ANECDOTARIO MILITAR: HUMOR E INGENIO (General de División Rafael Dávila Álvarez)

MILICIA Y HUMOREn la milicia el humor ha sido en numerosas ocasiones una forma de expresar con aguda crítica situaciones que no podían tener otra forma de expresión que la fina burla de la ironía. Lo dejó plasmado el General Bermúdez de Castro en su antológico libro «MILICIA Y HUMOR». El humor, la anécdota como arte, historias convertidas en historia.

La vida militar está llena de anécdotas, unas veces divertidas y amables, otras duras, desgarradas, pero todas, al haber sido compartidas, el tiempo las ha transformado en entrañables recuerdos.

He contado en la prensa y en el blog varias de ellas y para facilitar su lectura he creído conveniente agruparlas en un único artículo.

No tengo la menor duda en empezar con la del legionario que fue capaz de conversar con Franco con mayor habilidad que este en Hendaya. Venía el Caudillo de una cacería en Jaén cuando, en un alto técnico en Despeñaperros, le avisaron de la presencia de un individuo que insistía en saludarle porque había sido legionario suyo en Ceuta y aseguraba conocer mucho a SE. Franco no tuvo inconveniente, es más, le reconoció al instante, haciéndole pasar un momento al interior del coche. El Caudillo se interesó por su vida y al final de la conversación se ofreció a prestarle ayuda si algo necesitaba. El astuto legionario nada pidió para él, pero sí para un íntimo amigo de la zona que era guardia civil y que al ser de Melilla, donde tenía a su familia, se encontraba muy decaído. Tomó nota el Ayudante y al poco tiempo el guardia salió destinado a Melilla para su sorpresa y estupor ya que nada tenía que ver con aquella ciudad . El legionario, consumado cazador furtivo, se quitó de encima al guardia civil antes de que acabase detenido ante la persecución a la que le tenía sometido.

Doy fe de la anécdota contada por vía directa del que la presenció.

Ser piloto requiere unas condiciones que deben ser revisadas periódicamente para obtener el correspondiente certificado de vuelo. Un General del Ejército del Aire acudió a su reconocimiento habitual y se encontró con el diagnóstico del oftalmólogo:

– Mi General, lo siento pero vuecencia no ve muy bien. No voy a poder firmarle el certificado.

El General sin inmutarse le contestó:

– Mire usted Capitán si veo bien, que le veo a usted destinado en Villa Cisneros.

Asunto resuelto.

Quizás esta anécdota tenga que ver con aquél piloto que en un Junkers regresaba a Tánger después de haber dejado en Sevilla a un grupo de legionarios durante los comienzos de la Guerra Civil.

La tripulación se reducía al Capitán piloto y mecánico. Al empezar a notar fallos en el avión el Capitán le ordenó al mecánico que fuese a por los paracaídas. La situación cada vez se agravaba más; pasaba el tiempo sin que el mecánico apareciese por la cabina. Los gritos del Capitán debieron oírse en tierra y al fin acudió el mecánico, eso sí, con su paracaídas ya puesto.

– ¡¿Qué pasa con los paracaídas?!

Rotunda respuesta:

– Mi Capitán es que el suyo no aparece por ninguna parte.

Al final no fueron necesarios. Sin comentarios.

Las Academias militares son el lugar donde más anécdotas se concentran. A modo de muestra contaré la del Comandante profesor, gran persona, que por un accidente en unas maniobras había perdido la audición. Los cadetes, ante la sordera del profesor, solían solicitar permiso para entrar en clase con cierta maldad cambiando la reglamentaria frase: «¡¿Mi Comandante, da usted su permiso»?!, por:

– ¡¿Mi Comandante me compra usted un piso?!

– Pase, pase… Caballero.

Respondía siempre amablemente el profesor.

Pero en cierta ocasión la contestación del Comandante fue una desagradable sorpresa para el Cadete de turno.

– ¡¿Mi Comandante, me compra usted un piso?!

– Sí Caballero, como no, pero se lo empezaré a pagar cuando salga usted de corrección (especie de calabozo donde se cumplían los arrestos más graves).

Se había comprado un sonotone.

No quiero alargarme porque hay para un libro.

Tuve un soldado de Monforte de Lemos que siempre estaba pidiendo permisos para irse a su pueblo. Debía de tener un buen patrimonio en tierras y andaba metido en juicios con su vecino por problemas de lindes. Un día regresó muy contento diciéndome que ya lo había arreglado todo y que no volvería a pedir más permisos.

Después de contarme la historia del pleito le nombré Cabo.

Mi querido soldadito durante el desarrollo de la causa consultó con su abogado la posibilidad de enviarle un jamón y buen vino al Señor Juez para conseguir una resolución satisfactoria. El abogado le dijo que ni se le ocurriese ya que el magistrado era muy recto y que iba a ser contraproducente. El juicio se enredó y todos lo daban por perdido, incluso el abogado se retiró del caso.

Pasado el tiempo se encontraron soldado y abogado que le preguntó por el resultado del juicio. Su sorpresa fue grande al enterase que lo había ganado.

– Pero hombre, ¿cómo conseguiste ganarlo?

– Pues muy fácil, hice caso de su consejo y le envié el jamón y el vino al Juez, pero a nombre de la parte contraria.

¡Qué bien hice en nombrarle Cabo! Fue uno de los mejores que he tenido a lo largo de mi vida militar. Listo, leal y cumplidor al máximo.

En fin, la milicia escuela de la vida, donde alguno se declaraba joyero de profesión y lo que hacía eran joyos hasta el legionario que en su red social se anuncia diciendo: «director, escritor, cantante, poeta, pintor, actor, compositor, escultor… y ni aún así triunfo, así que ¡LEGIONARIO!». Es textual.

