MILLÁN-ASTRAY HERIDO, PIERDE UN BRAZO. CORRESPONDENCIA CON S.M. EL REY ALFONSO XIII General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

El 26 de octubre de 1924 el recién ascendido coronel Millán-Astray va camino del Fondak de Ain Yedida para hacerse cargo del mando de la columna R´gaiga. La carretera se encuentra cortada por intenso fuego enemigo lo que le obliga a abandonar el vehículo. Se acerca a la primera línea de combate a arengar a los soldados del Batallón de Burgos como si fuesen sus propios legionarios. Una bala enemiga hiere mortalmente al teniente Topete que le acompañaba. Millán-Astray recibe también un impacto en el brazo izquierdo lo que obliga a evacuarle en gravísimo estado. Ingresado en el Hospital Militar de Tetuán, el día 28 es necesario amputarle el brazo por una gangrena gaseosa.

De Presidencia del Consejo de Ministros se recibe en Tetuán el siguiente telegrama:

Hagan el favor preguntar de parte de s m el rey como se encuentra el coronel millan astray

A las 1320 horas del mismo día, desde Tetuán se da contestación a Palacio Real:

Jefe Casa Militar de S.M.

ruego comunique S.M. Coronel Millán amputado brazo está gravísimo gangrena.

Olavide

A las 2140 horas se recibe en Palacio telegrama del general en jefe a jefe de la casa militar

ruegole comunique a sm que he visitado esta tarde en hospital al coronel millán y demás heridos evacuados de dra el Asef encontrando al primero relativamente bien después amputación que se hizo indispensable y urgente por presentarse gangrena exponga sm y real familia el testimonio mi adhesión y constante recuerdo y ratifique el buen espíritu reinante estas tropas.

Al día siguiente transmiten a S.M. el Rey Alfonso XIII la mejoría del coronel Millán Astray y reiteran su petición de no pasar a inválidos:

además enterado el coronel millan de la solicitud con que s.m. se interesa por el ha encargado se manifieste al señor sus deseos reiterados de no pasar a invalidos y que agradece en el alma el interés que se toma por su restablecimiento

No tarda el Rey en contestar. El mismo día 29 y dirigido personalmente al coronel Millán Astray redactado de su puño y letra Alfonso XIII le dice:

Oficiales que como tú, al sufrir operación que les priva de un miembro, solo piden no ingresar Inválidos y seguir trabajando y ofreciendo su vida por la Patria, demuestran tan alto espíritu, que es garantía cierta del gran valor que tienen sus servicios y su sacrificio; y acepto los tuyos, existiendo ya casos de capitán Llorens, que con un brazo menos siguió sirviendo en activo y de capitán Ripolle que con una mano artificial, supo ganar la Cruz de San Fernando.

Te desea muy rápido restablecimiento, y te envía fuerte abrazo, =Alfonso=

No queda ahí este testimonio de afecto y admiración de S.M. el Rey Alfonso XIII hacia el fundador de la Legión.

El interés del Rey es evidente y no solo por la evolución de la grave herida y pérdida del brazo de Millán-Astray, sino que se ocupa de su futuro militar. También de su puño y letra escribe el Rey:

A General en Jefe

Particular=Muy interesado estado de Pepe Millán, anímale y dile que con un brazo menos me sirve igual que con los dos, Alfonso.

Contesta Millán-Astray el mismo día 29 de octubre:

Es un orgullo y una satisfacción, Señor, el que el Rey haya escuchado la petición de este humilde soldado y le conceda la más alta gracia con que pudo soñar cual es la de poder otra vez en activo derramar su sangre por su España y por su Rey ¡¡Viva España!! ¡¡Viva el Rey!! ¡¡Viva la gloriosa Infantería española!!

El coronel Millán-Astray siguió al mando de la Legión y volvió a derramar su sangre por España. Fue el 4 de marzo de 1926 en Loma Redonda revisando las fortificaciones de vanguardia. Herido en el ojo derecho y con desgarros en el maxilar y mejilla izquierda. Como consecuencia de la herida perdió el ojo derecho.

Tendría después de muerto su quinta herida como en su día escribimos.

Recuerdo aquella frase de la ópera de AlfanoCyrano de Bergerac, cuando este se enfrenta a la muerte: <<Me podrás quitar la vida, pero jamás podrás quitarme mi valentía>>.

