Dedicado a todos los que en primera línea de combate luchan contra este enemigo invisible con grave riesgo incluso para su vida. No tendréis recompensa, a pesar de que os lo debemos todo. Vuestro sacrificio y patriotismo perdurará por generaciones.
En la puerta del Congreso de los Diputados debería levantarse un monumento a vuestro ejemplo. Más que los leones destaca vuestro valor y fiereza ante este adversario, el más cruel hasta ahora conocido. ¡Gracias!
Ejército somos todos. Con ese título iba a dar una conferencia en un pueblo de Valencia, Quartell, organizada por la Asociación Cultural 6 de diciembre y aplazada por razones obvias. Cuando la preparaba aún no se había desatado la guerra. Aunque sin saberlo estábamos sitiados. El título ahora cobra todo su valor. No es necesario añadir nada más: Ejército somos todos.
La guerra empezó en un lugar muy lejano, en el periodo de los Reinos Combatientes. Entonces decía el Duque de Sung que <<El virtuoso no aplastaba al débil y no daba orden de atacar antes de que el enemigo hubiese formado filas>>. Después de mucho tiempo, cuando se empeoró, el hombre supo el poder que daba el engaño, que la guerra era el reino de la traición y de los abusos, y llegamos a los tiempos actuales. Una lenta evolución para llegar hasta el poder y maldad, lo que obliga a la necesaria vigilancia y defensa, preparación y alianzas. Es inevitable. Tanto, que los guerreros tuvieron que enfrentarse incluso a un enemigo que había evolucionado hasta convertirse, paradójicamente, en un virus letal. Para lo cual no estábamos preparados.
El que pierde la iniciativa es derrotado.
<<Conoce al enemigo y conócete a ti mismo, y podrás libra cien batallas sin saber los que es la derrota>>, dice el proverbio de Sun Wu Tzu.
Nada sabemos, nada conocemos, aunque supimos de su ataque y no hicimos caso, pudimos y no quisimos, y con la alegría de superar las dificultades olvidamos el riesgo de la muerte.
Los generales, aletargados, gozaban de sus entorchados. Todo el arte de la guerra está basado en el engaño, y la guerra se volvió contra ellos, que somos nosotros. Cuando quisieron salir de su letargo hubo urgencia para tapar sus errores iniciales. El 8M es una losa que pesará siempre sobre sus responsables. No se había tocado generala a tiempo y el enemigo había roto las primeras líneas de defensas. Era urgente borrar aquella imagen de la inicial derrota y pusieron en marcha su campaña personal mediática.
Por fin algunos se dan cuenta. Movilizan a sus Ejércitos. Tienen el mejor Ejército del mundo, el español. Un ejército que lucha unido, disciplinado y alejado del rumor mediático que tanto marea y tan poco colabora. Un Ejército heterogéneo que conoce que <<la guerra es un asunto de importancia vital para el Estado, es la provincia de la vida y de la muerte, el camino que lleva a la supervivencia o a la aniquilación>>.
Creyeron que sacaban al Ejército a la calle como un velo encubridor de sus errores iniciales, sin darse cuenta que el Ejército llevaba días luchando en hospitales, farmacias, centros de salud, con soldados de batas blancas, sin general que les guiase y dotase de coordinación y medios. Solos.
<<Hay una cosa que es de gran importancia en la guerra, y es ser rápido como el relámpago…>> <<Cuando estalla el trueno es demasiado tarde para taparse los oídos>>. Todos eran soldados, pero sin general. Han desplegado en la guerra. Sin duda una guerra con todas sus características. Muy grave y compleja, tanto que supera el juicio sensato y elemental: ¿Qué es esto? ¿Qué está pasando? Nadie lo sabe. Una guerra que requiere planificación, método, análisis de los factores, despliegues, armas, generales y soldados.
