GUERRA EN UCRANIA 11. ARMAMENTO PARA UCRANIA: SEAMOS SERIOS. General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

En Ucrania hay una guerra muy seria en la que Europa (el mundo) está jugándose su futuro. Es una guerra donde se combinan las más avanzadas tecnologías para matar de lejos más y mejor, donde se miden ideologías y orden mundial, y donde se enfrentan voluntades de signo tan distinto como la libertad y la opresión. Nos jugamos mucho. Todo.

Es también una guerra de armamento, de todo tipo de armas, algunas hasta ahora desconocidas y que convierten el territorio bélico en un laboratorio para la industria armamentística y para los ejércitos. Tan importantes son los generales como esa industria.

Ucrania no es una chatarrería que es con lo que parece que alguno la está confundiendo. Si has de dar algo debes seguir la máxima de no dar a los demás lo que para ti no quieres; a no ser que sea al enemigo al que le surtas de tirachinas.

Es una incalificable postura hacerse ver como apoyo al sufrido ejército ucraniano, a su pueblo, en guerra y abrir la chatarrería en un acto de grave irresponsabilidad.

Los que algo sabemos de estas cosas no dábamos crédito al ver en imágenes televisivas a los camiones transportando los arrumbados M113 (TOA,s.) españoles camino de Ucrania para combatir en la guerra. No. No es el material adecuado —como no lo es el BMR para nosotros y que seguimos utilizando…— ni lo son las ametralladoras (AMELI) que hemos enviado ni los supuestos Leopard que están ahora bajo cuidado intensivos.

Todo ello es fruto de algo denunciado por los mismos que ahora alzan los brazos en demanda de seriedad para las Fuerzas Armadas y que jamás se preocuparon de equipar al ejército español adecuadamente. Por ejemplo el Señor Borrell que ahora clama contra Europa: «Confiamos nuestra seguridad a los Estados Unidos y nuestra comodidad y bienestar a Rusia y China, y ese mundo ya no existe». Pues claro y no había que ser ministro ni PESC para darse cuenta. Solo haber hecho caso a los que saben del asunto.

En la guerra la única voluntad que tiene valor es la de vencer para lo que hay que demostrar disposición y firme postura sin engaños para la galería.

La política ensucia aún más la guerra. «Sí se puede». Han tenido el descaro de proclamar y actuar contra toda norma de convivencia y apoyo al necesitado.

Cuando no se puede, nobleza y dignidad obligan a decir «no se puede; hasta aquí puedo llegar, porque no voy a buscar en los cubos de la basura para darte alimentos caducados».

Arreglar el desaguisado de la escasez, antigüedad y poca eficacia de nuestros materiales de guerra no es tarea fácil y por mucho que se haya subido el presupuesto de Defensa no cubre los mínimos necesarios para dar y tomar.

La política enreda la guerra, la hace «sostenible», la prolonga, y las batallas suelen perderlas, en esta moderna forma de guerrear, los políticos y las económicas posturas que están vaciando los depósitos de materiales inservibles y convirtiendo los campos antes de trigo en una gran chatarrería que hará las delicias de los que se dedican a la rapiña del material de guerra.

Lo malo es que hay negocios más macabros, tanto o más que el de chatarrero, que se alimentan a diario: buitres. La Ilíada es terrible antecedente:

«…mientras que, numerosos, los corceles

de cerviz estirada arrastraban

los carros con estruendo crepitantes

vacíos, por los puentes de la guerra,

a la vez que echando iban de menos

a sus aurigas limpios de reproche;

ellos, empero, en tierra yacían,

mucho más agradables a los buitres

que a sus propias mujeres»

(Ilíada. Canto XI. 160)

Aquellos campos antes de trigo y maíz ahora sangran heridos por las chatarra bélica.

No es necesario explicar por qué esas imágenes que hoy protagonizaban las portadas (los TOA,s. españoles camino de Ucrania) no eran las más edificantes para una nación que quiere ayudar a un pueblo en guerra. Cualquier información en la red les explicará que ese material ya no circula por donde la guerra se extiende, no resiste la prueba de pasar por los túneles de Cantabria. La RENFE se ha equivocado; como nuestro Gobierno con el «Sí se puede» y el engaño de una «guerra sostenible». No caben en un conflicto como este. ¿Las quejas al maestro armero?

Si no se puede al menos se tiene la dignidad de decirlo y avergonzarse. Los que antes desvistieron a nuestro Ejército y los que lo ahora lo desvisten. Todos culpables. Por ese gálibo no pasa tanta desmesura.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

7 febrero 2023