España respira aliviada: Gibraltar no cerrará la verja. Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R)

El brexit sigue confuso pues la Unión Europea no se somete a los deseos de los británicos, quizá porque ni estos saben qué quieren. La posibilidad de un brexit duro cobra fuerza.

El gran problema es la frontera irlandesa; lo que pueda suponer la verja de Gibraltar es algo que le importa a España, a Gibraltar y seguramente al Reino Unido,pero menos de lo que pensamos.

Esa verja la construyeron los ingleses entre 1908 y 1909. Si les molestase mucho no tendrían más que desmantelarla. Fue el general español Cuesta Monereo -Gobernador Militar del Campo de Gibraltar– el que en 1954 construyó una cancela adosada a la puerta inglesa de forma que cuando abrían esta no se podía pasar hasta que la cancela española estuviese abierta.

El 08.06.1969 la cancela se quedó cerrada para frustrar el hasta entonces camino imparable de Gibraltar hacia la independencia. La población de la colonia militar británica se quedó enjaulada y tuvo que vivir con las subvenciones que recibía del RU. El éxito del cierre español fue notorio pues Gibraltar no es un país independiente.

El problema para los ingleses se terminó cuando nuestro gobierno cedió al chantaje británico que amenazó con vetar la entrada de España en la UE si no abría la verja, cosa que hizo el 14.12.1982.

Gibraltar renació hasta convertirse en la población con la tercera renta per cápita del mundo (2015).

El Peñón es importante para los británicos por la base militar que les cuesta unos 60 millones de libras al año, subvencionada indirectamente por la economía local. Esta sobrevive gracias a la ayuda indispensable de los trabajadores transfronterizos y a la enorme generosidad y flexibilidad de España en la verja.

Ahora pasan las personas, bienes y servicios con gran fluidez; tanta que la aplicación de las disposiciones del tratado de Schengen admite un buen margen de mejora.

La colonia aprendió las lecciones del pasado y ha sabido poner a su servicio a amplios sectores de la Comarca del Campo de Gibraltar. Existe un número inconmensurable de trabajadores españoles en Gibraltar (o que dicen que lo son) del cual, al parecer, no hay registros españoles. Además de aportar su sueldo a la economía de la Comarca, algunos también la engrosan con el tabaco y otros productos que pasan por la verja de contrabando. También Gibraltar proporciona la gasolina (española pero con menos impuestos) de los vehículos que a diario cruzan la verja.

Conocidas empresas españolas de prensa, radio y televisión, reciben contratos de publicidad de Gibraltar, engordando los bolsillos de sus gestores. Lo mismo cabe decir de conocidos políticos, profesores, empresarios, periodistas, sindicalistas, etc. prestos a defender los intereses coloniales pues también son los suyos.  Los beneficios que reporta el «negocio de Gibraltar» no se limitan a la Comarca ni a Sevilla; se notan al norte de Despeñaperros e incluso en la costa cantábrica.

Muchos habitantes de la Comarca han encontrado su modo de vida sometiéndose al interés británico por mantener esta base con sus muelles para atraque y reparaciones de submarinos nucleares y buques de superficie, carga y descarga de misiles, torpedos y otras municiones, aterrizaje y despegue de aviones militares, espionaje de las comunicaciones de la Comarca y telefónicas submarinas, control del tránsito de submarinos por el Estrecho etc. Un conjunto de operaciones militares que –al compartir con los EEUU por su «relación especial»- hacen que la soberanía española y la marroquí de las costas del Estrecho resulten casi irrelevantes.

Las autoridades locales de Gibraltar insisten en que por el brexit no quede, que no hay que preocuparse por la verja, que con el «control de fronteras» ellos pueden hacer lo que quieran, de forma independiente a lo que haga el RU(mientras no perjudique a los ingleses, claro) y que no piensan dificultar el paso.

Es un gran alivio porque si existiesen dificultades, España (y la UE) recaudaría cerca de 1.000 millones de euros que ahora se reparten entre contrabandistas y otros defraudadores del fisco.

