
Notas a mano tomadas telefónicamente en el Palacio de la Zarzuela
¿Cómo fue posible el asesinato del Almirante don Luis Carrero Blanco, recién nombrado Presidente del Gobierno? El enemigo cruzaba el Ebro camino de la capital del Reino. Al poder. Era el jueves 20 de diciembre de 1973 cuando de nuevo Madrid fue ocupado.
El 15 de julio de 1957 el entonces vicepresidente del Gobierno, Almirante D. Luis Carrero Blanco se dirigía al Pleno de Las Cortes españolas con un discurso en defensa del proyecto de ley sobre Régimen Jurídico de la Administración del Estado. Sus palabras eran una síntesis histórica entre las que se encontraba un escalofriante dato: «Cuatro Presidentes del Gobierno asesinados: Prim, Cánovas, Canalejas y Dato».
Quince años después él sería el quinto.
Aquellas palabras son un resumen estremecedor de los últimos años.
«En poco más de un siglo, exactamente en los 103 años que van desde la muerte de Fernando VII a julio de 1936, la continuidad, el orden y la prosperidad que produce el sistema liberal de democracia inorgánica se manifestó en España en los siguientes hechos :
-Once cambios de régimen: Reina Gobernadora, Regencia de Espartero, Gobierno provisional del General Serrano, Amadeo I, Primera República, Gobierno del General Serrano otra vez, Alfonso XII, Regencia de la Reina
Cristina, Alfonso XIII y Segunda República .
-Tres destronamientos de reyes: Isabel II, Amadeo I y Alfonso XIII.
-Dos destierros de regentes: María Cristina y Espartero.
-Cuatro atentados contra monarcas: Isabel II y Alfonso XIII.
-Dos Repúblicas. Una de once meses, con cuatro Presidentes, y otra de cinco años; las dos de corta edad, pero que fueron dos caos fenomenales.
-Ocho Constituciones: (1812, 1834, 1845,1845 reformada, 1845 vuelta a reformar, 1869,1876 y 1932) de las que ninguna estuvo en vigor más allá de algunos meses, porque, para hacer frente a los desórdenes internos, había que tener suspendidas casi permanentemente las garantías constitucionales. La Constitución de la Segunda República, se vota al mismo tiempo que la Ley de Defensa de la República que,
al suspender todas las famosas garantías, anula prácticamente la Constitución.
-Dos dictaduras: Narváez en 1847 y Primo de Rivera en 1923; de dos años la primera y de siete la segunda; tremendos atentados a los principios liberales, que hacen rasgarse las vestiduras a la mayor parte de los profesionales de la política, pero que fueron los, únicos remansos de paz que la nación tuvo y en los cuales hubo orden, trabajo y prosperidad.
-Tres guerras civiles.
-Cuatro Presidentes del Gobierno asesinados: Prim, Cánovas, Canalejas y Dato.
-Nada menos que 109 Gobiernos; lo que corresponde a una media de un Gobierno cada once meses, con lo que, naturalmente, ninguno de ellos puede llevar a cabo un plan nacional de mejoramiento de los recursos y de creación de riqueza, quedando España en un positivo retraso con respecto a otras naciones.
-Más de veinticinco revoluciones serias, aparte de un sinfín de revueltas, asaltos, incendios de iglesias (signo indudable de la existencia de una mano masónica entre los instigadores de la revuelta), matanzas de religiosos, represalias sociales a tiro limpio y crueles persecuciones. Y, ¡por último, varias guerras conducidas sin orden ni concierto por los gobiernos
de turno, separatismos regionales, pérdida total de las provincias de Ultramar que constituyen hoy el conjunto de las naciones hispanoamericanas, desastre económico, constantes
conflictos sociales, terrorismo casi permanente en los últimos años, llegando a la apoteosis liberal democrática de un gobierno que asesina,
con nocturnidad y alevosía, al Jefe de la oposición parlamentaria y está dispuesto a entregar España a Moscú».
Terminaba con el recuerdo del asesinato de José Calvo Sotelo y el comienzo de la guerra civil. Él iba a ser víctima, la nueva víctima, y los verdugos no quedaban muy lejos de los que él enunciaba en una larga y desafiante lista de interrogantes.
«En Agosto de 1973, celebró ETA-V su VI Asamblea, en el Colegio de San José de Hasparren (Francia).
