EL COMUNISMO SE INSTALA EN ESPAÑA General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

La calle en España siempre ha sido el preludio, de un homenaje o de un crimen, de la paz o de la guerra, el caso es estar en la calle. Ahora ocurre algo inédito cuya respuesta es imprevisible. Sin calle ¿qué será España?

Los datos que el <<Comité Científico>> maneja son espeluznantes. La enfermedad que padecemos se llama libertad. Urge acabar con ella. No se sabe cómo, pero ocurrirá. Los datos lo avalan.

Semana Santa en privado. Ningún rezo en público, ni una saeta al aire. Iglesias cerradas. Solo cerradas. Por ahora. Iglesia que guarda silencio expectante, cartujano y previsor. A veces parece de color tibio.

Feliks Yakovlevich Kon: <<¡Celebramos mitines en una sala en la que están sentadas decenas de millones de personas! ¡Esto es magnífico!>>.

Mitines diarios. Mordaza a los medios, si es que alguno(s) queda(n) libre(s) camino de la extinción. Al resto se le subvenciona la fidelidad. El tiempo que esta dure. Las televisiones son tres y todas del mismo dueño: del poder. Alguna otra hace que reza, pero bajito, no vaya a ser.

<<No hay censura, sino una monitorización de las redes sociales por si hay discursos de odio>> (Fernando Grande-Marlasca. Juez y parte).

Colas en los supermercados. Distancias contagiosas. Desabastecimientos elementales. El papel higiénico se agota, como el papel de la Constitución.

Asusta leer: <<…la declaración del estado de alarma no permite, a su amparo, decretar, como se ha hecho, la suspensión generalizada del derecho de libertad de circulación y residencia de los españoles, medida que solo puede adoptarse en el estado de excepción, como determina el artículo 55.1 de la Constitución […]. La protección de la salud es una finalidad que legitima la actuación de los poderes públicos, por supuesto, y más aún, es una obligación que les viene impuesta, pero ese objetivo solo puede llevarse a cabo a través de las reglas del Estado de derecho. Ambas obligaciones son, y deben ser, perfectamente compatibles>> (El País, 10 abril 2020. Manuel Aragón. Catedrático emérito de Derecho Constitucional y magistrado emérito del Tribunal Constitucional).

Dice también que a su juicio no se ha respetado la Constitución. Grave.

Amenazan con el 128: <<Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general>>. Han aprendido bien en el país caribeño. Aprovechan el momento: Queda aprobado injuriar a la Corona y ultrajar a España. Eso no es odio. Luego se ocupará el Palacio como bien público;  o la segunda vivienda.

La cátedra habla de <<Dictadura constitucional>>.

Economía sumergida; ante la política submarino. Todo a escondidas. Todo  oculto. Trapicheos gubernamentales.

Empiezan por el tuteo y te acaban robando la cartera, según la proximidad paternalista aumenta.

Enjaulados por la ineficacia. Los niños aprenden lo que es la libertad, entre paredes, sin las sonrisas de otros niños. Aprenden a no fiarse de andar entre niños o entre mayores. Todos pueden ser contagiosos de ideas. Educar en prevención: mirar de reojo. Ni del compañero de pareja.

Los mayores son víctimas del triaje por su reprochable edad. Inservibles y caros.

Controles policiales. Todo es policial y controlado. Sin claridad democrática. Carnet o uniforme. Salvoconductos.

Soldados a la calle, a pasear popularidad; de popular. Donde no los quieren se van, los echan y es una huida que su jefe no asume como tal, sino como libertad.

Nadie sabe quién manda. Solo el que todo lo manda. La justicia ha cerrado por defunción; o posible; y lo que es, o no es, justo, nadie lo sabe. Todo articulado en su Código. Solo ellos juzgan sentados en el banco de los créditos a la insolvencia.

Geolocalización. Gran hermano. Movimientos controlados, denuncias, miradas tras los visillos. Venganzas.

Despidos estatales, ellos deciden quién sí, quién no. El futuro de cada uno en sus manos de largos dedos que todo lo tocan.

Los que pueden oponerse se empequeñecen. No tienen alternativa. No saben tomar decisiones valientes en tiempos recios. Cada uno labra su parcela en una lucha feroz y egoísta por las lindes. Poco más que lechugas y algún tomate. Viento sembrado entre las hortalizas. Seguirán oponiéndose a nada. Tempestad.

Surge, y será aún más fuerte, la desconfianza, que es el primer paso para acabar con la libertad.

