LA EVOLUCIÓN DEL PENSAMIENTO SOBRE LA GUERRA General Rafael Dávila Álvarez (R.)

Nos olvidamos de la guerra, cuando la guerra nos visita de nuevo. Mientras más extendemos los derechos humanos, el respeto a la vida, la igualdad, la fraternidad, más conflictos surgen, todos bajo el gran riesgo de la explosión definitiva.

La guerra, sus profesionales, filósofos, entendidos y charlatanes, coinciden: ciencia y tecnología mandan en la guerra. El futuro está en la capacidad del hombre para evolucionar en esos campos.

En la última -Ucrania- ha desaparecido la maniobra bajo el cielo de la tecnología. Otro cielo más arriba, más tecnológico, ya en marcha, acabará con aquel y de nuevo surgirá la maniobra: fuego, movimiento y choque. Como fue toda la vida.

Sin cambios temporales. La falta de mando y control de la Primera Guerra Mundial trajo la Segunda, fruto de la revancha y locura del hombre. Siempre un hombre al que siguen muchos enfervorizados y henchidos de promesas.

En cualquier caso desde Troya las guerras las decide el factor humano. Sin hombres no hay guerras. Los expertos en las guerras del futuro miran a las fábricas, los laboratorios, a los científicos y se olvidan de los vientres de las mujeres y la posterior educación de los que nacen. Cualquier guerra depende de la demografía y de la evolución del pensamiento, la educación. Ello nos lleva a analizar estos factores con rigurosidad. Ambos son escasos y la población se mueve sin fronteras por culturas que en nada se asemejan. Las virtudes que nosotros conocemos se modifican o cambian por otras. Las fronteras se resisten a lo inevitable: hambre y sed de justicia.

En las guerras empiezan a preguntarse por qué y para quién luchan. Se abre un abismo entre el ayer y el futuro. Hay quien ya no identifica y por tanto no se identifica con ningún lugar. Hasta el concepto de lazos familiares está derivando en uno u otro sentido, distintos.

En la tipología del guerrero tenemos el modelo de Aquiles, Ulises o Ayax. Surgen nuevos modelos con virtudes, si es que así se pueden llamar, distintas. Hoy hasta las piedras se convierten en virtud. Todo depende de su valor. Material.

Hubo una evolución de la guerra llamada la nación en armas. El futuro puede estar en otra cosa que no reconoce ni a la nación ni a las armas.

En un futuro podría ser que nos encontremos sin ejércitos, sin que nadie quiera coger un arma y entablar una guerra. Se quedarán las fábricas y los científicos solos, porque ellos las crean, pero no las manejan por miedo.

Todo esto está en vías de suceder, más rápido de lo que nos creemos, ya que dos o tres generaciones no son nada en la evolución.

En cualquier caso parece probable que el cambio se produzca después de la explosión. Se borrará de la faz de la Tierra todo vestigio: «Con el escudo o sobre el escudo» y ya no habrá nadie para tomar escudo y lanza. ¿En qué sustentar el combate, en qué fundamentar la entrega hasta la muerte? ¿En qué se fundamenta el espíritu militar?

El interrogante se abre de par en par, como un planteamiento imposible, ofensivo para una sociedad, estado o nación, pero cuando no existe esa base, casi religiosa, de dar la vida por ese conjunto social, cuando el sistema social se aleja no dispuesto a otra cosa que el obligado cumplimiento de la ley, cuando la obligación de las armas sea una imposición y no un compromiso espiritual, cuando hasta la religión política de Napoleón se venga abajo porque no hay creencia alguna, ni en lo divino ni en lo humano. Podría darse el caso de que los ejércitos no tengan una sociedad a la que servir, una nación que reconocer, una bandera a la que seguir. Podría.

Canto II, comienza la Ilíada y cuando todo está preparado para la lucha surge el primer aviso de lo que ahora está por llegar: Tarsites : «A casa por lo menos regresemos…», se encara con Agamenón y Ulises le golpea, la ley del cetro.

O Jenofonte: «Entonces Sotéridas de Sición replicó lo siguiente: No estamos en igualdad de condiciones, Jenofonte. Tú vas a caballo y yo estoy completamente destrozado a fuerza de llevar el escudo”.

«Cuando Jenofonte oyó sus palabras, se bajó del caballo, lo arrastró fuera de la fila y, arrancándole el escudo, prosiguió las marcha con él en las manos lo más deprisa que pudo, todavía llevaba encima la coraza de jinete, con lo que soportaba un enorme peso» (Anábasis III 4.46-49).

Desde entonces, tan despacio,  algo está cambiando y la prueba es  que llevamos camino de forzar tanto la guerra que acabará  con ella misma.

Es un peso que empieza a no ser soportable al convertir un arte en la propia destrucción de unos para el negocio de otros.

Esa es la guerra de hoy, ¿mañana? Se impone la nanociencia y la nanotecnología, también en esto de la guerra. Nada sabemos, pero está en camino.

Habrá que pensar en ello.

General Rafael Dávila Álvarez (R.)

Blog: generaldavila.com

13 septiembre 2024

 

 

 

LA BATALLA DE BRUNETE. Rafael Dávila Álvarez. Blog: generaldavila.com

Estos son meses de guerra. Puede que sean los calores del verano la abundancia de luz y las noches tan  cortas.

Julio siempre me trae a la memoria Annual. Vamos camino del centenario de aquello que se definió como “El Desastre”. Todas las guerras lo son .Vencedores y vencidos, da igual, todos pierden.

Hoy se ha quedado mi recuerdo en los campos de Brunete. Otro día les contaré que andaba yo buscando por allí.

