EXAMEN A LA DEFENSA MILITAR DE ESPAÑA: INSUFICIENTE General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

El presidente del Gobierno de España miente en materia de Defensa. No va a adecuar el Presupuesto de Defensa a los riesgos y necesidades que las Fuerzas Armadas han calculado y llevan años reclamando para la eficaz Defensa de España. «La palabra es la facultad dada al hombre para disimular su pensamiento», decía Talleyrand. Oirán, no hará.

Ruego disculpen un comienzo tan cáustico.

Lo digo con esta crudeza por la gravedad de sus consecuencias para nuestra vida en paz, el trabajo, desarrollo y futuro de la nación española o lo que es lo mismo: la seguridad nacional.

Esta afirmación requiere argumentos, pero para empezar hay una prueba aplastante: si no mintiese en materia de Defensa, en materia militar, él y su Gobierno caerían de inmediato por lo que se ve obligado a jugar con la retórica de la palabra.

La Defensa, con mayúscula, crea un abismo insalvable entre el presidente del Gobierno y los socios que lo mantienen a pesar de que entre ellos militaba un antiguo Jefe de Estado Mayor de la Defensa de España.

Dicho esto, los argumentos empiezan a tomar solidez sin tener que recurrir a esas cosas de nuestro presidente «Sobra el ministerio de Defensa», o de algún exministro del ramo «Prefiero morir a matar», peroratas muy acordes a la actual situación en la frontera con nuestros aliados europeos y de la OTAN.

El resto del argumentario no exige mayor esfuerzo que el de recurrir a los datos que no por conocidos son entendidos. Dicen los artilleros que solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena. Nunca da tiempo a oír el trueno porque el rayo ya te ha fulminado: la guerra por ejemplo.

Todos los países de la Alianza Atlántica han hecho un gran esfuerzo para irse ajustando a los compromisos de la Cumbre de Gales (2014) asumiendo la responsabilidad de alcanzar el 2% del PIB en materia de Defensa. Lo provocó la invasión de Crimea. De los veintiocho miembros sólo cumplían el porcentaje tres, y en estos momentos son 13 los que ya lo cumplen. España no. España ha empeorado y es el penúltimo de los países en dotación presupuestaria en materia de Seguridad y Defensa de los países de la OTAN. Eso sí, participamos en casi todas las misiones.

La reacción de Rusia ante el órdago de la OTAN es evidente: invasión de Ucrania ante el privilegiado palco de la Alianza Atlántica que con su impertinente 2% contempla.

La OTAN ha dejado pasar el tiempo navegando en burocracia sin interpretar papel alguno, y con una más que dudosa reacción eficaz.

Esto ha hecho que muchas naciones de la Alianza examinen a sus Fuerzas Armadas y tomen decisiones drásticas en su propia Defensa, decisiones desiguales como consecuencia del lugar geográfico de cada una y su proximidad ante el peligro. No es lo mismo ser Portugal que Polonia.

De entrada, en una estrategia defensiva, lo más acertado es atender a la propia defensa primero, ser fuerte individualmente para tener peso en el marco de la Alianza colectiva. Si eres débil, o tibio, se lo pensarán dos veces antes de echarte una mano.

Internacionalmente las alianzas se mantiene bajo dos razones: las económicas y sobre todo las militares, base firme para mantener las primeras.

El aún caliente anuncio del canciller alemán Olaf Scholz de dar un giro rotundo a su política de Defensa prometiendo una inversión de 100.000 millones de euros y elevar al 2% del PIB su presupuesto defensivo, abre una nueva perspectiva en el conjunto de la Defensa Europea, algo que languidecía envuelto en una OTAN sin renovación y en busca de su perdida brújula estratégica. No ha quedado tampoco al margen el debate sobre la recuperación del servicio militar obligatorio. Su nueva política incluye también parar (provisionalmente) el gasoducto Nortd Stream 2, que estaba a punto de empezar a bombear gas ruso hacia Alemania, lo que era una individualidad económica y de «Defensa energética» difícil de entender en el marco de la UE, de la Alianza, y que situaba a Alemania en una dudosa posición dominante.

No parece que vaya a ser solo Alemania la que aumente su contribución a la Defensa individual ¿y colectiva? desde la Alianza atlántica. Otros países se lo plantean y el servicio militar obligatorio vuelve a aparecer en el horizonte.

España ha pretendido hacer ver que adopta la postura de otras naciones europeas con el canto al sol del presidente diciendo que va a aumentar el gasto en Defensa hasta llegar a invertir el 2% del PIB en Defensa (el actual ronda el 1,2 %). Sería un ejercicio de responsabilidad política que le costaría la presidencia. Eso nunca lo pondrá en juego. Antes muerto que sencillo.

El asunto tan manido del 2% del PIB creo que es una simple escala de medida que dice poco y es necesario interpretar. Una vara de medir, pero no es sintomático ni responde a conceptos operativos para el conjunto.

Una Alianza militar defensiva es el instrumento que tiene la política para la gestión de la misma con otros medios, de peculiar naturaleza. Para su eficacia parece de sentido común hacer un análisis profundo, estratégico-político y militar, en el que se contemple la posición geográfica y posibilidades económicas de cada Estado miembro y como consecuencia marcar las misiones y medios con los que cada nación debe contribuir para una eficaz disuasión o, en su caso, intervención. Si alguna nación por su situación económica no pudiese asumir el esfuerzo solicitado para eso está la Alianza que cubra las debilidades con los más fuertes. Lo del PIB es una forma de hablar sin decir nada y una muestra más de una Alianza debilitada por sus propios miembros que entienden de manera distinta el concepto de Defensa y en la que no todos perciben de igual manera el riesgo o amenaza.

El proceso de España en su caminar junto a la Alianza ha sido complejo y no siempre camino de rosas. Ni Adolfo Suárez («síndrome del Estrecho de Ormuz») estaba ni se le esperaba y Felipe González seguía la política de su partido: «se declara hostil a la existencia de bloques militares».

España se convirtió en el miembro número 16 de la OTAN el 30 de mayo de 1982 con el Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo y en marzo de 1986, tras un referéndum consultivo en el que ganó el “SÍ”, inició su participación en todos los comités y grupos de trabajo, con excepción de la estructura militar. La plena incorporación de España en la estructura militar integrada tuvo lugar el 1 de enero de 1999.

En la historia de la OTAN jamás el presidente del Comité Militar ha sido un oficial general español, por mucho que lo hemos intentado. ¿Por qué?

España sigue estando en la cola de un tren que está en proceso de cambiar la máquina y que busca una nueva energía que lo impulse.

Seguimos con el pensamiento de unos ejércitos convertidos en una gran ONG con pistolas. Los comunistas están en el Gobierno. Uno fue Jefe del Estado Mayor de la Defensa.

Decía S.M. el Rey en la reciente Pascua Militar 2022 «De cara este año 2022, quiero subrayar especialmente la celebración en España, el próximo mes de junio, de una nueva Cumbre de la OTAN. Será 25 años después de la celebrada en Madrid en 1997, en la que se afrontó el escenario estratégico que se abría tras la caída del muro de Berlín.

Esta Cumbre, como sabéis, llega en un momento crucial para los planes y la orientación estratégica de los próximos años; pero, además, representa un importante reconocimiento al compromiso de España con la OTAN y al extraordinario papel de nuestras tropas encuadradas en las misiones y estructuras de la Alianza».

Las naciones occidentales deben pensar muy en serio el panorama ofensivo/defensivo que tienen por delante. La amenaza es patente. Nadie quiere hacer uso de la palabra guerra, pero hay que estar preparado para la posible «guerra que viene». Hasta ahora tenemos dos borrones inexplicados: la retirada de Afganistán y Crimea, el antecedente de Ucrania.

Ahora es Ucrania, puede ser el Báltico, Taiwán, Venezuela, Cuba, el Sahara, el Sahel, el Pacífico, o Argelia; incluso Chipre. O un iglú en Alaska. Vaya usted a saber, porque no hay lugar en el mundo en el que se pueda estar tranquilo.

Llevamos más de diez años sin invertir en Defensa lo que ha creado una situación crítica en las Fuerzas Armadas. La carrera de la modernización será muy larga. Un Gobierno social-comunista no va a iniciarla. Seguiremos con el desarrollo de la gran ONG.

España está perdida entre la burocracia de mandos enfrascados en burocracia otanista y el desprecio político a la Defensa de España y sus amenazas. Las encuestas dan elevados porcentajes de españoles dispuestos a defender Ucrania. A morir por ella. Aquí, mientras la destruimos en un proceso independentista apoyado desde dentro y fuera y abrimos las puertas del sur, nadie está dispuesto a morir en defensa de la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional. Ni siquiera el Gobierno. Es evidente que el enemigo somos nosotros mismos. Ante eso nada que hacer. Educar o reinventarnos con leyes de memoria.

