Ante los numerosos lectores del blog que me preguntan sobre el monumento a la Legión española colocado en el Paseo de la Castellana de Madrid debo aclarar mi desconocimiento de los hechos y por tanto mis limitaciones a la hora de informarles. Todo lo que les diga es a título particular y sin más valor que el de la opinión de quien en su día estuvo al mando de la Brigada de la Legión Rey Alfonso XIII y por tanto fue el mando institucional del conjunto de la Legión. Poco o nada puedo contarles de fuentes oficiales.
La idea del monumento debió surgir como uno de los actos a llevar a cabo con motivo del Centenario de la Legión que por culpa de la pandemia pasó casi desapercibido y que visto desde una cierta distancia, a mi juicio, no solo fue casual, sino también causal, a la forma de ser legionaria. Un Centenario caracterizado por la humildad, cumplimiento del deber exigido, donde las celebraciones fueron menos de las justas y las conmemoraciones solo en recuerdo de nuestros muertos. Como debe ser. Vanidades marginadas. El resto formaría parte de las bambalinas que en ocasiones ocultan la verdad del Credo legionario. Mejor así, sin alharacas, exhibiciones solo de los que más aparentan; y algún olvido hacia los que más la representan
…de modestia llenos,
a los más viejos verás
tratando de ser lo más
y de aparentar lo menos.
Idea brillante la del monumento en la capital de España, como otras muchas que no pudieron ver la luz, y que ahora se ejecuta gracias a la excelente labor de los que la pusieron en marcha y han llevado a buen fin. Preciosa figura de un legionario con sus característico gorrillo legionario, chapiri, y el fusil con la bayoneta calada, esgrima del combate cuerpo a cuerpo que dio fama a la Legión.
Entre la Fundación Museo del Ejército y el Ayuntamiento de Madrid se organizó una campaña de donaciones que supongo haya llegado a buen fin y cubierto los gastos.
Sí puedo decirles que el monumento lleva una cápsula del tiempo en la que figuran la primera filiación, el libro del fundador teniente coronel Millán-Astray La Legión, la historia de la Legión en sus cien años, un gorrillo legionario (chapiri), el Credo, el Libro de Oro, un trozo de camisa verde, la imagen del Cristo de la Buena Muerte, el emblema de la Legión, una bandera de mochila y alguna cosa más sin mayor relieve.
Como ustedes también me hago mis interrogantes y quedé algo perplejo al ver como casi en la clandestinidad se izaba el monumento un día tan señalado como el 20 de septiembre: Aniversario Fundacional.
Allí ha quedado a la espera. De lo que me cuentan deduzco que la operación está coordinada entre el Ayuntamiento de Madrid, la Fundación Museo del Ejército y el ministerio de Defensa. Se supone que dadas las fechas se está a la espera de su inauguración oficial alrededor del Día de la Fiesta Nacional de España (suposición), 12 de octubre. Nada concreto.
Mi extrañeza ante tanto secretismo y precauciones entiende que podría ser una maniobra de diversión para evitar que «el personal descontento» se irrite y funda el bronce como con los cañones convertidos en Malospelos y Benavides. Son pocos, desde luego no son legión, no se les oye, aunque su rugido parezca aullido. No es bueno renegar del ser y nacer en España.
Lo importante es el homenaje de la capital de España, de Madrid, a esos hombres humildes, sacrificados y valientes legionarios.
Por cierto y para que vean quienes son unos y otros, el último legionario laureado fue un vasco de nombre Juan Maderal Oleaga; murió frente al enemigo, combatiendo por salvar a sus compañeros en el Sahara, en la Saguia el Hamra (El Aaiún). Dio la vida generosamente como corresponde a un legionario. Se le erigió un monumento en Erandio, su pueblo, pero los etarras lo arrancaron de cuajo arrojándolo al Nervión. La estatua de Juan se encuentra ahora, después de su rescate, en la Brigada de La Legión en Almería. Está mutilada porque así salió del fondo de las aguas del Nervión donde ha quedado su desnudo brazo para vergüenza de los asesinos. Sobrecoge su expresión y belleza.
Su hermano José María era el presidente de la Hermandad de antiguos caballeros legionarios de Vizcaya. El 17 de marzo de 1979 fue asesinado por la ETA, el enemigo; por eso: por ser Caballero legionario.
No sé si estos detalles estarán guardados en la cápsula del tiempo.
Poco más puedo contarles. Parece ser que el lugar elegido inicialmente era frente al Palacio de Oriente, pero…
La belleza del monumento es indiscutible. Debemos felicitar a los autores.
Hubiese preferido una pareja de legionarios y no la soledad individual, pero comprendo que el peso, presupuesto y algún detalle más lo impidan.
La Legión no es el hombre solo, sino muchos (legión) y su Credo acentúa esos espíritus de Compañerismo, Amistad, Unión y socorro.
«Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos».
Me falta un legionario a lista, junto al del Paseo de la Castellana. Podría ser Juan Maderal Oleaga.
El caso es que se haya iniciado el proceso, que no se interrumpa y que todos recuerden el sacrificio de la unidad más popular, querida y admirada por el pueblo llano y sencillo: La Legión.
Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)
3 octubre 2022
Blog: generaldavila.com
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...