en una sencilla ceremonia renunció a sus derechos dinásticos, cediendo a su hijo S.M. el Rey Juan Carlos I la jefatura de la familia y Casa Real. Y repito, en una sencilla ceremonia como sencilla había sido su vida, terminó sus palabras de renuncia con ¡Majestad, por España, todo por España! ¡Viva el Rey! ¡Viva España! Rubricó su gesto con una profunda inclinación de cabeza ante quien en ese momento asumía todas las funciones de la Corona de España. El 1 de abril de 1993 fallecía en Pamplona el Rey padre, el Rey Juan III.
Había nacido el Infante don Juan el 20 de junio de 1913 en el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, siendo el tercer hijo varón y el sexto de S.M. el Rey Alfonso XIII y de Victoria Eugenia de Battemberg. Por el puesto que ocupaba en el escalafón familiar no estaba llamado a asumir la corona así que le expuso a su padre el Rey su deseo de ser Oficial de Marina. Tras pasar brillantemente los exámenes para el ingreso en la Escuela Naval Militar se incorporó como Aspirante de Marina en septiembre de 1930.
El abril de 1931, tras unas elecciones municipales, se proclama la ilegal II República. El presidente del comité revolucionario exige que el Rey abandone España antes de la puesta de sol, con una amenaza más que una advertencia “la violencia del pueblo puede provocar la catástrofe”. En la noche del 14 de abril el Director de la Escuela Naval despierta al Caballero Borbón diciéndole que tiene que embarcar en el torpedero 16 que le llevará a Gibraltar, que el Rey ya ha salido de España. Primera frustración de las muchas que tendrá en su vida. Pero si se cierra una puerta otra se abre, e ingresa en la Escuela Naval británica de Dartmouth donde era práctica normal los castigos físicos. Consecuencia de un arresto le fue impuesto el castigo de unos cuantos golpes de vara. Su inmediata reacción casi le cuesta la carrera. Tocaba adaptarse a las normas, si no las aceptas te marchas. Se suceden embarques en destructores, cruceros, la especialidad de artillaría y tiro naval, las navegaciones por el imperio británico, los tatuajes con sus compañeros en una noche de francachela.
En 1933, por renuncia de sus dos hermanos mayores, se convierte en Príncipe de Asturias. Obtenido el empleo de Alférez de Navío en 1935 solicita el retiro voluntario para no renunciar a la nacionalidad española. Nuevamente abandona su carrera naval. Tras el fallecimiento de su padre el rey Alfonso XIII se convierte en Rey de España y no es hasta 1982 en que se instala a vivir en Madrid.
Me incorporé como ayudante de Su Majestad en mayo de 1991 y puedo decir que se estableció una relación muy especial entre Rey y ayudante, relación que me permitió vivir en primera persona una parte de la Historia de España. En nuestras conversaciones tanto en tierra como en la mar – salíamos a la mar a principios de junio y regresábamos a mediados de septiembre, hiciese buen tiempo o mal tiempo – hablábamos de momentos importantes como los manifiestos; sus conversaciones con el Generalísimo Franco, sobre quien nunca le oí pronunciar una sola palabra de reproche; lo que significo para él que el actual Rey padre se educase en España; de la designación por el Generalísimo Franco de Don Juan Carlos como su sucesor a título de Rey; de su deseo de incorporarse como combatiente en la guerra civil. Son muchos los recuerdos y las conversaciones sobre distintos aspectos de la vida.
En verano del 92, el rumbo se torció. En una cena con la reina María de las Mercedes y varios invitados en Sevilla noté que el Rey se encontraba incómodo, me acerqué para averiguar cuál era el motivo, le pregunté si quería retirarse, lo hicimos al “Giralda” atracado en el río Guadalquivir, allí pude constatar la realidad de lo que sucedía. A la mañana siguiente estábamos en Pamplona donde comenzó la última singladura de un Rey que se sacrificó y dio todo por España, toda una lección.
En Pamplona se abrió un nuevo cuaderno de bitácora. Visitábamos pueblos del interior de las provincias limítrofes, en todos ellos lo reconocían con afecto, pero como el padre del Rey. Las audiencias se sucedían, las cartas preocupándose por su estado de salud incontables. Nunca quedó ninguna sin contestar y cuando su mano ya no podía sujetar la pluma se contestaban en su nombre.
En Pamplona dio su última entrevista y en ella se refirió a la situación en España -el Rey sabía que se estaba muriendo- ¡Cuantas noches hablábamos de ese trance! ¡Con que tranquilidad se enfrentaba a la muerte! – y la expuso con muy pocas palabras ¡Veo a España mal, algo desgarrada y con su unidad amenazada! ¡Qué ocasión perdida!
Hoy estaría orgulloso de su nieto el Rey Felipe VI, de cómo ha manejado una situación más difícil que la del 23-F, de cómo se ha ganado la corona.
El Rey Juan III es sin lugar a dudas uno de los personaje más importante de la España del siglo XX. Fue su vida una vida de generosa renuncia, un ejemplo constante de amor a España, cauce de reconciliación. Un gran Rey que perdió España.