Los mejores. Ahí están: Médicos, enfermeros, sanitarios, celadores, conductores de ambulancias, transportistas, camioneros, taxistas, empresarios, trabajadores, policías, bomberos, dependientes, fabricantes, y soldados de uniforme. Pero sin General. Acostumbrémonos a no diferenciar entre unos y otros uniformes. Son lo mismo: soldados en combate. Estas son guerras variopintas de muchas y diferentes trincheras y alambradas. Esta es una guerra, como serán las del futuro, de todos, y llevar o no uniforme no será la diferencia, sino la misión de cada uno y el arma que cada uno maneje.
Estos soldados que ven son sus soldados. Los de España, de los españoles. Seguramente muchos de ustedes los conocen, porque son ustedes mismos. Otros los ven, observan, pero no los conocen. Ven una cara de soldado y es la misma, se repite, como la de otros miles.
Los conocidos y clásicos ejércitos están normalmente en el frente en primera línea, hoy les toca la retaguardia, el enemigo ha roto la barrera defensiva y ha llegado al fondo, donde despliega la logística, donde se mezcla con la vida inocente. Es otra guerra no inesperada pero ha llegado explotando un factor que la hace muy peligrosa: la sorpresa. Mientras atacaba el jolgorio seguía, los soldados avisaban, pero nadie al enemigo veía.
Es una vida dura la del soldado. Requieren tu presencia mal y tarde. Es una vida de incomprensiones y de segunda fila, hasta que les rebosa la situación. Una vida llena de constantes riesgos, fatigas y sacrificios. Duras jornadas de incertidumbre en lejanos horizontes donde eres permanente centinela que espera la aurora. Siempre es dura la guerra, pero lo es más cuando te enfrentas a un enemigo escurridizo, cruel y duro, que no suele dar la cara y -¡cuántas veces!- limitada tu posibilidad de reacción. Pero estos soldados de los que hablo son los de siempre y, ahora, mezclados con los soldados de las batas blancas, médicos, sanitarios, celadores, limpiadoras; soldados que se han encontrado sin la dotación adecuada, sin munición, y se defienden con valor, lucha incansable, sacrificio y dolor al ver al compañero herido, moribundo, muerto. Se han encontrado con un enemigo que les ha roto las barreras de defensa normales y nadie les ha avisado. Ahora no tiene tiempo para descansar y verter lágrimas ni expresar dolor. Solo luchar. Otros uniformes, que normalmente son los de primera línea de frente, amparan a las vanguardias, las apoyan en lo que pueden, desinfectan, transportan, vigilan, regulan, animan, todos soldados.
Es una vida dura la del soldado. La de hombres que cuando el amor a la vida les dice al oído que se separen del peligro, les dice su espíritu militar que se mantengan en el puesto de honor.
Es una vida dura la del soldado, que acepta el sacrificio, incluso el mayor de todos, sin que haya razones de índole material que le lleven a ello. Estar convencidos de que se lucha por una causa justa es su asidero moral más firme ante la brutalidad de la guerra.
Es el honor y la honra los sentimientos que han acompañado a las unidades moviéndolas hasta límites insospechados.
Es una vida dura la del soldado cuando te envían a una guerra sin nombre, enmascarada con mensajes que limitan el espíritu de lucha propio y la voluntad de vencer.
Es una vida dura la del soldado que vive pendiente de un contagio, de un descuido, de una emboscada, una infección que atraviesa la mascarilla, la permanente incertidumbre que acontece cuando en soledad recuerdas lo que está ocurriendo.
Es una vida dura la de soldado cuando te juegas la vida mientras en las moquetas se discuten y ponen en entredicho las razones y las órdenes por las que te han trasladado a estos confines.
Es una vida dura la del soldado, pero no hay vida más honrosa y hermosa siempre arropado por la camaradería y la fraternidad de tus compañeros.