Anécdotas, humor, ingenio. Humor e ingenio requieren la facultad de discurrir; en la milicia suelen ir unidos. La vida sonríe cuando con ingenio se comparte lo bueno y lo malo.

Es parte fundamental de la milicia: compartir.

Espero haber compartido con ustedes una sonrisa.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

¿GENERALES? MEJOR DIRECTORES GENERALES. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

 

Ser general no es lo que parece. Puede que sea muy importante en ciertos lugares, no en el Ejército. Aquí, donde la más principal hazaña sigue siendo obedecer, sin límites, surge la ironía en eso de que sea la principal hazaña obedecer. No faltan razones. Cuando Calderón escribía esos versos bien sabe la historia que las cosas eran muy distintas. Hoy es mucho más difícil sobre todo cuando se ordena lo que no se cumple y así se desordena lo mandado.

El mérito de obedecer es el resultado de una eficiente y dura formación. Nada peor que ese mérito se haya transformado en sumisión que conlleve el incumplimiento de las razones del espíritu militar, una religión de hombres honrados. Y pobres en su mayoría.

En su libro Arte del buen mandar español el general Bermúdez de Castro cuenta la anécdota del General Castaños que fue a cumplir al rey Fernando VII vestido con pantalón de dril, chupa blanca y sin abrigo en un día muy frío del mes de marzo. El rey le preguntó cómo iba vestido de verano con aquel tiempo tan infernal y el Duque de Bailén le contestó: «Señor, la última paga que cobré es la de junio; así es que yo estoy viviendo en verano».

¿Cobra mucho un general? Pues como todo y todo, depende. ¿De qué depende? Del ministro, del presidente, del general, de la OTAN… yo que sé. Puede que sea cosa de Trump o del 2% o de la guerra o de la paz.

Preguntáronle también unos soldados: «Y nosotros, ¿qué debemos hacer?».

«Contentaos con vuestra paga», dice San Lucas que así respondió San Juan Bautista. (Lucas 6,10). Pues a callar. Pobres y silenciosos.

Me pregunto si alguno de los versos de Calderón deberían de ser cambiados.

…honrado,
pobre y desnudo un soldado
tiene mejor cualidad
que el más galán y lucido

Éramos pobres, pero con dignidad. Se nos pedía y dábamos lo que no teníamos. Nada tuvimos, más que España, muchos hijos, cambios constantes de colegios, inadaptación y rechazos en ciertos lugares (de España, ¡Ay si yo les contase!), de un lado para otro; abre casa, cierra casa, curso de esto, curso de lo otro. Para vivir lo justo, a veces ni eso.

Claro que cuando se dan cuenta del cuento los que de él viven, se echan cuentas y estas no salen. A ellos, a los que fijan la norma, les sale barato. No se libra ninguno del constante mal hacer y deshacer las cosas de la milicia. Desde el del piano hasta nuestros días, unos con más notoriedad que otros, pero iguales al fin y al cabo.

Leo en un periódico de ámbito nacional el titular que encabeza un artículo: «El Gobierno permite las puertas giratorias a decenas de jefes militares«. No sigo leyendo.

Como nos ilustra el general Bermúdez de Castro en su obra Arte del buen mandar español la palabra general aparece en el siglo XVI, pero su significado, sus atribuciones y deberes, son tan antiguos como la guerra. <<Lo mismo que se llama estratego entre los griegos, cónsul con los romanos, duque en los godos, cabdiello en el primer periodo de la Edad Media, condestable en el resto de la Edad Media y capitán al finalizar esta>>.

El capitán y el cabo eran los mandos principales que agrupaban desde las mesnadas a las compañías y posteriormente a las colunelas transformadas en coronelía de donde surgió el coronel.

La coronelía en Italia se dividía en compañías mandadas por capitanes. Fue Gonzalo Fernández de Córdoba el capitán de estos capitanes por lo que para distinguirlo de ellos le llamaron general porque los abarcaba a todos.

Puertas giratorias fue un invento de un ministro de Defensa que quiso que todo girase a su alrededor y se rodeó para tal hazaña de fieles generales que alcanzaron la gloria. En las empresas o instituciones cercanas. Inteligencia le llaman. Todos sabemos de quienes hablamos. Lo institucionalizó el pesoe que agradece los clamorosos silencios y es muy de la energía eléctrica que fluye por los enchufes.

Claro; así se entiende que el significado de «general» en el Diccionario de la Real Academia Española en su primera acepción sea tan claro: «Común a todos los individuos que constituyen un todo, o a muchos objetos, aunque sean de naturaleza diferente». «Común, frecuente, usual». En definitiva lo que nos viene a decir es que «General» es lo más común. Por tanto no está de más girar en torno a ese torno que una vez fuera te introduce en un mundo nuevo con una pasta gansa donde el correaje se cambia por chaqueta hortera y corbata llamativa, más hortera si cabe.

Siempre me sorprendió una encuesta que nos hicieron siendo alumnos en la Escuela de Estado Mayor. El grueso de la encuesta era que explicásemos las razones de haber elegido la carrera de las armas como forma de vida. Éramos oficiales de todos los países, incluso no pertenecientes a la OTAN, como Corea del Sur o Venezuela. Los españoles, todos, unían sus respuestas, por encima de cualquier otra, a la vocación de servicio a la Patria. Los oficiales del resto de naciones también, pero no como primera razón, sino detrás de un puesto de trabajo, de un sueldo o de labrarse el futuro. Nos estamos europeizando. Por eso Calderón no estuvo en la OTAN y le sobra algún que otro verso.