Esa fue la forma de vivir del fundador de la Legión. Un valiente en las ideas y en los actos, lo que no es fácil ni frecuente combinación.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

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13 diciembre 2018

EL REY JUAN III. S.A.R. EL CONDE DE BARCELONA. DON JUAN Contralmirante (R.) Teodoro Leste Contreras

Almirante Teodoro Leste Contreras

DON TEODORO LESTE CONTRERAS. CONTRALMIRANTE DE LA ARMADA (R.)

Se cumplen 25 años de la muerte de Don Juan de Borbón.

El Almirante Teodoro Leste conoció profundamente al Rey y a su lado permaneció hasta el último suspiro. Hoy contamos con su testimonio donde nos acerca al pérfil humano de Don Juan, a su amor a España, como nadie mejor puede hacerlo.  La Armada española estuvo siempre a su lado navegando por esos mares sin puerto al que arribar. Una sensibilidad que conviene resaltar y difundir.

Coincidí con el Almirante en la Clínica de Pamplona en la, como él dice, fue la última singladura de Don Juan. Me he atrevido a pedirle unas palabras de homenaje para el recuerdo de un hombre que vivió por y para España.

El Contralmirante Nació en Madrid el año 1943. Ingreso en la Escuela Naval Militar en agosto de 1963. Obtuvo su primer empleo en julio de 1968. Es Piloto Naval y especialista en Electrónica y Guerra Electrónica. Ha estado destinado en helicópteros antisubmarinos y de ataque “Huey Cobra”. Ha estado embarcado en fragatas y destructores, 2º Comandante del Helipuerto de Santa Ana, 2º Comandante del Buque de Aprovisionamiento “Teide”. Ha sido comandante del Patrullero “Lazága”, del Cazaminas “Guadalquivir”, de la fragata “Navarra”, del buque-escuela “Juan Sebastián de Elcano”. En tierra ha desempeñado los destinos en el Estado Mayor de la Armada, de Profesor de Táctica en la Escuela de Guerra Naval, Secretario del Estado Mayor de la Armada, Director de Gestión de Personal, Agregado de Defensa en Estados Unidos, Ayudante de S.M. el rey Juan III.

Entre sus condecoraciones se encuentra: la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III, la Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo, la Gran Cruz de la Orden del Mérito Naval, la Orden del Mérito Civil, la Legión de Mérito de los Estado Unidos, la Medalla de Honor de la Diócesis de Pensacola-Tallahassee.

Gracias Almirante. Por España. Todo por España.

 

Don Juan de Borbón

EL REY JUAN III. S.A.R. EL CONDE DE BARCELONA. DON JUAN

El día 1 de abril de 1993 a las 15:30 horas fallecía en la Clínica Universitaria de Pamplona don Juan de Borbón, conde de Barcelona. Hijo de Rey, padre de Rey. Nos dejaba un gran patriota que no tuvo una vida fácil, soportó el exilio con un objetivo ¡mantener intacta la dignidad de la monarquía! Extrovertido, conversador, generoso, desaparecía  de la misma forma en que vivió, con sencillez. Hoy pocos se acuerdan de este Rey que hizo de su vida un constante servicio a España, ni se ha valorado su sacrificio, ni se he hecho justicia a su nombre.

Infante de España que no nació para ser Rey, pero las circunstancias hicieron que lo fuese, en el exilio, sí pero Rey, hasta que en la primavera de 1977 en una sencilla ceremonia renunció a sus derechos dinásticos, cediendo a su hijo S.M. el Rey Juan Carlos I la jefatura de la familia y Casa Real. Y repito, en una sencilla ceremonia como sencilla había sido su vida, terminó sus palabras de renuncia con ¡Majestad, por España, todo por España! ¡Viva el Rey! ¡Viva España! Rubricó su gesto con una profunda  inclinación de cabeza ante quien en ese momento asumía todas las funciones de la Corona de España. El 1 de abril de 1993 fallecía en Pamplona el Rey padre, el Rey Juan III.

Había nacido el Infante don Juan el 20 de junio de 1913 en el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, siendo el tercer hijo varón y el sexto de S.M. el Rey Alfonso XIII y de Victoria Eugenia de Battemberg. Por el puesto que ocupaba en el escalafón familiar no estaba llamado a asumir la corona así que le expuso a su padre el Rey su deseo de ser Oficial de Marina. Tras pasar brillantemente los exámenes para el ingreso en la Escuela Naval Militar se incorporó como Aspirante de Marina  en septiembre de 1930.