Al ver a esta gente, a estos soldados que podíamos llamar de bata blanca, siento un enorme orgullo patrio. Las alabanzas y elogios les suenan a quimeras lejanas, a promesas siempre incumplidas. El elogio no forma parte de su fortaleza sino el deber cumplido. No se prestan al juego mediático y huyen de los discursos y brillante literatura. Es tan dura la lucha de estos soldados que hablan poco, cuentan lo imprescindible y piensan y sueñan con la victoria; para los demás.
Estos soldados a los que hoy dirijo mis palabras y mi agradecimiento somos todos. Porque Ejército somos todos. A la hora de luchar cada uno cumple con su deber. Uniformes blancos, batas, mascarillas, ambulancias, hospitales, consultas, farmacias, laboratorios, heridos leves, menos graves, graves y muertos. Triaje de guerra, selección, encierro, aguante paciencia, dejar que trabajen los que saben, los que curan, los que se entregan y buscan la solución.
El mejor Ejército del mundo, la mejor Infantería del mundo.
<<Por esto el general que no busca su gloria personal cuando avanza, ni se preocupa de evitar una sanción cuando retrocede, y cuya única finalidad es proteger a la población y servir al superior interés de su Soberano, es una joya para el Estado>>, dice Sunzi.
Y digo yo: ¡Ay! si tuviésemos buenos generales.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
26 marzo 2020
Blog: generaldavila.com
En su redacción, la palabra General, es clave, como lo es en el ejercito y en toda ubicación , incluido el gobierno…
El General, el que coordina todos los departamentos, dando la orden adecuada , sugerida e informada, por su equipo…
El problema, viene dado, cuando, el General, ha obtenido el mando, y el y su equipo, no son buenos estrategas, ni conocen el arte de la guerra…
Aunque , tengamos grandes soldados, aunque poseamos, una gran artilleria, caballeria etc etc…
Si el mando, no da las ordenes justas y precisas, la batalla, o estarà perdida, o el número de bajas, serà extenso…
Ante esti y viendo la estratègia del Generalato…
Que Dios nos coja confesados…
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Es verdad.Magnificos son nuestros combatientes.Entre los cuales estan los sacerdotes que saltan a las primeras lineas de combate,yendo a los hospitales a asistir a los heridos y moribundos,y a todos lis que alli luchan.Son esos «pater»,equivalentes a nuestros tradicionales capellanes castrenses.
Ayer,en Fatima,Portugal y España fueron consagradas bajo la protecvion del Inmaculado Corazon de la Virgen Maria y del Sagrado Corazon de Jesus.Con Dios de nuestra parte,saldremos victoriosos.
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Mis respetados y apreciados Generales, y amigos:
– Leerte, como tantas veces ya, me ha conmovido hasta lo más profundo de mi corazón.
– Pienso en todo el dolor, y sufrimiento que es imposible ya mitigar, para casi 4.000 seres humanos, 4.000 compatriotas, 4.000 españoles muertos.
– Pienso también, en el dolor de ese bendito Ejército de batas blancas que no tiene ni mascarillas…, que es lo último que puede faltar en un hospital.
– Hoy no quiero seguir al respecto. Aquí lo dejo.
– Respetuosamente os saluda
¡¡ POR DIOS Y POR ESPAÑA A MI REY SERVIR HASTA MORIR, VIVA ESPAÑA, VIVA EL REY, VIVA LA LEGIÓN !!
Esperanza González de Fonseca Marco
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Me ha emocionado porque retrata toda la verdad
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Tienes razón , mi general. En las situaciones tan graves como la que estamos sufriendo es cuando se puede ver como, en el fondo y en la forma, el pueblo y el ejército son la misma cosa. Hoy el pueblo y el ejército se sienten agredidos en lo mas íntimo, que es la vida amenazada.Y se defienden con todas las armas a su alcance. Hoy podemos comprender por qué «antiguamente» el oficiante rogaba en la Santa Misa por el pueblo y por el ejército.Para mi que deberían de volver a hacerlo. Hoy, en España, podemos comprobar como las virtudes morales del ejército son las mismas que las virtudes morales del pueblo del que proceden. Afortunadamente.