En el Ejército español la vocación ha impulsado el oficio de las armas, pero las armas no siempre han sabido corresponder al sacrificio de sus soldados. Se ha manipulado la información con una vida regalada de prebendas, de economatos y del casi todo gratis, cuando ha sido una profesión mal tratada siempre; repito: siempre.

Este periódico nacional que publica eso de los militares y las puertas giratorias, cita a algunos, pero se olvida de otro(s) ya que no es cosa nueva, de ahora. Es antiguo como el paso dado por aquel que  dijo lo de  «morir antes que matar» con tal perversidad que hundió el oficio.

Llevamos tiempo oyendo hablar de equiparación salarial entre las Fuerzas de Seguridad del Estado, de las Policías Autonómicas, pero nadie habla de la equiparación salarial de las Fuerzas Armadas.

Nadie habla de los sueldos militares fuera del ámbito castrense, no interesa, no hay sindicatos, pero la ministra conoce de primera mano el problema. Eso es seguro. Que le importe es otra cosa. No hacen ruido.

¿Equiparar?, ¡claro!, todos somos iguales, desde la ministra al cabo de guardia, aunque no son equivalentes sus trabajos.

En el tema de los soldados la equiparación empieza porque al cumplir los 45 años ya no me sirves. Te quedará el paro y, si acaso, tendrás una medalla (no pensionada).

Resulta, siguiendo el escalafón, que el Sargento de la Guardia Civil Jefe del puesto de Torrejón cobrará  más que el Capitán del Ejército del Aire que está de Alerta en la pista de la Base Aérea, a escasa distancia del anterior, pero con una responsabilidad ¿equiparable?

Resulta, que hay suboficiales que se apuntan a las pruebas de acceso a la Guardia Civil por una entendible y sencilla razón: 700 euros (más) mensuales.

Resulta, que hay capitanes, jefes de compañías, con experiencia de combate, idiomas, vocacionales, curtidos en unidades especiales, valor reconocido, que han sido captados por grandes empresas, esas que todos ustedes pueden imaginarse, las mejores, con carácter internacional, y a las que no accede cualquiera. Les contratan como directivos y les pagan lo que valen, que es mucho. No son las empresas de las puertas giratorias de nuestros políticos sin mérito.

Todo esto va a suponer la pérdida de un activo de profesionales, los mejores, que buscarán alivio a su situación hartos de agradecidos masajes y penurias en casa.

La Ministra actual y la anterior conocen el problema, al detalle, con datos, explicado hasta la saciedad.

Está entendido. ¿Olvidado? Soldados, suboficiales, oficiales, hartos de palabrería, y aburridos de ver como la política se mete en sus entrañas buscan su porvenir justo y equitativo; no equiparable. La ministra de Defensa, mientras, pasea sus elogios a los soldados, hace demostraciones de su moderación y equilibrio; mientras traga con los insultos de su presidente y hace como que no oye.  A los soldados menos. No son industria rentable.  La realidad es dura e incuestionable.

San Juan Bautista, cuya festividad celebramos pronto, hoy cambiaría su discurso: Dad a cada uno lo que se merece.

Nadie habla de los sueldos militares fuera del ámbito castrense, no interesa, no hay sindicatos, pero la ministra conoce de primera mano el problema. Eso es seguro. Que le importe es otra cosa. No hacen ruido.

Desde general hacia arriba todos lo hemos hecho unas veces bien otras mal. Resultado: regular.

Esperemos que la llamada cúpula militar, JEMAD y JEME,s. sigan en la exposición e insistencia de este grave problema ya que, -utilizando ese idioma tan ajeno al nuestro-, son los únicos <<representantes sindicales>> que tenemos.

Pues eso dice el periódico de ámbito nacional: «El Gobierno permite las puertas giratorias a decenas de jefes militares».

¡Es que  somos tan pobres! que comparamos entre ser general o Director General. Lo segundo.

Rafael Dávila Álvarez General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

19 mayo 2025

 

 

 

 

 

LAS COSAS DE DON EUFEMIO. Félix Torres Murillo. Coronel (R.) de Infantería DEM

EL VIAJE DE TRUMP. ¿NEGOCIO O GUERRA? General Dávila

TRUMP General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

La  guerra es inevitable. Perdonen la dureza del comienzo. Los signos son reveladores. Habrá guerra. Es tal el estado de cosas heredadas de la política emprendida por un presidente (Obama) que quiso entretenerse con  la política como si fuese el conocido juego de las canicas que metió  en un hoyo profundo a la cultura occidental. Desaparecida. Quizá sea mejor. Las vacas no comen si no las cambias de prado.

Obama, premio Nobel de la Paz 2009. El Presidente estadounidense con más tiempo de guerra en su haber. Afganistán, Irak y Siria. Ocho años en guerra. Libia, Pakistán, Somalia, Yemen, saben de sus ataques «contra el terrorismo», un «presidente de guerra» que la prefería encubierta, como si con él no fuese la cosa, con hipocresía, la que enciende las Grandes Guerras Un legado insoportable. Quizá haya sido el inventor de la guerra en negativo, la no guerra, la que no se libra de los cañones, aunque puede llevarse a cabo sin frentes ni despliegues de divisiones.

Obama se empeñó: «Rusia es solo una potencia regional». En 2014 los hombrecillos de verde no eran suficiente enemigo para el pacífico presidente americano.

Insultó, aprovechando su poder, a un Trump que asistía a la cena tradicional con los corresponsales que cubren la Casa Blanca. Trump escuchó y tomó nota de Obama, pero no hubo resentimiento como el gran público cree.

