NO HAY EJÉRCITO SIN SOLDADOS MOTIVADOS. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

La nueva guerra se muestra extraña y puede que asuma los adjetivos de progresista y sostenible. Todo depende del lado en que se esté. El progreso será cosa de Hobbes que ya hablaba de ello después de haberse empapado de Spinoza. Un estado del alma. El alma ha desaparecido y la sustituye la Inteligencia Artificial, nuevo Olimpo. Seguirá la guerra porque los dioses actuales la alimentan. Progresa adecuadamente.

De la guerra habrá que buscar una nueva definición, más allá, su no ser, en la filosofía. Lo dice de manera rotunda e inteligible el maestro Albiac: «La guerra es el arte del no yo: sabiduría» (Diccionario de ADIOSES, Confluencias, 2020). Ese es el comienzo de todo.

Nos asusta cuando el filósofo nos habla del experimento de 1914 «tan doloroso para el alma europea, porque no es un deseo cualquiera el que se estrella contra la realidad; es el deseo ilustrado más básico: la ensoñación de que todo, absolutamente todo, en el comportamiento humano pudiera ser gradualmente reductible a educación y cultura». Y nos dice que ese majestuoso proyecto del género humano se desmorona en el estruendo de las trincheras del 14. A la misma conclusión habían llegado Einstein y Freud.

Tendrá que caminar la educación y la cultura con la guerra, no hay alternativa; no habrá arte, sino guerra sin más, las armas son herramientas de mal agüero; ahora son otra cosa, de tal manera que lo que empezó siendo una parte, ahora se ha convertido en un todo donde no hay diferencias entre soldados y civiles. Todos son protagonistas en el escenario bélico, el que buscaban; ahora la guerra en un hecho total que se representa cada día, sin día de descanso. Sostenible. Para ello la política de una Europa perdida, la diosa, que quiere ganar la guerra sin ejércitos, sin soldados, sin diplomacia, solo con normas y arrogancia.

Europa murió y en su intento de redimir culpas camina hacia una deshonrosa capitulación; «Ni un solo aliento de fuerza ha vuelto a adivinarse sobre Europa después de aquello. Europa cerró su tiempo en la guerra del 14». «La Gran Guerra primero; luego el oscuro ascenso de estalinismo y fascismo; la segunda guerra mundial, de inmediato, como colofón resolutorio. Y sus cincuenta, impensables, millones de víctimas…». Ahora esto. Sin centinelas una mecha encendida cruza las fronteras y recorre los antiguos campos de batalla en busca de la acumulación de pólvora. Será un día D a una hora H.

Hoy vivir en Europa es, aún, «sobrevivir en los escombros de después de esa guerra».

De nuevo la inquietud cuando el maestro Albiac nos recuerda la hipótesis más original del ensayo clausewitziano: «La paz es un acto de guerra», que sale, sin duda, del fondo de Spinoza «Si los sujetos de un cuerpo político no recurren a las armas porque el terror los paraliza, debe de hablarse más de ausencia de guerra que de paz».

Europa es una ensoñación reductible a educación y cultura que se desmoronó en las trincheras de ratas y piojos cuando cobardeaban los que deberían alzar el ánimo. Se hizo la traición un intruso entre los ejércitos de los vencedores y de los vencidos. El mejor de sus generales se despojó del uniforme y se dedicó a otros menesteres más rentables como repartir eufemismos de misiones de paz sin saber muy bien que aquello era la guerra.

España acompaña a Europa en su agonía.

Leo en el que fue diario monárquico ABC el imprescindible artículo de Ignacio Ruíz Quintano. Debería repartirse por las Academias militares españolas, esas que aún no han encontrado el Plan Docente para los futuros oficiales del ejército. Ensoñaciones que buscan el «Perfil de egreso del oficial del Cuerpo General del ejército de Tierra». Para el «Entorno Operativo Terrestre Futuro 2035». Toda una apuesta de futuro sin saber qué es la guerra y las motivaciones que llevan al hombre a proyectarla. ¿Por qué la guerra? se preguntaban Einstein y Freud. Eso no importa. A los futuros oficiales del ejército de Tierra español les colocan un chip para 2035 que conlleva una ideología progresista y sostenible. Los valores están enterrados por orden del sepulturero que inició el proceso del cambio militar, que era el de España, acabar con la que rezaba, que desapareciese la virtud como referencia y aquella rica historia de la Hispanidad, del heroísmo, de la grandeza de sus olvidados soldados. El enterrador se hará cargo.

Estas cosas son difíciles de relatar, siempre queda un vacío de inexpresión que sabes que no has podido transmitir. Solo si recurres al poeta eres capaz de hacerlo.

Hasta aquí llegó, España; se podría

hacer una bandera ensangrentada

con el sol de esta arena calcinada

y la sangre que en rojo la teñía.

(Luis López Anglada)

 

Aquella mañana vi al sepulturero como la enterraba. Vi al sepulturero aquella mañana.

Europa pierde. Gana la economía. ¿Para que sirve? Para ser más pobres al borde de la desaparición. Nada hay que se parezca a Alejandro Magno. Pericles enmudeció antes.