En tiempos de bonanza conviene tener siempre la espada a mano. Ser pacífico es saber cuál es el camino de la paz que pasa por invertir en Defensa y tener credibilidad a la hora de que un potencial enemigo analice tu postura y visto lo visto decida atacar.

No podemos olvidarnos de las ciudades españolas de Ceuta, Melilla y Peñones. Están amenazados y la OTAN no se pronuncia con claridad. El proceso de entrega y rendición se acaba de iniciar. El presidente del Gobierno nos acaba de poner a los pies de los caballos. Un autócrata se examina así mismo cuando la luz no le permite distinguir el hilo blanco del negro.

¿Cuántos años pasarán para que entreguemos esa parte del territorio español? La integridad territorial está en venta.

¿Gibraltar?: otro día.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

 

 

SOLDADITO ESPAÑOL General de División (R) Rafael Dávila Álvarez

Soldados españoles en Letonia

Con paso doble marchaban los soldados convertida su aventura en danza popular de aquella guerra que hacía el pueblo con los hijos de sus entrañas: Cuba, Filipinas, África. Al mal tiempo buena cara, con pasodoble incluido, en honor de los que solo volverían muertos en campaña: Soldadito español, soldadito de España

La guerra ya no es algo popular, se ha profesionalizado y así el oficio de soldado se aleja del conjunto social, aunque siga siendo el mismo, con las mismas glorias y penas del pasado, con su grandeza y su enorme pobreza. Hace mucho tiempo que los soldados dejaron de ser algo próximo y conocido. Nadie ya les hace un pasodoble ni su nombre aparece en las portadas. Solo cuando truena; literal. El resto, la guerra, es algo alejado hasta del lenguaje castrense más puro y académico, reducido a melifluos términos más acordes con la hipocresía global: riesgo, amenaza, conflicto, enfrentamiento, adversario, el malo contra el bueno, y un sinfín de términos que eluden la realidad que todo lo engloba: la guerra.

Ahí está. Ahí está.

Evitamos pronunciar lo inevitable: llamar a las cosas por su nombre.

La recién aprobada Estrategia de Seguridad Nacional 2021 recoge, de pasada, la palabra guerra cinco veces; como en un afán de eludirla. El conjunto del documento prioritario de nuestra Defensa es una serie de divagaciones sobre un mundo novelado donde abunda la prosa anglosajona de difícil asimilación; seguramente para confundir al enemigo.

La guerra puede haber variado en sus procedimientos, pero sus honduras responden a los mismos pesares de la condición humana. Miguel de Cervantes: «Calla amigo Sancho, que las cosas de la guerra, más que otras, están sujetas a continua mudanza».

Evaristo San Miguel, general, político e historiador: «Organizar la fuerza armada de tal modo que hallándose siempre pronta a combatir con los enemigos interiores y exteriores del estado, nunca pueda moralmente ponerse encima de las leyes».

Permanentes cambios, enemigos interiores y exteriores: la inevitable guerra que se enmascara de mil formas y cambia su aspecto, su nombre.

La paz, nos dice Spinoza, es «no la ausencia de la guerra, […] Es una virtud, un estado mental, una disposición en pro de la benevolencia, la confianza, la justicia».

La guerra se disfraza en este continuo carnaval. Heráclito de Éfeso afirmaba como postulado fundacional, que «la guerra es el padre y el señor de todas las cosas. Y a unos hace libres y a los otros siervos». Inevitable.

Nos enseña la doctrina militar que «La tradicional frontera entre guerra y paz se difumina dificultando la identificación del final de dichos conflictos con la concepción clásica de victoria o derrota». Ahora ahí está.

Si no entendemos todo esto nunca adivinaremos la guerra del futuro —que puede haber ya estallado— y seguiremos anclados en el pensamiento de guerras pasadas.

Avisaba Clausewitz del peligro de que con un conocimiento imperfecto de los hechos creamos que «exista un desarme artístico del adversario sin causarle demasiadas heridas, y que tal sea la verdadera tendencia del arte de la guerra». Más claro si cabe: «Los errores que se dejan subsistir por benignidad son, precisamente los más perjudiciales».

Indefinición, efectos inconmensurables, inminente peligro. No nos confiemos.

Estos días con motivo del ataque de Rusia a Ucrania es recurrente hablar de despliegues y armamento, pero poco de los soldados que despliegan en el marco de la OTAN.  Heroico pueblo el ucraniano que se une ante la invasión que pretende cortar su libertad. Detrás, en su retaguardia, están los soldados de la OTAN, los de España.

¿Quiénes son esos soldados? Profesionales que se preparan para una trascendental misión por encima de cualquier otra. Dejémonos de eufemismos: la guerra.

La nobleza y grandeza de una nación se mide también por el cuidado de sus tropas, por no abandonar nunca a sus soldados. «El legionario romano juraba que había de servir a la República por tiempo de veinte años, si cumplidos estos continuaba en el servicio voluntariamente le distinguían con el nombre, honor y utilidad de veterano. Si dejaba el servicio le daban su licencia, que llamaban ejautoramentum, y el peculio castrense que le correspondía para que viviese con comodidad el resto de su vida» (Flavio Vegecio Renato, Instituciones Militares).

La preparación de un soldado es cada vez más especializada y requiere una forma de pensar y actuar que nada tiene que ver con otras profesiones. Es el único oficio donde se ofrenda la vida si necesario fuera. Donde el soldado es la pieza decisiva.

Suenan los tambores de guerra. ¿Y nuestros soldados? Inmersos en este cambiante escenario. Allí donde nadie quiere mirar ni pensar, están ellos. Ahora no se trata de pandemia, ni de la lava de un volcán, ni de incendios ni nevadas. Es el frente de guerra. En primera línea.

Los responsables políticos de nuestras Fuerzas Armadas sacan pecho exhibiendo nuestra preparación y adecuadas armas para junto a nuestros aliados hacer frente a cualquier contingencia en Europa o allí donde se nos reclame. Podemos certificar que nuestros soldados poseen una preparación y un espíritu que está entre los mejores del mundo. No hay la menor duda.

La duda surge de un problema lejano del que nadie quiere hacerse responsable y todos miran con recelo.

El planteamiento inicial para la profesionalización de los ejércitos escondió los gravísimos problemas que trajo la supresión del servicio militar obligatorio. En pocos años las unidades quedaron bajo mínimos y en algún caso sin operatividad. Profesionalidad equivalía a temporalidad, sin futuro, ni más salida que la de la puerta del cuartel y un infinito desagradecimiento. Los años de bonanza económica dejaron al descubierto los grandes errores cometidos. Ejércitos vacíos; buques sin tripulaciones, aviones sin volar y armamento sin soldados. Los Cuarteles cerrados y vendidos a precio de saldo.

Pretendíamos tener soldados a bajo precio y corto tiempo. Mano de obra barata y silenciosa. Unos años de esfuerzo, sacrificio y una despedida rápida y sin futuro.

La crisis económica hizo que de nuevo aumentasen las solicitudes para ser soldado. Pero la solución al futuro sigue sin llegar.

En época de crisis no hace mudanza. Cierto. Pero cuando veas las barbas de tu vecino cortar…

Lo único que sigue intacto es su espíritu y disponibilidad. La guerra llama a nuestras puertas y ellos están para recibirla. Son nuestros soldados.

Amós de Escalante nos hizo vibrar con una de las mejores definiciones de nuestro soldado, que merece nuestro recuerdo y compañía en estos momentos de incertidumbre. Aunque no sea con un pasodoble.

«No hay a su duro pie risco vedado;

sueño no ha menester, treguas no quiere;

donde le llevan va; jamás cansado

ni el bien le asombra ni el desdén le hiere:

sumiso, valeroso, resignado

obedece, pelea, triunfa y muere».

Nada impide, sino que exige el recuerdo y reconocimiento a nuestros soldados, pensar en ellos; y su labor aquí y allí, en la guerra.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

P.D. No puedo evitar recordar la irresponsabilidad del que por un puñado de votos dijo: «Sobra el Ministerio de Defensa» y aún tiene la desfachatez de hacerse una foto con ellos en el frente.

Blog: generaldavila.com

10 marzo 2022

MEDALLA PARA LOS QUE HICIERON EL SERVICIO MILITAR (LA MILI) Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Uno de mis amables lectores me envía un correo a raíz de mi artículo sobre las medallas de Campaña y Operación Balmis. Textualmente dice:

«Bonitas y muy merecidas medallas. Lo que encuentro a faltar es una medalla del Servicio Militar. Muchos entregamos casi dos años de nuestras vidas, sin cobrar, trabajando para las FFAA. En único reconocimiento recibido, fue la entrega de la cartilla militar. A los voluntarios, como éramos pocos, no nos hacían ni fiesta de despedida. Me parece lamentable el poco reconocimiento que el Estado y sus FFAA han tenido con el personal procedente del Servicio Militar. Muy atentamente».