En las reuniones, presididas por José Ignacio MUGICA ARREGUI (a) «EZQUERRA», se vertieron duras críticas a la estructura organizativa en cuatro frentes, que desde casi su nacimiento había venido manteniendo ETA y que solían responder a las denominaciones de «militar», «obrero», «político» y «cultural». En consecuencia, se decidió refundirlos en sólo dos, «militar» y «obrero», quedando asignadas a este último las misiones que tenía encomendadas el antiguo frente «político», mientras que el «cultural» quedaba relegado a un organismo especial denominado: «EUSKAL KULTUR» (CULTURA VASCA).
También se tomaron una serie de determinaciones, entre las que destacan las siguientes:
-La organización ETA, mantendría su carácter netamente militar.
-Se intensificarían las acciones violentas y terroristas, incluso fuera de la región vasca y se procedería a la realización de atentados de represalia, colectivos y personales»(Del prólogo del folleto editado por el Servicio Central de Documentación de Presidencia de Gobierno, SECED, marzo 1977).
Pocos meses después, se produciría el histórico atentado de la calle Claudio Coello de Madrid, en el que perecerían el entonces Presidente del Gobierno Almirante Luis Carrero Blanco, el Inspector del Cuerpo General de Policía que le acompañaba y el conductor del automóvil. El hecho ocurría el día 20 de diciembre de 1973.
Fue este magnicidio el principio de una espectacular escalada terrorista por parte de la ETA: 18 asesinatos y más de 75 heridos durante el año 1974, siendo el atentado más sangriento el de la Cafetería «Rolando» de la capital de España, el día 13 de Septiembre.
El 20 de diciembre de 1973 era asesinado el Presidente del Gobierno de España, Almirante don Luis Carrero Blanco. Nadie con un mínimo de sentido común puede entender que a estas alturas de la historia aún no se sepa la verdad de aquel asesinato ni se hayan desclasificado los documentos que arrojarían luz sobre los hechos. Lo peor es que da igual el partido que gobierne; nadie está dispuesto a enfrentarse con la verdad.
Podríamos llegar a asumir, si así nos hubiesen mentido, que aquello podría haber sido un accidente y hoy estaríamos todavía haciéndonos las primeras preguntas sin saber si había sido un atentado o una explosión de gas. No hubiese sido la primera vez ni sería la última que se mintiese sobre un hecho de tanta gravedad.
El asesinato, quizá también por el procedimiento llevado a cabo, dejó asombrado al mundo entero. A la tragedia de la atrocidad cometida se le unió el esperpéntico espectáculo de un enorme vehículo desaparecido
—«¡¡¡No veo el coche del presidente!!!»— hasta que fue encontrado en el interior del edificio de la Iglesia de San Francisco de Borja de los padres jesuitas en la que minutos antes había estado oyendo misa. Nadie daba crédito. Fueron momento surrealistas en los que se llegó a pensar en el poder de los extraterrestres.
¿Fue aquello una acción que requería gran conocimiento técnico; o sus ejecutores y efectos logrados fueron fruto de la casualidad de unos inexpertos?
Los «inexpertos» encabezados por Eustaquio Mendizábal, alias Txiquia, habían protagonizado a principios de 1973 el asalto al polvorín de Hernani: 3.000 kilos de goma 2. Para volar España. Las cosas cambiaron desde ese momento y aquel explosivo, que daba alas a los terroristas, se iba a utilizar en el asesinato del presidente del Gobierno Luis Carrero Blanco una vez descartada la opción inicial del secuestro, demasiado difícil y complicada para sostenerla. La muerte de Txiquia al poco tiempo del robo del explosivo en un enfrentamiento con la policía alentó el espíritu de venganza de los etarras e impulsó a la acción contra el Presidente. Ya en septiembre de 1973 se habían dado cuenta de las dificultades para el secuestro y lo descartaron definitivamente al notar un ligero aumento en la escolta.