Ignacio Ruíz Quintano titula su artículo: «Un cementerio». Es Europa, observada por un sepulturero de tétrica mirada. Sé que en ese cementerio no se encuentran las lápidas al honor de los soldados ni a su indiscutible valentía. Solo olvido

Es una única lápida con el nombre en letras doradas: Europa.

Dentro de la fosa está su cultura, su falsa unidad llamada Unión Europea y la soberbia de tener una nueva formación militar para los ejércitos del futuro, allá por 2035 en España, que se nutra de jóvenes que mantengan un comportamiento despreciativo, arrogante, desenvuelto, ese  que tienen al creerse vencedores de lo que ellos jamás hicieron, lo que hicieron sus padres y abuelos de lo que ellos jamás serán capaces.

Europa no tendrá ejércitos como los que define Ruiz Quintano de «tíos jóvenes, físicamente aptos, dispuestos a comer barro, a marchar cuarenta kilómetros con cuarenta kilos a la espalda y a clavar una bayoneta en la garganta del enemigo». Eso no existe en Europa. Solo forman filas entre el descontento y el despliegue incomprensible, más que aburrido e inútil.

Europa carece de Ejércitos porque falta la motivación para luchar. Está enterrado y el sepulturero no da abasto; casi no queda espacio para este gran cementerio.

Pero los cementerios no son obstáculos, se ocupan y siembran con nuevas semillas. No habrá obstáculo. Los campos de Europa ya se llenan de semillas por doquier, todas más o menos dan fruto, secan a las pocas que aún permanecen en su antiguo solar.

No hay soldados que vigilen las fronteras, no hay ni siquiera fronteras. Aquí todo se ha cambiado por progresismo y sostenibilidad. Ese es un uniforme que destruye las formaciones de soldados. No hay progreso sin ejércitos dotados de moral, virtudes y armas. El progresismo lo quiere Europa para su industria: gas; energía. Pero sin soldados con virtud no hay ejército sostenible.

Los nuevos campesinos remueven la tierra, no entienden nada más que de cosechas y hacen uso de cualquier herramienta. Si es necesario tiran de  guadaña para cortar las viejas hierbas. Están a las puertas, otros desde dentro preparan el terreno. Vacío, desolador. Un cementerio de ponis.

Traen lo necesario: ganas, ideas, un credo, un mandato y ganas de luchar. No ceden terreno y de nada se asustan porque les guía algo abstracto, una nueva bandera ante la nuestra desgarrada convertida en trapo.

Europa es un cementerio de viejas glorias y honores enterrados que ya no interesa. Todo está  bajo sus campos de batalla ya olvidados y efectivamente es un cementerio sin lápidas que recuerden el honor.

De cada tumba  nace un rosal blanco y un  espino albar…

A ella, como hija de reyes,
la entierran en el altar,
y a él, como hijo de condes,
unos pasos más atrás.
De ella nace un rosal blanco;
de él, un espino albar.
Crece uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.
La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar;
el galán que los cortaba
no cesaba de llorar.
De ella nacería una garza;
de él, un fuerte gavilán.
Juntos vuelan por el cielo,
Juntos vuelan par a par.

 No veo por ningún lado a la Unión Europea unida y sí el interés egoísta de cada unidad; por separado. Eso dio comienzo a una guerra que puede abarcarlo todo. Justo en esa fina línea roja que separa y a la vez une intereses que son energía (alternativa), no precisamente como virtud para obrar.

No hay que rearmarse y construir una cúpula defensiva, para sobrevivir a esta incertidumbre, sino tener fe en la victoria y soldados con virtudes. Dispuestos no solo a andar cuarenta kilómetros con un peso de cuarenta kilos, sino simplemente a luchar por sus creencias y morir, si necesario fuera, por su bandera. Eso ya no existe. Por tanto no hay resurrección. «Desde que los romanos se aficionaron a los placeres, empezó la ruina de mi patria» (El arte de la guerra. Maquiavelo).

Por ahora nos entregamos muy bien y la invasión está en marcha sin defensa alguna.

España ha de pensar más en el sur que en otros lugares donde cada vez pintamos menos por intereses y capacidades.

Está claro que a Europa nos miran desde una prudencial distancia. No habrá Ejército que nos defienda,  pero ya han empezado a militarizar a una sociedad confusa que banalizó su seguridad y defensa. Esperemos que no sea tarde y el uniforme esté hecho a la medida.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

5 agosto 2025

Blog: generaldavila.com

 

 

 

LA INMACULADA CONCEPCIÓN MADRE DE LOS INFANTES (Dedicado a los desconocidos infantes de todos los tiempos)

empel-triptico-milagro.preview8 de Diciembre, día de la Inmaculada Concepción, Patrona de España y de su Infantería.

Fue España la Nación que por sus reyes y por sus teólogos, trabajó más que nadie para que amaneciera el día de la proclamación del dogma de la Concepción Inmaculada de María. Quizás fue por ello que quiso la Inmaculada formar parte de la Infantería española mostrándose como su protectora un 8 de diciembre de 1585, en la acción de Bombel (Holanda). Es una bella historia que cuento todos los años. No pienso dejar de hacerlo, no se es repetitivo cuando se habla de amor.

Es tiempo de alegría y esperanza, el preludio del milagro de la Navidad. Milagro con milagro, la Virgen en su Inmaculada Concepción y el nuevo infante que nace. Y allí, muy lejos de España se fue la Virgen a proteger a sus soldados.