Hubo política. Distinta a la mentira que encabezó un presidente que reunía a las masas a la vez que bombardeaba. Trump apareció y Obama eclipsó.

America First. A trabajar. El mundo es un negocio y la guerra una compraventa. España incluida: no a la guerra y sí a las armas; la disuasión nos hace ricos. Fue un gran invento lo de disuadir al enemigo. El desarme es una ruina. ¿Cuántas Divisiones tiene el Papa?

Biden ya no se acuerda. Nunca fue, sino otros, el que dirigió la política de Defensa de los EEUU. Una política errática, descoordinada, bélica y hasta vergonzosa como la retirada de Afganistán.

La poderosa América de los Estados Unidos perdió su credibilidad y, por tanto, su poder. Comercio, industria, el dólar, hasta el idioma se venía abajo. El mundo se sacudía como un perro mojado al que le molesta la humedad. Era irreversible. Ya no llovía americanismo. Ni siquiera la OTAN era quién fue. Ni la disuasión funcionaba.

Dio comienzo algo parecido a la guerra del Peloponeso, pero sin el valor de aquellos generales. ¿Honor? Perdido entre la mugre europea.

«Creo, pues, que debemos elegir a un general… porque sea templado, comedido, vigilante, frugal, acostumbrado al trabajo duro, despierto, libre de avaricia, ni demasiado joven ni demasiado viejo, padre de hijos a ser posible, buen orador y hombre de buena reputación» (Onosandro. Estratégico).

Ya no hay generales así. Saben de ciencia, de organización y destrucción; no de los hombres. Ese fue el error de Napoleón: conocía a los soldados, no a los hombres. Ahora no hay ni unos ni otros. Solo consumidores. El arte del generalato que enseñaba Sócrates a Dionisodoro de Quíos desapareció

Llegó Trump y puso a prueba el sistema americano demostrando que estaba colapsado y lo hizo, perdió las elecciones y arriesgó todo hasta volverlas a ganar. Perdía para ganar como demostración del error de una América vacía de contenido que era vista como el fracaso que era. Ganó porque América se vio perdida.

La aparente locura de Trump va dando resultados en este manicomio que es el mundo. El más loco es el más valiente y decidido. Una nación endeudada hasta límites insoportables, humillada y vista sin el valor que fue como potencia militar y económica reaparece entre rayos y truenos.

No tiene miedo y se va al centro del huracán. Conforme se acerca amainan los vientos. No tiene mucho tiempo y algunos se empeñan en revolverse contra la unidad y su autoridad. Tiene que enseñar su poder: Restaurar la paz a través de la Fuerza.

Detrás está el petróleo, los aranceles, los dólares junto a los petrodólares y el yuan, que  equivalen a Oriente Medio, Ucrania, China y el Indopacífico en un mundo en el que ni el Pentágono sabe geografía. La geopolítica desvinculada de la geografía y de la antropología.

Busca la paz Trump y le acusan de belicista. Europa se arma. No parece lógico cuando fue Europa la que rechazó en 2022 la paz sin explicar ni explicarse lo que ocurría desde tiempo atrás en el Dombas, en el sureste de Ucrania. Europa y la OTAN de Biden querían la guerra. Ahora ya no se valora la decisión de Europa, que no la tiene, y se descubre la desorientación del mandato de Biden.

¿Qué hace Trump en Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Catar? Negocios…, dicen. Como si la guerra no lo fuese. La Ilíada o la del Peloponeso. Solo gana quien mejor mueve la bolita y el que arriesga.

Allí está todo: China, Rusia, Irán, y Ucrania con permiso de Zelenski que va y viene, vuelve y revuelve.

Turquía desde el principio. Un hub. Asia, Europa y África. Está todo firmado. Puro trámite en la negociación. Ucrania es parte de un plan mucho más amplio del que ya se ha hablado, pactado. Turquía.

La luna en el mar riela,
En la lona gime el viento,
Y alza en blando movimiento
Olas de plata y azul;
Y ve el capitán pirata,
Cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, a otro Europa,
Y allá a su frente Estambul.

 Europa ha quedado atrás, ya nadie sigue su estela, simplemente consume mientras se extingue. Europa vive cercana y alejada, pero Trump le exige prepararse para la guerra.

Restaurar la paz a través de la Fuerza. No entienden el significado.

¡Sentenciado estoy a muerte!

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

16 mayo 2025

OFENSA A LAS FUERZAS ARMADAS ¡ES UNA PÁJARA!… HA PASADO MUCHO TIEMPO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

 

Algo va mal. Estos intercambios gubernamentales a golpe de insulto chabacano, propios del actual Consejo de ministros, son muy alarmantes. ¿Qué esconden para no reaccionar? España atónita, ¿o no? ¿Apesebrada?

Hace ya unos años que el robo del contenido de los móviles del presidente del Gobierno, de la ministra de Defensa y del ministro del Interior nos ha puesto en el disparadero.  Algo ocurre en el interior de esta caja de sorpresas que es España. Algo muy grave que la gran masa desconoce. Nada le importa. ¿Mejor? Peor.

Ha pasado mucho tiempo. El suficiente para darnos cuenta que estamos en manos de una profunda grosería que nos pone en peligro como nación y como españoles.

España corre un grave riesgo y hasta sus Fuerzas Armadas son ninguneadas.

La opinión del presidente del Gobierno sobre la ministra es que «es una pájara«.

El pavo real llama pájara a su ministra de Defensa.