Don Juan y su hijo se funden en un abrazo.

El abril de 1931, tras unas elecciones municipales, se proclama la ilegal II República. El presidente del comité revolucionario exige que el Rey abandone España antes de la puesta de sol, con una amenaza más que una advertencia “la violencia del pueblo puede provocar la catástrofe”. En la noche del 14 de abril el Director de la Escuela Naval despierta al Caballero Borbón diciéndole que tiene que embarcar en el torpedero 16 que le llevará a Gibraltar, que el Rey ya ha salido de España. Primera frustración de las muchas que tendrá en su vida. Pero si se cierra una puerta otra se abre, e ingresa en la Escuela Naval británica de Dartmouth donde era práctica normal los castigos físicos. Consecuencia de un arresto le fue impuesto el castigo de unos cuantos golpes de vara. Su inmediata reacción casi le cuesta la carrera. Tocaba adaptarse a las normas, si no las aceptas te marchas. Se suceden embarques en destructores, cruceros, la especialidad de artillaría y tiro naval, las navegaciones por el imperio británico, los tatuajes con sus compañeros en una noche de francachela.

En 1933, por renuncia de sus dos hermanos mayores, se convierte en Príncipe de Asturias. Obtenido el empleo de Alférez de Navío en 1935 solicita el retiro voluntario para no renunciar a la nacionalidad española. Nuevamente abandona su carrera naval. Tras el fallecimiento de su padre el rey Alfonso XIII se convierte en Rey de España y no es hasta 1982 en que se instala a vivir en Madrid.

Me incorporé como ayudante de Su Majestad en mayo de 1991 y puedo decir que se estableció una relación muy especial entre Rey y ayudante, relación que me permitió vivir en primera persona una parte de la Historia de España. En nuestras conversaciones tanto en tierra como en la mar – salíamos a la mar a principios de junio y regresábamos a mediados de septiembre, hiciese buen tiempo o mal tiempo – hablábamos de momentos importantes como los manifiestos; sus conversaciones con el Generalísimo Franco, sobre quien nunca le oí pronunciar una sola palabra de reproche; lo que significo para él que el actual Rey padre se educase en España; de la designación por el Generalísimo Franco de Don Juan Carlos como su sucesor a título de Rey; de su deseo de incorporarse como combatiente en la guerra civil. Son muchos los recuerdos y las conversaciones sobre distintos aspectos de la vida.

En verano del 92, el rumbo se torció. En una cena con la reina María de las Mercedes y varios invitados en Sevilla noté que el Rey se encontraba incómodo, me acerqué para averiguar cuál era el motivo, le pregunté si quería retirarse, lo hicimos  al “Giralda” atracado en el río Guadalquivir, allí pude constatar la realidad de lo que sucedía. A la mañana siguiente estábamos en Pamplona donde comenzó la última singladura de un Rey que se sacrificó y dio todo por España, toda una lección.

En Pamplona se abrió un nuevo cuaderno de bitácora. Visitábamos pueblos del interior de las provincias limítrofes, en todos ellos lo reconocían con afecto, pero como el padre del Rey. Las audiencias se sucedían, las cartas preocupándose por su estado de salud incontables. Nunca quedó ninguna sin contestar y cuando su mano ya no podía sujetar la pluma se contestaban en su nombre.

En Pamplona dio su última entrevista y en ella se refirió a la situación en España -el Rey sabía que se estaba muriendo- ¡Cuantas noches hablábamos de ese trance! ¡Con que tranquilidad se enfrentaba a la muerte! –  y la expuso con muy pocas palabras ¡Veo a España mal, algo desgarrada y con su unidad amenazada! ¡Qué ocasión perdida!

Hoy estaría orgulloso de su nieto el Rey Felipe VI, de cómo ha manejado una situación más difícil que la del 23-F, de cómo se ha ganado la corona.

El Rey Juan III es sin lugar a dudas uno de los personaje más importante de la España del siglo XX. Fue su vida una vida de generosa renuncia, un ejemplo constante de amor a España, cauce de reconciliación. Un gran Rey que perdió España.

Para mí fue un honor y un privilegio haber sido su ayudante y el haberme designado albacea testamentario. Tengo muy fresca en la memoria como se despidió de mí, con un sencillo gesto, mi mano en su mano y sobre su corazón. No pasa ni un solo día sin que me acuerde de él, de los momentos que viví en su compañía. Mi eterno agradecimiento a S.M el rey Juan Carlos I por el honor que otorgó a mi familia al designarme para desempeñar este destino.