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Yo asi me sigo considerando. Taconazo y siempre a sus ordenes, Mi General.
El jue., 26 mar. 2020 a las 6:03, General Dávila () escribió:
> generaldavila posted: «Dedicado a todos los que en primera línea de > combate luchan contra este enemigo invisible con grave riesgo incluso para > su vida. No tendréis recompensa, a pesar de que os lo debemos todo. Vuestro > sacrificio y patriotismo perdurará por generaciones. En» >
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Buenos dias:creo que tiene V.E. un gran general, a su lado, de la mejor Infanteria del mundo.
la española.
Saludo con taconazo, y muchas gracias, por ese gran artículo, Mi General.,
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Gracias por sus palabras General Dávila.
Qué gran pueblo el español si tuviese grandes gobernantes.
Lástima que muchos de ustedes que colaboran periódicamente en este blog, mi General, no se hayan dedicado a la política activa. Con la gran formación Humanística, Militar y experiencia profesional que tienen y que de sus artículos se desprende, así como el amor que profesan a España y a la unidad de la misma, otro rumbo hubiese llevado esta gran nación.
Un saludo a todos.
Pedro Dalmau
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En mi humilde opinión no es falta de generales ni de buenos generales, es un general de generales lo que nos hace falta: un Generalísimo.
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Con permiso de Vuecencia, mi General. Piensa Vuecencia que estos soldados que están luchando contra un enemigo invisible no tendrán recompensa, se equivoca Vuecencia, tendrán la mejor recompensa que pueden recibir, el reconocimiento a su labor y el agradecimiento de todo el pueblo español, «no se quejan de cansancio, ni de hambre ni de sed» siguen adelante y «rescatarán la Bandera», no desmayemos y cada uno en su puesto «no ceder al empuje de este enemigo invisible». Gracias, mi General por esta arenga, nos hace falta. ¡Arriba España y viva La Legión!. Julio de Felipe
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Que buen vasallo si tuviese buen señor
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En estos dias, abrumados por el enclaustramiento ,sobre todo los que quieren y no los dejan servir, conforta muy mucho el ánimo que infunden las personas que con nobleza y valor expresan sus ideas y recomendaciones en este blog. Sigan haciéndolo, que igual que los soldados con sus prestaciones a la sociedad en estos dias y siempre , tendrán su recompensa. Dios no se queda con nada de nadie.Saludos mi General Dávila , mis mejores deseos de salud para todos y como siempre Viva España ,Viva el Rey , Viva el El Ejercito Español y Viva la Legión .M.S.O. legionario de Honor
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Buenísimo, como siempre. Lo suscribo de principio a fin. Fabuloso
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Gracias mi general. Fuerte abrazo
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Mi General, tu artículo debería ser difundido a todos los medios de comunicación posibles, es la verdad pura y dura y su lectura nos llega a tocar de lleno la «fibra sensible». Uno mi felicitación a todas las recibidas, es lo único bueno (más bien excelente) que he podido leer hoy.
Un fuerte abrazo
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Muchas gracias mi general y también para D. Pedro Motas por la dedicación en este maravilloso blog. de elogios a los que están en primera fila. Todos sin distinción, están dando lo mejor de si mismos en favor de los más desfavorecidos. Yo tengo que romper una lanza a favor del Hospital de Alcañiz (Teruel) donde se encuentra mi esposo, aislado, pero con un personal maravilloso, que en todo momento están pendiente de él como por supuesto de los demás ingresados, toda esa y profesionalidad con la que se les trata lo hace más llevadero y por supuesto para mí que no puedo visitarle, también mi felicitación para la UME que han estado desinfectado las calles y ayudando en todo lo que han podido. Solo me queda decir, que pase lo que pase,, este blog que nunca muera, pues es lo que nos mantiene vivos a muchos como yo. Saludos para todos y un VIVA ESPAÑA.