Mienten. Todos mienten. El que más miente denuncia la mentira, pero él es juez y parte.

Ruina, miseria y miedo; más que miedo.

Miedo a la muerte, pero es peor perder la libertad.

<<El comunismo es una desmemoria. No un olvido, sino la destrucción de la historia, de todo lo que nos recuerde lo que henos sido o venido a ser, para poder imponernos lo que, como una página en blanco que llenarán nuestros amos, vamos a ser, querámoslo o no>> (Federico Jiménez Losantos. Memoria del Comunismo).

Si ven que el barco se hunde, recuerden que Lenin tiró por la borda a Marx. De todo son capaces.

¿Vacuna? Llega tarde. Vamos a ser nada. Querámoslo o no.

Yo, que felizmente soy nada, solo hay una cosa que en estos momentos deseo más que ser nada: equivocarme.

Solo, para ello, veo una solución: dejemos de pensar en lo que puede pasar y pensemos también en lo que podemos hacer.

General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez

Blog: generaldavila.com

13 abril 2020

JOSÉ MARÍA ÍÑIGO Y SOLZHENITSYN. UN SECRETO SIN CONTAR Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Ha muerto hace unos días José María Íñigo, un personaje que forma parte de la historia cultural de todos y sobre todo de la televisión. No voy a hablar del periodista al que no conocí y que vi por última vez en la estación del AVE de Atocha no hace mucho tiempo. Creo que era un magnífico profesional de los que hacen escuela y estilo. Descanse en paz.

Mi aproximación al personaje se produjo a raíz de la entrevista que el 20 de marzo de 1976 le hizo al premio Nobel de literatura Alexander Solzhenitsyn.

Es conocida, aunque poco, la entrevista y sus consecuencias. La inconformista izquierda intelectual (?) española de entonces puso el grito en el cielo. Al denunciar Solzhenitsyn lo que denunciaba y opinar sobre nuestra situación todos los esquemas de esa izquierda se vinieron abajo.

<<Vuestros círculos progresistas se complacen en llamar al régimen existente “dictadura”. Yo en cambio, llevo diez días viajando por España, desplazándome de riguroso incógnito. Observo cómo vive la gente, lo miro con mis propios ojos asombrados y pregunto: ¿saben ustedes lo que quiere decir esta palabra, conocen ustedes lo que se esconde tras ese término>>.

<<No, vuestros progresistas pueden usar la palabra que quieran, pero “dictadura” no. ¡Si nosotros tuviéramos las libertades que tiene ustedes, nos quedaríamos boquiabiertos, exclamaríamos que es algo nunca visto.

Desde hace setenta años, no tenemos ninguna libertad>>.

Se le echó encima la democrática izquierda, cuando con rigurosidad criticaba lo de allí sin olvidar lo de aquí, un occidente colapsado moral y culturalmente. Hubo quien llegó a decir que  mientras existiesen gentes como Alexander Solzhenitsyn <<perdurarán y deben perdurar los campos de concentración. Tal vez deberían estar un poco mejor custodiados a fin de que personas como Alexander Solzhenitsyn, en tanto no adquieran un poco de educación, no puedan salir a la calle>>. Busquen ustedes al intelectual que pronunció dichas palabras. Yo no me acuerdo ni quiero hacerlo.

Solzhenitsyn nació en 1918 en Kislovodsk, Ucrania. Luchó como soldado soviético durante la II GM. Arrestado por criticar a Stalin, vivió, sufrió y describió, en una obra magistral, el terror humano representado y ejecutado a la perfección en los campos de concentración bolcheviques. El libro Archipiélago Gulag le costó la libertad y su expulsión de Rusia.

Desconozco si José María Íñigo llegó a conocer la exclusiva que hoy les cuento. En un momento de su estancia en Madrid, aquel mes de marzo de 1976, se le mandó un aviso para que fuese al Palacio de la Zarzuela ya que el Rey Don Juan Carlos tenía mucho interés en hablar con él. Aquello se gestó con gran prudencia evitando en lo posible que la noticia saltase a la prensa. No sabemos nada de los detalles, aunque no es muy aventurado suponerlos dada la contestación del escritor y la forma de hacerla llegar al Palacio de la Zarzuela; de eso sí que existe documentación que hoy les mostramos en exclusiva en el blog.

La contestación del escritor se realizó a través de una nota manuscrita del premio Nobel depositada en la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Es curioso porque en ella da su dirección y la matrícula de su vehículo.

La nota manuscrita dice textualmente:

<<¡MUY CONFIDENCIAL!