Entre los griegos, entre el cuervo y el cisne, abundan las mitológicas aves. Son muchos los significados de pájara. Sabemos que el presidente lo dice en tono despectivo o defensivo. ¡Cuidado con la pájara! Pero eso es algo que entra dentro de lo personal, algo que a nosotros no nos interesa y que solo sirve para demostrar la mala educación y formas del presidente del Gobierno. Muy a tono el personaje con lo que le rodea.

El problema surge cuando se toca a lo que representa la ministra: las Fuerzas Armadas. No es que las represente en términos simbólicos, para nada es imagen de las mismas, pero sí está al frente desde el punto de vista político. Pájara y dormir con el uniforme son términos despectivos que van dirigidos a la máxima responsable del Departamento, no del todo a ella, a los soldados. Inadmisible.

Algo tendrán que decir los responsables del Mando, sí, con mayúscula. Nada dirán. Forman parta del grosero círculo que rodea y protege al «puto amo«.

Señora ministra:

Con todo respeto y el estricto cumplimiento del deber al que su cargo le obliga: dimita. No admita el insulto dirigido a esos a los que tanto alaba y lisonjea. Demuestre que es verdad y lleva dentro el respeto y el cariño que ellos se merecen. Si no es así no podrá mirar a la cara a los soldados con la honra y el honor que se merecen. Las tropas se desmoralizan cuando públicamente su jefe es descalificado, incluso cuando es el que ofende el que está en el error.  Se desmoralizan ante un mando dividido y enfrentado. Así ni un día más al mando.

Puede, fíjese lo que son las cosas, que esté en sus manos, cumplir el artículo 8 de la Constitución, la misión de las Fuerzas Armadas, las que usted dirige desde su cargo de ministra de Defensa. ¿Cómo? Dimita. Conseguirá que España vuelva a serlo, respetada desde donde ahora no lo es, no permitiendo que un perseguido por la justicia marque los tiempos y librándonos de los oscuros personajes que rompieron España

Usted se debe al honor de sus soldados, a su misión y no debe consentir que sean insultados ni siquiera por el presidente del Gobierno. Si no lo hace su mando quedará en entredicho por admitir la ofensa.

Es inadmisible formar parte de un Gobierno que busca todo lo contrario a la unidad de España y que se refleja en el insulto al uniforme «Se acuesta con el uniforme; es una pájara» no es soportable bajo ningún concepto o argumento.

Desde Homero los pájaros son un presagio, adivinación. Entre el cuervo y el águila hay una inmensidad de suertes. Eurípides llama a los pájaros mensajeros de los dioses. Las aves de Aristófanes es todo un coro que clama en busca de su rey: Abubilla. Busquen el nido. Un presagio nos trae. Adivinen.

«Se acuesta con el uniforme; es una pájara«: piense.

Tiene usted, señora ministra, la posibilidad de demostrar su amor a España y  a sus tropas, ser el baluarte constitucional cumpliendo su misión. Dimita, no por usted, sino por los miles de uniformados que con asombro ven que el presidente del Gobierno, su presidente insulta a las tropas.

Suponemos que en la misma medida lo habrá sentido el mando supremo que el cabo de guardia. Nunca pasa el tiempo ante la grave ofensa.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

14 mayo 2025

 

«ES UNA PÁJARA» Dice el Presidente del Gobierno de España de la ministra de Defensa.

 

CONCENTRACIÓN EN LA PLAZA DE COLÓN. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Sébastien Le Prestre, señor de Vauban (1633-1707) fue un insigne mariscal francés, ingeniero militar, que revolucionó el arte de la fortificación con Luis XIV y cuyas obras de arte siguen siendo un modelo de sencillez y eficacia. A su destreza como ingeniero y científico unía un profundo pensamiento humanístico con avanzadas ideas en el arte de la guerra.

Conocía la ciencia y el corazón del hombre y por ello hoy me viene a la memoria ante la ausencia de expertos en esta guerra que tanto se parece a la política, corrupta, provocadora y, en estos tiempos, amenazante.

«La mayoría de las plazas mal defendidas lo han sido menos por el escaso valor de los gobernantes que por no haber entendido éstos su defensa. la razón de ello es que todos los gobiernos son dados o comprados», dice Vauban en su Tratado del ataque y de la defensa de las plazas.

Si entramos en el ya conocido Sun Tzu no deberíamos olvidar que su aviso ha cabalgado a lomos de los tiempos: «Los agentes secretos reciben sus instrucciones bajo la tienda del general; están muy cerca de él y lo tratan íntimamente».

El sábado día 10 de mayo hubo una gran concentración en la madrileña Plaza de Colón cuyo lema decía «Por la dignidad de España: Sánchez dimisión. Elecciones ya«. No voy a entrar a valorar el hecho en sí que responde a un estado generalizado de dolor e indignación entre una gran parte de los españoles. Pero debo dar mi opinión con el único deseo de contribuir a salvar a España de su destrucción cada vez más cerca y porque en ello todos tenemos algo de culpa; unos más otros menos.

La convocatoria ya de entrada me recordó el Canto II de la Ilíada Catálogo de las naves donde se enumeran los participantes en número de 29 contingentes acaudillados por famosos guerreros. En la Plaza de Colón había 129 contingentes y ningún famoso guerrero,  lo que ya de entrada me llevó a dudar de la oportunidad, ¿quién manda aquí? ¿cuántos infiltrados habrá cercanos al general?

Tengo para mi que no hemos entendido la defensa y hay un exceso de voluntarismo, «una preeminencia de la voluntad sobre el entendimiento», un deseo más que una posibilidad.