Flandes 1585 la situación roza la tragedia. Nuestros soldados defendían el monte de Empel en una pequeña isla holandesa. El Tercio de Francisco de Bobadilla se encuentra bloqueado por la escuadra holandesa. Llama a los capitanes y soldados exhortándoles “a rezar para que Dios los librase del espantoso peligro en que estaban”.

Lo cuenta el gran poeta y Coronel Luis López Anglada:

Fue un soldado del Tercio; cuando era

oficio de españoles ver la muerte

como un servicio más de honra y suerte

amiga del más bravo y compañera.

Cavaba para tumba la trinchera

más que para salvarse. Tierra inerte

echa para descanso del mas fuerte.

Siempre juntas la muerte y la bandera.

Encontró el cuadro; lo sacó del suelo.

Se arrodillaron todos bajo el Cielo

de la noche de Holanda oscura y fría.

Y no hubo novedad. De madrugada

se heló el mar y sobre el agua helada

desfiló una vez más la infantería». (Luis López Anglada)

 

Infantes, siempre cerca la muerte, siempre pegados a la bandera, arrodillados solo ante Dios.

Ser infante es servir a pie pero en compañía, entre soldados valientes que saben aceptar el quebranto que provoca las distancias cortas con la que afrontan la vida y encaran la muerte.

Pertenecer a una Compañía, Mía, Bandera, Batallón, Grupo, Tabor, Coronelía, Tercio, Regimiento, Escuadra o Pelotón es tu historia. Aquí lo que realmente importa es la compañía, la unidad, el juramento entre cada dos hombres, poder decir sin novedad, sin novedad siempre, con una sonrisa, único lenguaje de la infantería. Cuando la tierra se riegue de sangre, cuando la vida o la muerte te lleven al olvido y seas un soldado desconocido, otro ocupará tu lugar, nacerá un nuevo infante mientras resuena la voz del centinela que vigila y reza por dentro: sin novedad. Son los infantes capitanes de estrellas del cielo con las que sueñan sus bocamangas cuando las cuentan esperando la madrugada.

Sin novedad dicen, siempre sin novedad, aunque se haya hundido la tierra cuando miran hacia atrás. Su gloria la muerte, y una tumba desconocida. ¿Para que quieren más? No hay condecoración que premie ser de infantería; bastante premio es haber sido infante, haberlo andado todo sin nada quedarte, todo sin nada sobrarte. Cada paso habrá sido camino adelante, honra y honor de infante, huellas en la historia, firma de infantes.

Hoy 8 de diciembre de 2014 un ejército forma ante su Patrona y Protectora, la Purísima e Inmaculada Concepción. Dejemos que en esa formación den un paso al frente, ocupen el lugar de honor, los infantes desconocidos, los héroes anónimos que no necesitan dar su nombre para hacer historia, los infantes de España que lucen en sus guerreras brillantes insignias de abnegación, iniciativa, solidaridad y sacrifico, y que en sus pechos destaca la condecoración de más valor, la que solo ostentan los que aman a España y a su Patrona la Inmaculada.

Ser infante es en definitiva ser un soldado desconocido. Así se ha forjado la mejor Infantería del mundo.

Flandes 1585, 8 de diciembre de 1585- España 8 de diciembre de 2023.

Nada ha cambiado para un soldado de Infantería.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R)

Blog: generaldavila.com

8 diciembre 2023

CENTENARIO DE LA LEGIÓN (74-8) LA FE DE UN SOLDADO (RITOS DE LA LEGIÓN EN SEMANA SANTA)

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No me mueve, mi Dios, para quererte

El cielo que me tienes prometido;

Ni me mueve el infierno tan temido,

Para dejar por eso de ofenderte.

 

Tú me mueves, Señor; muéveme el verte

Clavado en una cruz y escarnecido;

Muéveme el ver tu cuerpo tan herido,

Muéveme tus afrentas y tu muerte.

 

Muéveme, en fin, tu amor de tal manera,

Que aunque no hubiese cielo, yo te amara,

Y aunque no hubiera infierno, te temiera.

 

No me tienes que dar porque te quiera;

Porque, aunque lo que espero no esperara,

Lo mismo que te quiero, te quisiera.

Sólo un soneto podía expresar la intensidad del amor verdadero: “Porque, aunque lo que espero no esperara, lo mismo que te quiero, te quisiera”.

Lo que de por sí es bello no necesita recurrir a los artificios de la estética; con palabras directas y enérgicas, sin ornamentos, este soneto popular y anónimo nos traduce el amor puro y desinteresado por encima de cualquier otra consideración.jpeg-9

Anónimo es como decir que nos pertenece a todos y en el anonimato de estos versos se esconde la espiritualidad de todo un pueblo que inspiró a no se sabe quien para que dejase escrita la fuerza de un pensamiento y la espiritualidad de sus sentimientos.

Sobrecoge la expresión verbal pero más sobrecoge la voz de un pueblo que históricamente se ha empeñado en vivir su fe en la calle, que es donde en España, hasta ahora, se vive y se muere.