La impresión al analizar el atentado, ahora y siempre, fue que el procedimiento utilizado por los terroristas para aquel asesinato era muy sofisticado y requería de una enorme pericia y técnicas especiales. Todos opinaron que fue preparado y ejecutado por expertos muy cualificados. Nada más lejos de la realidad. Quizá la idea fue muy original y atrevida, espectaculares los resultados, de película, pero hacer una galería (en eso sí que eran expertos), y atracar unos kilos de explosivo, del que disponían en abundancia, no es complejo y además no es de extrañar que pensasen en el caos que se crearía después de la explosión lo que les permitiría esconderse a buen recaudo. Los actores materiales no llegarían más allá en sus pensamientos, pero los intelectuales sabían además que aquello iba a provocar una convulsión en los cimientos del franquismo, una grieta profunda que acabaría más tarde o temprano en un derrumbe total. El franquismo se quedaba sin sucesión ni continuidad.
La noticia dio la vuelta al mundo. Empezaba la proyección internacional de la ETA. Ni ellos mismos se lo podían creer.
No todos criticaron el asesinato, y fueron muchos los que lo condenaron, pero alabaron los resultados obtenidos «¡Gracias al magnicidio…!»; incluso resuena por ahí una pregunta sin respuesta: ¿Fue aquel atentado el inicio de la escalada política de la ETA hasta conseguir, como de hecho así ha sido, alcanzar un puesto en la política nacional? ¿Quiénes son los agradecidos?
Al fin: ¿Quién cometió aquel magnicidio? De acuerdo con la documentación oficial, ¿qué sabemos?: nada. Es decir lo mismo que la Policía en aquellos momentos que asoció el asesinato con el juicio celebrado aquellos días: Proceso 1.001. Un país demasiado confiado al que el futuro se le iba de las manos: en Babia. Cundía el miedo, sin saber a qué.
Las historias se mezclan con la historia y los intereses por mantener el silencio continúan. Ni un papel desclasificado. Ni papeles ni teléfonos ni conversaciones.
Las comunicaciones telefónicas en España siempre han sido un oscuro objeto del deseo de todos. Ni siquiera la policía ni los servicios de información fueron capaces de controlarlas y saber cómo interferir las conversaciones. Más fácil lo tuvieron técnicos y operarios que guardan secretos que recorrieron por aquellos hilos, inconfesables conversaciones punto a punto, muy concretos, no difíciles de suponer. Como los archivos perdidos en una inmensa hoguera que es España en esto de los documentos.
No voy a repetir las hipótesis ya conocidas por todos ustedes y narradas de forma repetitiva en cientos de libros y artículos. Los interrogantes pasan por conocer de entrada ¿quién en el Hotel Mindanao de Madrid en el mes de septiembre de 1972 pasó a los etarras Wilson y Argala la información siguiente?: «El presidente Carrero Blanco va todos los días, a la misma iglesia, a la misma hora y se sienta en el mismo lugar. Estas son las horas y la dirección». Era el origen intelectual del magnicidio. Después, «los intelectuales» solo tuvieron que esperar: sabían que aquello iría hacia delante. Eso unido al misterio de la caja de buscapina hallada en la calle Mirlo nº 1, lugar donde se habían escondido los etarras durante su estancia en Madrid, que contenía el teléfono de la casa de un miembro del partido comunista de España donde se había refugiado, y fue detenido, esa misma noche, Simón Sánchez Montero, da pie a muchas suposiciones tan sencillas de deducir que resultan más evidentes que toda la trama americana que se ha querido dar al asunto.
De lo que a estas alturas nadie duda es que la idea de asesinar al Presidente Luis Carrero Blanco surgió desde fuera de la ETA, alguien, o su plural, dio los datos del Almirante y empujó en dirección a su asesinato haciendo ver la trascendencia que tenía. Los mismos que dieron los datos fueron los que facilitaron la infraestructura para llevar a cabo el asesinato.
El nombre de Eva Forest salpica todo el relato desde la primera información que reciben los terroristas hasta su apoyo en Madrid y la redacción de Operación Ogro.
La realidad es que los propios miembros de la ETA, más de una docena, pudieron comprobar en Madrid que nadie les seguía y que aquí no corrían peligro alguno, dedicándose durante su estancia en la capital a vivir, divertirse y obtener información mientras llevaba a cabo su criminal labor. La policía estaba a otras cosas y su información sobre la ETA era mínima. Cuando se pasó alguna información no se le prestó la atención adecuada, incluso había división entre los distintos orígenes de la información, los Cuerpos policiales y los servicios de información. Creyeron en su poder, pero nunca creyeron en el poder de los terroristas.