Contralmirante (R.) Teodoro Leste Contreras

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Domingo 1 abril 2018

 

Lo que España, y sus Fuerzas Armadas le deben a la Escuela Central de Educación Física Adolfo Coloma GB (R) del ET

Escudo de la Escuela Central de Educación Física

La razón de ser de este blog, Vds. lo saben, no es otra que la defensa de la unidad de España y la divulgación de los valores que las FAS aportan a la sociedad. Sin duda, en la cúspide de nuestras preocupaciones está la unidad de España porque se está viendo amenazada. Pero ¡Es tan aburrido volver una y otra vez hablar del monotema! que, a veces se aferra uno a otras cosas con tal de salir del bucle.

Hoy les quiero hablar de la Escuela Central de Educación Física del Ejército (ECEF) una institución a punto de ser centenaria cuyos servicios y enseñanzas no solo han beneficiado al Ejército de Tierra, donde se encuadra, sino a los otros ejércitos y a la sociedad civil. Pocos lo saben.

Desde una perspectiva actual, la enseñanza de la educación física entendida como  la parte de la formación integral del ser humano  que utiliza los movimientos corporales para perfeccionar, controlar y mantener la salud mental y física; no es en España tan antigua como pudiéramos imaginar. Ni siquiera la Ley Moyano del Ministerio de Instrucción Pública (1857), la contemplaba. A finales del siglo, se crearon unas cátedras de gimnasia higiénica en los institutos, pero por falta de titulados, la enseñanza de la educación física (gimnasia o gimnástica) se desvirtuó hacia los contenidos de la medicina, por lo que no se consiguió una enseñanza reglada ni se impartió con una titulación determinada.

En este desolador panorama, se crea en Toledo la Escuela Central de Gimnasia del Ejército (más tarde cambiará su nombre por el de Escuela Central de Educación física, ECEF). Aun cuando su finalidad primaria ha sido siempre especializar a los cuadros de mando del Ejército en estas disciplinas, ha favorecido la formación de los maestros que, mediante unos cursos especiales, se convertían en profesores de Educación Física de Primera Enseñanza.

General José Villalba Riquelme

No fue casual ni la necesidad de la creación de este centro de enseñanza ni su lugar. Ambos se debieron al impulso del General José Villalba Riquelme.Fue nombrado Ministro del Ejército a mediados de diciembre de 1919 yel 29 de ese mismo mes, presentaba a SM el Rey Alfonso XIII el decreto  de fundación de la ECEF. Por cierto, un mes después, el General Villalba presentaba también el decreto fundacional de la Legión: “Con la denominación de Tercio de Extranjeros se creará una unidad militar armada, cuyos efectivos, haberes y reglamento por el que ha de regirse serán fijados por el Ministro de la Guerra”. Dos instituciones pues, que en los próximos dos años cumplirán sucesivamente el centenario de su existencia, nacidas ambas por el impulso del General Villalba un gran soldado, veterano de las campañas de Cuba, Filipinas y Marruecos, sobre el que algún día tendremos que escribir.

El General Villalba también había sido  Jefe de estudios y director de la toledana Academia de Infantería y había experimentado la necesidad de proporcionar a los cadetes y a los soldados en general, una formación física que incrementase su fuerza, su resistencia y sus destrezas. A tal fin becó a dos profesores de la academia para que informasen de los métodos que se seguían en las academias militares de Suecia y Francia, decidiéndose finalmente por el método sueco basado en las enseñanzas  del afamado profesor Pehr Henrik Ling (1776 – 1839).

Así anunciaba el Diario Oficial de 30 de diciembre de 2019 la fundación de la ECEF :  “Con objeto de establecer las bases sobre las que en su día habrá de asentarse la educación física del Ejercito, y especialmente la formación del personal encargado de realizarla, creando especialidades de profesores y auxiliares ……su utilidad es tanta que no solo redundará en benéfico del Ejército, sino de la raza en general cuando se extienda la práctica nacional  de la educación física por medio de los maestros de instrucción pública ………………se crea una Escuela de Educación Física cuyo profesorado estará constituido por el médico y profesores que designe el Coronel director.

