Este lema está grabado en una ladera de la colina que rodea la Academia General Básica de Suboficiales de El Talarn, en Lérida, como todo el mundo sabe. Hubo un ministro de defensa cuyo nombre, como Cervantes en su Quijote, prefiero no recordar, que ordenó su demolición, pues el citado lema está escrito con piedras pintadas de blanco. No sé si esta orden fue dada por presiones políticas o por capricho y vanidad del mencionado ministro, que también llegó a declarar en pública confesión que él prefería morir que matar, algo totalmente en contra de la economía de la inteligencia, de la lógica y de la razón que debe de ostentar un ministro de defensa. No tuvo éxito el ministro porque, no sabemos si como sucedió con los dibujos de Nazca, en Perú, que, dañados por un camión irresponsable, se reconstruyeron solos, según afirman testigos de la zona o fueron reconstruidos por la mano del hombre, como parece más lógico y natural, por lo menos en el caso de nuestro lema en El Talarn.
El tema tiene mas calado del que parece porque, según hemos podido leer en este mismo blog, el propio Órgano Central del Ministerio de Defensa ha tomado cartas en el asunto convocando, u obligando a convocar a nuestro Ejército de Tierra, un concurso para encontrar un lema que sustituya o se adapte mejor a los nuevos tiempos, a los nuevos tiempos que le están dando a muchos de nuestros políticos una lección que, aun en esta grave situación que estamos atravesando, nunca sabremos si serán capaces de comprender.
Me apresuro a decir que estoy escribiendo desde la pena que hoy me produjo conocer la triste noticia del fallecimiento de una joven enfermera, porque a los 52 años aún se es muy joven, que ha entregado su vida, en acto de servicio, en una clínica de nuestro País Vasco. No conozco el nombre de esta enfermera, para mencionarlo, como se merece por su heroico comportamiento.
Entregar la vida en el ejercicio de su trabajo no es privativo de los militares. Son muchos los españoles que a diario se juegan la vida cumpliendo con sus obligaciones, yo creo que de todas las profesiones. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado en su permanente lucha contra el delito y el crimen organizado, los bomberos enfrentándose siempre a terribles incendios, muchos veces provocados, en zonas urbanas o rurales, personal técnico que tiene que instalar, construir y mantener grandes estructuras metálicas, antenas, puentes, tendidos eléctricos, edificios de todas las alturas, dotaciones de pesqueros que tienen que faenar muchas veces muy lejos de la costa haciendo frente a grandes temporales con mar arbolada, en condiciones que ponen en grave peligro la seguridad de sus barcos y, consecuentemente, sus propias vidas, las dotaciones de los aviones comerciales, las personas que trabajan en industrias que emplean materiales y sustancias que terminan siendo peligrosas para su salud, el personal de mantenimiento de instalaciones nucleares y tantas y tantas profesiones entre las cuales hoy debemos de destacar a los médicos, enfermeros y personal auxiliar de nuestros hospitales, en la especial y grave situación de emergencia nacional, como las que estamos sufriendo.
A todos ellos nuestra admiración y respeto. Ellos hacen hoy realidad, le dan sentido y justificación, al lema de El Talarn: “A España servir hasta morir” que es sinónimo de otro que también debemos de respetar como es: “Todo por la Patria” que podemos leer en los acuartelamientos de la Guardia Civil. Estos lemas no son solo de aplicación a los militares, sino que están en el alma de los españoles de ayer, de hoy y de siempre. Porque hay momentos, como los actuales, en los que España, la Patria de todos, necesita nuestro esfuerzo, nuestra abnegada dedicación. Es verdad que esto está en el ADN de nuestros soldados, en paz o en guerra, pero hoy corresponde destacar que también está en el ADN del trabajo abnegado y hasta heroico de nuestros civiles en el ejercicio de su trabajo, como lo ha demostrado nuestra anónima y joven enfermera, fallecida en acto de servicio, en tan solo cinco días, en nuestro País Vasco. Para ella y para toda su familia nuestro infinito agradecimiento y eterna admiración y respeto. “A España servir hasta morir”. Como España somos todos nosotros, y desde el emocionado recuerdo y en honor de esta noble enfermera, por favor, ruego a quien corresponda que se respete el lema que inspira y preside las actividades de la Academia General Básica de Suboficiales de El Talarn, allí, como a propósito perdida en el noble campo de nuestra querida Lérida.
Aurelio Fernández Diz. CN (R.)
Blog: generaldavila.com
22 marzo 2020