Por eso este soneto sólo se comprende de rodillas ante los pies del Cristo de la Buena Muerte o junto a las Angustias de la Madre Dolorosa. Es una oración del pueblo, la traducción de su mística, la que resulta humana a fuerza de su severidad y dureza. Es un soneto legionario que cumple con el espíritu que exige no abandonar jamás a nadie en el campo hasta perecer todos.

Sólo la dimensión espiritual puede dar sentido a la entrega de la vida y el sacrificio. La espiritualidad y trascendencia en el pueblo español y militar tiene profundas raíces cristianas; históricamente el militar español ha sido un hombre de fe, de fe cristiana. Por mucho que algunos se escandalicen, y echen a repicar las campanas, las virtudes de nuestros soldados proceden en su mayoría de su formación cristiana en la fe. La defensa de la fe, la convicción de servir a una causa justa y la lealtad al rey, junto al honor, fueron siempre los móviles de su conducta que se ganó la merecida  reputación de ser la mejor Infantería del mundo.

Pocos se atreven a levantar la voz en defensa de mantener nuestra fe y nuestras tradiciones, aunque tozudamente se enfrenten cada año con el pueblo en la calle que peregrina con paciencia procesionando su fe.

Cada primavera el pueblo se refugia en sus creencias al margen de los mensajes contradictorios y de los vaivenes del momento político.

Así ocurrió en Málaga cuando el pueblo lo dijo cantando: “Dicen que a la Legión se ha alistado un Cristo crucificado…”. Una saeta  convertida en jaculatoria fervorosa, el sentimiento popular hecho poesía y el comienzo del vínculo del Cristo legionario, de la Congregación de Mena y la Legión.17_f19

Fue una Semana Santa de los primeros años veinte cuando varios legionarios, en plena guerra de África, y unos cofrades de Mena, mientras compartían el pan y la sal, hicieron amistad y hermandad… “Morir en el combate es el mayor honor”; y para siempre se unieron con el abrazo redentor del Cristo de la Buena Muerte; desde el año 1925 hasta nuestros días han caminado, como suele decirse, con la Cruz a cuestas.

Tuvo que ser una primavera, la de saeta legionaria,  cuando los nuevos miembros de la Hermandad, los Caballeros Legionarios, llegaban a Málaga al mando de su Coronel. En 1930 se produce el primer desembarco, la primera escolta al Cristo, el primer contacto de Málaga y los legionarios. Todo hubiese sido efímero sin la aprobación de la calle, sin que los malagueños sintiesen y admitiesen aquél encuentro entre un Cristo Cofrade que hablaba de la Buena Muerte y unos hombres que cantaban… “soy un novio de la muerte…”.primera-guardia-legionaria-1931

Se produjo el milagro, surgió “El Vínculo”, una relación que se afanan en analizar los teólogos y sociólogos enfrentados a lo inexplicable, al misterio encerrado en esa trilogía, Cristo de Mena, pueblo y legionarios ¿Será la muerte la que ronde alrededor del misterioso vínculo? Siempre la muerte como tragedia, y de repente, ¿la buena muerte? “El morir en el combate es el mayor honorPor ir a tu lado a verte”.

Íntima conexión entre sensibilidad e inteligencia: la sensibilidad tiene sus antenas como medio de captación del conocimiento, y el conocimiento está en ese pueblo que procesiona detrás de su Cristo legionario. Es la sabiduría de la experiencia, sentimientos como herencia, el inconsciente genético que encierra toda la sabiduría. Es la intuición incluso por encima de la razón, más sabia por intuitiva. Es la realidad transmitida que supera a la rígida letra porque es plástica, informe, una sugerencia más que una definición. Concepto intuitivo, una visión de los hechos que los coloca por encima de la rémora del razonamiento vulgar, y le da la autoridad que proporciona el conocimiento de la verdad esencial de las cosas.quema-de-santo-domingo-1931

La Legión nació en momentos muy duros, cuando cada día era una aventura en la que te iba la vida. Esa, tu vida, dependía del combate, de la paz del alma y, en ocasiones, aunque ahora no se entienda, era una vida triste que buscaba redimirse con una muerte digna que borrase la anterior. Allí en la Málaga querida, a su hospital de sangre, llegan muchos legionarios heridos de las campañas africanas. Alguien les habla de un Cristo que le llaman de la “Buena Muerte”: No me mueve mi Dios, para quererte, El cielo que me tienes prometido… ¡Pero si yo no creo en nada, si me da igual la muerte! Son hombres que han aceptado a la Legión como religión y que sus oraciones son el valor, el compañerismo y la amistad; la unión y el socorro, la marcha y el sufrimiento, dar la vida por el compañero. No se hacen preguntas sobre el más allá aunque intuyen que alguien los acogerá y les conducirá a ese cielo legionario.

2008-06-24_IMG_2008-06-17_20-56-03_cabo2 “Si un día Dios me llama…”, reza el legionario por dentro, y reza cuando canta, por si le llega la muerte; que entre la vida y la muerte, cuando a ambas uno las ve a diario, sabe que sólo las diferencia un suspiro, una bala que te llega de repente.