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Muchas gracias y mucho ánimo para que su marido se reponga rápido. Reconocimiento a esa gente maravillosa que cuida de nosotros.
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Pues muy agradecido y el mérito es de todas esa gente que lucha en la primera línea del frente. ¡Vaya por ellos y para ellos»
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Mi general, gracias por la lección de hoy, poco puedo añadir después de leer los comentarios , de este equipo que ha formado, son formidables, enhorabuena.
Todos los españoles, son soldados en el fondo de su alma. Lo llevan gravado desde que nacen. Cuando España los necesita ahí están. No repetiré gremios….médicos..enfermeras….bomberos…etc. Y por si faltaba algo llegaron los militares, esos seres tan raros, que dan su vida en la guerra, que dejamos pasar a las mujeres primero, que cedemos el asiento, donde estemos, esos somos nosotros. Esto lo hago yo casi a diario, me deben ver viejo y dicen que no, yo les contesto que soy antiguo y aceptan. Tendré que cambiar mi respuesta y diré en lugar de viejo, Militar.
Que sería España con unos políticos, normales y que amarán a España.🇪🇸🇪🇸🇪🇸
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Gracias General Dávila por ese homenaje de hoy a todos los héroes, como casi siempre anónimos, que están luchando en primera línea en ésta extraña guerra contra la que no sirven ni pistolas ni barreras.
Ayer noche, a las 8, dos coches de la Policía Nacional entraron dentro del recinto de la urbanización en la que vive mi hija pequeña (Villanueva de la Cañada), recluida junto con su marido y mis dos nietos, cerrada a los coches pero que ayer abrieron su puerta principal para que esos coches pudieran acceder dentro del recinto y recorrerlo (tiene unas aceras amplias alrededor de los jardines centrales e instalaciones comunes) por dónde pudieron pasar haciendo sonar sus sirenas y con todas sus luces encendidas, entre grandes aplausos y gritos de vivas y gracias y el asombro de los más pequeños. Ellos saludaban desde dentro de los coches y agradecían el apoyo de las casi 300 personas que habitan esa urbanización. Muchos lloraban de emoción y cuando mi hija me envió el vídeo que había grabado yo también lloraba, por lo que eso significa, la unión entre la población y los que les protegen y ayudan de verdad. Gracias a esos policías por el gesto, y gracias también a todos los que colaboran para que ésta situación se nos haga más llevadera con riesgo de sus propias vidas. De ellos será el mérito cuando logremos sobreponernos, y sólo espero que quienes aplauden puntualmente todos los días a las 8 a todos esos héroes no los olviden y sepan corresponder cada uno con sus medios
para hacer su labor más fácil y sientan el calor y el afecto de la población siempre y en todos lados.
Mucho ánimo a Spliego en sus difíciles circunstancias, y un deseo de recuperación desde el fondo del alma para su marido. Espero que le sirva de consuelo saber que mi hija mayor, que pasó por lo mismo, ya está en casa recuperándose, naturalmente en aislamiento de convaleciente, pero aparentemente bien. Pido a Dios que ella pueda decirnos lo mismo en breve.
Ahora todos somos soldados, efectivamente, y luchamos como mejor podemos, cada uno desde su puesto de combate, incluso sin mandos porque desgraciadamente no estamos contando con ellos para dirigirnos y ayudarnos.
Les imagino al tanto del episodio de un escritor muy afín a todos nosotros, D. Alfonso Ussía, que está sufriendo las represalias por decir las verdades que nadie quiere contarnos. Gracias a él también por su valor, es, a su manera, un gran soldado.
Un saludos a todos, mucha suerte y !salud!
Margarita Alvarez-Ossorio
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Buenos días. El (los) Enemigo (Enemigos); pequeños virus estacionales más o menos exóticos, otros virus, más grandes, próximos y perennes, y, por si esto no bastara, los propios miedos. Todo un picnic con bizcocho de postre. (Para nosotros y los nuestros, pan comido)
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