Me habrán leído en alguna ocasión: La Institución militar es desagradecida. Quizá deba serlo, pero este antiguo soldado tiene razón. Cada día que pasa más razón y menos los que no dan (no dimos) un paso para ese reconocimiento. El valor de una condecoración estriba únicamente en sentirse merecedor de ella. Muchos las llevan sabiendo que no lo son. La Medalla honra al que la lleva, pero este la lleva por haberla honrado. Los soldados de reemplazo honraron con creces a su Patria y lo siguen haciendo en el recuerdo a su servicio ejemplar.

Los que hicieron el Servicio Militar obligatorio, todos, se merecen esa condecoración del agradecimiento de la Patria. Una medalla que acoge y aúna un sentido del servicio desprendido y generoso que no puede ni debe olvidarse jamás.

Todavía estamos a tiempo. Se cumplen, en 2021, veinte años de aquel ‹‹Señoras y señores, se acabó la mili››. Buen momento para recapacitar y acordarse de aquellos soldados que vinieron, sirvieron, y se fueron casi sin el agradecimiento de su Patria.

La «mili» es algo que, en muchos casos, se añora y une, además de seguir reuniendo a muchos de aquellos soldados alrededor de valores como el compañerismo y la amistad.

Como sé que el ministerio de Defensa y su titular ni acordarse quieren de aquello, a pesar del desaguisado que entre todos han hecho con la Reserva Voluntaria, para tapar su incompetencia y de camino engañar al artículo 30 de la Constitución, lanzo estas palabras  por si, en un despiste, se le ocurre a la Cúpula Militar, dar un paso al frente y hacer algo en ese cumpleaños. Veinte años merecen un Acto señalado; y bueno sería articular un procedimiento para reconocer, uno a uno, a todos los que han servido a España desde el Servicio Militar obligatorio. No es un procedimiento complicado, sino de voluntad política y en este caso también militar.

Vaya mi reconocimiento a todos ellos.

Fuisteis grandes soldados y sois grandes españoles.

 Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Abuelo ¿qué es la mili?

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25 octubre 2020

 

VETERANOS DEL EJÉRCITO DEL AIRE General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Nunca debemos olvidar a aquellos españoles que hicieron el Servicio Militar obligatorio en nuestros Ejércitos y Armada. Su servicio además de impecable ha sido un ejemplo en el conjunto de los ejércitos del mundo. No siempre se recuerda. Esta Institución nuestra, tan querida, las Fuerzas Armadas, no suele ser de las más agradecidas. Recuerda aquello tan legionario: <<Os lo debemos todo, pero nada os daremos>>. Eso está muy bien, pero mejor si de vez en cuando, al menos, te dan una palmadita en la espalda.

Siempre me ha llamado la atención el espíritu y entrega de aquellos soldados de la mili obligatoria. Inmejorables.

Hace no mucho tiempo, un grupo de veteranos me llamó para asistir a una de sus celebraciones; era la Agrupación de Veteranos de la Base Aérea de Torrejón, Ala 12.

¡Cómo iba a negarme! Era una llamada al deber, un ¡A mí la Legión! que entre soldados sabemos lo que significa.

Allí estaban reunidos tratando sus añoranzas, su presente y su futuro, alrededor de su veteranía y sobre todo de su Patria, su Bandera y su Ejército del Aire. Actualizando y poniendo en orden ese infinito amor a España que desde que vistieron el uniforme azul  jamás han abandonado.

La edad no cuenta y estaban el más veterano y el más reciente, que da lo mismo en cantidad y calidad de servicio. Este general, y todos, tiene mucho que aprender de un soldado, y siempre se está a tiempo, incluso ya retirado; esa permanencia, unidad y añoranza es una de las enseñanzas que todos deberíamos perseguir.

Quedé sorprendido. Yo no era nadie al lado de aquel grupo cohesionado, unido por el servicio, eran todo milicia, mucho más que un general, un ejemplo de vida militar. Uniformados con su veteranía y sus ropas distinguidas de los veteranos, impecables, respetuosos, en perfecto estado de revista.

Pensé en los buenos jefes que tuvieron, seguro, no hay duda, y me dije ¡qué gran labor cuando la semilla cae en fértil tierra!

Después almorzamos juntos y quedamos unidos para siempre. Soldados del Ejército del Aire, con su presidente, vicepresidente, organizados, seguros de su futuro y, quizá, sin ser conscientes del todo del enorme servicio que siguen prestando con esa ejemplaridad de vida que seguro transmiten en sus familias y trabajo.

Gracias soldados. Os debo este reconocimiento. Muchas veces en el olvido, pero es bueno que sepamos que como estos soldados de Ejército del Aire, hay muchos que quedaron por su mili unidos y siguen así después de muchos años, recordando, sintiendo y amando España y a sus Fuerzas Armadas. Allí les enseñaron y ellos ahora a los demás nos enseñan con su ejemplo.

Soldados, Agrupación de Veteranos de la Base Aérea de Torrejón: Vuestro espíritu me ha hecho soñar en el vuelo eterno del indomable espíritu de ser español, de ser soldado de Tierra, Mar o Aire, simplemente eso, la grandeza de ser español. Y si encima se ha sido soldado.

Gracia amigos, Soldados Veteranos de esa admirable Agrupación.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

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SER SOLDADO PROFESIONAL EN ESPAÑA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

<<El legionario romano juraba que había de servir a la República por tiempo de veinte años, si cumplidos estos continuaba en el servicio voluntariamente le distinguían con el nombre, honor y utilidad de veterano. Si dejaba el servicio le daban su licencia, que llamaban ejautoramentum, y el peculio castrense que le correspondía para que viviese con comodidad el resto de su vida>> (Nota en el libro de Flavio Vegecio Renato, Instituciones Militares).

El oficio de soldado es penoso; las armas pesadas, mucho el riesgo, la vida activa corta, los premios, si llegan, lo hacen tarde, y la disciplina es muy severa; todo como debe ser.

<<Señoras y señores, se acaba la mili>>, marzo de 2001, Federico Trillo entonces ministro de Defensa. Ya nadie lo recuerda a pesar de ser un hito histórico de enorme transcendencia. Mejor dejarlo estar; cosas de nostálgicos.

¿Para bien o para mal? Depende. Posibles: <<Posibilidad, facultad, medios disponibles para hacer algo>>. Puede ser eficaz y bueno o una sangría para la nación. Ya es irreversible, casi indiscutible. No hay marcha atrás a no ser que… Pues a lo hecho pecho, pero conociendo lo hecho.

Hay que pensar y analizar.

¿En qué condiciones se adoptan compromisos con los aliados? No es a todo a cambio de no subir el presupuesto de Defensa. El equilibrio entre lo de dentro y lo de fuera es como la copa del árbol y sus raíces, una proporción necesaria; que tanto seca el árbol por cortar raíces como por podar en demasía. <<Hace mal empleo de sus fuerzas el que las mantiene en un sitio en número superior al que la acción enemiga exige…> (Clausewitz), pero no es menos cierto que mayor error es mantener otras inactivas y desarmadas.

<<No hay actividad humana alguna que esté en tan constante y general contacto con el azar que la guerra>> (Clausewitz). ¿Alguien ha pensado en el azar? Suele ser un soldado desconocido el que ataca sin avisar, sin decir el día ni la hora, en el momento menos esperado. Un soldado es un Ejército.

Se acabó la mili. Han pasado años. Camino de los veinte; no queda ni polémica. No interesa. Tan es así que no hay estudios rigurosos que permitan hacer una valoración de lo que ha supuesto el cambio. Ni en las Fuerzas Armadas, que yo sepa, ha habido un seguimiento que con rigor intelectual nos muestre la evolución, consecuencias y conclusiones de la suspensión del servicio militar y, así, poder en un momento determinado introducir las correcciones necesarias. ¿A quién le importa?

La guerra es incertidumbre, el futuro es incertidumbre, la imprevisión es la derrota; casi siempre. Ser pobre y querer vivir como un rico es imprevisión y derrota.

No está todo dicho sobre servicio militar obligatorio o profesional; con rigor. No hay marcha atrás, pero ha habido improvisación, interés político, frivolidad. Nunca hubo asesoramiento, informes, consejos, del Mando militar al que se tuvo al margen y se le dio hecha la suspensión del servicio militar con graves consecuencias en la operatividad de los ejércitos que bien podemos decir dejaron a España indefensa durante años. A ello se unió la terrible crisis económica que ha dejado a los ejércitos de España en una situación de mínimos, de la que poco o nada se habla, sin que se hayan tomado las medidas adecuadas para ir actualizando y poniendo al día en función de nuestros compromisos con nuestros aliados y los propios internos (olvidados). Esto no es popular ni registra interés mediático alguno a pesar de las palabras que muy de vez en cuando se oyen dese la milicia. Pero es nuestra seguridad y nuestra posición y fuerza en el mundo. No solo militar, también económica.