Creo que mis palabras no van a ser bien recibidas, pero alguien debe de abrir los ojos a la realidad que ensombrece nuestro futuro. Sea Vauban, que no será, Napoleón, que tampoco, o el sentido común: tan escaso. ¿Quién defenderá la unidad de España?

La defensa no es un acto impulsivo, disperso, sin alférez que porte la bandera, sin planeamiento, sin un jefe. Cualquier enfrentamiento requiere de un jefe y un Estado Mayor que lo asesore e informe. Cuando Aquiles dijo que no, los troyanos vencían. Ni con Patroclo revestido de sus armas lograban la victoria.

Disputarse el mando es lo peor que nos puede ocurrir. En España debemos olvidar la lucha sucia donde los protagonismos rompen la unidad, los falsos liderazgos minoritarios que detrás esconden intereses mediáticos y económicos al fin. No se fíen de esos sepulcros blanqueados que defienden acciones de las que se juegan en bolsa. Dados o comprados, que lo mismo les da defender una cosa que la contraria.

Entonces: ¿Qué hacer? ¿De quién me fio? ¿Quién es el abanderado?

Si les dijese que de nadie acertaría, pero tampoco es eso cuando la honradez y la entrega es virtud de una mayoría que pretende defender a España. Lo único que pretendo es abrirles los ojos ante los que, además de los ya conocidos, empiezan a invadir el lugar que no les corresponde haciendo uso de la indignación y la soledad en la que nos encontramos. Falsos profetas llaman a nuestras puertas. Tengo anotados sus nombres y apellidos. Ellos lo saben, nos conocemos. Nunca han llegado a nada, pero es mucho lo que se juegan, quieren su parte, aunque pequeña y han hecho bandera de lo que no es de su propiedad. No son humildes ni generosos, no piensan en toda España, sino en su parcela, no quieren el poder sino el otro lado, ese desde donde protestar se convierte en lo fácil y cómodo, porque no tienen alternativa. Muchos de esos se precipitan y nos precipitan, pero en política, como en la guerra, el momento perdido no vuelva jamás. La victoria o derrota es el resultado, aquí no hay otra vara de medir.

Por ello hay que calcular cada acción, no desperdiciar los momentos, no andar con prisas, ni con pausas, medir los tiempos y reacciones, disponer de los medios y atacar con todo. No hay ensayo posible, solo victoria o derrota.

La moral debe ser la fuerza que nos guíe y es necesario saber que el tiempo perdido desgasta incluso a las fuerzas más bravas. Cuando no se ve razón de utilidad, el soldado se siente desanimado y pierde la confianza.

Piensen lo que hacen cuando movilicen a los que no están dispuestos a que se rompa España y busquen a quien nos guíe hacia la victoria.

¿Querrá Aquiles volver al campo de batalla?

«En la  batalla todo parece tumulto y confusión. Pero las banderas y estandartes responden a planes precisos, el sonido de los címbalos, a reglas fijas».

España no es un  juego de intereses. Hagan las cosas bien y procuren que haya resultados. Nunca olviden desenmascarar a los que están muy cerca del general y lo tratan íntimamente.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

12 mayo 2025

 

 

 

«Ondiñas veñen e van… e veñen máis» PUBLICADO EN EL DIARIO «LA REGIÓN» DE ORENSE». General Dávila

https://www.laregion.es/opinion/ondinas-venen-e-venena_1_20250511-3521150.html

«HISTORIA DE UNA ESCALERA» Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver.

 

 

Antes de empezar quisiera aclarar que esta no es la de mi casa.

Aunque pueda parecer, no me refiero a la «Historia de una escalera»  la obra de teatro de Antonio Buero Vallejo,  donde se analiza a la sociedad española, con todas sus mentiras, a través de la vecindad, resaltando el mal ambiente que hay entre sus habitantes, con sus personajes cobardes que no conciben tener un futuro diferente al presente.

Esta pequeña historia fue la  que viví en  la escalera de mi casa  aquel 28 de abril.

El apagón me pilló en la calle, a mi móvil le quedaba poca batería y eché en falta esa línea telefónica perdida que nos permitía comunicarnos aunque hubiera un apagón, y es que «no se pueden poner todos los huevos en la misma cesta».

Cuando llegué a casa, tampoco funcionaba el ascensor, subí los nueve pisos a pata con mi vértebra chafada, y lo primero que ví, fue a mi vecino  apresurarse a sacar al perro porque, en el caso de que  la oscuridad se hubiera prolongado, pensaría que siempre sería mejor que al can  le pillase meado.

No tenía a mano un transistor para saber lo que estaba pasando, y es que como  esclavo

de lo digital, había olvidado la importancia de lo analógico. No se de donde salió , pero abajo en el portal apareció  un aparato de radio a pilas dando algunas noticias relacionadas con el apagón. Al cabo de un rato, sonó el anuncio de una comparecencia  desde la Moncloa, con el «puto jefe»  y tres  ministras empoderadas, pero sin ningún conocimiento  en el sector del petróleo, gas y distribución de energía.  Al momento,  el dueño del transistor al enterarse de la catadura de los técnicos,  cambió el dial a los 40 principales.

Frente a las críticas de la descarbonización, de las barreras de género y del cambio climático, todos esos  progres, a su pesar, tendrán que reconocer que no hay en el mundo una energía más ecológica que la nuclear.

Pero volvamos a los peldaños de nuestra pequeña historia:.

Subiendo y sufriendo mi escalera, me acordé de mi admirado Alfonso de Ussía Muñoz-Seca, nieto materno del dramaturgo Pedro Muñoz Seca, y sobrino del teniente general Jaime Miláns del Bosch y Ussía.

