EFEMÉRIDE ¡MAJESTAD! ¡POR ESPAÑA. TODO POR ESPAÑA! ¡VIVA EL REY! ¡VIVA ESPAÑA! General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

Abdicación de la Corona de Don Juan

14 de mayo de 1977. Se cumplen 40 años desde que Don Juan abdicó la Corona en el Palacio de la Zarzuela. Siempre me pregunté por qué no en el Palacio Real de Madrid.

El momento era trascendente, todo lo era en aquella época, y se hizo con grandeza de miras.

Don Juan fue breve y contundente en su discurso, enormemente cariñoso con su hijo, generoso y rotundo en su mensaje. Un solo deseo y una única dedicación: España. Fueron palabras de un Rey a otro Rey, en este caso un coloquio entre Reyes de España. No es baladí. Una cosa es ser Rey y otra muy distinta ser Rey de España. Concentra todo el acontecer de la Historia Moderna y Contemporánea allende los mares y las montañas.

Don Juan de Borbón condensó en sus últimas palabras el sentido del reinado y la razón de ser de un Rey de España. Son una guía de comportamiento, un manual de reyes, un testamento cada día más actual y con más dificultades de cumplir.

‹‹ ¡Majestad! ¡Por España. Todo por España! ¡Viva el Rey! ¡Viva España!››

Son las que presiden nuestro blog, nuestra fuente de inspiración.

Aquel día quedó olvidada la frialdad de aquel telegrama:

Telegrama de Don Juan a su hijo por su proclamación como Rey de España (Documento inédito)

‹‹Dios te bendiga y buena suerte. Abrazos. Padre››

Lo recibió Don Juan Carlos el día 25 de noviembre de 1975, tres días después de su proclamación y el mismo día en que el Rey concedía un indulto general.

Asistí como ayudante de servicio al último acto oficial de Don Juan, la concesión de la Medalla de Oro de Navarra. Estaba la Familia Real en pleno. Presidía el Rey Don Juan Carlos I. La enfermedad no permitía ya hablar a Don Juan por lo que sus palabras las leyó el Príncipe de Asturias, hoy el Rey Felipe VI.

Tres Reyes, tres Españas. La palabra la escribía Don Juan, la voz la puso Don Felipe y el Rey, Don Juan Carlos, escuchó a su padre en la voz de su hijo. Escrito ya el pasado, asumía el presente escuchando la voz del futuro.

Asistí como ayudante de servicio al último acto oficial al que asistió Don Juan: Concesión de la Medalla de Oro de Navarra

Tuve el honor de estar muy cerca de Don Juan durante sus últimos meses en la Clínica de Navarra. Fue un ejemplo de fortaleza y dignidad, en cada momento, hasta el final. Nunca fue su preocupación la enfermedad, el inevitable sufrimiento. ¡Nunca! Solo hubo una cosa que le preocupaba y repetía a cada instante, ante quien tenía delante: La unidad de España.

Quizá en aquellos momentos recordaba las últimas palabras de su padre el Rey Alfonso XIII cuando junto a su lecho recibió el último mandato:

‹‹Majestad: sobre todo, España››

Este día que conmemoramos y recordamos debe ser una lección y un referente. Las palabras de Don Juan son la síntesis del significado de la monarquía española que solo tiene una razón de ser. Está en las palabras de Don Juan.

Todavía resuenan o deberían hacerlo en los oídos de los españoles. En todos, aunque en algunos más que en otros por la responsabilidad que asumen.

Hoy hace 40 años. Este fue el mensaje:

Por España. Todo por España

¡MAJESTAD! ¡POR ESPAÑA. TODO POR ESPAÑA ¡VIVA EL REY! ¡VIVA ESPAÑA!

General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

Blog: generaldavila.com

14 mayo 2017

8 pensamientos en “EFEMÉRIDE ¡MAJESTAD! ¡POR ESPAÑA. TODO POR ESPAÑA! ¡VIVA EL REY! ¡VIVA ESPAÑA! General de División Rafael Dávila Álvarez (R.)

