
Les daba cuenta detallada de las maniobras navales de la ministra de defensa para desembarcar de su brillante carrera a un almirante de la Armada española. La última noticia es que la ministra ha hecho agua. Por ahora.
En el Salón de la Enseñanza de Barcelona vuelve el intento de boicotear la presencia militar. La escopeta se ha disparado por la culata. Allí están soldados y marineros. La imagen es peculiar en cualquier caso, porque acuden escoltados por los mozos de escuadra. Muy propia de esta España de contrastes que, un día, de estos abrileños, como dijo un almirante, se acuesta monárquica y se levanta republicana. Vuelven a hacer agua.
En Barcelona un alcalde cuyo nombre creo recordar, Trias, prohibió, con rotundidad y algo más, que en Barcelona se llevase a cabo la ceremonia de entrega de la Bandera de Combate al Buque Insignia de la Armada española el “Juan Carlos I”. La madrina iba a ser la Reina Doña Sofía. No pudo ser. Al señor Trias no le dio la gana. Todos tragaron. El presidente del Gobierno era Rajoy. El ministro de Defensa Morenés. Artur Más en la Generalidad. Hay que decir que la Casa del Rey (que no es la Casa Real) se empeñó a fondo en el tema, pero le doblaron el brazo. Sus gestiones al más alto nivel no dieron fruto. La ceremonia hubo de trasladarse a Cádiz.
Mañana el Buque Insignia “Juan Carlos I” atraca en Guecho en visita de cortesía entre medias de sus ejercicios programados. Su presencia ha sido rechazada por PNV (aquí nos conocemos todos), Podemos, y EH.Bildu. Algo que les agradecemos. Están en otra línea. Pero es de destacar que también ha sido rechazada por el Partido Socialista Obrero Español, PSOE. ¡Viva Sánchez y los suyos!
Se les ve el plumero. Lean:
“La derecha está hoy llena de siglas, pero no es más que una sola derecha, la derecha de los coroneles y el pensamiento único”. Lo ha dicho una ministra de nombre Celaá, ¡que lo es de Educación!, ella que pertenece a un partido que se sienta con lo más granado y amante de la convivencia y de las Fuerzas Armadas, EH.Bildu y PODEMOS.

Solo recordarle a la ministra que repase el significado de educación, de urbanidad, y que piense que, durante mucho tiempo, por culpa de algunos de los próximos a sus socios, hemos tenido los militares, guardias civiles y policías, políticos, socialistas también, que vigilar cada minuto los bajos de nuestros coches, mirar al doblar cada esquina, esconder nuestro bello oficio, ocultarlo en el colegio de nuestros hijos y vivir un calvario que parece olvidar.
Ese es nuestro pensamiento único, el de la convivencia y el de España unida.
Nosotros los militares no somos de derechas ni de izquierdas, pero tenemos claro nuestro sentido del deber con lo que hemos jurado, y por supuesto una vez retirados hacemos y militamos en el partido que nos dé la gana. Como usted que en este caso también hace agua.
Tengo que repetir: <<Todo lo sufren en cualquier asalto. Sólo no sufren que les hablen alto>>.
La hemos oído señora ministra, Celaá. No nos levante la voz.
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
Blog: generaldavila.com
21 marzo 2019