Aprecio (sigue una tachadura) muchísimo y agradezco profundamente la invitación de SM, y hubiera tenido sumo gusto en acudir. Sin embargo insisto en todas partes, y en particular en la conferencia de prensa que siguió a mi intervención en TV, que no soy en absoluto una figura política, sino tan solo un artista, un escritor. Vine a España precisamente a consecuencia de la campaña que se desató contra ella el otoño pasado. Espero que con mi intervención haya contribuido a reforzar la firmeza de los que aman a España. Sin embargo, me temo que mi encuentro personal con SM el Rey tendría una excesiva resonancia y solo debilitaría el efecto de mi intervención pública.

Deseo de todo corazón a SM el Rey tenga el valor de no ceder a la presión de los círculos de izquierdas españoles y europeos y vulnerar el curso gradual de las reformas.

Que Dios guarde a España>>.

Finaliza el texto con la dirección en Suiza y la matrícula del vehículo que utiliza; ZH…

Lleno de tachaduras y correcciones, debido a la traducción de su intérprete, les aseguro que el documento es  auténtico.

Creo que su interés histórico es evidente además de tener vigencia en los tiempos que corren vaticinados proféticamente por Alexander Solzhenitsyn.

Creo también que esta aportación que hoy les ofrezco merece mucho la pena y forma parte de ese mundo de secretos oficiales que morirán sin que hayamos tenido acceso a ellos dejando la historia con alguna que otra muleta.

Les recomiendo por último que lean las páginas 515 a 517 del libro de Federico Jiménez Losantos Memoria del Comunismo para recordar lo que realmente dijo Solzhenitsyn en su visita a España… y que alguno quiere olvidar.

Rafael Dávila Álvarez. General de División (R.)

Blog: generaldavila.com

11 mayo 2018

 

«Imperiofobia y leyenda negra» Melitón Cardona (Embajador de España)

El ser humano que está dotado de una inteligencia excepcional y un bagaje cultural envidiable al que añade un atractivo físico indudable es, ciertamente, una rara avis. Es el caso de Elvira Roca Barea, la malagueña autora de «Imperiofobia y leyenda negra«, un libro voluminoso que lleva 35 semanas siendo de los más vendidos en la categoría de no ficción; en la de ficción es «Patria«, de Fernando Aramburu y más recientemente hay que añadir a esta lista de éxitos de ventas el de Federico Jiménez Losantos «Memoria del comunismo«. Como se trata de libros de más de 600 páginas, el hecho de que se vendan como rosquillas le reconcilia a uno con sus compatriotas y le induce a pensar que no todo está tan perdido como uno está tentado a pensar más de una vez.

Asistí el pasado lunes 29 al almuerzo que organizó el Club siglo XXI (felizmente dirigido por mi amigo y compañero Chencho Arias) con intervención de la profesora Roca Barea y debo decir que hace años que no presenciaba un despliegue de inteligencia, solvencia intelectual e ingenio como el que desplegó la lozana andaluza que ha enseñado en la Universidad de Harvard. Quedé literalmente fascinado por la claridad de sus exposiciones, lo acertado de sus réplicas y el despliegue de cultura clásica con que nos obsequió. No fui el único, como lo demuestra el hecho de que fuera repetidamente ovacionada por los asistentes al acto.

En el turno de preguntas al que se sometió tuvo ocasión de hablar del problema de autoestima de los españoles, de la locura independentista catalana, de la facilidad con la que muchos españoles han asumido  nuestra leyenda negra y de desmontar tópicos como el de la libertad de prensa o religiosa en algunos países protestantes.

En España, uno de los fenómenos más desconcertantes de nuestro tiempo es la generalización de la aspiración a la insignificancia que consiste básicamente en una trasferencia de los horizontes vitales amplios a ámbitos de irrelevancia en los que la gente se siente más segura en su aislamiento provinciano. Esa renuncia entusiasta a proyectos ambiciosos y viables en favor de otros mediocres cuando no inviables es caso digno de estudio. Roca Barea se refirió a ello y no tuvo reparos en criticar el diseño autonómico de nuestro Estado en un país de tendencias centrífugas y a gobernantes que deberían instruirse mucho más antes de entrar en la Moncloa.

Recomiendo vivamente la lectura de «Imperiofobia y leyenda negra»: si el nivel intelectual medio de nuestros políticos fuera siquiera la cuarta parte del de la profesora Roca Barea, otro gallo nos cantaría.

Melitón Cardona (Embajador de España)

Blog: generaldavila.com

4 enero 2018