EL SENTIMIENTO DE SER LEGIONARIO (CAMISA VERDE Y CHAPIRI) General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Las ideas son fáciles de expresar; incluso de entender. Los sentimientos encuentran grandes dificultades para ser escritos y descritos, pero tienen la ventaja de poder leerse en los gestos y transmitirse en forma de tradiciones. Hay sentimientos que  llegan a formar parte del acervo cultural de toda una nación manteniéndola unida a través de los tiempos haciendo frente a las mayores dificultades.

También forjan sólidas relaciones de unión y hermandad entre grupos de hombres que llegan a sacrificar su individualidad en defensa del conjunto, que vive y se nutre de esos sentimientos que cada uno abraza para siempre.

Ya eres legionario…

Unen y transcienden. Difícil de explicar, pero es fácil comprobar cómo se entrega incluso la vida por razones que nada tienen que ver con el éxito material, el poder o las riquezas. Algo inmaterial que llena plenamente el alma dejándose llevar por esa atracción espiritual  que se fortalece para llevar a cabo hasta el mayor de los sacrificios. Impensable desde la vulgaridad de las ordinarias miradas.

Sentimientos a los que no les faltan razones. Conocimiento intuitivo, perfeccionamiento de uno mismo, honores, gestas: moral. Domina el honor y el prestigio por encima de las armas. Esa es la Legión.

Esa es la Legión que transciende, inexplicable, misteriosa y atractiva hasta el límite de amarla a través de la muerte. Un encuentro con la verdad que puede provocar dolor, puede llevarnos a la desesperación, pero puede también satisfacernos profundamente.

Camisa verde y chapiri

El sentimiento de ser legionario solo es posible transmitirlo mediante el acto de ser legionario. La atracción y el deseo es un primer paso. Se completa siendo legionario, camisa verde y chapiri. Se consagra entrando en fuego y se sublima muriendo, abrazando la gloria de haber sido legionario. Mientras no se cumplen todas estas fases estamos simplemente en el proceso, ir hacia delante. Este solo culmina con el espíritu de la muerte, un canto espiritual incomprensible e inasumible: <<El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde>>. Incomprensible e inasumible. De ahí su grandeza, la única razón de ser legionario. De ahí su atractivo y a la vez rechazo. No todos son legionarios ni todos los legionarios mueren en combate. El legionario vive para ese momento: morir en el combate. No es posible que todos lo consigan. Es una constante de su vida, todo comprometido, entregado a la fuerza que le ha hecho ser legionario. No hay reserva ni retiro, no hay final, todo continúa aquí, y después, más allá, tiene su posteridad en lo que debe ser el cielo legionario. Es la virtud del ensoñamiento. Un proceso lento y doloroso que culmina con el tránsito.

Todo empieza cuando sobre tu pecho cierras el penúltimo botón de la camisa verde. Cuando cubres tu cabeza con el gorrillo legionario, el chapiri. Ahí se produce el milagro, la transformación; empieza el proceso. Quedas definido como Dama o Caballero Legionario. No hay más título ni más honor. Pasas a ser el presente; y el futuro también de ti depende…

Ser legionario. Un pro

Camisa verde y gorrillo. Ya eres Dama o Caballero legionario. Eso es lo que querías. El sentimiento de ser legionario. Quedas de por vida obligado. Estás sentenciado porque a partir de ese momento formas parte  de la épica del glorioso cuerpo de la Legión que se ha creado con la sangre de los legionarios. De todo ello eres tú ya parte y no serás nada ni nadie hasta que honres su nombre. Por eso y para eso viniste. Atraído por su historia. Nombres como Baltasar Queija de la Vega, Fernando Lizcano, Bartolomé MunarJuan Maderal Oleaga, tienen su continuidad en todo el que viste la camisa verde legionaria. Los hechos heroicos de la Legión, su diaria lucha y sacrificio, continúan encarnados en cualquier humilde legionario que espera cada día demostrar que el sentimiento legionario que hasta aquí le ha llevado camina junto a su glorioso nombre.

El sentimiento de ser legionario…

La Legión: ¡Legionarios a luchar, legionarios a morir!

El sentimiento de ser legionario se explica solo en la mística, en razones ocultas, en el misterio que alcanza a unos hombres que se sienten atraídos por la honestidad y rectitud de una épica inalcanzable sin sacrificio y entrega total.

La Legión atrae y acoge. Prepara para el combate y para la muerte.

La Legión es un Credo previo al combate, un Credo para la vida y la muerte. Inexplicable. Como el sentimiento de ser legionario.

Todo empieza cuando sobre tu pecho cierras el penúltimo botón de la camisa verde. Cuando cubres tu cabeza con el gorrillo legionario. No termina jamás, jamás. Es el proceso. No hay reserva ni retiro, no hay final, todo continúa aquí, y después, más allá, tiene su posteridad en lo que debe ser el cielo legionario.

Ritos y tradiciones. Gestos y valores. El ritual del honor. El choque es un torneo de valores. Se mide el valor y el honor. Comienza el combate. En la Legión la virtud y el rito tienen una fuerza superior a las armas.

Por eso es Legión.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

16 septiembre 2018

EL SENTIMIENTO DE SER LEGIONARIO (CAMISA VERDE Y CHAPIRI) General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Las ideas son fáciles de expresar; incluso de entender. Los sentimientos encuentran grandes dificultades para ser escritos y descritos,  pero tienen la ventaja de poder leerse en los gestos y transmitirse en forma de tradiciones. Hay sentimientos que  llegan a formar parte del acervo cultural de toda una nación manteniéndola unida a través de los tiempos haciendo frente a las mayores dificultades.