Para mí fue un honor y un privilegio haber sido su ayudante y el haberme designado albacea testamentario. Tengo muy fresca en la memoria como se despidió de mí, con un sencillo gesto, mi mano en su mano y sobre su corazón. No pasa ni un solo día sin que me acuerde de él, de los momentos que viví en su compañía. Mi eterno agradecimiento a S.M el rey Juan Carlos I por el honor que otorgó a mi familia al designarme para desempeñar este destino.
Contralmirante (R.) Teodoro Leste Contreras
Blog: generaldavila.com
Domingo 1 abril 2018
Respetado Almirante:
Conmovedor relato el que realiza V.E. sobre Juan III, ese REY que no reinó en España casi hasta su muerte, me atrevo a decir, y bastante desconocido para muchos españoles.
Voy a ser lacónica en mi opinión sobre Don Juan por tratarse del abuelo del Rey. No deseo que parezca adulación. Me referiré a otro personaje histórico, no egregio, para enlazar finalmente con la figura de S.M.
Lo que no puedo dejar de decir es que, para mi Don Juan fue uno de los ESTADISTAS de su tiempo. La RAE define al estadista como: «persona con gran saber y experiencia en los asuntos del Estado…»
Yo me atrevo a añadir, porque lo pienso, que un estadista es aquel HOMBRE O MUJER DE ESTADO, QUE HACE POLÍTICA PREVENTIVA, QUE SE ADELANTA A LOS ACONTECIMIENTOS Y QUE OBLIGA A LOS DEMÁS A INCORPORARSE A SU PROYECTO, POR LO QUE EL (O LA) ESTADISTA ACABAN VENCIENDO AL CONVENCER…
A estas alturas de la Historia nadie duda que DE GAULLE lo fue: avisó siendo Cmte. en una histórica conferencia en la Escuela de Guerra de París, que el ejército nazi, el ejército de los «boches» avanzaría en cualquier momento sobre Francia rebasando las líneas del Ejército francés que tras la I GM se había «dormido en los laureles».
Esa conferencia le cuesta un arresto y su destino. Cae en desgracia entre sus Jefes militares por decir la VERDAD, pero el tiempo le dará la razón ( ¿porqué me estaré acordando yo del Tte. Gral. Mena?….).
Cuando Hitler invade Francia, De GAULLE huye a Reino Unido, los dirigentes aliados poco menos que se ríen de él porque no cuenta con el respaldo de ejército alguno ya que el francés ha sido aniquilado, como él pronosticó y no dan un penique por el militar galo, de graduación intermedia, mientras el héroe de Verdún, el Mariscal PETAIN, capítula sin condiciones y forma su gobierno (colaboracionista con Hitler tambien) en Vichy, que De GAULLE no reconoce, en tanto que Hitler, para «congraciarse» con los franceses de a pie, que desde el minuto 0 le rechazan, traerá a los Inválidos los restos del hijo del Emperador, que yacian en Austria, lo que aun provoca mas humillación y rechazo en el pueblo francés, a la vez De GAULLE sólo le pide a Churchil una cosa cuando llega a Reino Unido, UNA EMISORA DE RADIO CON ALCANCE HASTA FRANCIA. Más risas de los dirigentes aliados, pero gracias a la emisora, el que al acabar la guerra será conocido por su pueblo como «le grand Charles», organiza la Resistencia mediante sus charlas llamando a los franceses a luchar y resistir los salvajes asesinatos y torturas a que eran sometidos sus miembros, por los nazis y la Gestapo, si eran descubiertos. Se de lo que hablo, tuve el inmenso honor de conocer en París, siendo yo una cría y ellos ya viejecitos, a antiguos miembros de la Resistencia que contaban espeluznantes relatos de lo que había supuesto la ocupación alemana para el pueblo francés el ultraje de ver al ejército nazi desfilando por los Campos Elíseos, (hago hincapié en ejército nazi y no ejército alemán, porque siento todo el respeto y admiración del mundo por el pueblo alemán, que no por los nazis que DETESTO)
LA RESISTENCIA FRANCESA FUE IMPRESCINDIBLE PARA GANAR LA II GM. (Estoy citando de memoria y si confundo algún pequeño detalle pido perdón) Siempre me ha llamado la atención el fervor de el pueblo francés por sus MILITARES cuando en Francia fue la POBLACIÓN CIVIL LA QUE ORGANIZADA EN LA RESISTENCIA, SERIA DETERMINANTE PARA LOGRAR LA VICTORIA FINAL ALIADA. No olvidemos que en Dunkerke (no he podido ver la pelicula) los nazis, casi pusieron a correr a los ingleses con «Monty» a la cabeza, que hasta el Alamein con Rommel, Montgomery no…..
Sigo con DON JUAN para no alargar más esto, sólo añado que S.M. peleó toda su vida por LA LIBERTAD y por el menos malo de todos los sistemas políticos, repito: EN LIBERTAD, que es la Monarquía Parlamentaria y la separación de los tres poderes….
