LA BANDERA DE ESPAÑA EN EL CAMP NOU. FÚTBOL NO ES FÚTBOL General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

¡España! ¡España! ¡España!

Esto se nos va de las manos. ¿O ya se nos ha ido?

Barcelona es una de las ciudades españolas más bonitas y atractivas. Tiene uno de los mejores equipos de fútbol del mundo. Era la más visitada por los turistas en España. Era y cada día es menos. La vulgaridad de unos cuantos miles está calando en el conjunto, contagiándose el virus hasta por los telediarios. Unos cuantos catetos aburridos, pero tenaces, con dinero, de los presupuestos, de nuestro trabajo, siguen erre que erre o arre que arre. Pues eso: ¡arre allá!

Quieren ser independientes en este mundo dependiente.

Hay muchos españoles del FC. Barcelona, ahora y de siempre, que llegada esta situación  se avergüenzan de proclamar su barcelonismo futbolero. Al equipo, que sigue jugando muy bien al futbol, le están metiendo una auténtica goleada de la que difícilmente se va a recuperar. La pela es la pela y los jugadores de fútbol saben, además de dar patadas a un balón, que aquí la liga se llama BBVA o Santander. El FC. Barcelona va a tener que elegir, entre otras cosas, el balón-talón o Puigdemont. Messi avisa.

Cuando el Real Madrid ganó su segunda copa de Europa, año 1957, el periodista Menéndez Chacón entrevistó a don Santiago Bernabeú en la revista Blanco y Negro.  El Real Madrid pese a su triunfo europeo acababa de ser eliminado de la del Generalísimo por el Club de Fútbol Barcelona (como entonces se denominaba) que le metió un 6-2 en el campo azulgrana. La pregunta del periodista era obligada.

-¿No será una mancha en este momento cumbre el adverso resultado de Barcelona en la eliminatoria de Copa?

La contestación de don Santiago, un ejemplo de cordura, educación y sentido común, se pierde en los lejanos e históricos tiempos del noble deporte del balompié.

-En este momento en que el Real Madrid acaba de coronarse por segunda vez campeón de Europa, el mejor homenaje que podríamos ofrecer a la afición española sería que otro club nacional nos venciese.

Ahí queda eso. Aquí gana España. En el campo de fútbol también. En el del Barcelona, en el Camp Nou, también.

Ahora este campo de futbol de Les Corts parece el escenario del teatro agitprop (el tren agitprop ahora es un vuelo a Bruselas) del independentismo catalán. Se escenifica un esperpento con sus grotescos personajes utilizando el fútbol como arma arrojadiza. Lo que peor llevan y más agitan son las banderas. No, no las de su equipo, sino las del enfrentamiento y la independiente dependencia.

Libertad- Llibertat-Freedom. Antes del partido de fútbol entre el Barcelona y el Celta dos enormes pancartas agitaban a las masas que flameaban banderas del inalcanzable más allá: Llibertat-Llibertat-Freedom… Recordaba tiempos irrecordables de miedo y dolor. Creía el Barca ganar por goleada antes de que el partido comenzase. Antes de que el juego comenzase. Pero aún no ha terminado.

En aquel grotesco paisaje, cutre y amarillo, entre la nebulosa, apareció la humilde patria: un valiente, la bandera de España. Ella sola, portada por el valiente, lucía más que todo el cutre amarilleo de unas gradas sedientas de nada. El resultado dio un giro inesperado. Allí estaba España. ¿Quién es el alférez que la porta?  Todos se preguntaban. ¿Quién ha permitido que entre en este santuario del independentismo? Aquí no se juega, se agita, se regurgita independentismo, amarillo: Llibertat, Freedom… Pero de repente hubo dudas, por las gradas se corrió la voz…

-No viene sola, no viene sola…

Y la Bandera, de España, enmudeció a los valientes agitadores que pensaban: ¿Será verdad que no viene sola?, mientras se miraban unos a otros, sin fiarse unos de otros, sin atreverse a decir más allá de: «yo no he sido», «renuncio a lo que dije»…, donde digo “digo”, no digo “digo”, sino “Diego”. Por si acaso, ¡ojo!, que viene España. Enmudeció el Camp Nou; alguno creyó ver una toga, supremo milagro. Y, con miedo, dijo quedo: ¡España!

Como una orden nocturna se corrió la voz. Como si fuese un coro armónico, una unidad, todos, todos, contagiados, gritaron: ¡España! ¡España! ¡España!

Cuando creíamos que fútbol ya no era fútbol… Un valiente y su Bandera. Creyeron que no iba solo, pero solo era uno, pero valiente. ¡Ah!, y sin toga.

¡Viva España!

Y viva la madre que te parió, valiente.

El partido no ha hecho más que empezar.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

15 enero 2018

DIMITE EL CONCEJAL DE LA ESCALA (GERONA). EL LENGUAJE DE LOS TRUENOS Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Asalto por mar en La Escala

La situación es de especial gravedad. Al menos a mí me lo parece. El rechazo de ciertos personajes en Cataluña a las Fuerzas Armadas lo sabemos y hemos denunciado en este blog siempre que se ha producido. Muy frecuente. Un rechazo que nada tiene que ver con la sociedad catalana que profesa un profundo respeto y cariño a las FAS del que he sido testigo en numerosas ocasiones. La campaña no es contra las Fuerzas Armadas sino contra España. No responde a los sentimientos de la población sino a la campaña independentista que ciertos personajes con ruido mediático y odio en las entrañas llevan a cabo inútilmente, pero sembrando una semilla difícil de anular cuando se les permite.

El concejal de La Escala (Gerona), un lugar muy conocido por las FAS desde hace tiempo se ha visto obligado a dimitir después de haber invitado  a un grupo de soldados de la base de San Clemente y al Grupo de Actividades Acuáticas de la Guardia Civil (23 hombres en total) a realizar unas prácticas de asalto por mar en una zona costera (un camping) propiedad de dicho concejal. Los alojados en el establecimiento y todo el que quiso disfrutó de la exhibición que había sido previamente anunciada.

¡La que se ha montado!

‹‹He sido víctima de la situación política y habría que hacer una reflexión porque no es la primera vez››, ha declarado el concejal.

Si esto no es grave es que hemos perdido el sentido de la realidad y vivimos en el mundo de yupi. El fondo de la cuestión, por lo que han presionado al concejal para que dimita,  es su falta de compromiso con el independentismo. Así se las gastan por estas tierras sus ‹‹amos››. Aquí o eres de la cuerda o te marginan. Es su democracia, la del ordeno y mando, la intransigencia, el sectarismo y la dictadura.

Mientras en Talarn (Lérida), donde se encuentra la Academia General Básica de Suboficiales, aquella cuyo lema A ESPAÑA SERVIR HASTA MORIR ordenó retirar un ministro de Defensa llamado Bono, que nunca supo lo que son las FAS y a las que ninguneó, Su Majestad el Rey Felipe VI entregaba los despachos de sargento a la XLII promoción de la Escala de Suboficiales. Nadie se salió de su papel. Todo fue cordialidad. Talarn vive de la Academia. La pela es la pela.

El Rey Felipe VI en la Academia General Básica de Suboficiales

Al final del acto una tormenta descargó sobre la formación, pero no deslució la ceremonia. He recordado el libro de un viejo profesor que tuve en la Academia de Infantería de Toledo. Le llamábamos el Sabio. Lo era. Su libro lleva por título: El lenguaje de los truenos. Muy apropiado. Algún significado tendrá.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

11 julio 2017