Juegos recreativos

A lo largo de estos 99 años, la ECEF básicamente ha impartido  dos cursos. Uno de profesores de educación física para oficiales y otro, de instructores para suboficiales, de los Ejércitos, Armada, Guardia Civil  y esporádicamente, para otros cuerpos de la administración. Pero fue tal el empuje desde su creación la ECEF le dio a la formación para la educación física, que en 1924 se le encargó la elaboración de unas normas orientativas para la educación física infantil. Estas normas se plasmaron en la “Cartilla Gimnástica Infantil”, que fue difundida y aplicada en las escuelas normales  y colegios masculinos y femeninos de toda España. Además, entre los años 1926 y 1929, se impartieron en la ECEF cursos para los maestros y se expidió a los que los superaron el título de Profesor de Educación Física de Primera Enseñanza.

La II República, en lo que a la educación física se refiere, presentó una dualidad, pues si por una parte abanderó los métodos de la Institución Libre de Enseñanza, que también contemplaba la práctica de ejercicios al aire libre, y creó en 1933 la escuela de Educación física dependiente de la Facultad de Medicina de Madrid, eliminó a año siguiente los estudios de educación física de los programas de las escuelas normales y de los estudios de magisterio.

La Guerra Civil supuso un parón en las actividades de la ECEF. Sus instalaciones, que ya estaban construidas en la vega toledana, quedaron totalmente destruidas durante el asedio al Alcázar de Toledo, cuya defensa, hay que decirlo en voz bien alta, fue dirigida por el Director de la ECEF, el coronel José Moscardó Ituarte. Al finalizar el conflicto, la Ley de 6 de Diciembre de 1940 volvió a potenciar la educación física como asignatura reglada, reconociendo como centros de profesorado a las academias  de mandosJosé Antonio y Ruiz de Alda (del Frente de Juventudes), a la Escuela San Carlos de la Facultad de Medicina y a la ECEF como centros de profesorado.Sin embargo, fue ésta última la que continuó impartiendo en solitario la titulación durante algunos años.

Prácticas de esquí

Desde la fundación de la ECEF, las prácticas de montaña, escalada y esquí, estuvieron presentes en sus programas de formación, pero no fue hasta el año 1940, cuando se le encargó a la escuela la organización de cursos de vida, movimiento y combate en alta montaña. Para su realización la ECEF organizó una Unidad de Alta Montaña con base en Navacerrada, pero que extendió sus prácticas a Candanchú, Valle de Arán, Nuria y la Molina hasta el año 1945, en el que se creó la Escuela Militar de Montaña, que se hizo cargo de la formación y enseñanza en esta materia.

La Ley de Educación física de 1961, creó el Instituto Nacional de Educación Física (INEF) y reconocía a la ECEF como “Centro colaborador”. Los diplomados de la ECEF continuaron impartiendo la asignatura de gimnasia en colegios e institutos, ya con carácter oficial, hasta que con la restauración de la monarquía, la Ley de Cultura Física y Deportes de 1981 otorgó al INEF en exclusividad la formación del profesorado para la impartición de esta formación en centros docentes.A partir de esta fecha, prácticamente las enseñanzas de la ECEF se centran en el ámbito puramente militar.

En el año 2001, por necesidades de reorganización del Ejército, la ECEF se trasladó a la Academia de Infantería, cediendo sus magníficas instalaciones al Ayuntamiento de Toledo. En el año 2015 pasó a depender de la Escuela de Guerra del Ejercito (Madrid) continuando como unidad adscrita a la Academia de Infantería hasta nuestros días.

Esta es a vuela pluma la historia viva de una institución militar que, además de haber formado a 3.458 Profesores de Educación Física  y 4.673 instructores, cuando se le ha requerido para ello,ha puesto las bases de la práctica de la gimnasia y el deporte en los centros de enseñanza del sistema educativo nacional y colaborado en la capacitación del profesorado de educación física.

La Escuela central de Educación Física del Ejército es un magnífico exponente de los servicios que las Fuerzas Armadas han prestado y prestan al conjunto de la sociedad además de su función primordial, cual es vertebrar la seguridad y defensa nacional. Desde este modesto blog, abogamos por el merecido reconocimiento al que se ha hecho acreedora por su larga y fecunda trayectoria y que se ha materializar en el centenario de su creación el año que viene. Ojalá que no quede todo en una mera efeméride celebrada de puertas adentro. Antes bien, que el Ministerio de Defensa promocione su centenario otorgándole la importancia que merece e invite al propio ministro de Educación, Cultura y Deporte, en reconocimiento de la labor de la Escuela en pro de la educación física en el sistema educativo nacional.

