
Carga de misiles Tomahawk en el submarino nuclear HMS Artful atracado en el muelle Sur de la base naval de Gibraltar
El pasado 22 de marzo, el Gobierno británico publicó el documento Defence in a competitive age. Siete días después, el general Dávila le dedicó en su Blog un artículo completo.
En sus 70 páginas, los británicos explican cómo protegen y promocionan sus tres intereses nacionales: Soberanía, Seguridad y Prosperidad. Se refieren al refuerzo de la seguridad y defensa del Reino Unido (RU), de los Territorios de Ultramar (BOT) y de las Dependencias de la Corona; a la protección de su pueblo, territorio, infraestructura nacional crítica y forma de vida. Incluyen orientaciones claras sobre el futuro de sus fuerzas armadas para lograr sus propósitos.
El documento es muy concreto. Definen sus intenciones y especifican el presupuesto necesario para alcanzarlas. Aquí no puede aplicarse eso de que «el papel lo aguanta todo» pues es como un Plan de Operaciones.
Gibraltar, Territorio Británico de Ultramar, según lo definen, lo mencionan varias veces, además de las ocasiones en que entra como BOT.
Leyendo el documento desde una perspectiva española sobre Gibraltar, observamos varias contradicciones, consecuencia de la habitual aplicación británica de «La Ley del Embudo». Señalaremos algunas de ellas.
Se refiere a la «contribución británica a la disuasión a través de la seguridad colectiva con los Aliados en la OTAN». El caso es que hay algo en el sur de la Península que supone un perjuicio permanente para la seguridad de España y ese algo es Gibraltar. Quizá debamos suponer que la colonia militar queda fuera de esa «contribución» cuando en ese «colectivo» se incluye a España. Con nuestro país ejerciendo un papel predominante en el Estrecho, resultaría incoherente que tengamos que aceptar una «contribución» británica desde Gibraltar.
Aseguran que «promoverán el cumplimiento de las leyes internacionales, incluyendo la Convención de NNUU sobre el Derecho del Mar». Debe serlo en la medida en que afecte a sus intereses. De ahí las diferencias con que entienden la ley internacional cuando se refiere a Diego García, Hong-Kong o Crimea, con respecto a cómo la entienden sobre Gibraltar y el istmo.
Para aclarar qué BOT consideran amenazados dicen: «Las fuerzas armadas mantendrán una postura disuasoria en las islas Falkland, protegerán las aguas territoriales de Gibraltar…». Están empeñados en proteger a Gibraltar, no dicen de quien, pero no debe ser de los habitantes del otro extremo del Planeta; además, mencionan expresamente las aguas. Esto es un asunto de todos los días contra el que no pueden hacer nada, sólo protestar pues son ellos los «okupantes».
Otro párrafo se refiere a los adversarios que quieren «comprender las capacidades británicas y sus actividades para adaptar sus líneas de acción de forma que les puedan ganar [a los británicos] sin necesidad de entrar en guerra». También avisan de la importancia que tiene «conseguir la iniciativa, prevenir y gestionar los riesgos antes de que aumenten y reducir las oportunidad de los adversarios para explotar los conflictos y la inestabilidad».
Lo anterior es lo que llevan haciendo aquí más de 300 años aunque en el siglo XVIII no pudieron evitar las guerras. Sus éxitos en el XIX, XX y lo que llevamos del XXI son notables. Se destacan su expansión por el istmo, la construcción del aeródromo de la RAF, los rellenos, el tendido de cables por el fondo del mar para detectar el paso de submarinos en inmersión y, su influencia directa en sectores económicos, políticos, sociales, periodísticos y académicos del Campo de Gibraltar.
Se refieren a la defensa de los flancos de la OTAN, en la que el RU «puede ayudar». Quizá piensan «ayudar» a España desde ese «cáncer» que es Gibraltar o hacerlo directamente a la OTAN neutralizando a España por mediación de los EE.UU.
Señalan «la ventaja estratégica que les proporcionan los aliados, compartiendo responsabilidades en la seguridad y proporcionando un efecto multiplicador de fuerzas». El caso es que España, por una parte es un aliado y por otra debe ser un adversario pues reclama la soberanía de Gibraltar y pide su descolonización de acuerdo con las Resoluciones de NNUU, que el RU se niega a cumplir. Incluso es posible que en algún círculo militar británico se nos considere también una amenaza.
Como dijimos, el documento británico no es un ejercicio de redacción de los que quedan en nada. Anuncian inversiones económicas para mejorar sus instalaciones así como un incremento de la actividad en la base. En realidad ya hace tres años informaron que invertirían más de 2 M£ en la modernización de las instalaciones de Windy.