Es en Málaga donde les hablan de un Cristo que es legionario y que por eso es de los pobres. Que no le importa que hayas sido delincuente ni ajusticiado entre malhechores. Que también fue despreciado, abandonado y olvidado y que sabe no abandonar jamás a un hombre hasta perecer todos, darlo todo hasta caer reventado, nunca quejarse y confiar en la victoria, cumplir con el deber y no permitir vivir siendo un cobarde. ¿Que mejor advocación para dar las gracias por la vida, por las heridas curadas, que aquella imagen de Mena tan herida, tan dolida, pero tan viva?Fotoperiodistas_guerra_espanoles_3

Es el Cristo malagueño que busca entre los legionarios a su gente, son los malagueños que encuentran en La Legión su referente, son los Congregantes de Mena los que hablan de la buena muerte, y todos quieren creer, porque este Cristo que es malagueño, no miente. Compartir el dolor, compartir la muerte, hermanados, llevando sobre los hombros al compañero de todos, el de la Buena Muerte. Que no puede ser esa muerte un mero accidente, un azar en un combate sin esperanza ni explicación trascendente.

Era una primavera malagueña llena de luz. Cantan los novios de la muerte y la música se los lleva al cielo. ¡Al Cielo con Él!, canta el pueblo hecho legionario en la fe y el sufrimiento; todos cantan por dentro mientras se enredan en esa  primavera  buscando escaleras para subir a la Cruz. jpegHasta los mismísimos clavos de Cristo han subido con los mismos sentimientos que transportan en su herencia genética, sin manipular; son la infantería, de uniforme o de paisano, que da lo mismo,  que pasea su fe en Semana Santa; la infantería que se autolegisla con leyes de supervivencia para que una bala no te deje en el camino; la que deja su vida en un polvoriento camino, ¡Con qué facilidad Dios mío!, y sólo busca en la fe su esperanza.jpeg-23

Era como si la noche no hubiese caído, como si el día no tuviese de largo lo suficiente. En Málaga nadie se recogía esperando ver al Cristo legionario, al Señor de la Buena Muerte.Todos en silencio, cada uno el de su suerte, con la mirada en la madera de una figura que se retuerce y en la Cruz cobra vida, se transforma de repente en la carne de los que allí esperaban que el prodigio sucediese… Cantan los novios de la muerte, “Por ir a tu lado a verte…” que es el pueblo el que lo entiende y lo siente, y quiere saber que lo que intuye no le miente, que entre tanta soledad y abandono alguien te abraza, te escucha, te llama Caballero, te reconoce y te quiere. Cuando creías que no eras nadie alguien te dice que lo eres todo si la vida das por alguien.

Crédulos e incrédulos asisten cada año a este misterio de fe que vincula a la Congregación de Mena, al pueblo malagueño y a la Legión, alrededor de la advocación de El Cristo de la Buena Muerte y Ánimas. jpeg-70No vamos solos que nos acompaña la Armada española escoltando a Nuestra Señora de la Soledad, compartiendo Congregación y creencias. Llevan a Nuestra Reina…

 

Estrella y Reina de los mares…

¡Salve! Estrella de los mares

…………………………….

De tu pueblo, a los pesares

Tu clemencia dé consuelo

………………………….

Cantan los legionarios, también la Armada española; todos están rezando, que los que ante nadie se humillan doblan a su Cristo la rodilla y le entregan el corazón.legion4

“A la Legión se ha alistado un Cristo Crucificado,

ya nadie podrá decir

que a la Legión sólo viene gente de mal vivir”(Saeta popular.

 

Y morirán cantando, con una canción en sus labios que marque el compás y el ritmo del valor y del honor, cuando…

 

jpeg-7El toque de oración inicia el vuelo

Y hay en las últimas luces del cielo

Algo invisible que nos acompaña,

Como si en la quietud de los soldados

Estuvieran aquí formados

Todos los que murieron por España (Coronel Luis López Anglada).

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez. General de la Legión entre 2001-2004

Blog: generaldavila.com

9 febrero 2020

EDCHERA Y EL SILENCIO DEL HÉROE. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Hasta aquí  llegó España; se podría

hacer una bandera ensangrentada

con el sol de esta arena calcinada

y la sangre que en rojo la teñía.

Así empieza el poema del poeta y soldado don Luis López Anglada titulado: Edchera. Se cumplen 61 años. Probablemente nadie le dedicará un párrafo a aquella guerra olvidada: Ifni-Sahara. Aquel día de muerte y heroísmo: 13 de enero 1958. Parece que los héroes molestan cuando son humildes soldados a los que el cumplimiento del deber llevó a la muerte. Pero la Legión no olvida a sus muertos.

<<A principios del año 1958 se encuentra toda la XIII Bandera reunida en su acuartelamiento de Aaiún. El día 13 de enero participa en el combate más cruento e importante de todos los que tuvieron lugar durante la Campaña Ifni-Sahara.

Dicho día salió la Bandera a las 07.00 horas, al completo de sus efectivos, en dirección a Edchera, con la misión de efectuar un reconocimiento sobre la zona. Marchaba en vanguardia la 2ª Compañía, que al alcanzar Edchera encontró al enemigo establecido sobre el borde Este de la Saguia, perfectamente organizado.

Ante la fortísima resistencia y el fuego enemigo, se recibe la orden de repliegue, que no fue posible ejecutarla por haberse adelantado el capitán Jaúregui con una sección y un auto-radio. Llevado de enorme espíritu de acometividad, rebasa la línea marcada, perdiendo el enlace con su Compañía y avanzando hasta el fondo de la Saguia, donde sostiene un violento combate a corta distancia con un enemigo que les embosca.