Adolfo Coloma

GB (R) del ET

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10 marzo 2018

LA LEGIÓN CAMINO DEL CENTENARIO (V) LA BANDERA DE LA LEGIÓN General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

La Reina Victoria entrega la primera Bandera a La Legión en Dar Riffien

‹‹LA BANDERA DE LA LEGIÓN será la más gloriosa porque la teñirá la sangre de sus legionarios››.

Orden dada, orden cumplida…  Es la norma de La Legión.

La Reina Doña Sofía, entonces Princesa de España, entrega la Bandera al Tercio Duque de Alba

Tuvo que pasar tiempo para que la Legión tuviese su anhelada bandera. No quisieron cobijarse en ella hasta que con sus vidas hubiesen demostrado su amor y entrega. Fue un largo cortejo, un enamoramiento lento que se consumó cuando se había derramado la última gota de sangre. Ofreciéndose en sacrificio teñían de roja sangre aquella Enseña Nacional  que una Reina ya bordaba. La guerra está en marcha, la Legión sin bandera… ¡Tiene que ser la más gloriosa! Eso requería una espera de sangre y sacrifico.  El jefe y fundador de la Legión, teniente coronel Millán-Astray, había señalado las condiciones necesarias para alcanzar el Amor de la Bandera, para llevar la Enseña al combate. El valor, compañerismo, amistad, unión y socorro, marcha, sufrimiento, endurecimiento a la fatiga, compañerismo ante el fuego, y las cardinales: Disciplina, Combate, Muerte. Con ello se lograba el Amor a la Bandera. Nunca quiso decir ‹‹es la más gloriosa››, como algunos equivocadamente recitan, sino ‹‹será››. Es un permanente compromiso. Es la constante búsqueda de su gloria; nadie puede pronunciar el verbo ser hasta que no lo ha entregado todo. En la Legión ‹‹todo›› es la vida. Por eso cada uno lanza su juramento diciendo ‹‹será la más gloriosa›› como lo es ya para los muertos por ella. Cada caído en combate, cada sangre derramada hace gloriosa a la Bandera de la Legión. Mientras, en la diaria entrega, estás en deuda con ella, tienes el compromiso de hacerla la más gloriosa. En la Legión no se admite apropiarse de la gloria de los demás sino aprender de ellos e imitar su comportamiento. La bandera es gloriosa desde el primer día, pero un legionario vive con el compromiso constante que se conjuga en será, será, será… hasta que tengas por sudario, legionario, la Bandera Nacional. Tu gloria es la de tu Bandera y por ello tu vida está hipotecada a su futuro de gloria. Nunca al tuyo.

Tiempo costó recibir aquella bandera. Los primeros legionarios juraron Bandera ante la Enseña Nacional del Regimiento de Infantería Ceuta nº 60. Fue un 21 de octubre de 1920 en el llano de El Tarajal. La formación era mandada por el comandante Jefe de Instrucción Francisco Franco, siendo el abanderado el capitán Justo Pardo Ibáñez, el diseñador del emblema de la Legión. La presidencia la ostentaba el fundador del Tercio de Extranjeros, teniente coronel Millán-Astray.

La fórmula del juramento fue: ‹‹¿Juráis a Dios y prometéis al Rey, defender la Bandera de España hasta perder la última gota de vuestra sangre y no abandonar al que os mande?››.

Cuando se retiraba la bandera, la emoción se unía al deseo de ser merecedores de tener su propia bandera.

La primera Bandera de La Legión

‹‹Tendréis Bandera propia y estaréis cobijados por ella›› decían los carteles de propaganda. Pasaron tres años hasta que se iniciaron los preparativos para la ceremonia de entrega de la merecida Enseña propia a la Legión. Debería ser en la Corte el año 1923. Cuando una Bandera expedicionaria formada por legionarios de todas las unidades de La Legión se encontraba en Algeciras camino de Madrid para el acto de entrega y el Jefe de La Legión, teniente coronel Valenzuela, ya estaba en la capital del Reino organizando el acto, los acontecimientos en el protectorado exigieron la presencia de todas las unidades y sus jefes, por lo que la programada y tan ansiada entrega de la Enseña Nacional se vio suspendida.

