ÁBALOS MINISTRO DE DEFENSA. Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Hablar que hablen. Siempre lo hizo radio macuto: «Emisora inexistente de donde parten los rumores y los bulos». En la milicia siempre ocurría exactamente lo contrario de lo que radio macuto emitía. De ahí su valor una vez que se sabía interpretar.

—Vas a ascender, decía el macutazo; era la señal del adiós.

Esta vez no se sabe muy bien el origen.

—Dicen que van a nombrar a Ábalos ministro de Defensa.

—¿Quién es ese? Preguntaba el Cabo de guardia. —Que se identifique.

—No; si no quiere entrar, solo que le nombren.

—Bueno para eso no hace falta acreditación. Asegura el Cabo.

—Aquí todos se nombran, pero de la puerta para dentro ninguno. Jamás he visto a un ministro.

El cabo se sabe de carrerilla los nombres de todos los ministros de Defensa. Incluso el de Bono que también tiene una Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco que nunca devolvió y dicen que dijo que la devolvía. Irak siempre perseguirá a algunos.

El oficial de guardia es de Cádiz y me cuenta que en su tierra hay una anécdota de don José María Pemán —que se cuentan a miles— siempre con el don delante, en la que el académico se mostraba más de jamón que de langostinos.

El langostino era una cosa que iba para jamón y, pues eso, que se quedó en langostino, decía don José María.

Lo que pasa en el ministerio de Defensa es parecido: que se va para, pero no, y se queda alguno en langostino, congelado. Pieza cotizada antaño en los vinos militares. Conocí a uno, que le faltaba un brazo y con una mano era el más rápido a la hora de pelarlos. Esto pasa: que no tienes el brazo militar, pero disparas a ráfagas, lo mismo te da en Afganistán que en el aeropuerto, zona exclusiva. Puede que eso sea mérito para saltarse el control y llegar a ministro de Defensa. Pelar langostinos en la oscuridad, sin control o, mejor, con el control bajo control.

Para que se hagan una idea, en cierta ocasión no muy lejana, fui al ministerio de Defensa y en la entrada (ahí no hay cabo de guardia ni soldados) me identifiqué con el carnet militar; el funcionario de turno me espetó.

—Eso no sirve de nada. Enséñeme su carnet de identidad.

He roto el carnet de retirado que acreditaba que fui soldado. Puedo ser ministro de Defensa —no pierdo la esperanza—, pero soldado ya nunca más (en estas condiciones). Hay que estar acreditado de verdad para que te dejen pasar a ciertas zonas oscuras de la Defensa, y luego tinta de calamar, que en los ejércitos llamamos humos de ocultación.

Esto de Ábalos puede ser que sea sin querer serlo. Como aquel «sin querer queriendo» de Chespirito. Todo un curso o concurso sobre la elección del enemigo.

No es una fake que dicen ahora. Pude ser un bulo, un infundio, falacia, incluso filfa, pero ser no es y es que ningún ministro lo es, de Defensa, sino de la defensa, propia, del partido, y si alguno se aproxima a cotas más elevadas o intangibles, de lo que la milicia está llena, lo defenestran.

¡Hasta ahí podríamos llegar!

—¿Quién es ese? Preguntaba el Cabo de guardia. —Que se identifique.

Nunca lo hará ningún ministro. Para eso está en y el CNI.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

1 julio 2021

 

 

1 DE ABRIL DE 2019. LA GUERRA NO HA TERMINADO General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Eso pretenden algunos. Seguir con la guerra para ganarla después de ochenta años de su final. El debate actual no es el futuro, sino el pasado de enfrentamientos, la Guerra Civil; y ni siquiera eso: Franco es lo importante. Malos años estos finales en los que nos hemos visto envueltos en una crisis económica y moral sin precedentes seguida de la tibieza y el desarme ideológico para acabar con la idea de España. Después del enorme esfuerzo de la mayoría de los españoles, cuando creíamos salir del atolladero, cuando nadie usaba el recuerdo, la historia, para enfrentarse, ni hacía uso del rencor del pasado, nos encontramos en las mismas: el viejo pacto socialista. comunista, independentista, para presentarse víctimas de una Guerra Civil de la que ellos tuvieron gran parte de culpa. Esta izquierda que contemplamos solo tiene una política: el victimismo. Ni un paso atrás. Ellos son los únicos legitimados para gobernar en España, para ostentar el poder. Lo que no sea “ellos” está contra “ellos”. Está prohibido hablar de sus atrocidades: por ley. Cualquier otra cosa sería volver al franquismo. La historia ya no es historia, es un manual a seguir. Pensamiento único: por ley. La historia ha pasado a ser un arma electoral, maestros de la provocación que teatralizan convirtiéndose en víctimas. El Lenin español, el desalmado Largo Caballero, el provocador más atroz, sigue teniendo una estatua en Madrid y alumnos aventajados, hablaba en serio, de su táctica guerracivilista: <<Si el Frente Popular no gana iremos a la Guerra Civil>>. Han tomado posiciones, están ya en las bases de partida a punto de iniciar la ofensiva.

Maestros del enfrentamiento. Provocadores. Todo el programa electoral de último gobierno socialista solo tiene un nombre: Franco. No han evolucionado. Es la evolución de la táctica del Lenin español. Esta táctica de guerra, vieja conocida, nos llevará a la ruina económica, moral, a fracturar España; quizá a levantarnos, cualquier mañana, republicanos, a su manera, con España desaparecida.

¿Será por eso que el Papa ha dicho que vendrá a España cuando haya paz? Dice que habla de manera críptica. Se usa cuando alguien quiere decir algo sin decirlo. Yo creo que el Papa, como Chespirito, lo que ha dicho <<fue sin querer queriendo>>.

No le falta razón a Su Santidad. <<Cuando haya paz>>, es decir, cuando acabe la Guerra.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila,com

1 abril 2019