Por esta acción se concedieron las dos últimas Laureadas de San Fernando al brigada Francisco  Fadrique  Castromonte y al legionario Juan Maderal Oleaga, últimos héroes legionarios que derramaron su sangre por España y la Legión>>.

Así reza la efeméride legionaria. Así de sencillo se condensa el Credo de la Legión en sus más sublimes espíritus:

EL ESPÍRITU DEL LEGIONARIO

Es único y sin igual, es de ciega y feroz acometividad, de buscar siempre acortar la distancia con el enemigo y llegar a la bayoneta.

EL ESPÍRITU DE COMPAÑERISMO

60 Aniversario combate de Edchera

Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos.

Habló el valor y se quedó clavada

la razón, para siempre, de la hombría.

Hoy es un día de sueños. Sueños legionarios que se elevan a los paisajes donde se formó y curtió esta humilde unidad del pueblo llano: la Legión. Una unidad de hombres en donde el compañerismo se vive y reafirma en combates como el de Edchera. No es la Legión un lugar para la calma y el reposo. Aquí se está para combatir y morir, ¡si puede ser, como Fadrique y Maderal, como héroes. Hoy es un día legionario y debería ser fiesta nacional en los Ejércitos de España. Los dos últimos Laureados llaman a nuestros corazones, gritan: …¡las eternas tumbas españolas!

Hasta aquí llegó España…

Y ahí está coronada por el viento,

alzando para siempre el monumento

de las eternas tumbas españolas.

¡Dios mí qué solos se quedan los muertos!

No olvidéis legionarios de donde venís y a donde vais. Seguid los caminos de los héroes olvidados por la vulgaridad y la rutina del ocio. No seáis masa, sino compañía. Caminad juntos con el honor por bandera de colores rojo y gualda. No paréis; que no os detengan palabras vanas y premios vacíos. Vosotros sois continuo combate, sin descanso ni oportunidad para el aburrimiento o el ocio. Os espera la Laureada del deber cumplido. Os esperan vuestros muertos. Os vigilan y alientan. Aquí nadie muere. Solo mueren para siempre los cobardes que no supieron darle cara a la vida. Enfrentarse en limpia lucha, rectitud del arma que maneja el alma de los valientes.

La tierra del desierto no sabía

sino del poderío en la pisada

No olvidéis la tierra del desierto que os vio nacer y crecer. Allí quedó vuestra sangre de soldados valientes de España.

Quedó mucho más; algún día florecerá: lo lejano se ha de ver cerca. Cuando la inteligencia se convierta en la sabiduría del arte del combate. Cuando la flor se convierta en fruto abundante. Cuando no se olvide que las eternas tumbas de los soldados españoles se alzan para siempre como monumentos al ejemplo.

laureados de la Legión: Brigada Fadrique. CL. Maderal Oleaga

Lo son, y laureados, Francisco Fadrique Castromonte, Juan Maderal Oleaga,

38 muertos, 51 heridos: Edchera 13 enero 1958.

Porque ellos emprendieron el camino del arte de ser legionario que consiste en luchar contra el enemigo y vencerle. Ellos alcanzaron la fuerza y la sabiduría del combate eligiendo el camino de la rectitud; el que así lo hace habrá de vencer siempre: es un héroe.

Muriendo con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos.

¡Dios mío que solos se quedan los muertos!

 

Hasta aquí llegó, España; se podría

hacer una bandera ensangrentada

con el sol de esta arena calcinada

y la sangre que en rojo la teñía.

La tierra del desierto no sabía

sino del poderío en la pisada.

Habló el valor y se quedó clavada

la razón, para siempre, de la hombría.

Hasta aquí llegó España; la frontera

se convirtió en altar donde tuviera

lugar la Cruz, en el desierto, a solas.

Y ahí está; coronada por el viento,

alzando para siempre el monumento

de las eternas tumbas españolas.

Coronel Luis López  Anglada

Hoy en los acuartelamientos de la Legión se rinden honores a nuestros muertos. Que no los olvide España. No los olvidéis nunca legionarios.  Seguid el ejemplo y su camino: el de la rectitud. Se llama La Legión.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

EL SILENCIO DEL HÉROE

La Pascua Militar es la solemne festividad con la que se inicia el año militar. La siguiente fecha que debería ser tenida en cuenta en el calendario ha quedado reducida a una sencilla celebración legionaria cuando, a mi juicio, debería revestirse de toda solemnidad, al menos en el Ejército de Tierra. Me refiero al combate de Edchera que se desarrolló en las proximidades de El Aaiún el 13 de enero de 1958. Un combate enmarcado en la olvidada guerra de Ifni-Sahara donde brilló el soldado español en acciones llenas de heroísmo y sacrificio.images

Llevo algunos años escribiendo, narrando, divulgando alguno de los momentos del ejemplar sacrificio de nuestros soldados. Me invade el deseo de zarandear las conciencias, también la militar, con la intención de recuperar nuestra frágil memoria. Edchera es un ejemplo de heroísmo, de valor y sacrificio, pero también una prueba palpable del olvido o, lo que es peor, del desconocimiento por la poca importancia que al estudio de nuestra historia  militar se le da en los centros de formación.

centroEdchera ha sido la última acción de guerra en la que se han concedido 2 Cruces Laureadas de San Fernando con carácter individual: Brigada Caballero Legionario Francisco Fadrique Castromonte y Caballero Legionario Juan Maderal Oleaga. Una acción muy simple, aguantar solos ante el enemigo protegiendo el repliegue de sus compañeros. En la brevedad y humildad del lenguaje militar, en la orden de concesión de sus Laureadas, descubrirán como se muere sabiendo que vas a morir, como se  espera a la muerte con la gallardía del que muere por otros, del que solo tiene la vida y la vida da, sin nada pedir.