Pero todavía más. Gibraltar tiene una población de 34.900 h. (agosto 2019). Según los datos del gobierno local, existen 29.995 (junio 2019) trabajadores; de ellos 15.275 (julio 2019) son transfronterizos que tienen que cruzar diariamente la verja y de estos, 9.726 son españoles. Es una vulnerabilidad asombrosa  para una economía de relevancia mundial que carece de recursos básicos, no tiene industrias, agricultura, ganadería, combustible ni fuentes de agua potable.

Submarino nuclear en Gibraltar

España tiene 3.230.700 parados (2º trimestre 2019). El que algunos miles de transfronterizos españoles pasen a engrosar la lista de parados (si es que no están ya en ella), puede ser algo muy serio. Además, el contrabando de tabaco y otros ilícitos –con la riqueza que genera- podría verse afectado hundiendo a la parte sumergida de la economía de una sociedad,como es la vecina de Gibraltar,que secularmente vive de esto.

Como existan problemas en el tránsito, por la aplicación del brexit o de Schengen, la economía de Gibraltar se desmoronará y la base pasará a costar muchos más millones al contribuyente británico en un momento en el que no está para muchas alegrías.

Si cae la base, la Comarca se queda sin la emoción que supone tener a escasos centenares de metros a submarinos nucleares averiados, británicos o americanos; sin escuchar el ruido de las turbinas de los aviones de transporte o de combate de la RAF o americanos que maniobran cerca de La Línea de la Concepción; sin la emoción y la intriga de lo que pueda ocurrir con los petroleros que fondean en la bahía y en las zonas prohibidas a levante del Peñón y sin la incertidumbre de no saber cuándo ocurrirá el próximo accidente con un submarino nuclear de los que tienen por costumbre ponerse a jugar cerca de la Costa del Sol.

Pero como hemos dicho, no hay que preocuparse. Gibraltar mantendrá la verja abierta de par en par. Podrán seguir el contrabando y sobrevivirá la economía «golfa»cuyas migajas nutren la Comarca; un buen número de conocidos españoles podrá seguir engordando sus bolsillos y contribuyendo a esa pérdida anual de unos 1.000 millones que supone Gibraltar para España. Además, los vecinos de la Comarca podrán seguir viendo como entran y salen los submarinos nucleares y cómo los aviones militares británicos y americanos sobrevuelan la bahía de Algeciras.

Ángel Liberal Fernández, Capitán de Navío (R)

28 agosto 2019

Blog: generaldavila.com

LOS TRABAJADORES ESPAÑOLES, LA EXCUSA PARA ROMPER EL BREXIT EN GIBRALTAR Capitán de Navío (R.) Ángel Liberal Fernández

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Gibraltar

¿Españoles que defienden a trabajadores españoles o españoles que en realidad defienden los intereses militares británicos? Lo cierto es que los británicos y las autoridades locales de Gibraltar no quieren perder a los imprescindibles trabajadores españoles. Les ayudan altas representaciones institucionales, políticas, sindicales y académicas españolas en el Campo de Gibraltar y más allá de la Comarca que repiten la «consigna» («No perder los puestos de trabajo en Gibraltar») sin pararse a pensarla. Londres y Gibraltar usan a esos trabajadores como excusa y «palanca» para seguir disponiendo en el Peñón de una base militar a un precio irrisorio. Es la historia que se repite.

En el siglo XIX, «los factores militares imponían la necesidad de las mejores relaciones a través de la frontera. Las relaciones cordiales se hicieron necesarias para suministrar a la fortaleza los bienes y la mano de obra esencial para su mantenimiento y seguridad. Era absolutamente crucial para las autoridades británicas del Peñón fomentar las mejores relaciones posibles con sus equivalentes en el Campo».

1354909472_0En los años 1925, 1926 y 1928 la Cámara de Comercio de Gibraltar expresó su inquietud por el daño que los controles en la verja producían en la economía local. Llegaron a anular el comercio por la verja, basado principalmente en el contrabando de tabaco. Esto tuvo sus consecuencias en la economía de Gibraltar y en los trabajadores de la Comarca.

En los años 50, el problema de Gibraltar se enconó cuando los británicos quisieron dar la independencia a su colonia contando con la ONU. Les salió mal. España volvió a adoptar medidas para proteger nuestros derechos. En 1962, un alto cargo británico dijo: «Si surge alguna ocasión en la que el gobierno español requiera la asistencia o cooperación del británico en cualquier asunto y en cualquier campo de las relaciones internacionales se le debe dejar claro que no será posible hacerlo mientras persista en su actitud».