En cualquier caso en estas tragedias se olvida siempre la causalidad o algo que para no entorpecer más la mente llamamos mala suerte.
Pero pocos saben que habían un informe «Operación Doble E», donde constaba todo lo que podía suceder. Lo que sucedió..
En noviembre de 1972 muere el Cónsul francés en Zaragoza, M. Roger Tur, como consecuencia de las heridas sufridas en el asalto al Consulado de dicha ciudad. La información que se recibe de los agentes de Doble E es que los autores del hecho no pertenecen ni tiene relación con la organización separatista (sic) vasca E.T.A., pero sí constituyen un comando extremista, dependiente del partido comunista, fracción marxista-leninista.
Este comando está dirigido por el PC. desde Toulouse. Parece ser una venganza por las medidas adoptadas por las autoridades francesas contra la ETA. No se pretendía la muerte del Cónsul, simplemente amenazarle, pero la inexperiencia de los asaltantes y su nerviosismo provocó este desenlace.
Los informadores aseguran que M. Roger Tur estaba en conexión con los servicios de información norteamericanos, a los que facilitaba noticias, habiéndose confirmado que trabajaba para la CIA. Camuflaba estas relaciones bajo la apariencia de proporcionar detalles de productos relacionados con y para fábricas de tabaco.
Asunto: COMENTARIOS DE RADIO PARIS EN RELACIÓN CON EL
FALLECIMIENTO DEL CÓNSUL DE ZARAGOZA.
Radio París, a las 12,00 del día de hoy, ha transmitido la noticia del fallecimiento del Cónsul francés en Zaragoza, M. ROGER TUR, como consecuencia de las heridas sufridas en el asalto al Consulado de dicha Ciudad.
Aparece la CIA aquí y también junto a otro informe que asegura que los servicios secretos franceses investigaban el posible tráfico clandestino de armas a través de España hacia Francia por Algeciras y que las armas pueden proceder de la base de Rota de cuyo personal dicen los servicios secretos franceses tener absoluta desconfianza.
Saquen ustedes sus propias consecuencias.
Al suspenderse la Operación Doble E, las relaciones con el Coronel y los informadores continúa de manera correcta pero con la frialdad de una relación rota. Saben que la ruptura viene de niveles que ellos ni controlan ni conocen.
El 17 de diciembre (seguimos en 1972) llega a través de Doble E una información que dice:
«En una reunión celebrada el día 15 entre miembros directivos de ETA-ENBATA con elementos de la dirección del PC. de Toulouse se acordó llevar a cabo en distintos puntos de España una operación denominada ‹‹Navidades Negras›› o ‹‹Turrón Negro››, en la que se incluyen secuestros, acciones subversivas y violentas. Pretendían forzar al Gobierno a poner en libertad a los presos de ETA en una acción conjunta de ETA y el Partido Comunista de Toulouse.
Como medio más eficaz se estimaba la realización de secuestros de personalidades de gran relieve dentro del régimen franquista, saliendo a relucir en las discusiones el Príncipe Juan Carlos, el Vicepresidente del Gobierno, el Director General de la Guardia Civil y otros. Las discusiones derivaron hacia los familiares de estos debido a la protección que se suponía llevaban los altos cargos. Así se acordó».
El Almirante Carrero Blanco lo supo. La comunicación se la hizo el Director General de la Guardia Civil, Carlos Iniesta Cano, como demuestra Javier Tusell en su libro Carrero. La eminencia gris del régimen de Franco. Reproduce también uno de los muchos documentos de la ‹‹Operación Doble E››, este del que les hablo, aunque el informe real consta de más de cien documentos.
¿Dónde estaba el resto de la información? ¿Quién conocía la operación y la información suministrada?
Todo quedaba en manos del Director General de la Guardia Civil, teniente general Carlos Iniesta Cano, nombrado para el cargo en enero de 1972 donde permaneció hasta su pase a la reserva en mayo de 1974.
Sin duda desde aquel mes de enero de 1972 hubo altos cargos muy bien informados sobre todo lo que ocurría en el entorno de ETA y del PC. de Toulouse. Eran los que recibían los informes y manejaban los hilos de Doble E, los mismos que en un momento crucial dieron al traste con ella. ¿Por qué? Nunca lo sabremos.