Hubo quién tampoco daba un penique por S.M., pero DON JUAN hoy yace en El Escorial.
Pido disculpas si me equivoco, pero creo que este año corresponde, con toda JUSTICIA, el traslado de sus restos del Pudridero al Panteón de Reyes porque la Historia empieza a darle el lugar que en vida ganó a costa de DARLO TODO POR LOS ESPAÑOLES A CAMBIO DE NADA.
Esto y mucho más, es lo que a mi me inspira la figura de DON JUAN pero no lo reflejó aquí, para que como dije al principio, no parezca que halago a S.M. el Rey, en la persona de su abuelo.
Así que, Almirante, ha sido una gozada leerle y me disculpo por lo mucho que me extendí, pero espero que si alguien tiene la paciencia de leerme me comprenda
¡¡¡A ESPAÑA Y A MIS REYES SERVIR HASTA MORIR !!!
¡¡¡VIVA LA LEGIÓN !!!
Esperanza González de Fonseca Marco
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Queridísimos amigos:
Por si los «equívocos», como yo soy DIÁFANA, y me consta que hay quién deshoja la margarita «si, no, si…», lo digo bien claro, y por escrito, para que quede testimonio:
– Con todos sus errores – que como todo ser humano, los tuvo:
¡¡¡ME MATÓ POR EL FUNDADOR DE LA I BANDERA DE LA LEGIÓN, QUE ES GRACIAS A LA QUE NACIERON TODAS LAS DEMÁS, COMO ME MATÓ POR JUAN III !!!
¿YA NO HAY DUDA DE CUÁLES SON MIS COORDENADAS, VERDAD?
Fuerte abrazo y ¡¡¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN !!!
¡¡¡A ESPAÑA Y A MIS REYES SERVIR HASTA MORIR!!!
¡¡¡VIVA LA LEGIÓN!!!
Esperanza González de Fonseca Marco
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Dichoso corrector: ME MATÓ, NO.
ME MATO, SI, EN PRESENTE…
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A las órdenes de V.E., mi General.
Este su gran artículo es, de todo lo que he leído en mi vida sobre la augusta persona de Don Juan, el que más justicia le hace.
A vece, el auténtico patriotismo se expresa con más valor renunciando a y sacrificando derechos y honores en beneficio de la Patria, que como protagonista de grandes hechos de armas o decisiones de gobierno. La pena es que, por regla general, y más en España, hombres excepcionales no se prodigan con frecuencia, salvo muchos desconocidos de los que no queda memoria, que trabajaron en silencio y con los mismos fines de servicio durante toda su vida sin pretender beneficio propio sino de los demás.
Como vengo a decir, S. A. R. Don Juan de Borbón, consagró su vida y la sublimó a los intereses de la Patria, conservando para sí únicamente el título y honores de Conde de Barcelona. Y es cierto que quiso luchar en el bando Nacional durante la guerra civil. Pero el Caudillo no quiso que corriera los riesgos propios de la guerra, y la monarquía, en la que él siempre pensaba para España, pudiese quedar acéfala.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!. ¡¡¡VIVA EL REY!!!
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Lamento discrepar de los panegíricos sobre el abuelo del Rey… porque no es adecuado hacer críticas a fallecidos.
D.Juan dio muchos bandazos ( nada más adecuado a su vocación marinera) a lo largo de su vida…comenzando con aceptar el grado de TN de la armada británica, ancestral enemiga de España. Se ofreció a luchar junto a las tropas nacionales, apareciendo en Hendaya …con camisa azul. Franco no le dejó combatir.. para no ponerle en peligro. Después,al ver que no tenía intención de restaurar una monarquía nefasta se opuso; también se opuso a su hijo D.Juan Carlos, hasta mucho después.
D.Juan Carlos fue rey porque quiso Franco y porque juró los Principios Fundamentales del Movimiento..
A partir de ahí se puede decir lo que se quiera.
Descanse en paz.
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La lealtad es una virtud que reconoce y aprecia cualquier persona de bien… y en mayor medida un militar, como es mi caso.
Por ello solo puedo reconocer y admirar tal virtud en el general Dávila y en el contraalmirante Leste.
Por otro lado sólo me extendería en suscribir las razones de D. Carlos León, pero no lo hago por la misma razón que él elegantemente enuncia en su escrito, obviando por ello el ofrecimiento de D. Juan a los aliados al finalizar la GM II.
Por ello solo quiero resaltar la coincidencia de fecha, y similitud de dígitos, entre el primero de abril de 1939 y el primero de abril de 1993.
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Muchísimas gracias, mi General, por este homenaje tal bonito para este Rey que supo renunciar cuando fue necesario. Hiciste un trabajo que te honra como militar y como persona, viva España
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Muy agradecido y cordial saludo
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Buenos Días Almirante D. Teodoro de
Leste Contreras
Muy bueno su escrito y homenaje
al Rey D. Juan III
Un cariñoso saludo y muy fuerte
abrazo
Carmen Larrabure
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Escrito con emoción; . Juan era de trato sencillo y su conversación amena. Y era Rey.
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