También forjan sólidas relaciones de unión y hermandad entre grupos de hombres que llegan a sacrificar su individualidad en defensa del conjunto, que vive y se nutre de esos sentimientos que cada uno abraza para siempre.

Ya eres legionario…

Unen y transcienden. Difícil de explicar, pero es fácil comprobar cómo se entrega incluso la vida por razones que nada tienen que ver con el éxito material, el poder o las riquezas. Algo inmaterial que llena plenamente el alma dejándose llevar por esa atracción espiritual  que se fortalece para llevar a cabo hasta el mayor de los sacrificios. Impensable desde la vulgaridad de las ordinarias miradas.

Sentimientos a los que no les faltan razones. Conocimiento intuitivo, perfeccionamiento de uno mismo, honores, gestas: moral. Domina el honor y el prestigio por encima de las armas. Esa es la Legión.

Esa es la Legión que transciende, inexplicable, misteriosa y atractiva hasta el límite de amarla a través de la muerte. Un encuentro con la verdad que puede provocar dolor, puede llevarnos a la desesperación, pero puede también satisfacernos profundamente.

Camisa verde y chapiri

El sentimiento de ser legionario solo es posible transmitirlo mediante el acto de ser legionario. La atracción y el deseo es un primer paso. Se completa siendo legionario, camisa verde y chapiri. Se consagra entrando en fuego y se sublima muriendo, abrazando la gloria de haber sido legionario. Mientras no se cumplen todas estas fases estamos simplemente en el proceso, ir hacia delante. Este solo culmina con el espíritu de la muerte, un canto espiritual incomprensible e inasumible: <<El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde>>. Incomprensible e inasumible. De ahí su grandeza, la única razón de ser legionario. De ahí su atractivo y a la vez rechazo. No todos son legionarios ni todos los legionarios mueren en combate. El legionario vive para ese momento: morir en el combate. No es posible que todos lo consigan. Es una constante de su vida, todo comprometido, entregado a la fuerza que le ha hecho ser legionario. No hay reserva ni retiro, no hay final, todo continúa aquí, y después, más allá, tiene su posteridad en lo que debe ser el cielo legionario. Es la virtud del ensoñamiento. Un proceso lento y doloroso que culmina con el tránsito.

Todo empieza cuando sobre tu pecho cierras el penúltimo botón de la camisa verde. Cuando cubres tu cabeza con el gorrillo legionario, el chapiri. Ahí se produce el milagro, la transformación; empieza el proceso. Quedas definido como Dama o Caballero, como Dama o Caballero Legionario. Pasas a ser el presente; y el futuro también de ti depende…

9.722 muertos, 35.200 heridos, más de 1.000 desaparecidos… 46.000 bajas.

7 Laureadas de San Fernando Colectivas y 22 Medallas Militares.

23 Laureadas de San Fernando individuales y 211 Medallas Militares.

Ser legionario. Un proceso que nunca acaba…

Esas cifras resumen el porqué del sentimiento legionario, explican por qué se quiere ser legionario. No todos deben entenderlo. Solo los legionarios y quienes tienen intención de serlo. Es suficiente. Para reclamar un puesto de honor en la Legión es necesario dar la vida. El mayor honor en la Legión es morir en el combate: darlo todo. Para eso se viene aquí.

Desde el momento en el que la Legión tira de ti con su inmortal atractivo en tu corazón y mente, se reproducen en tu razón y sentimientos sus gestas y honores. No es necesario leer ni aprender. Todo llega con el ruido de los gestos, las miradas, las voces del que manda, las historias que cuentan, la épica legionaria. Únicamente debes saber interpretarlos  y asumirlos como cotidianos.

Laureados de la Legión

Camisa verde y gorrillo legionario. Ya eres Dama o Caballero legionario. Eso es lo que querías. El sentimiento de ser legionario. Quedas de por vida obligado. Estás sentenciado porque a partir de ese momento formas parte  de la épica del glorioso cuerpo de la Legión que se ha creado con la sangre de los legionarios. De todo ello eres tú ya parte y no serás nada ni nadie hasta que honres su nombre. Por eso y para eso viniste. Atraído por su historia. Nombres como Baltasar Queija de la Vega, Fernando Lizcano, Bartolomé MunarJuan Maderal Oleaga, tienen su continuidad en todo el que viste la camisa verde legionaria. Los hechos heroicos de la Legión, su diaria lucha y sacrificio, continúan encarnados en cualquier humilde legionario que espera cada día demostrar que el sentimiento legionario que hasta aquí le ha llevado camina junto a su glorioso nombre.

El sentimiento de ser legionario…

La Legión: ¡Legionarios a luchar, legionarios a morir!

El sentimiento de ser legionario se explica solo en la mística, en razones ocultas, en el misterio que alcanza a unos hombres que se sienten atraídos por la honestidad y rectitud de una épica inalcanzable sin sacrificio y entrega total.

La Legión atrae y acoge. Prepara para el combate y para la muerte. Como cualquier otra unidad.

Lo que tiene la Legión es un Credo previo al combate, un Credo para la vida y la muerte. Inexplicable. Como el sentimiento de ser legionario.

Todo empieza cuando sobre tu pecho cierras el penúltimo botón de la camisa verde. Cuando cubres tu cabeza con el gorrillo legionario. No termina jamás, jamás. Es el proceso. No hay reserva ni retiro, no hay final, todo continúa aquí, y después, más allá, tiene su posteridad en lo que debe ser el cielo legionario.

Ritos y tradiciones. Gestos y valores. El ritual del honor. El choque es un torneo de valores. Se mide el valor y el honor. Comienza el combate. En la Legión la virtud y el rito tienen una fuerza superior a las armas.

Por eso es Legión.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

11 enero 2018