  1. !! POR ESPAÑA..TODO POR ESPAÑA..!! Magnificas palabras que deberíamos aprender todos los españoles , de bien, sobre todo, los que tienen una responsabilidad política y de servicio a España.
    Que así sea… Buenos días, mi General, domingo. Un cariñoso saludo.

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  2. Buenos días, mi General y a todos los presentes:
    ¡Por España, siempre, allá donde se esté!

    A sus ordenes, mi General.

    Víctor.

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  3. Su devoción por D. Juan le honra, mi general, y hace honor a la “devotio ibérica” que ya admiraron los historiadores romanos.
    Su pregunta del porqué la renuncia de D. Juan a la Corona tuvo lugar en el palacio de la Zarzuela, y no en el palacio Real. está claramente explicado en el libro de Torcuato Fernández Miranda “Lo que el Rey me ha pedido” (aunque “oficialmente” los autores son sus hijos Pilar y Alfonso queda claro en su lectura que el autor es Torcuato, con el encargo a sus hijos de que no lo publicaran hasta después de su muerte)
    Pues bien, Torcuato Fernández Miranda, tiene un importante desencuentro con el Rey, precisamente, por ese motivo. La renuncia del pretendiente a sus derechos dinásticos -que no abdicación, pues ni era rey ni lo había sido nunca- debía ser un asunto doméstico del Jefe de la Casa Real y por ello tenía que ser en el “domicilio” y de forma privada, pues D. Juan Carlos había recibido la legitimidad de las instituciones “franquistas” -de la ley a la ley- esencia de la transición y de la reinstauración de la Monarquía.
    La pretensión de que la legitimidad de la nueva monarquía, emanara de la “abdicación” de D. Juan en la persona de su hijo, suponía dinamitar toda la operación política tan hábilmente urdida por Torcuato Fernández Miranda. Y D. Torcuato, que era muy inteligente y tenía una gran ascendencia sobre D. Juan Carlos desde que fuera su profesor, pudo convencerle -no sin vencer una notable resistencia- de que plantear una “abdicación” (por fuerza de ley ficticia) era letal para España y para la Corona.
    Precisamente esa obsesión por negar el hecho de que la legitimidad de la monarquía actual, tiene su origen en la evolución del Régimen de Franco (sin duda con el fin de hacerse perdonar por los “antifranquistas” que además son antimonárquicos) es una bomba de relojería para la Corona y para el régimen constitucional.
    Como muy bien sabe mi general, las Cortes constituyentes de la República, con fecha 26 de noviembre de 1931, declararon al Rey Alfonso XIII degradado de todas sus dignidades, derechos y títulos, de los que se le declara decaído, SIN QUE PUEDA REIVINDICARLOS JAMÁS NI PARA ÉL NI PARA SUS SUCESORES. Y es precisamente el general Franco -en la nueva legalidad surgida del 18 de julio- quien restituye sus derechos mediante ley de la Jefatura del Estado de 20 de diciembre de 1938.
    Por ello, la ley 52/2007 (mal llamada de la Memoria Histórica) -sancionada por S.M. el Rey Juan Carlos- es una bomba en la santabárbara del régimen constitucional y de la propia monarquía. Cortar la mecha, derogando la ley antes de que explote, es tan imprescindible para la Corona como para la Constitución de 1978. Flaco favor se hace a ambas poniendo en entredicho el origen “franquista” de la actual monarquía constitucional.

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  4. Poco puedo yo aportar a las acertadas palabras del general, que hace una narración con tino, o mejor dicho, de tirador selecto. Fue un acto de prudencia, gallardía y mesura; cada uno estuvo en su sitio, cumpliendo con el deber que el destino le había condicionado; moderadamente, perfectamente y disciplinariamente, como no podía ser de otra manera. Me emocionó mucho presenciarlo, y todavía me emociono cuando lo vuelvo a ver.

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