Se había llegado a los 12.000 trabajadores españoles. A finales de los 60 el gobierno español se vio forzado a cerrar la verja. La decisión política de resolver la situación en la Comarca, junto con fuertes inversiones económicas, hizo posible, a través de los Planes de Desarrollo, que la Comarca (excepto La Línea) se liberase de las cadenas que la ataban a Gibraltar. El puerto de Algeciras, la refinería y el conjunto de Grandes Industrias son el resultado de aquellas decisiones.

220px-gibraltar_border_1977La «palanca» que necesitaban los británicos la encontraron con la petición de España de entrar en la Unión Europea. La amenaza del veto supuso la apertura de la verja en 1985.

Hoy día, la base de Gibraltar cuesta al Tesoro británico unos 60 millones de libras al año. Muy poco si pensamos que con ella pagan las nóminas de unos mil empleados –civiles y militares – y, las instalaciones del puerto, del aeródromo de la RAF, las de obtención de Inteligencia y, las de los túneles.

Esta «maravilla» de la gestión financiera se debe a que la base se sustenta en la población local. El Reino Unido defiende los privilegios de esa población. Esta contribuye a la financiación de la base y le sirve como excusa para perpetuar su presencia.

Pero la población depende de una economía «virtual» sin recursos naturales. Se sustenta en cinco pilares: el suministro de combustible, el «centro financiero», el tabaco (en gran parte de contrabando), el turismo y el juego «on-line». Por mucho que quieran, no pueden romper la geografía así que, en una medida variable, dependen de la fluidez del tránsito por la verja de personas, bienes y servicios.

Ahora el Reino Unido está en la puerta de salida de la UE. Si debido al Brexit se altera el flujo por la verja o se quedan sin los trabajadores españoles, caería la economía local. Los británicos tendrían que financiar la base y además,  subvencionar a la población local. Incluso, la mayoría de esa población –la que no pertenece a la clase adinerada- vería seriamente perjudicadas sus condiciones de vida.

Para evitar el peligro, los británicos –a través de las autoridades locales de Gibraltar- tratan como rehenes a nuestros trabajadores y quieren convertirlos en la «palanca» que necesitan para no ver perjudicada su situación privilegiada, como si el Brexit no existiese. Sorprende ver a las autoridades británicas clamando por el bienestar de los campogibraltareños, pese a las condiciones discriminatorias con que trabajan en Gibraltar como «mano de obra barata». Les ayudan los colaboradores españoles a sueldo del Peñón. Ocupan lugares estratégicos; algunos en puestos con notable repercusión mediática. No les preocupa darse a conocer. Dicen que defienden los puestos de trabajo de los españoles pero en realidad defienden los intereses militares británicos.

Nuestras autoridades no son capaces de dar cifras de trabajadores españoles en Gibraltar. Las de la colonia dicen que en diciembre de 2015 eran 6.932 de un total de 12.040 de los que llaman «transfronterizos». Sólo 120 presentaron a nuestras autoridades los documentos requeridos para obtener el pase especial para la verja: DNI, contrato de trabajo y, en su caso, certificado de residencia. El lector puede imaginarse las razones por las que el resto no ha querido presentar sus documentos.1473746550_043631_1473746654_noticia_normal

Hoy día la Asociación de Grandes Industrias de la bahía de Algeciras emplea a más de 8.400 personas en condiciones laborales que poco tienen que ver con las de los españoles en Gibraltar.

Esperemos que no falle la renacida voluntad política y no falten los recursos económicos con los que romper en La Línea las cadenas que se rompieron en los años 60 y 70 en el resto de la Comarca. El destino de La Línea no puede ser el de la sumisión a Gibraltar. Es la única «palanca» que les queda a los británicos para disfrutar –prácticamente gratis- de ese «cáncer» con el que han subvertido el desarrollo de la política, de la economía y de la historia de España en los últimos 300 años.

 

Capitán de Navío (R.) Ángel Liberal Fernández