Los españoles tienen una magnífica opinión de sus ejércitos por su entrega y buen hacer. De alguna manera esa opinión es injusta porque se queda en la epidermis sin penetrar en las entrañas de las enormes dificultades que presentan unos ejércitos profesionales, los nuestros en concreto. En este blog se han analizado exhaustivamente. Nadie habla de ellas y caminamos como si pudiésemos afrontar interior y exteriormente todas las situaciones mientras los ejércitos se empobrecen y carecen de los necesarios materiales. Incluso de las mínimas atenciones. El campo de la escasez abarca desde lo doméstico hasta los aviones o buques más complejos. De lo mínimo a lo máximo. Nada es insignificante. Soldados bien disciplinados, y mejor mandados, derrotan a los de mayor número; cuando saben que tiene una retaguardia que les alienta y que no confunde el casco que sirve para la defensa con el que sirve para el adorno.

Hemos entrado ya en un proceso por el que de aquí a unos años (2036) aproximadamente unos 50.0000 soldados profesionales tendrán que abandonar los ejércitos de España al haber cumplido los 45 años. El ministerio de Defensa hace esfuerzos en distintos campos para paliar la gravedad del asunto que afecta a familias sacrificadas por la dura vida de soldado. La solución no es fácil. Por que se acude a la improvisación. Soluciones de urgencia que no serán definitivas. Es un problema de la nación que todos los partidos, sin intereses propios, deberían contemplar.

Ser soldado profesional en España, hoy, constituye una inseguridad que no debemos permitirnos. Las encuestas de satisfacción no pueden ocultar la realidad de nuestros soldados profesionales. Es urgente encontrar soluciones. Desde lo más pequeño a lo más grande.

<<Si supieran ustedes distinguir la parte del casco que sirve para la defensa de la que sirve para el adorno>>.

<<… Si dejaba el servicio le daban su licencia, que llamaban ejautoramentum, y el peculio castrense que le correspondía para que viviese con comodidad el resto de su vida>>.

Como a nuestros soldados.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

9 septiembre 2019

ABUELO, ¿QUE ES LA MILI? General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Me ha sorprendido la pregunta. Mi nieta tiene 15 años y nunca la he visto interesada por los temas militares. En cierta ocasión les conté que cuando era más pequeñita, yo mandaba la Legión, dijo en el colegio que su abuelo era “cojonario”, lo que sorprendió a su tutora a la que hubo que explicar el significado y el porqué de aquél término. Fue la única aproximación al mundo militar que he percibido en ella, por lo que la pregunta,que ahora de sopetón me ha lanzado, además de sorprenderme me ha hecho reflexionar.
Quizá recuerden aquella frase: “Señoras y señores, se acaba la mili”; fue histórica en el año 2001, pero ya es sólo eso, historia olvidada. Anunciaba el fin del servicio militar obligatorio, la famosa «mili«, y significó un cambio de mayor trascendencia del que nos imaginamos.No pretendo hoy valorar los aspectos positivos o negativos de aquella medida; me limitaré a contestar a mi nieta y de camino puede ser que les aclare algún concepto. Suspender el servicio militar obligatorio pudo ser adecuado pero se hizo con imprudente precipitación, sin un estudio previo y riguroso. 99p00xComo es costumbre en España, la medida se adoptó por razones electoralistas, de partido y, para más inri, de manera casual. Ocurrió lo que desde el mando militar se temía, una grave crisis operativa en las Fuerzas Armadas con consecuencias de todo tipo y no sólo por la falta de personal. Pero lo peor de todo es que nos ha dejado ante un claro y flagrante incumplimiento de un derecho constitucional. En contra de lo que se cree el servicio militar no está suprimido sino suspendido. Nadie puede suprimirlo mientras no se modifique la Constitución.
El servicio militar obligatorio ya figuraba en nuestra Constitución de 1812…»Ningún español podrá excusarse del servicio militar cuando y en la forma que fuese llamado por la ley», decía su artículo 361. Esta prestación fue recogida en las sucesivas constituciones y en contra de lo que se piensa sigue vigente en la actual.
Lo que es novedoso en nuestra actual Constitución es considerar la participación de todos en la defensa nacional como un derecho y no sólo un deber.
La Defensa Nacional ha dejado de entenderse un asunto exclusivo de los ejércitos y ahora debe contemplarse como un derecho-deber de todos los españoles.
Dice el artículo 30 de la actual Constitución:
1. Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España.
2. La ley fijará las obligaciones militares de los españoles y regulará, con las debidas garantías, la objeción de conciencia, así como las demás causas de exención del servicio militar obligatorio, pudiendo imponer, en su caso, una prestación social sustitutoria.
3. Podrá establecerse un servicio civil para el cumplimiento de fines de interés general.
4. Mediante ley podrán regularse los deberes de los ciudadanos en los casos de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública.
images«Deber de defender a España» y «derecho de defender a España«, son un mandato constitucional. El derecho implica la imposibilidad de ser discriminado en el ejercicio de las obligaciones derivadas de ese deber así como la imposibilidad de discriminar a cualquier español en el acceso a las Fuerzas Armadas o a otros cuerpos que participan en la defensa de España.¿Alguien me puede explicar como se está cumpliendo este derecho y deber constitucional?
El reservismo no ha logrado dar respuesta al mismo y se ha convertido en algo testimonial sin la necesaria voluntad para desarrollar las enormes posibilidades que ofrece. Escasas las plazas de reservistas, escasas las posibilidades de lograr una, y escaso interés en financiarlo y desarrollarlo. No existe reserva alguna que responda a las necesidades de movilización y la que hay a base del personal profesional licenciado está sin una regulación eficaz y probada.
La actual situación no permite cumplir con el deber de cualquier español de defender a España y menos exigirlo comoimages (1) derecho. Podemos admitir que el servicio militar no venga impuesto por la Constitución y sea sólo una de las posibles obligaciones que el legislador puede utilizar como instrumento para la defensa de España y así entender la actual suspensión, no supresión, de la prestación del servicio militar. Pero lo que no podemos admitir es que el derecho de defender a España que recoge taxativamente el artículo 30 se haya liquidado con una ley de reservistas que limita esta posibilidad a unos cuantos y con enormes limitaciones.
Alicante, 28-10-12No pretendo volver al sistema de servicio militar obligatorio. Me limito a pedir una regulación seria y eficaz del artículo 30 de nuestra Constitución que permita a los miles de españoles que quieren defender a España desde las Fuerzas Armadas, hacerlo sin más limitación que las necesidades que la Defensa exijan.
Los procedimientos para ello existen y los beneficios que se obtendrían para las Fuerzas Armadas aseguran su rentabilidad. La historia militar de España, y la de sus héores, está hecha a base de soldados de reemplazo, del servicio militar obligatorio, que han demostrado con creces su eficacia y enorme valor y capacidad.
Hoy suspendida esa posibilidad el soldado español sigue, ahora como profesional, brillando en el mundo entero.
Hay vocación en los españoles, vocación de servicio y amor a los ejércitos. Hay deseos que hoy no se pueden cumplir a pesar de ser un mandato constitucional. Hay muchos jóvenes que quieren ser soldados.

La disposición permanente para defender a España, incluso con la entrega de la vida cuando fuera necesario, constituye el primer y más fundamental deber de un soldado.
fotonoticia_20140515101131_644Ninguna otra profesión te exige tanto como tener que dar la vida. Y a eso no se acude solo por interés económico.
Pero además de abrazar la profesión militar como soldado profesional, hay muchos españoles dispuestos a pasar un periodo de su vida, aunque sea breve, en las Fuerzas Armadas y convivir y vivir alrededor de unas virtudes y valores que enriquecerán su sentido de la vida. Y no sólo por unos haberes, que se merecen y altos, sino por servicio a su Patria. El soldado español, el profesional o el del servicio militar obligatorio, no son contratados que sirvan a cualquiera que les pague y no van a la guerra como obreros, sino a servir con su entrega y sacrificio a la vez que ganan gloria, triunfo, victorias y reputación. Ser soldado español es algo distinto a un puesto de trabajo y son muchos los españoles que aunque sea por un breve periodo de tiempo quisieran vivir así. La Constitución se lo exige y se lo permite. Alguien debería dar respuesta a tan noble derecho-deber.
Y he terminado diciéndole a mi nieta que al margen de las leyes y de los reglamentos, la mejor definición de lo que es servir en los ejércitos, del servicio militar, se dio hace ya muchos años… La dio un soldado de la infantería española, aquella a la que se definió como la mejor del mundo.
Todo lo que se salga de aquellos versos de Calderón, aunque lo digan las leyes, no es milicia sino otra cosa.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Este Ejército que ves…

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16 agosto 2018

SOLDADOS DE ESPAÑA ESTE EJÉRCITO QUE VES VAGO AL HIELO Y AL CALOR… General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

Este Ejército que ves…

El año 2001 de manera irresponsable, imprudente, inesperada, y con grave riesgo para la Defensa de España, se suprimió el Servicio Militar Obligatorio. Consecuencia de lo peligroso que se vuelven algunas negociaciones para obtener votos. No aprendemos y en ese juego se han puesto encima de la mesa vida y hacienda como si de una partida de póquer se tratara.