El Presidente de la Nación española, el Almirante Luis Carrero Blanco fue asesinado un año después de haberse anunciado el interés de ETA y el PC de atentar contra él o su familia. Había sido sentenciado en Toulouse en octubre de 1972.
¿La CIA, la ETA, el Partido Comunista de Toulouse…? Quién sabe.
No hay duda de que la mano ejecutora fue la ETA, y que la información e infraestructura vino de una serie de personajes todos ellos conocidos miembros del Partido Comunista.
Una serie de errores, esperemos que ninguno mal intencionado, la rutina del día a día y la irresponsabilidad de algunos, se fundieron en una amalgama de acontecimientos contra la vida del Almirante. La ETA como ejecutora y el PC. con sede en Toulouse como informador y responsable intelectual. ¿Alguien más? Creo haberles proporcionado datos suficientes para meditar y obtener conclusiones. Se ve con claridad que también hubo culpables por omisión.
¿Quién ordenó iniciar la Operación Doble E? ¿Quién y por qué se anuló en el momento decisivo? ¿Por qué no se tomaron las medidas de seguridad adecuadas con la seguridad del Almirante Carrero Blanco en función de la información que se recibía? Es sabido que con el Príncipe Juan Carlos y su familia se extremaron al máximo.
Algunos aluden al misterio de aquella frase de Franco: ‹‹No hay mal que por bien no venga››. No había tal misterio sino interpretaciones hechas con maldad o simplemente para rellenar líneas, pero todas erróneas. Franco solo quiso hacer frente a la situación infundiendo ánimo a una Nación que se enfrentaba a un grave problema, el de la incertidumbre del futuro.
El pueblo español supo reaccionar con calma y sufrir con enorme dolor e indignación más y más muertes inocentes. No hay mal que por bien no venga solo era una frase de ánimo hacia el futuro.
Por ahora, lo que nos queda, es el horror y el dolor de tanto asesinato cometido por la ETA, una herencia genética que algún día se borrará pero no mientras se permita su justificación o que los que los justifican ocupen un lugar en la política española.
El mismo día del asesinato del almirante Luis Carrero Blanco, el Director General de la Guardia Civil envía una circular a sus subordinados:
«Circular. Director de la Guardia Civil a jefes de zonas, tercios, comandancias territoriales y coronel Agrupación de Tráfico. De forma concreta, rotunda, personal y asumiendo toda la responsabilidad que me corresponde, ordeno a todas las fuerzas a mi mando que desde este momento, y mientras no reciban orden en contrario, extremen al máximo la vigilancia en los puntos que a su criterio sean susceptibles de conflicto, aunque estos se hallen en núcleos urbanos, en los que colaborarán estrechamente con las restantes fuerzas de orden público. Caso de existir choque o tener que realizar acción contra cualquier elemento subversivo o alterador del orden, deberá actuarse enérgicamente, sin restringir ni en lo más mínimo el empleo de sus armas».
El telegrama causó estupor en muchos otros ministerios y llegó incluso a serle útil a alguno para atemorizar y mantener una actitud de fuerza, aunque rápidamente se le hizo ver al Director General de la Guardia Civil, que aquella orden había que retirarla porque podría producir el efecto contrario al deseado.
Pero un detalle es conveniente recordar. Carlos Iniesta Cano aceptó retirar la orden, pero no firmada por él, sino «por orden de…», con la firma de su Jefe de Estado Mayor. El Jefe de Estado Mayor y firmante de la contraorden era José Antonio Sáenz de Santa María cuyo nombre saltará de nuevo unos años más tarde en operación relacionada con los GAL..
«Teniente general director general de la Guardia Civil a jefes de zona, tercios, comandancias territoriales, comandancias móviles y coronel Agrupación de Tráfico. Recibidas órdenes concretas de su excelencia el ministro de la Gobernación, queda anulado en virtud de dicha orden mi radio número 80 de hoy, día 20. En tal sentido, los jefes de comandancias y demás unidades de la Guardia Civil deberán presentarse a los gobernadores civiles de cada provincia para recibir instrucciones y peticiones de necesidades a fin de lograr en todo momento la más estrecha cooperación entre todas las fuerzas responsables del orden público. Madrid, 20 de diciembre. Transmítase. El coronel
19 noviembre 2025
Blog: generaldavila.com