No es difícil perderse por esos lugares cercanos a Madrid que tanto nos suenan, de pasada diría. Pero si dejas el asfalto y sales al campo abierto todo resulta más sencillo.

Quijorna, Brunete, Boadilla, Pozuelo, las Rozas…más al sur Villaverde, Leganés, Móstoles, Villaviciosa…

Me he detenido por aquellos lugares que tienen nombre de batalla, la de Brunete. Era un nombre desconocido hasta que llegó la guerra; he paseado por sus campos entre el trigo y la cebada, ya con el olor de la siega. Las pocas encinas que se ven no pasan de carrasca. Alguna perdiz ha hecho exhibición de sus perdigones ignorando mi pasar cansino. Muy cerca de mi cabeza ha volado una pareja de aguiluchos cenizos. Se ve Madrid alborotado a lo lejos y aquí, casi escondida, la rutina que podría ser la de hace cien años.fotos iphone 027

En 1937 el llamado Ejército rojo español se reorganiza con los criterios de los asesores militares rusos. Grandes unidades, mucha gente y escasos mandos profesionales. Hay que probar esa nueva máquina militar ya constituida en Ejército Popular; escasos de moral y sobrados de enfrentamientos, necesitan una gran victoria sobre el campo de batalla. Desde el punto de vista militar es urgente paralizar las operaciones del Ejército nacional en el Norte y  aliviar la presión sobre Madrid. Es el momento de demostrarse poseedores de un poder militar capaz de pasar a la ofensiva y dar el golpe definitivo al Ejército nacional en las mismas puertas de Madrid.

descargaAsí, sobre los mapas de guerra, aparece Brunete.

La idea de maniobra parece sencilla y realizable. Dos ataques concéntricos y simultáneos, uno, el principal, en dirección a Brunete y Móstoles para cortar la carretera de Extremadura, y otro secundario, en el sector de Villaverde-Usera, para interceptar las de Andalucía y Toledo. El mando de todas las fuerzas lo asume personalmente el nuevo ministro de Defensa Nacional Indalecio Prieto, asistido por el Coronel Vicente Rojo. El Ejército de Maniobra queda a las órdenes del general Miaja.

Ataques de diversión, secreto en la preparación y sorpresa. Todo un plan de Escuela de Estado Mayor al que sigue una desastrosa ejecución.

En la noche del 5 al 6 de julio, el Ejército de Maniobra logra infiltrarse entre las posiciones nacionales del sector comprendido entre Navalagamella y Villanueva del Pardillo ocupando al amanecer el pueblo de Brunete. El ataque se produce con seis Divisiones provistas de toda clase de elementos y con superioridad aérea, mientras que los nacionales sólo disponen en dicho sector de cuatro unidades tipo Batallón, seis piezas de artillería y trece cañones contracarro de pequeño calibre. A última hora, cuando se percatan de la ofensiva, se refuerzan las posiciones con un Tabor de Regulares y otro de Tiradores de Ifni. En Brunete sólo quedaban secciones sanitarias y la organización defensiva del sector se reducía a unos cuantos centros de resistencia ocupando los pueblos y alturas dominantes.milbru

Pero el ataque del ejército rojo se frustra después del éxito inicial. Sorprendidos del mismo, los jefes de las unidades atacantes dudan sobre la dirección ulterior de su avance. La inquietud se apodera de ellos cuando ven la enorme resistencia de las pequeñas guarniciones nacionales que han quedado cercadas a retaguardia. Confusión, indecisión, irresolución; en definitiva, nadie manda porque no se sabe mandar.

El mando nacional se aprovecha de la situación, se refuerza con la llegada de nuevas unidades y crea al sur de Brunete posiciones para taponar la brecha mientras recurre a las reservas que contrarresten la maniobra del enemigo. El ataque secundario del ejército rojo en Villaverde-Usera fracasa de un modo rotundo.

Spa-T26-July1937BruneteNorthernFrontEn un espacio de unos 13 Kilómetros de ancho por 12 de profundidad, entre el río Perales, al Oeste, y el Guadarrama, al este, más de 90.000 combatientes rojos llegan a enfrentarse durante cerca de tres semanas de encarnizada lucha, con unos 60.000 nacionales.

Llegó la contraofensiva nacional pero hubo tenaz resistencia. El día 20 de julio después de duros combates, se alcanzaba la línea del Guadarrama mientras los rojos intentaban contrarrestar la maniobra nacional, atacando sin resultado por Las Rozas y Robledo de Chavela. Todavía se luchó encarnizadamente por Brunete que resistió hasta el último momento.

Al final una sangría de vidas que no condujo a ningún resultado. Breve batalla la de Brunete pero terrible Batalla de Brunete con cerca de 40.000 bajas.

20100712Los campos de Brunete, aquellos de la guerra, están ahora sobrecogedoramente solitarios. Allí han quedado los de un bando y los del otro. En el fondo eran los mismos, en un bando y en el otro.

El siglo XX representa la época más sangrienta de la historia. El siglo XXI parece querer emularleprimera guerra mundial

De la historia se aprende con humildad y nunca debe servir para transmitir los recuerdos del odio. La memoria de las conmemoraciones no debe ser un repaso de reproches. Todos saben lo que se hizo mal… aunque se repite.

Sobrecogen los campos de Brunete cuando uno los recorre envuelto en la memoria del respetuoso silencio, sin leyes que obliguen a encender de nuevo viejos rencores.

800px-Obelisco_Dos_de_mayo_(Madrid)_03La tumba de los grandes hombres sigue siendo la tierra entera. De ellos nos habla no sólo una inscripción sobre sus lápidas; su nombre está grabado no en un monumento, sino, sin palabras, en el espíritu de cada hombre.

Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

4 agosto 2020