Cuatro meses después del golpe de Estado con el que tuvo lugar el inicio de la guerra civil española,  D. Pedro el autor de «La venganza de don Mendo» estando preso en la popularmente conocida como cárcel de San Antón de Madrid, la prisión provincial de hombres número 2  instalada en el edificio de las Escuelas Pías de San Antón  de la calle Hortaleza de Madrid. De esa cárcel, el  28 de noviembre de 1936 fue sacado de madrugada  para ser fusilado en Paracuellos del Jarama junto a otro centenar de presos, por los milicianos llamados de la Vigilancia de Retaguardia.

Contaba Ussía, que su abuelo  al entrar en su casa de Madrid,  y encontrarse muy a menudo con el ascensor averiado, al subir a pie hasta su cuarto piso, con el humor que le caracterizaba, dejaba en los rellanos de los pisos pegatinas como estas a sus vecinos:

Uno y dos.- ¡No hay ascensor!

Uno, dos y tres.-¡Tenéis que subir a pie!

Uno, dos, tres y cuatro.-¡Tenéis escalera para rato!.

También yo por culpa del apagón tuve que subir a pie con mi columna tocada: Uno, dos, tres, cuatro, cinco…….hasta  nueve, y  ¡desde ese día, tengo chafadas  piernas, glúteos, rodillas  y rabadilla, pero al  final me encontré en la puerta de casa.

Al cabo de tres horas la luz volvió, y recuperamos  también la realidad. En mi infancia  a los apagones los precedía la tormenta, y no hacía falta que nadie nos hiciera esperar días para que tuviéramos claro que la red requería atención por parte de los responsables, directos o indirectos.

Ahora es después del apagón cuando  en toda España viene la tormenta.

Puertas giratorias que no generan megavatios pero arruinan las arcas del Estado.

Desde hace tiempo corren muchas noticias y más silencios relacionados con: la terrible Dana de Valencia,  el  apagón general,  el caos ferroviario actual…, y en todos aparecen sus directivos, los altos cargos nombrados por el Gobierno a través de las puertas giratorias, y que por su ineficacia no generan ningún megavatio, pero  se llevan una buena pasta.

Es por este motivo, lo que hace que los trenes se paren en mitad de recorrido y que no lleguen a sus horas, hasta tal punto que el ministerio del que dependen, Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible (MITMA), se haya convertido en el de «Transportes y Movilidad Sospechosa».

La marca España cotiza a la baja, y todo suena a que la enferma esté enumerando sus síntomas.

Los misterios de este ignorante Gobierno no se pueden vocear desde las tribunas, pues son como antorchas de fuego, que en manos de un sabio pueden iluminar en los apagones, pero en las de la mayoría de esa pandilla de fanáticos  incultos  pueden incendiar España.

Si he de resumir en una sola palabra el desastroso momento que atravesamos sería ESPERAR, y en esta singular e inquietante espera nuestros gobernantes,  a fuerza de mentir y fingir, nos pueden  llevar a vivir en una dictadura bananera y hacernos creer que estamos en  una democracia.

«EXTRA OMNES» («TODOS FUERA»)

Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver.

Zaragoza 11 de mayo 2025.

Blog: generaldavila.com

LAS COSAS DE DON EUFEMIO. Félix Torres Murillo, Coronel de Infantería DEM (R.)

PUBLICADO EN EL DIARIO «LA REGIÓN» DE ORENSE. General Dávila

https://www.laregion.es/opinion/gracias-senora-alcaldesa_1_20250509-3519003.html

Este Gobierno tiene los días contados… A pesar de tenernos vigilados. General Dávila

 

 

 

Punto de situación: Apagón. Caos ferroviario. España deja de ser Nación. Vídeo por General Dávila

«POR UN PUÑADO DE DÓLARES» Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver

 

Madrid 3 de mayo 1808 .- «La carga de los mamelucos» Francisco de Goya. Museo del Prado..

«La noche del 3 de mayo de 1808, los franceses fusilaron, en varios puntos de Madrid, a los patriotas detenidos tras su alzamiento del día anterior contra las tropas francesas».

 La película.-

«POR UN PUÑADO DE DÓLARES»

«Tras la muerte de Juárez, en México dominan la injusticia y el terror. Joe (Clint Eastwood), un pistolero vagabundo, llega al pueblo fronterizo de San Miguel, donde dos familias, los Rojo y los Baxter, luchan por el control del territorio.  Una noche, es testigo del intercambio de oro por armas entre mexicanos y soldados de la Unión. El pistolero, decide ofrecerse a ambos lados, cobrando para eliminar a los miembros de la familia rival, provocando así una guerra entre ellos»

La otra película.-

«POR QUINCE MILLONES DE BALAS»

Por un puñado de dólares, o lo que es lo mismo, por quince millones de balas, todos pagaremos los continuos errores de los chiringuitos y putiferios de este Gobierno, que  con turbias maniobras políticas,  nos hacen andar como pollos sin cabeza por los terrenos de la política interior, de la exterior y de la mediopensionista.

Hasta ahora salen inmunes de todas las elecciones a que se han visto obligado para sobrevivir en su puesto, así sean de derechas o de izquierda, o de lo que haga falta, como  últimamente han demostrado con el incremento del gasto en Defensa, y donde hemos comprobado un  raro espíritu militar aplicado desde el sillón de la Moncloa.

Tendrán que comprar de nuevo, a otro país que no sea Israel,  las célebres balas a un muevo postor, más caras y con el posible riesgo que se encasquillen, pues las pistolas a las que van dirigidas también son de fabricación israelita. Son cartuchos  de 9 mm. «parabellum» y estaban destinadas a  las pistolas de la Guardia Civil.

