Encaramos este nuevo año con la incertidumbre sobre la sostenibilidad del sistema españolde pensiones. Un informe de la OCDE emitido en el otoño del año pasado así lo ponía de manifiesto. Es una cuestión de equilibrio entre los ingresos y los gastos, entre el haber y el debe. Los ingresos han sufrido una considerable merma desde que entramos en la crisis que el gobierno de turno negó, y los gastos se han ido incrementando(pese a la congelación de las pensiones los últimos años) debido al espectacular incremento de la esperanza de vida de los españoles. Según los datos de la OCDE, que viene a ser lo mismo que el club de los países más desarrollados, ocupamos el segundo puesto con una media de 83 años, tres años más que la media delos 35 países que integran dicha organización.
Estamos envejeciendo, lo cual no es malo en sí. Todos aspiramos a vivir más y mejor, mientras podamos disfrutar de una calidad de vida razonable. Y como venimos sosteniendo desde este blog, las Fuerzas Armadas no dejan de ser un reflejo de la sociedad a la que sirven. El modelo de ejército profesional tiende inexorablemente al envejecimiento si no se buscan soluciones que permitan prolongar la vida de nuestros militares, especialmente de la tropa, en ocupaciones fuera de filas.No como un premio, sino en base a su mérito y capacidad. Asunto este tan serio como necesario, pero que merece más espacio del que hoy le puedo dedicar. Yo diría que se merece un auténtico pacto de Estado.
Y una de las consecuencias de ese envejecimiento es sin duda una cierta pérdida de la condición física y una tendencia hacia la obesidad. ¿O no es el incremento de la obesidad un problema de toda nuestra sociedad? Claro, que a los militares se nos exige una condición física de base que, sin llegar a ser muy rigurosa, no deja de excluir a una parte de la población. Además, para determinadas unidades o puestos, las condiciones llegan a ser verdaderamente exigentes.
En definitiva, el envejecimiento y la perdida de condiciones físicas, en particular el sobrepeso, es un problema que a todos los que tienen responsabilidades les preocupa.No es más que un reflejo de la Reales Ordenanzas para las fuerzas Armadas, cuyo artículo 25 comienza “Mantendrá una sólida formación moral,intelectual, humanística y técnica, un elevado conocimiento de su profesión y una adecuada preparación física...”
Y eso es lo que ha hecho la Brigada de La Legión, con su general al frente.Ha cogido al toro por los cuernos: ¡guerra a la obesidad! No pueden hacer nada contra el envejecimiento de sus miembros que viene señalado por la ley, pero si contra una de sus derivadas: la tendencia a la obesidad. Y vaya si lo han hecho. No como una orden recibida de los mandos del propio Ejercito ni de las autoridades del Ministerio de Defensa, como pretenden trasladar algunos medios de comunicación, deslizando la idea de que solo este problema afecta a una de las unidades más punteras y queridas de los españoles.Lo hacen porque como digo el sobrepeso comienza a ser un problema y La Legión siempre, siempre se ha puesto en vanguardia.
Es sin duda otra muestra de que La Legión no se ha quedado anclada en las Guerras de Marruecos, como algunos vocingleros proclaman. Y lo hace dando la cara a un serio y complejo problema cuya solución requiere un adecuado entrenamiento y mantenimiento de la condición física, una alimentación y hábitos de vida sanos y una supervisión facultativa adecuada.
¿Puede alguien dudar de la condición física del conjunto de las unidades legionarias? Los hechos hablan por sí mismos. En todas y cada una de las bases legionarias, incluidas las que se ubican en nuestras plazas de soberanía en la costa norte de África, organizan y pruebas de inusitada dureza y en la que los legionarios participan masivamente: Los 101 kms. de Ronda es la más veterana. La Africana en Melilla y la Cuna en Ceuta, ambas de 50 kms. Y últimamente la Desértica en la Base de Viátor. Por lo demás, La Brigada de la Legión se ha alzado los últimos cuatro años con el trofeo que otorga el Jefe de Estado Mayor del Ejército a la unidad que más se distingue por los resultados deportivos.
La alimentación ha sido una constante preocupación desde los tiempos fundacionales. Como ahora hace el General Jefe de la legión, el Teniente coronel Millán Astray, fundador de la Legión cogió el toro de la alimentación por los cuernos, en una época en la que lo que la asignación que el Estado entregaba a las unidades a tal fin, dejaba mucho que desear. Con imaginación e iniciativa, dispuso el fundador que los legionarios heridos,una vez dejaban el hospital y hasta que se encontraban completamente repuestos para volver a afrontar la vida en campaña, se ocupasen de una granja de la que extraían verduras y carne de cerdo y de cabra, para mejorar la alimentación de los legionarios. De ahí que se popularizase aquella canción:
“Comida sana y abundante
la que dan en el Tercio de Extranjeros
cocinada por cinco o seis mangantes
a los cuales llamamos los rancheros”
Hoy las cosas ya no son así. En los cuarteles de La Legión, como en el resto del Ejército, la alimentación corre a cargo de compañías civiles especializadas que se contratan por concurso público y son supervisadas por las unidades de servicio de los acuartelamientos. De cualquier forma, estoy convencido de que los mandos de La legión habrán encontrado la forma de negociar con tales contratas, una alimentación especializada para aquellos que lo requieran por razónes dietéticas,asistidos por los médicos y por el nutricionista que ha contratado la Brigada
Los profesores e instructores de educación física, de los que la Brigada de La legión está bien dotada, asistirán a los jefes de unidad en programas específicos y progresivos para colaborar con este proyecto integral cuyo único objetivo es la mejora de la condición física de todos y el control del sobrepeso de los que lo padecen o tienden a ello.
El sobrepeso es pues un asunto nada fácil de embridar pero al que la Legión le ha plantado cara con una sola finalidad cual es la mejora de la condición física y por ende, la salud de los legionarios y contribuir a la mejor imagen de la unidad. Lejos están ya aquellos días en los que algún veterano, entrado ya en años y en carnes mostraba tales excesos en uniforme reglamentario confundiendo al conjunto de la población sobre las unidades legionarias y los que ya no pertenecemos a ellas, pero que fieles a su espíritu y su credo, nos agrupamos en torno a las Hermandades de antiguos Legionarios, cuya uniformidad, a tono con la de la Real Hermandad de las Fuerzas Armadas y la Guardia civil consiste en una chaqueta azul marino, pantalón gris y zapatos negros. Eso sí, con la verde camisa legionaria y el chapiri por prenda de cabeza. Eso, que nadie nos lo quite.
Desde estas líneas proclamo mi confianza en que todos legionarios y mandos colaborarán con esta iniciativa por el orgullo de pertenecer a La Legión sin necesidad de coerción alguna. No me resta sino felicitar a La Brigada de La Legión por tal iniciativa.
Adolfo Coloma GB (R) del ET
Blog: generaldavila.com
5 enero 2017