Desde aquella fecha las carencias de nuestros Ejércitos han ido en aumento sin que haya un horizonte de futuro que nos haga ser optimistas.

Las recientes declaraciones del Jefe del Estado Mayor de la Defensa con motivo del Día de las Fuerzas Armadas son preocupantes.

La operatividad de las Fuerzas Armadas al límite

‹‹La operatividad de las Fuerzas Armadas está probablemente al límite››.

Utilizar el adverbio ‹‹probablemente›› es un juego que hace el JEMAD  para despistar o rellenar, pero en boca del máximo responsable de los Ejércitos quiere decir ‹‹al límite››.

‹‹…hemos tenido que parar unidades››. Demoledor el panorama. El 40% de los vehículos están parados y hay buques que no pueden navegar.

Rotundo en su prospectiva: ‹‹Hay que blindar el gasto para romper el ciclo de que el gasto de Defensa dependa de quien esté en el Gobierno de turno››. A eso se le llama poner el dedo en la llaga, pero es predicar en el desierto.

Lo más acuciante dice el JEMAD son los sistemas de mando y control, de inteligencia y observación, el vehículo de ruedas 8×8 o las fragatas F-110 y el futuro avión de combate.

Todo eso está muy bien y así llevamos años entre la ingeniería financiera de algún ministro, al que el Tribunal Constitucional rechazó el uso del Decreto Ley para financiar los Programas Especiales de Armamento (PEA), la total desatención de otros o la exclusiva atención a las empresas de armamento. Como dice el JEMAD, depende del Gobierno de turno. Resultado: Situación límite y preocupante. Hay un Ejército y otro, o si lo prefieren uno partidos en dos. Uno con capacidades y preparado para operaciones y otro parado, aburrido, apagado y sin recursos ni para sobrevivir. Los dos son importantes y no hay uno sin el otro.

Aún a pesar de las carencias materiales los que hemos dedicado nuestra vida a esto de la Defensa sabemos muy bien que los recursos humanos son la clave de la capacidad de los Ejércitos.

Incorporación de los futuros soldados profesionales a los Centros de Formación

Tenemos que volver a aquella fecha, 2001, de la irresponsable suspensión del Servicio Militar Obligatorio.

La imprevisión pilló a los Ejércitos sin preparación para asumir el cambio de concepto lo que unido a la boyante situación económica dejo a las unidades vacías de personal y creó una situación de alarma cuyas consecuencias todavía se dejan notar. Nadie quería ser soldado. Llegó la crisis y aumentó de manera espectacular el número de aspirantes. Pero es un fenómeno temporal que volverá a desaparecer cuando las condiciones económicas sean distintas. Tenemos unos Ejércitos dependientes del empleo ya que no se ha solucionado con seriedad, a estas alturas, el mantenimiento y adecuación a la situación y futuro del recurso fundamental de los mismos: el humano. Quince años y seguimos igual. Captación, selección, enseñanza, instrucción, y sobre todo empeñarse en buscar el procedimiento para la reincorporación al mercado laboral de la tropa al finalizar su permanencia en los Ejércitos son retos sin finalizar, incluso alguno sin siquiera comenzar o erróneamente planteado.

La tropa profesional

Saco esto a colación porque en la aludida entrevista al JEMAD, -donde dice más de lo que se lee, incluso de lo que se le pregunta- se refiere al tema de la tropa profesional cuyo pase a la reserva está previsto al cumplir los 45 años y está ya ocurriendo y ocurrirá de manera masiva en breve.

Una situación que es sin duda la de mayor gravedad a la que se enfrentan los Ejércitos y que tiene un componente grave de responsabilidad por parte de los anteriores ministros que han abandonado el problema y con él a los soldados afectados. Lo hemos denunciado en numerosos artículos. La respuesta del JEMAD a esta cuestión es esperanzadora ya que por lo que se ve la ministra está ocupada y preocupada con el tema.

‹‹La ministra ha insistido en que debemos dar respuesta a este problema, que tiene un componente humano. Supongo que nadie pensó entonces en lo que ocurriría pasados 10 o 15 años, pero el momento ha llegado. Hay que solucionarlo y hacerlo compaginándolo con las necesidades de los ejércitos, porque un paracaidista con 45 años es poco operativo. Tenemos que hacer un esfuerzo y en eso estamos: buscando salidas dentro y fuera››.

Tropa profesional

Esperemos que no quede en la habitual retórica de una entrevista.

Los reservistas

Con ello no se puede olvidar la situación en la que nos encontramos de escasez por no decir ausencia total de reservistas. No los hay en número suficiente y dada la edad con la que pasan a la reserva los soldados profesionales si no pueden continuar como tales tampoco su incorporación como reservistas solucionaría el problema. Los reservistas voluntarios ya hemos comentado en ocasiones que es una fórmula sin desarrollar y que a pesar de su gran utilidad no resuelve el problema del reservismo ni el del deber y derecho de todo español a defender España.

Sabemos que el modelo de Enseñanza Superior en los Ejércitos se está reconsiderando para evitar la actual situación que deja en manos de civiles parte de la formación militar dedicando tiempo, mucho tiempo, a materias inservibles para el oficio de soldado. La idea está en marcha.

Pero para todo se requiere un tiempo que no tenemos. Hay quedarse prisa. No es que hayan quedado cosas por hacer sino algo mucho peor, se han hecho muchas cosas mal y hay que enmendarlas.

La actual situación estratégica y las amenazas que se ciernen por el mundo son suficientes luces de alarma para que nos tomemos en serio esto de la Defensa.

Hay necesidad, mucha necesidad y la primera es no dejar tirados a nuestros soldados, verdaderos protagonistas de la Defensa.

‹‹Supongo que nadie pensó entonces en lo que ocurriría pasados 10 o 15 años, pero el momento ha llegado›› dice el JEMAD. ¿Tendremos que seguir esperando?

Soldados de España

Hay que empezar. ¿Por dónde? Por la clave que son sus soldados.

Este Ejército que ves vago al hielo y al calor

General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

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3 junio 2017

EL CORONEL DEL HACHA, TRUMP Y THE MADMAN THEORY General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Trump y la Defensa y Seguridad

Hace años se contaba en cierto Regimiento del sur de España una historia difícil de creer, pero que con el paso del tiempo pude comprobar su veracidad. Una mañana, cuando el coronel del Regimiento llegaba al acuartelamiento no fue recibido como era reglamentario con la guardia formada y las novedades del oficial. En su lugar vio con sorpresa cómo se abalanzaba hacia él el teniente de guardia con un hacha en la mano. Aunque lo único que hizo fue dar gritos amenazantes, el coronel, por si las moscas, puso pies en polvorosa. El relevo del teniente fue inmediato y en lugar de arresto fue enviado al psiquiatra y retirado del servicio. Sus antecedentes nada reflejaban y entre los compañeros estaba visto como un hombre normal, cumplidor y buen oficial. El caso es que aquello corrió como la pólvora y como estas cosas tienen un componente que lleva a la imitación, hubo una buena temporada en la que los coroneles de los Regimientos no se las tenían todas consigo y tomaban precauciones al llegar por la mañana a la unidad de su mando. El teniente del hacha llegó a recuperarse de aquel ataque repentino y continuó con su carrera de manera feliz y brillante. Es decir nunca ocupó cargos de responsabilidad y cuando había que encargar algo difícil y complicado nadie recurría a él, que siempre vivió con el estigma ‹‹este es el del hacha››…, y vivió muy bien.

La teoría del hombre malo en Nixon

Es un caso práctico de la teoría del hombre malo que alcanzó el grado de internacional con el presidente Richard Nixon. La ‹‹Teoría del loco›› o The Madman Theory, se impuso en la política exterior del presidente americano y la estrategia del loco funcionó durante el tiempo que duró su presidencia.

La madre de todas las bombas

El caso es que le salió bien en sus relaciones internacionales y su amenaza fue más psicológica, de despiste, que real, pero muy efectiva.

El presidente Obama fue el hombre de la paz y dejó una herencia de las más bélicas conocidas. El estigma de hombre de paz solo ha servido para dejar un reguero de violencia por el mundo y sus decisiones  de retirada de ciertos escenarios han provocado más y más guerra.

Trump es impredecible. Ya empiezan a aplicarle la Madman Theory de Nixón, pero por lo que se ve, de tonto no tiene un pelo y loco no parece después de ver sus primeras decisiones en el campo de batalla.

Una lluvia de tomahawks sobre Siria y el lanzamiento de ‹‹la madre de todas las bombas›› sobre Afganistán han sido recibidos con aplausos y reverencias por todos sus aliados europeos de la OTAN e incluso de otros no tan aliados, pero muy interesados.

Trump pide y todos cumplen. El caso de la buenista y crítica Europa, la bien pagá, es especialmente significativo. Llegó el aviso. En este club de la OTAN a quien no paga no se le defiende. O pagáis vuestra defensa o me voy. Críticas. Pero todos han empezado a subir sus presupuestos de Defensa, a tomarse muy en serio lo del Ejército Europeo e incluso a plantearse la vuelta del Servicio Militar Obligatorio.