Laureados Brigada Caballero Legionario Fadrique y Caballero Legionario Maderal junto a 35 legionarios muertos y 50 heridos, es el frío balance de esta fecha del calendario militar: 13 de enero de 1958, el combate de Edchera.caidos-en-la-guerra-de-ifni-1957-1958

Para Juan Maderal la historia no había terminado. En Bilbao, donde nació, le erigieron un monumento y al poco tiempo, su peor enemigo, la alimaña etarra lo arrancó de cuajo y lo arrojó a la ría. El mismo enemigo que al poco tiempo asesinaría a su hermano, también legionario.

Levantamos monumentos y otros derribamos. El del último héroe español, un soldado, hubo que sacarlo de una ría y en silencio, casi a escondidas, guardarlo en un acuertelamiento.

Sobre frágiles pedestales descansa el pasado efímero de nuestra reciente historia, como una fruta vana

de aquella España que pasó y no ha sido,

esa que hoy tiene la cabeza cana.

Ifni, el Sahara, Marruecos…Pactos y acuerdos rotos, negociaciones con o sin fruto, el olvido. Es el silencio el que llena las páginas de la historia cuando esta se interpreta desde los grandes parámetros habituales. Conlleva el olvido para los pequeños y humildes protagonistas de las acciones heroicas que engrandecieron a España.

images (1)Ya de aquello no queda nada. Una inmensa soledad de desierto, unos nombres modificados, amarillentas fotos y unos cuantos héroes olvidados que siguen luchando por mantener el recuerdo, a pesar de tantos pesares. Hasta se olvidaron de entregar las medallas a alguno de ellos. Julián Duarte Flores se ha enterado ahora, después de tanto tiempo, que fue un héroe. Le concedieron la Cruz del Mérito Militar con distintivo Rojo. Solo cumplió con su deber, ahí es nada, cuando la muerte rondaba por las arenas del desierto. Acudió voluntario. No quiso abandonar a ningún compañero en el campo hasta perecer todos. Es lo habitual entre estos hombres que viven y mueren con la sencillez que caracteriza a nuestros soldados.

Levantamos estatuas y otras derribamos, depende, aunque siempre cae antes la del sencillo. Unas se yerguen en grandes avenidas o en parques y paseos, otras se esconden en poéticos rincones, la mayoría, a pesar de su escultórica soberbia, personajes desconocidos.

Juan Maderal Oleaga, fusil en mano, en la del único brazo que le queda, desde su estatua en el Acuertelamiento de la Legión nos mira y su gesto recuerda “El Grito” de Munch, desesperación para los que saben cómo las cosas hieren y baten a quien las sacó del olvido, como aplastan desde lo eterno a los soñadores vencidos.descarga1

Terminaba la ceremonia militar en el Acuertelamiento de la Legión. Día del veterano, conmemoración del combate de Edchera, jóvenes legionarios junto a las arrugas que los viejos llevamos en el alma. La música ha creado un inmenso silencio. Sonaba el novio de la muerte, sonaba en silencio… “Por ir a tu lado a verte…”

Y yo, que oía

todos los sones, solo oí el silencio, su silencio,

el silencio del héroe.

Y no quisiéramos que esta historia fuese solo la historia de aquella España que pasó y no ha sido nada, esa que hoy tiene la cabeza cana.

Porque aquello que fue sigue siendo y así será mientras recordemos a los que:

…como valientes lucharon/ y como héroes murieron…  A los que no quisieron servir a otra bandera,/ no quisieron andar otro camino, no supieron morir de otra manera».

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

 

Diarios Oficiales con la concesión de la Laureada de San Fernando al Brigada Caballero Legionario Francisco Fadrique Castromonte y al Caballero Legionario Juan Maderal Oleaga:

http://www.bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/catalogo_imagenes/imagen.cmd?path=21198&posicion=1

 

http://www.bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/catalogo_imagenes/imagen.cmd?path=20399&posicion=1

Artículo publicado en enero de 2014

https://generaldavila.wordpress.com/2014/01/10/dos-vascos-legionarios/

EDCHERA. LOS ÚLTIMOS LAUREADOS General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Edchera 1958 CL.Maderal Oleaga

Hasta aquí  llegó España; se podría

hacer una bandera ensangrentada

con el sol de esta arena calcinada

y la sangre que en rojo la teñía.

Así empieza el poema del poeta y soldado don Luis López Anglada titulado: Edchera. Se cumplen 60 años. Probablemente nadie le dedicará un párrafo a aquella guerra olvidada: Ifni-Sahara. Aquel día de muerte y heroísmo: 13 de enero 1958. Parece que los héroes molestan cuando son humildes soldados a los que el cumplimiento del deber llevó a la muerte. Pero la Legión no olvida a sus muertos.