Los cartuchos para pistola mas usados son: 9 mm corto (9×17)  siendo 9 el calibre , 17 la pare de la vaina donde va la pólvora y  29´3 cm. su longitud total. El de 9 mm. largo (9×23) y 36´6 cm. de longitud, y el  9 mm. parabellum (9×19) con  29´3cm. de longitud.

La última  crisis interna en el Gobierno se produjo cuando el presidente obligó al ministro Marlaska a rescindir el contrato con Israel de la compra de las famosas balas, y aunque Marlaska quedó desautorizado, sigue en su cargo, aquí no se va nadie ni con agua caliente, para ellos eso de dimitir es cosa de tontos o de locos,… hasta que tengamos la ocasión de decidir si queremos que sigan o que se vayan.

Sin embargo, la realidad es que desde el comienzo de la guerra en Gaza, España se ha adjudicado 46 contratos a la industria militar israelí que ascienden a más de mil millones de euros.

Balas no, las pistolas y los chalecos antibalas sí.

En 2019, el Ministerio del Interior español se propuso dotar a los agentes de la Guardia Civil de una nueva pistola. Así, en 2020 convocó un concurso público para la compra de más de 9.000 unidades, con un presupuesto de unos 3 millones de euros. Al concurso se presentaron varios fabricantes, entre ellos la original y la copia, de las que fabricaban en Israel, o sea, la Glock y la EMTAN.

Finalmente, Interior cerró el concurso en octubre de 2020, eligiendo la más barata, la de EMTAN, ahorrándose unos 80 euros por pistola. Cada pistola elegida «Ramon» ha salido por 269 euros, mientras que cada «Glock 19», la buena, se ofrecía por 305 euros. Fueron 9.216 pistolas de calibre 9 mm parabellum por unos 2 millones de euros, cuando el concurso se había presupuestado en 3 millones.

Las rechazadas «Glock 19», la buena, fueron incorporándose a las fuerzas de policía y seguridad de EE UU, Noruega, Suecia… y hasta se convirtió en una pistola estándar de la OTAN. En 1992, Glock había vendido unas 350.000 pistolas en más de 45 países.  Las que compró Interior no las quiere nadie.

La pistola «Ramón»

Muchos agentes e instructores de las Unidades de Seguridad Ciudadana de Comandancia y los Grupos de Reserva y Seguridad han denunciado el altísimo porcentaje de interrupciones (encasquillamientos) entre las pistolas «Ramon» que se vienen distribuyendo  desde 2021.

Interior vuelve a destinar para el servicio los peores medios, al primar lo económico frente a lo seguro, al igual que hizo con los chalecos antibalas,  cuando Igor el Ruso asesinó a un ganadero y dos guardias civiles, que llevaban  chalecos antibalas no homologados,  en Teruel en diciembre de 2017; o con las lanchas zódiac usadas contra el narcotráfico , protagonistas en la  tragedia de Barbate, donde dos guardias civiles perdieron la vida tras ser embestidos por una potente narcolancha de los  narcotraficantes.

En otros tiempos, España no  compraba ni pistolas ni balas, pues  fabricantes como Gabilondo,  Unceta y sus respectivas compañías, entre otros, nos abastecían. Respecto a cartuchería, con las Fábricas Nacionales de Armas de Toledo, Oviedo, La Coruña, Palencia y Sevilla nos bastaba.

Siendo ministro de la Guerra José María Gil Robles, se potencia la fábrica de Toledo, incluyendo a 350 operarios, con gran mayoría de mujeres, para fabricar 800 000 cartuchos diarios. Si mis cálculos son buenos, en 20 días nos habrían proporcionado esos quince millones de cartuchos que necesita la Guardia Civil.   El crecimiento de la producción continuó hasta que con la Guerra Civil, el recinto  toledano debió trasladar parte de su producción a Palencia por motivos estratégicos.

No puedo  acostumbrarme a que hoy seamos nada, a la vergüenza que siento al ver las incongruencias del Gobierno…, en una palabra,  al  malestar que me produce la indiferencia universal que por su culpa nos tienen.

Sin perder nuestras señales de identidad, debemos permanecer en plena colaboración con los países de nuestro entorno, ya nos pusieron en evidencia con la pandemia, de la que parece no haber aprendido nada nuestros gobernantes.

Como diría el magistrado Catilina:

―¿Qué república es esta?.

Catilina ha pasado a la historia por ser el protagonista de la llamada conjuración de Catilina, una conspiración que, según las acusaciones formuladas por  Cicerón, habría consistido en destruir la República.

Algo parecido a lo que hacen hoy nuestros magistrados, nuestros políticos, que no saben ni contestan, ni se les echan con un puñado  dólares, quise decir de balas. Pero el futuro electoral se va acercando y ahí ya no valdrán las piruetas verbales ni los analfabetos técnicos de iluminación.

Como recientemente se apagaron las luces, en ellos desapareció también el talento, si es que en algún momento lo tuvieron.

Antes  la primera regla de cualquier político era decir siempre la verdad, porque si mentían les podían  pillar y ya no  tenían un problema, sino dos.  En la actualidad esa regla ha cambiado por la de:

«Cuélgale el muerto a otro y quítate de en medio cuanto antes».

Pero cuidado, porque con ellos nunca se sabe cual será el próximo movimiento o compra.

«Las balas israelíes de la discordia»

Así que, por si acaso, ¡Cuerpo a Tierra!

Coronel de Caballería ® Ángel Cerdido Peñalver

Zaragoza 3 de mayo de 25