La economía de los Estados Unidos presenta buenos perspectivas, la reforma fiscal es aplaudida y el 94% de los que le votaron volverían a hacerlo de nuevo.

La OTAN despliega frente a Rusia

Trump no está loco ni se lo hace.

Trump no parece que esté loco ni tampoco se lo hace. Sabe  que es el Presidente de los Estados Unidos de América, conoce su responsabilidad y no juega con fuego sino con una realidad palpitante donde se ha emprendido una carrera desde la locura y hacia la locura. Es una carrera con muchos y peligrosos participantes. No es él el más loco de los participantes y por encima de todo no está dispuesto a que esta carrera la gane ningún chiflado que pueda poner el mundo patas arribas. En eso es el más cuerdo de todos.

Corea del Norte encabeza la carrera hacia la locura

Tendremos que ir pensando en otra teoría porque la de Nixon no encaja en su personalidad; tampoco la de Obama. Trump simplemente no se achanta y planta cara a los verdaderos madman que a cada instante dan muestras de su locura y tiene al mundo sobrecogido.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

4 mayo 2017

TROPA PROFESIONAL MÁS ALLÁ DE LOS 45 AÑOS General de División (R.) Juan Chicharro Ortega

Tropa profesional

Viene siendo noticia el desamparo en el que se encuentran algunos soldados profesionales al terminar su compromiso con las FAS al cumplir 45 años de edad. Viene siendo noticia que instituciones como Caritas Castrense o movimientos sociales como “Hogar Social” están haciéndose cargo de su manutención e incluso alojamiento. Desconozco el número de los afectados si bien con que sólo fuera uno sería algo ciertamente lamentable. Nos encontramos ante una situación que no es de recibo en una sociedad, como la española del siglo XXI, donde se ha alcanzado un “estado de bienestar” en teoría de los mejores del mundo y urgen por lo tanto medidas correctoras de esta situación.

El soldado debe saber que su Patria cuidará de él al igual que él ha cuidado de su Patria durante tantos años.

El soldado profesional se adhiere a las FAS mediante un compromiso inicial luego ampliado en su caso a otro de larga duración hasta que cumple 45 años de edad, momento en que se produce su desvinculación de los ejércitos tal y como prescribe la ley de tropa y marinería profesional

Después de servir a la Patria

Son muchas las propuestas que diferentes grupos, asociaciones y partidos políticos hacen para corregir y paliar lo que está sucediendo respecto al asunto sobre el que escribo hoy aquí.

Analizando el por qué se ha llegado hasta esta situación, y tomando como referencia la citada Ley, acude a mi memoria una anécdota real de hace más de 100 años después la guerra perdida en Cuba y Filipinas y es que cualquier estudioso de aquellos hechos sabe que la mayoría de las bajas de nuestro ejército se produjeron por enfermedades como la fiebre amarilla y la malaria y no por las balas del enemigo; cuando años más tarde una comisión española acudió a Cuba observó que las tropas norteamericanas habían superado dicho problema y asombrados se quedaron los comisionados al oír de los  mandos americanos que la solución había venido simplemente de la rigurosa aplicación de los propios reglamentos españoles.

Mucho me temo que la solución a los problemas hoy planteados por nuestros licenciados soldados tiene la misma solución.

Suspensión del Servicio Militar Obligatorio

Antes de seguir con la exposición de mi opinión es necesario tener presente algo obvio y es que aquellos que alegremente suspendieron el servicio militar obligatorio por motivos fundamentalmente electorales del momento no tuvieron en cuenta que el ejército profesional es muy caro, carísimo.   Sabemos de la precariedad del presupuesto que nuestra nación dedica a su defensa pero siendo esto grave lo es aún más el hecho de que hasta un 70% de este presupuesto se emplea en gastos de personal. Tenemos unas FAS con una entidad no acorde con los riesgos que acechan a nuestra Patria ni con los compromisos con la OTAN. Tenemos las FAS que sencillamente podemos tener con los medios económicos que se le asignan lo que obliga a hacer “encaje de bolillos” para mantener la operatividad requerida y a establecer todo tipo de prioridades respecto a los gastos dedicados al personal y entre estos a la entidad de la tropa profesional, unos 80000 hombres, y a los gastos que estos generan.

Soldado profesional

Dinero, dinero y dinero reclamaba Napoléon para la eficacia de su ejército. Y dinero es en parte lo que aquí se necesita para afrontar el problema objeto de estas breves líneas, pero no sólo dinero. También la voluntad de aplicar lo que se deriva de la citada Ley.

A ver, las principales reclamaciones, o propuestas si Vd. quiere, que los soldados afectados y los diferentes grupos que les apoyan hacen, son fundamentalmente las de buscar formas que posibiliten su permanencia en los ejércitos, las de poder tener acceso durante su permanencia en el servicio activo a una formación que posibilite su incorporación a la vida civil y otras de corte similar.

Y aquí retomo lo que apunté antes cuando hablaba de la aplicación de los reglamentos a propósito de lo sucedido en Cuba y Filipinas.

Ley de Tropa y Marinería Profesional

Por supuesto que son muchos los puestos en la Defensa de tipo administrativo o logístico que no requieren la forma física de un hombre de 30 años y así lo prevé la propia Ley de Tropa y Marinería Profesional.

Lean con atención lo que el artículo 12 de la citada Ley dice : .

1. Los militares profesionales de tropa y marinería que tengan suscrito un compromiso de larga duración podrán acceder a la condición de permanente en las plazas que se determinen en la provisión anual, conservando el empleo que tuvieran. Para participar en los correspondientes procesos de selección, se requerirá estar en posesión, como mínimo, de la titulación de técnico del sistema educativo general o equivalente, tener cumplidos catorce años de servicio activo desde su ingreso en las Fuerzas Armadas y las demás condiciones que se determinen reglamentariamente, y se valorará especialmente el empleo, los méritos profesionales y los años de servicios.

  1. Los militares profesionales de tropa y marinería, que tengan la condición de permanente, a partir de los 45 años de edad desempeñarán, preferentemente y de acuerdo con las necesidades de los Ejércitos, funciones logísticas y de apoyo a la Fuerza. Para ello, accederán a la enseñanza de perfeccionamiento que se requiera.”

Lo que ha sucedido y sucede es que sabemos que el número de plazas convocadas anualmente para ocupar estos puestos de permanencia son efímeros y seguramente no hay otra razón que la que se deriva de la precariedad antes citada de los presupuestos dedicados a este capítulo. Incidir sobre el número de soldados profesionales con carácter permanente afectaría sobre el total de la entidad de tropa profesional algo que con el presupuesto actual no es una solución apropiada seguramente.

Pero ya dije antes que la solución al problema objeto de estas líneas también debe venir de la decidida aplicación de lo que estipula la Ley como, por ejemplo, la colaboración de las administraciones públicas y así nos dice la Ley  en su artículo 20 que:

  1. El tiempo de servicios prestados en las Fuerzas Armadas como militar profesional de tropa y marinería se considerará como mérito en los sistemas de selección para el acceso a los cuerpos, escalas, plazas de funcionario y puestos de carácter laboral de las Administraciones públicas, en los términos que reglamentariamente se determinen, sin perjuicio de las competencias que ostenten las Comunidades Autónomas y Entes locales en materia del régimen estatutario de los funcionarios. Cuando las convocatorias de la Administración General del Estado reconozcan como mérito servicios previos incluirán, en todo caso, el tiempo de servicios prestados en las Fuerzas Armadas en las mismas condiciones y baremación que para dichos servicios previos se establece en la normativa vigente.
  2. El Ministerio de Defensa promoverá acuerdos de colaboración con las Administraciones autonómicas y locales para que en las convocatorias de acceso a las Policías Autonómicas y Locales se reserven plazas para los militares profesionales de tropa y marinería con más de 5 años de servicios, así como para incentivar la puesta en práctica de lo previsto en el apartado anterior.
  3. En las convocatorias para el acceso a cuerpos o escalas adscritos al Ministerio de Defensa e ingreso como personal laboral de dicho departamento y de sus organismos autónomos que se publiquen de acuerdo con la oferta de empleo público, se reservará, al menos, un 50 por ciento de las plazas para los militares profesionales de tropa y marinería que hayan cumplido, como mínimo, 5 años de tiempo de servicios.
  4. Para el acceso a la Escala Básica de Cabos y Guardias del Cuerpo de la Guardia Civil se reservará un 50 por ciento de las plazas para los militares profesionales de tropa y marinería que lleven 5 años de servicios como tales.
  5. Para el ingreso en la Escala Básica del Cuerpo Nacional de Policía se reservará, al menos, el 10 por ciento de las plazas para los militares profesionales de tropa y marinería que lleven 5 años de servicios como tales

Buscar soluciones para la tropa profesional

Somos soldados profesionales

¿Se cumplen acaso todas las buenas intenciones que el legislador expone en la Ley? Ya sabemos que sólo en una muy pequeña medida y es lamentable que esto sea así pues nos encontramos ante un inmenso campo de salida para nuestros soldados, en ningún caso ni explotado ni exigido con toda la fuerza del Estado. No parece que haya habido ni que haya voluntad por parte del Gobierno al efecto. Ya sabemos que en este desastroso y dilapidador sistema autonómico en el que nos encontramos no es fácil muchas veces el conseguir acuerdos ni colaboraciones fuera de las del propio interés de las comunidades y de los partidos políticos que las gobiernan; pues bien, en el caso concreto del que aquí hablamos sobran las prevenciones y es obligación del Estado el imponerse sí o sí.