Finalizada la Guerra de Marruecos en la que La Legión ocupó un lugar destacado pudo de nuevo volver a organizar los actos de entrega de la Bandera. Por fin. Se realizó el 5 de octubre de 1927 en Dar Riffien siendo la madrina Doña Victoria Eugenia, Reina de España.

‹‹La Bandera que recibís lleva en cada puntada de sus bordados las gotas de sangre heroica que los hombres a que se destina ofrecieron como anticipo a la gloria con que llega a vuestras manos.

[…]

Os incumbe desde hoy la misión honrosa de guardarla, defenderla y glorificarla.

[…]

La Bandera de La Legión será la más gloriosa…

Mi corazón palpita y mis manos tiemblan al despedirme de ella, aun conociendo lo muy fuertes y nobles que son los que la reciben, que la nobleza es redentora y engendra siempre nobleza de la vida a los altos ideales de la Patria y a la civilización por la que venís luchando, guiados por el nombre glorioso y evocador de España››.

Eran palabras de la Reina. Quedaron grabadas en los pliegues de la Bandera de la Legión. Para siempre. La Bandera permaneció en Dar Riffien hasta la llegada de la República, pasando al Museo del Ejército donde en 1991 su Director la entregó al Jefe de la Legión siendo depositada en el Museo de la Legión en Ceuta. Finalizado el acto de imposición de condecoraciones es de resaltar que S.M. el Rey Alfonso XIII, nombró coronel honorario de La Legión al general Millán-Astray. El coronel Sanz de Larín entregó su bastón de mando al fundador. El heroico mutilado avanzó hacia los legionarios y les dirigió una de sus más encendidas arengas que terminaba agradeciendo al Rey:

‹‹Señor: Este es el día más feliz de mi vida, gracias por haberme nombrado Jefe de esta pléyade de bizarros soldados, que lucen cicatrices en la cara, la cual jamás han vuelto al enemigo››.

Con voz vibrante y gorro en alto, gritó:

‹‹¡Legionarios! Descubríos ante el recuerdo de los muertos que con raudo vuelo fueron a la gloria, y gritad con todas las fuerzas de vuestros pulmones:

¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva la Legión!››

La Bandera permaneció en Dar Riffien hasta la llegada de la República pasando al Museo del Ejército. En 1991 su director hizo la entrega al Jefe de La Legión depositándose en el Museo de la Legión en Ceuta.

La Reina Sofía, entonces Princesa de España, entregaba la Bandera al Tercio Duque de Alba

El 20 de septiembre de 1970 la Reina Doña Sofía entregaba en Ceuta la

Bandera al Tercio Duque de Alba. Volvió a recordar aquella primera Bandera empapada de gloria por la sangre de sus legionarios.

Hoy camino del Centenario traigo el recuerdo de sus palabras y el documento que estuvo en sus manos cuando entregó la Bandera:

‹‹Siento gran emoción al entregaros esta Bandera, símbolo de nuestra España milenaria, foco de cultura, de heroísmo y de honor.

Bandera por la que han muerto tantos héroes, cuya defensa jurarán nuevas generaciones con el mismo amor a la Patria que yo juré en mi corazón cuando pisé tierra española.

Quisiera representar en estos momentos a todas las madres españolas; las que trabajan en el campo, en la fábrica, las humildes o desvalidas. Todas, ejemplo magnífico de las virtudes de la mujer, que cuando atiende y cuida su hogar, piensa en vosotros, que aseguráis la libertad y paz de sus familias y de sus hijos.

Documento original que leyó la Reina Sofía en la entrega de la Bandera al Tercio Duque de Alba

Cuando la Reina Victoria entregó a la Legión su primera Bandera, sabía muy bien, que manos la recibían. La que ahora yo os entrego, está enriquecida por el sacrificio de vuestros predecesores, y estoy segura, que todos los días os haréis dignos del depósito de honor que en ella nos legaros, para que así la reciban vuestros sucesores en el futuro con más gloria››.

No hay duda, el mandato está cumplido y la sangre legionaria sigue tiñendo de rojo la Bandera de España y siempre queda hueco para el oro de su gloria.

‹‹LA BANDERA DE LA LEGIÓN será la más gloriosa porque la teñirá la sangre de sus legionarios››.

General de División Rafael Dávila Álvarez

(Jefe de La Legión entre 2001-2004)

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1 junio 2017