A mí esto de Afganistán me recuerda mucho a Annual cien años ha. Con matices como no puede ser de otra manera.
Claro que aquello fue una cosa local y ni la nación España lo recuerda o no quiere recordarlo, aunque algo dicen que preparan para octubre en Melilla. Estaremos pendientes.
Como de Afganistán, dónde nadie sabe cómo ha sido ni quién ha sido. Decir los talibanes es no decir nada.
Ahora tras la humillante derrota, entre las ruinas de la tragedia, se buscan héroes que levanten la moral de los derrotados, que somos todos.
De donde venimos ni a donde vamos. No hay respuesta.
¡Qué bien lo hemos hecho! Se atreven a decir las retaguardias que acuden con meliflua sonrisa a recibir a aquellos que no saben por qué fueron ni por qué se vienen deprisa y con vergüenza. ¿Qué hemos hecho mal?
Desde su hogar la rabia corroe sus pensamientos sin entender nada de lo que sucede. Sin explicaciones recogió su fusil, una munición ya inservible, sus cuatro cosas que le señalaban como soldado, hasta que dejó de serlo según su código de honor: nunca abandonar a un hombre en el campo hasta perecer todos. Mañana tendrá que acudir a la burocracia cuartelera a emitir informes y experiencias que de nada valdrán, pero rellenarán los vacíos cascos del despacho.
Hay que tapar la cobardía de los que emiten órdenes muy elaboradas y con todos los riesgos calculados. Ellos los conocen y ocultan. Siempre me llamó la atención que cuando comenzaban unas maniobras con los anglosajones, de sus aviones siempre descargaban unos féretros calculados estadísticamente, en un frío cálculo, para las posibles muertes en los ejercicios. No fallaba la cruel estadística, Quiero decir que la inteligencia (debe ser artificial) da mucho de sí en estos conflictos y nada se deja al azar. La cobardía no puntúa ni se deja ver en las arengas.
¿Qué decir ahora del valor y del honor? Silencio memorable. Los cobardes han callado y han puesto en grave riesgo las vidas de los valientes. Han muerto y ellos, cobardes, viven mejor y a salvo. Solo han dado una orden: abandonar la posición. Queda vendida la vida, el honor y el valor. Calderilla de tropa.
Estados Unidos de América dijo: me voy. ¿Nadie se dio cuenta? El resto dijo: ¿Qué hacer? Confusión. Que fea es la frase y peor la actitud: maricón el último.
Ni héroes ni villanos. Un caos de responsabilidades, unas órdenes inciertas y malvadas. Han dejado a las tropas en un cobarde abandono. No hay otra. ¿Quién dará cuenta de las muertes? El deshonor no se tapa con dinero ni con arengas al sentimiento de los inocentes. Los que mueven los hilos de Biden —dudo que él sepa nada— sabrán qué delito han cometido.
¿En ningún momento el CNI ha sabido algo? No pagamos este servicio para que nunca responda nada ni ante nadie.
Ahora se buscan héroes mientras asistimos al espectáculo de la ¿repatriación? Esa palabra no es aplicable a un soldado. Él sabe cuál.
El espectáculo de Torrejón es equivalente al bochorno de Kabul. En ambas partes se evitan en lo posible los uniformes. Está a la vista.
Todos los gobiernos quieren pasar página y borrar las imágenes lo antes posible. Pero saben que esto solo ha sido el comienzo. Habrá mucha muerte.
Europa se queda cada día más sola y desamparada. La OTAN avergüenza. Sin mando, sin acción ni reacción, juega a justificar su elevado presupuesto en la frontera con Rusia. ¿A qué jugamos?
Más nos vale estar preparados.
La debilidad se paga y cuesta vidas y hacienda. El próximo empujón puede ser fatal, hasta que lleve a quién menos se espera a bañarse en las costas atlánticas mientras la OTAN le pone la sombrilla y le sirve Coca Cola con hielo y limón.
La puerta está abierta y los soldados en retirada. Los héroes ahora los buscan en el ciberespacio y en la inteligencia. Por eso no nos hemos enterado de nada.
«¡Non fuyáis, gente cobarde, gente cautiva, atended que no por culpa mía, sino de mi caballo, estoy aquí tendido!».
Dice la Inteligencia que aún estamos a tiempo. Puede que la culpa sea del caballo y nos quede el recurso de siempre: echar la culpa al otro.
Sin duda que aquí alguien sobra y no es el ministerio de Defensa.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
2 septiembre 2021