Es necesario, no obstante, reconocer que la actual Ministra de Defensa ha dado unos pasos iniciales que invitan al optimismo y prueba de ello es la reciente disposición del pasado día 9 de febrero que establece  bases reguladoras para la concesión de becas y ayudas para la formación, durante la vida activa de militar, como medida de apoyo a la desvinculación voluntaria de los miembros de las Fuerzas Armadas, así como  el impulso al proyecto de «Aprovechamiento de capacidades profesionales del personal militar de las FF.AA.» conocido por sus siglas como SAPROMIL.

Bienvenidas sean estas medidas y nuestros mejores deseos a la Ministra que parece haber entendido el problema.

Todo cuanto se haga por aquellos que han servido con lealtad a su Patria es poco siempre. Adelante y recordemos que no hacen falta grandes medidas. Tan solo voluntad de servir a los que nos han servido y una buena manera es leerse simplemente la Ley y cumplirla.

JUAN CHICHARRO ORTEGA

GENERAL DE DIVISIÓN DE IM ( R .)

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4 abril 2017

¡SEÑORAS Y SEÑORES, VUELVE LA MILI! General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

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¡Vuelve la Mili! Monumento al soldado de reemplazo

No se asusten. No se alegren. Por ahora. Susto o alegría dependen de quién reciba la noticia. En contraposición a la frase del señor Trillo en 2001 ‹‹Señora y señores, se acabó la mili›› ahora podría volver la otra: ¡Vuelve la mili! En España no creo, aunque como bien saben la mili no está suprimida sino suspendida.

Decía Pericles que le asustaban más sus propios yerros que los aciertos del enemigo.

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Soldados del Ejército sueco

Suecia acaba de dar marcha atrás. Abandonó el servicio militar obligatorio en 2010 y a comienzos de 2018 se incorpora de nuevo el servicio obligatorio. Hombres y mujeres. No es por capricho. Nadie protesta y lo aceptan. Once meses de duración. Suecia no pertenece a la OTAN, pero se lo plantea y está próximo a ella. También está próxima a la zona caliente del Báltico. ¡Qué vienen los rusos!

Alemania también se plantea la posibilidad de la obligación militar. Francia está en ello, pero ¡ojo!, las elecciones mandan.

Obama, no Trump, permitió Georgia, Ucrania, Siria. El poder ruso y el sentimiento prorruso hicieron el resto. China permanece atenta. El abandono militar, aparente y económico, de los Estados Unidos a Europa han alertado a muchas naciones y a su OTAN. Un club en el que hay que pagar. De entrada despliegan en la frontera con Rusia. No soy un experto, pero creo que ese no es el lugar del conflicto, aunque todo depende de saber manejar los sentimientos ancestrales de los pueblos. Se empieza dándole fuego a la mecha de las protestas. Después se invaden la Repúblicas Bálticas, y hechos consumados. Reflexionen sobre eso.

Que los EE.UU. vuelvan a ganar guerras otra vez

Trump acaba de lanzar su arenga: ‹‹Que los Estados Unidos vuelvan a ganar guerras otra vez››. Tomen nota: Cincuenta y cuatro mil millones de dólares, un 10% más de lo hasta ahora presupuestado. Han perdido demasiadas guerras en los últimos años. Ahora solo se interesarán por la suya. Asia-Pacífico ya no se enseña en las escuelas; tampoco la diferencia que hay del sentido de la vida en un lugar u otro.

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Trump quiere volver a ganar las guerras

Supremacía de una política de defensa sobre una política de desarrollo. Podría ser que sea lo mismo.

El caso es que ya se están ocupadas las zonas de reunión y las bases de partida. Se ultiman los despliegues y todo está preparado para iniciar el  movimiento. Toma de contacto inicial y valoración. En eso está Trump cuando ha comenzado con la campaña mediática y psicológica. Es simplemente ver cómo responde el enemigo en los primeros escarceos.

La retórica es agresiva y de enfrentamiento y ante eso las naciones se arman. España debería hacerlo. Empezando con la conciencia y el presupuesto. Ambas cosas por ahora no se complementan; es imposible defenderse solo confiando en los otros. Cada uno tiene bastante con lo suyo. Es el nuevo mensaje que parece recorrer Europa.

Nuestro Flanco Sur y la OTAN

Nuestro flanco sur es débil. Un viento del desierto barre el norte de África sin saberse muy bien de donde viene y a donde va. Nacido en el Magreb ahora recorre el Oriente Medio arrastrando una peligrosa columna de arena movediza que amenaza con un cambio de paisaje. Las fronteras de Europa se llenan de centinelas que dan la alarma sin que la guardia responda. Silencio y preocupación. Mientras los Estados Unidos se cansa de ser la policía del mundo, Europa calla inmersa en una crisis económica y otra más fuerte y grave: espiritual e ideológica. Nadie responde y tímidamente se habla de un efecto dominó que llegue hasta Marruecos. Agentes de inteligencia, diplomáticos, expertos de salón y otros más listos, despliegan sus antenas y sus artes, buenas y malas, para intentar adivinar el futuro para con el tiempo significarse: ‹‹ya lo decía yo››.

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La OTAN y la MILI

Ceuta y Melilla. Centinelas de Europa

Los centinelas de Ceuta y Melilla deberían haber dado hace tiempo la voz de alarma. No se atreven porque la consigna fue dada en su día por quien frívolamente dijo: ‹‹La tierra no pertenece a nadie. Sólo al viento››. Y el viento del desierto sabe instalarse donde le facilitan la entrada. ‹‹Pase usted la tierra le pertenece››. Hoy llega arrastrando las quejas de una población sin trabajo ni libertades, pero la inocencia y la buena fe de los sacrificados  termina siendo aprovechado para otros intereses por los sibilinos jinetes que cabalgan tras la duna.

La radicalización que recorre África y el Oriente Medio no son ráfagas de viento, ni brisas mediterráneas, más bien son el preludio de una tormenta que tarde o temprano tendrá que estallar.

La frontera sur de Europa la guarnecen centinelas españoles. A Ceuta y Melilla llegan los vientos del desierto antes que a ningún otro lugar de España, es decir de Europa. Las bellas palabras se las lleva el viento y a los centinelas hay que cambiarles la consigna. El viento del desierto instala sus fronteras como quiere, máxime si los centinelas le dicen ‹‹Pase usted la tierra le pertenece››.

El buenismo, apelar a los derechos humanos, hablar de libertades, o replegarse con la táctica del avestruz, no resuelve los conflictos sino todo lo contrario. El terrorismo, crimen organizado, la corrupción y el autoritarismo se alimentan de ello. El problema lejos de disminuir avanza al compás de su población que se duplica cada 20 años. Es necesaria nuestra presencia allí y exportar seguridad, desarrollo y unas Fuerzas Armadas que formen a sus ejércitos en valores.

No es un panorama muy halagüeño el que se percibe. Hay que estar preparado para cualquier cosa. El tiempo pasa rápido y los acontecimientos se precipitan.

Vuelve la MILI

Vuelve la mili y no es un capricho. Suecia ha dado el primer paso. Hace falta dinero y entender las razones: riesgo, exigencia, interés nacional, motivación, responsabilidad individual y colectiva.

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Ceuta y Melilla

El riesgo es evidente. Lo demás también es evidente, pero menos. Aquí desde luego ni se vislumbra una posible discusión sobre la mili. Trillo lo dejó muy claro: ‹‹Señora y señores, se acabó la mili››. El siguiente paso será cambiar el artículo 30 de la Constitución. Ni derecho ni obligación de defender a tu nación. La retórica domina sobre la acción. Vivimos de espaldas al problema militar. Cuando por el norte se rearman, el peligro puede venir por el sur.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

8 marzo 2017

EL RETORNO DE LA MILI Salvador Fontenla Ballesta, General de Brigada (R).

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Servicio Militar

Es conocido que el sistema de reclutamiento de soldados, como casi todo en la vida, es cíclico, oscilando entre el reclutamiento forzoso y el voluntario. Roma y la Revolución Francesa, por poner dos ejemplos, impusieron la obligación a sus ciudadanos a defender al estado o a la nación.

Es también conocido que fue el presidente Aznar del PP, el que suprimió el servicio militar obligatorio en España, bajo la fórmula de suspensión, un fraude de ley para sortear la Constitución española de 1978 (art.30.1) que determina el deber de los españoles de defender a España, aunque abría las puertas a la objeción de conciencia.