<<A principios del año 1958 se encuentra toda la XIII Bandera reunida en su acuartelamiento de Aaiún. El día 13 de enero participa en el combate más cruento e importante de todos los que tuvieron lugar durante la Campaña Ifni-Sahara.

Dicho día salió la Bandera a las 07.00 horas, al completo de sus efectivos, en dirección a Edchera, con la misión de efectuar un reconocimiento sobre la zona. Marchaba en vanguardia la 2ª Compañía, que al alcanzar Edchera encontró al enemigo establecido sobre el borde Este de la Saguia, perfectamente organizado.

Ante la fortísima resistencia y el fuego enemigo, se recibe la orden de repliegue, que no fue posible ejecutarla por haberse adelantado el capitán Jaúregui con una sección y un auto-radio. Llevado de enorme espíritu de acometividad, rebasa la línea marcada, perdiendo el enlace con su Compañía y avanzando hasta el fondo de la Saguia, donde sostiene un violento combate a corta distancia con un enemigo que les embosca.

Por esta acción se concedieron las dos últimas Laureadas de San Fernando al brigada Francisco  Fadrique  Castromonte y al legionario Juan Maderal Oleaga, últimos héroes legionarios que derramaron su sangre por España y la Legión>>.

Así reza la efeméride legionaria. Así de sencillo se condensa el Credo de la Legión en sus más sublimes espíritus:

EL ESPÍRITU DEL LEGIONARIO

Es único y sin igual, es de ciega y feroz acometividad, de buscar siempre acortar la distancia con el enemigo y llegar a la bayoneta.

EL ESPÍRITU DE COMPAÑERISMO

60 Aniversario combate de Edchera

Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos.

Habló el valor y se quedó clavada

la razón, para siempre, de la hombría.

Hoy es un día de sueños. Sueños legionarios que se elevan a los paisajes donde se formó y curtió esta humilde unidad del pueblo llano: la Legión. Una unidad de hombres en donde el compañerismo se vive y reafirma en combates como el de Edchera. No es la Legión un lugar para la calma y el reposo. Aquí se está para combatir y morir, ¡legionarios a luchar- legionarios a morir!, si puede ser, como Fadrique y Maderal, como héroes. Hoy es un día legionario y debería ser fiesta nacional en los Ejércitos de España. Los dos últimos Laureados llaman a nuestros corazones, gritan: …¡las eternas tumbas españolas!

Hasta aquí llegó España…

Y ahí está coronada por el viento,

alzando para siempre el monumento

de las eternas tumbas españolas.

¡Dios mí qué solos se quedan los muertos!

No olvidéis legionarios de donde venís y a donde vais. Seguid los caminos de los héroes olvidados por la vulgaridad y la rutina del ocio. No seáis masa, sino compañía. Caminad juntos con el honor por bandera de colores rojo y gualda. No paréis; que no os detengan palabras vanas y premios vacíos. Vosotros sois continuo combate, sin descanso ni oportunidad para el aburrimiento o el ocio. Os espera la Laureada del deber cumplido. Os esperan vuestros muertos. Os vigilan y alientan. Aquí nadie muere. Solo mueren para siempre los cobardes que no supieron darle cara a la vida. Enfrentarse en limpia lucha, rectitud del arma que maneja el alma de los valientes.

La tierra del desierto no sabía

sino del poderío en la pisada

No olvidéis la tierra del desierto que os vio nacer y crecer. Allí quedó vuestra sangre de soldados valientes de España.

Quedó mucho más; algún día florecerá: lo lejano se ha de ver cerca. Cuando la inteligencia se convierta en la sabiduría del arte del combate. Cuando la flor se convierta en fruto abundante. Cuando no se olvide que las eternas tumbas de los soldados españoles se alzan para siempre como monumentos al ejemplo.

laureados de la Legión: Brigada Fadrique. CL. Maderal Oleaga

Lo son, y laureados, Francisco Fadrique Castromonte, Juan Maderal Oleaga,

38 muertos, 51 heridos: Edchera 13 enero 1958.

Porque ellos emprendieron el camino del arte de ser legionario que consiste en luchar contra el enemigo y vencerle. Ellos alcanzaron la fuerza y la sabiduría del combate eligiendo el camino de la rectitud; el que así lo hace habrá de vencer siempre: es un héroe.

Muriendo con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos.

¡Dios mío que solos se quedan los muertos!

 

Hasta aquí llegó, España; se podría

hacer una bandera ensangrentada

con el sol de esta arena calcinada

y la sangre que en rojo la teñía.

La tierra del desierto no sabía

sino del poderío en la pisada.

Habló el valor y se quedó clavada

la razón, para siempre, de la hombría.

Hasta aquí llegó España; la frontera

se convirtió en altar donde tuviera

lugar la Cruz, en el desierto, a solas.

Y ahí está; coronada por el viento,

alzando para siempre el monumento

de las eternas tumbas españolas.

Coronel Luis López  Anglada

Hoy en los acuartelamientos de la Legión se rinden honores a nuestros muertos. Que no los olvide España. No los olvidéis nunca legionarios.  Seguid el ejemplo y su camino: el de la rectitud. Se llama La Legión.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

13 enero 2018