Se trata de la torre de Inteligencia y de control del tráfico marítimo situada cerca de punta Europa. Han instalado el UAT Mod. 2, modernísimo sistema de interceptación y análisis de señales electrónicas. Le acompañan nuevos equipos como un radar de exploración costera Scanter 5000 con su antena Terma; un equipo de goniometría de comunicaciones en VHF, visores optrónicos para día y noche, etc. La actividad de Inteligencia desde Gibraltar no debe ser ajena a la participación británica en la red «Five Eyes», también conocida como Echelon. Lo que no sabemos es cómo eluden las emisiones españolas porque eso de escuchar a los aliados no queda bien. Hace pocos años tuvieron problemas con los dirigentes europeos; las escuchas debieron ser algo accidental aunque este tipo de accidentes suele ser muy beneficioso en toda clase de negociaciones.
También han mejorado la seguridad del puerto con un radar Scanter 5000 situado en el extremo norte del muelle Sur.
Una de las deficiencias de la base naval es la inutilización de los depósitos de combustible que tienen en los túneles, con capacidad para unas 200.000 tons. Parece que van a rehabilitarlos, a pesar de su coste millonario. El suministro de energía es otro problema; la nueva térmica no da el resultado esperado; seguramente invertirán un buen dinero para comprar grupos electrógenos suficientes.
El 02.02.1984 salió de Gibraltar la última fragata de la Royal Navy (RN) que tuvo allí su base permanente. Desde agosto de 1985 la base cuenta con dos patrulleros(de 24 a54 tons) para, entre otras misiones, rechazar lo que llaman «incursiones» españolas; están construyendo otros dos como relevo. Además, desde el 04.04.2021, Gibraltar es la base permanente del HMS Trent (de 2.000 tons), que opera en el Mediterráneo y Atlántico.
Hacen una referencia al Grupo de Combate del portaaviones HMS Queen Elizabeth, como «mensajero» que «subraya las ambiciones globales del RU y su capacidad para defender sus intereses».
Así es como debe entenderse el intento del Grupo de entrar en la bahía de Algeciras para montar un espectáculo que quizá incluía una demostración aérea en el istmo ilegalmente ocupado, además de recibir a comisiones significativas de autoridades civiles y militares. El intento fue frustrado, al parecer, por la intervención española. Era un claro mensaje contra España.

La torre de la Royal Navy cerca de punta Europa, con sus nuevos equipos de Inteligencia y de exploración de superficie
La habilidad de la RN para enredar y entorpecer las relaciones entre su propio Gobierno y el español es algo habitual. Ya se puso de manifiesto, por ejemplo, en 1999 con el apresamiento del pesquero Piraña, en 2002 con el desembarco de unos marines en La Línea y con una carta del Secretario de Defensa Hoon al del Foreign Office Jack Straw, en 2013 con el lanzamiento de bloques de hormigón en aguas del istmo; suma y sigue:
Ahora los tenemos enredando durante las negociaciones del RU con la UE para tratar del futuro de Gibraltar después del brexit. El caso es que la población local, aunque se considera muy británica, en un 95,9% votó por quedarse mientras que en el RU lo hizo un 48,1%. Esta gran diferencia se debe a su dependencia de España y singularmente, de la fluidez del paso por la verja. Pero Gibraltar es, sobre todo, una base militar por lo que su futuro lo determinará la forma en que las condiciones exigidas por la UE afecten a los militares.
Quizá para animar a esa población, organizaron un Día de las Fuerzas Armadas invitándoles a pasear por el interior de la base y de un par de barcos. También, para que nadie dude de sus intenciones, desde principios de año han recibido la visita de unos 18 buques de guerra y auxiliares (en 2020 fueron 12) que ocuparon la base durante unos 55 días (en 2020 fueron 38); esto significa un aumento apreciable en 2021 respecto al mismo periodo del año anterior.
No entró el Grupo de Combate, pero el 05.07 lo hizo el SSN HMS Artful (para reparar), el 06.07 el portaviones HMS Prince of Wales (en su «primera visita a un puerto extranjero») y el 08.07 la fragata HMS Lancaster (escolta del portaviones).Pudimos ver, por enésima vez, lo que es Gibraltar: una base naval británica.
Mientras nuestras autoridades se esfuerzan en demostrar una flexibilidad y generosidad sin límites, los de la RN se esfuerzan en demostrar quién manda aquí y su firme decisión de seguir a cualquier coste (seguramente sin admitir injerencia alguna), aun cuando tengan la certeza de que quienes pueden salir perdiendo –y mucho- serán sus leales llanitos, algo que seguramente les tiene sin cuidado.
Ángel Liberal Fernández, Capitán de navío (R)
Blog: generaldavila.com
20 julio 2021