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La película “Hasta el último hombre” de Mel Gibson, narra la historia, basada en hechos reales, de un objetor de conciencia que participó como médico voluntario en la sangrienta batalla de Okinawa contra los japoneses. Demostración que, aún en las peores circunstancias, es posible participar en la defensa nacional, sin necesidad de participar de forma activa en los combates. Es injusto e insolidario querer y tener seguridad, pero que sean otros los que afronten los riesgos y las penalidades. Aunque no es ninguna sorpresa que la inmensa mayoría de los objetores de conciencia españoles, no lo hacían por razones morales sino por miedo o por comodidad.

Es incuestionable que el sistema de servicio militar obligatorio, en la época que se suspendió, ya estaba obsoleto, era ineficaz y caro. Pero de ahí a suprimirlo de un plumazo hay un abismo. Es también indudable que los ejércitos y las unidades militares han sido importantes instrumentos de cohesión social y nacional, desde las legiones romanas hasta las unidades australianas en la IGM, que fueron el principal motor para crear la conciencia nacional y la independencia de Australia. Fue precisamente por estas razones el principal motivo, por el que siguiendo instrucciones del partido nacionalista catalán se suprimió el servicio militar obligatorio en España, porque era un instrumento de la cohesión nacional que quería romper.

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Jura de Bandera

La reciente propuesta del gobierno español de crear un programa de Erasmus nacional (denominado Cervantes) para estudiantes entre 14 y 18 años, con el objeto de “impulsar la cohesión territorial” viene a darnos la razón, y pone encima de la mesa, una vez más, el desbarajuste nacional, a ponerse en evidencia las dificultades de ponerlo en práctica, porque hay que compaginar programas de estudios de las diferentes autonomías, no solo incompatibles por los diversos idiomas y dialectos, sino por tener asignaturas diferentes de difícil convalidación.

La propuesta del programa Cervantes está dirigida solo a una parte, que suponemos mínima, del selecto sector estudiantil de la población española. Sin embargo el servicio militar nacional, obligatorio y universal, tiene un espectro mucho más amplio y dirigido a ciudadanos civilmente mayores de edad.

Ya hemos comentado que la aplicación del servicio militar anterior había quedado desfasado, y por consiguiente el nuevo debe ser adaptado a los tiempos actuales, tanto en la duración, formación, prestaciones y contraprestaciones. Consiguiéndose con un buen diseño, y sin lugar a dudas, una mejora de la seguridad y defensa, economía de medios, mayor cohesión nacional y formación cívica. El sistema actual recuerda (o encubre) al infumable por injusto sistema de reclutamiento de cuota o de redenciones en metálico.

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Por España y de todos los rincones de España

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La prioridad de Defensa

Los agoreros manifestarán la inviabilidad por razones económicas, porque no recordarán que era viable cuando España era menos rica, que hay que poner en la balanza los costes y beneficios nacionales (no de los separatistas), y las prioridades en el gasto de Hacienda. Es visible cual es la prioridad de Defensa sobre el engrasado de la insaciable maquinaria de los partidos políticos, con costosísimas multiplicaciones de administraciones, funcionarios y policías, que encarecen y entorpecen las gestiones administrativas, subvenciones disparatadas, obras faraónicas (aeropuertos vacíos, autopistas vacías, cajas de ahorros quebradas, etc.) que tanto han contribuido a las cuantiosas corrupciones (en número y cantidades financieras) que están salpicando a toda España. Quizás debieran retornar también los “Juicios de Residencia” para verificar la eficiencia y la buena administración de todos los cargos públicos por importantes que fueran, que tan eficaces demostraron ser durante los siglos XVI al XVIII, cuando España era una potencia mundial, o lo fue precisamente por eso. No es casual que se suprimiera precisamente en la Constitución liberal de 1812.

Salvador Fontenla Ballesta, General de Brigada (R).

EL SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

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El gran Mingote y su inteligente humor

Mucho hemos escrito sobre este tema. Muchos echan de menos la mili y también son muchos los que no saben lo que eso significa.

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Artículo 30 de la Constitución

 Debe quedar claro que mientras no se cambie la Constitución (Art. 30) ningún poder político puede suprimir el Servicio Militar. Por eso está suspendido y no suprimido. Eso sí, se suspendió la mili, pero sigue sin darse cumplimiento al mandato constitucional: ‹‹Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España››.

No hay respuesta, aunque tampoco hay debate. Quizá por eso.

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La Mili

No hace muchos años el Instituto Español de Estudios Estratégicos, dependiente del Ministerio de Defensa, encargó al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) una encuesta cuyos resultados abrieron un debate que poca repercusión tuvo, que a muy pocos preocupó y a nadie ocupó. Se realizó en 2013, pero se publicó al año siguiente. Debería repetirse este año 2016, pero parece que el interés ha decaído o prefieren mirar para otro lado.  La encuesta dio como resultado que solo el 16% de los españoles estaría dispuesto a participar en la defensa de la Nación. A ese dato, entre otros esclarecedores y preocupantes, se añade uno que suma más incertidumbre: el 47´1% no sacrificaría su vida por nada que no fuera su familia. Si estos datos son lo suficientemente graves para hacer pensar al gobierno, y en especial al ministerio de defensa, más lo es la alarmante opinión mayoritaria. Es la mayoría de los españoles la que piensa que  no existen riesgos ni amenazas importantes para España y que hay que disminuir los presupuestos y efectivos dedicados a la defensa.

Los datos no preocuparon a nadie por lo que olvidado quedó el tema. Solo fue una noticia de relleno. Tuve la oportunidad de asistir a alguna tertulia televisiva a tratar el tema y salí con la sensación y decepción de que había asistido a una escenificación en la que solo se trataba de rellenar unos minutos en un día de partido de fútbol cuyo resultado era lo único que tenía al público motivado.

Los datos ahí siguen y nadie ha dedicado el tiempo necesario para meditar en ellos y sus consecuencias. El Ministerio de Defensa y el Instituto de Estudios Estratégicos guardan hermetismo.

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Alemania quiere recuperar el servicio militar obligatorio

Ahora, de repente, sin esperarlo, sin motivo aparente, Alemania, llamada a asumir la defensa de una Europa cada vez más amenazada, adelanta su intención de recuperar el servicio militar obligatorio. No escribo para volver al debate de servicio militar obligatorio sí o no. Tienen ustedes en el blog varios artículos en los que hemos tratado el tema con amplitud.

El problema que hoy quiero exponerles es de mayor calado; hondo y preocupante. ¿Importa España? No se puede asumir la defensa de algo que no conoces, no te enseñan y por lo tanto no aprendes a amar desde pequeñito. Quizá ahora, y en ciertos lugares, te enseñan todo lo contrario. Poco a poco, con intención, se ha ido desmantelando a la Nación, a España y se ha simplificado su significado. ¿Con intención? Sin duda. ¿Quiénes, por qué? Lo saben ustedes mejor que yo. El reciente artículo del general Pérez Alamán, El Proceso español o antiespañol, es clarificador. No hay concepto de Defensa en la población civil, ha fracasado ese concepto. Desde hace muchos años nos hemos desentendido de la importancia de la Defensa. La razón es grave: se ha disuelto el concepto de Nación. España es simplemente una marca, su unidad un sueño, una inquietud, un incierto futuro. España es una discusión constante y muy reciente, después de al menos 500 años de historia.

La defensa de España no es exclusiva de los ejércitos. Es un mandato constitucional que obliga a todos los españoles.

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España

Alemania avisa. Servicio militar obligatorio. España es distinta. Ellos parten de un concepto asumido, conocido, respetado y amado. El concepto de Nación. Aquí partimos de conceptos distintos.

Nuestra discusión, nuestra urgencia, no es el servicio militar obligatorio sino recuperar el concepto de Nación, de Patria, de sentirse y ser español. Recuperar el amor a España. Todo lo demás vendrá por añadidura.

Alemania avisa. No está diciendo que haya que recuperar el servicio militar sino que tal y como están las cosas la defensa es cosa de todos y todos debemos estar preparados. Lo que nos amenaza no se resuelve con el servicio militar obligatorio sino teniendo claro el concepto de Nación. De ello surgirá la disposición para defenderla.

Alemania ha abierto el debate. Aquí no hay debate ni se le espera.

Lo preocupante no es el Servicio Militar obligatorio sino que las circunstancias nos obliguen a cumplir con el mandato constitucional, con el deber y derecho de defender nuestra Nación. Los alemanes ya se han puesto en marcha. Incluso con los presupuestos.

Nosotros seguimos discutiendo el concepto de Nación.

El enemigo está dentro y se ha hecho cargo de la defensa. Ocupa las almenas y está vigilante mientras los que deberían defenderlas se dedican a la holganza. Así de sencillo y preocupante.

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¡Viva España!

Más que el servicio militar obligatorio lo urgente en España es aprender a amarla que es la mejor forma de defenderla.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)