«En este salón hay un estand manchado de sangre». “Fuera el Ejército de la escuela”. Son algunas de las frases que se podían leer en las pancartas que portaban las viejas juventudes de Arran en el estand de las Fuerzas Armadas del Salón de la Enseñanza de Barcelona.
Conviene saberlo y divulgarlo. Darle la importancia que tiene y no mirar para otro lado. La libertad de expresión es hoy una cosa y mañana otra. Depende; todo depende. La justicia europea sentencia que quemar fotos de los reyes es libertad de expresión. El Tribunal Constitucional español lo vinculó con el discurso del odio y la violencia. Alguno de los magistrados faltó a clase el día que explicaban eso de la libertad de expresión. ¿Los del Constitucional español o los justicieros europeos? Por cierto estos justicieros a continuación han sentenciado que la marca de restauración española “La Mafia se sienta a la mesa” es contraria al orden público. Los mismos que acaban de condenar al Estado español a pagar por trato inhumano y degradante a unos etarras. Y entre los justicieros un español.
Europa es así: “Así, puesto que eres tibio, y no frío ni caliente…”.
Decía la pancarta de las repugnantes viejas juventudes de Arran: “En este salón hay un estand manchado de sangre”. Un escalofrío me ha roto el espinazo. Ese que jamás vamos a doblar.
¡Cabrones!… Me ha salido del alma. Espero que sea libertad de expresión, aunque me quedo corto con la expresión.
Roto el espinazo y el corazón cuando he recordado la sangre, sí, la sangre de nuestros soldados, entregada con nobleza y desinterés por un mundo en paz, por nosotros y por ellos, por los que les abrazan y por los que les rechazan e insultan. Mucha sangre derramada estos últimos años para que se pueda admitir un insulto de tanta bajeza, tan ruín, y que no se haga nada. No sé si es porque no se puede o porque no se debe, o quizá porque no se quiere. ¿Libertad de expresión? Nunca he oído un insulto tan feroz y que tanto me haya dolido. Si esto se permite es que ya da igual todo. Los jueces dirán lo que la ley les marque, pero: “En este salón hay un estand manchado de sangre”, no es un insulto, ni libertad de expresión, sino una ofensa inaguantable y por la que los servicios jurídicos del Ministerio de Defensa, los abogados del Estado o quien sea, debería estar -¡ya!- denunciando. Hay mucho sacrificio y vidas entregadas por nuestros soldados para que semejante villanía se permita. Los militares ajenos a los insultos seguían atendiendo a los miles de jóvenes que se han acercado a interesarse por la carrera militar y por sus misiones. ¡Viva España! Se les oía gritar ante los insultos.
Pero los soldados, que sienten el deber, la Patria, el sentimiento de su razón de ser, hoy estarán rotos de dolor e ira ante semejante ofensa a la que no pueden ni deben responder. Malo sería que esto quedase así y nadie responda por ellos. Ya se sabe que en tiempo de sedición hasta el malvado obtiene honores.
Mientras buscaba la frase adecuada para suavizar la ofensa y enderezaba mi roto pensamiento, he recordado una portada de ABC de hace unos años, 1983. Hubo unas tremendas inundaciones en Bilbao. Allí estaba el Ejército y la Guardia Civil. Más de 13.000 efectivos. Se cumplen en agosto 35 años.
El gran Mingote, militar, publicó una de sus viñetas que resumía la situación. Un guardia civil, podría ser un soldado, llevaba a la espalda en medio de las aguas a un ciudadano vasco al que estaba rescatando.
Esa misma viñeta fue portada del ABC cuando en octubre un guardia civil fue asesinado por ETA en Rentería. A la viñeta le acompañaba en esta ocasión un titular que lo decía y dice todo: “Han matado a este guardia civil”.
¿Cómo podemos soportar que alguien porte una pancarta de incendiario odio contra los militares en la que se lea?: “EN ESTE SALÓN HAY UN STAND MANCHADO DE SANGRE”.
Perdón, pero no puedo terminar de otra manera: ¡Cabrones!
General de División (R.) Rafael Dávila Álvarez
16 marzo 2017
Blog: generaldavila.com
Casi a diario desayuno leyendo este blog, siempre aprendo algo y me permite tener otra visión sobre el asunto del día, hoy la visión es plenamente coincidente, alguien tiene que hacer algo y no son los soldados.
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Gracias don Emilio por leernos y por su comentario. Cordial saludo
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Cabrones es un piropo inmerecido. Su nombre y calificativo es otro. Gracias por denunciar mi general y esperemos que la señora Cospedal y la presidenta catalana (Soraya SdeS) hagan algo.
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Mi respetado y querido general: Ese ¡¡¡cabrones!!! que no ha conseguido reprimir me ha levantado la moral. Y me ha alegrado el desayuno.
Que V. E., tan ecuánime, no haya podido evitar el exabrupto, levanta la moral de los soldados a los quienes la «pluma no embota la lanza»
Esta mañana, mientras leía su magnífica entrada, escuchaba también en la radio a un comunicador diciendo algo que yo hace mucho vengo diciendo: «La derecha española solamente reacciona cuando está ante el paredón»….
Por otro lado España no debe, ni puede, tolerar que aberrantes ingerencias de supuestos «organos de justicia europeos» dictaminen que el quemar una foto de los reyes es «libertad de expresión»…. u obliguen a indemnizar a unos asesinos.
La amistad y convivencia entre los pueblos está muy bien, al igual que entre las personas: pero una cosa es que el vecino se tome un café en casa del vecino…. y otra que se piense que por ello ya tiene derecho a «tirarse» a su mujer.
Por encima de la disciplina -y la consecuente obediencia- está el honor.
De todas formas, para conocer el «origen de fuegos» hagamos una prueba: neguemos en público el «Holocausto» y pidamos que se indemnice a las víctimas de los bombardeos con fósforo blanco de Dresde.
Me gustaría ver a la «justicia europea» dictaminando que mofarse del «Holocausto» es libertad de expresión….
La eterna ley del embudo.
Y no olvidemos que al fraternal vecino, de vez en cuando, se hace imprescindible pararle los pies.
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Gracias amigo
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yY YO LO SUSCRIBO TOTALMENTE MI GENERAL : CABRONES!!!!!
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Mi querido General, hoy suenan tambores de guerra. No creo que sea una exageración.
En todo caso son los preludios. La intolerable provocación con todo lo que , los enemigos de España, saben no sean rendirán en el cumplimiento de su deber frente a ellos.
Los insultan, pero, lo sabe usted mejor que yo, no insulta quien quiere sino quien puede.
Vivimos tiempos muy conflictivos.
Los de siempre vuelven a intentar dominar nuestros pensamientos, nuestros ideales.
Solo hay que haberlos visto ayer en el Congreso. Defendiendo a los asesinos descerebrados, porque los niños, las mujeres, no les importa. Si los violan, si los matan, hay que reintegrar a la bestia. La vida de los demás nada importa.
Mi General somos muchos los que sentimos a España y nos sentimos orgullosos de nuestro Ejército, de nuestras fuerzas del orden.
Y que no olviden esos marginales que no caer en la provocación no significa permanecer indefinidamente en la inacción.
Mi absoluta solidaridad con mi Ejército, ejemplo sublime de entrega y sacrificio por mi España.
Esa gentuza ladra. Sigamos cabalgando.
Un cordial saludo, mi General.
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Un abrazo
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Saludo y fuerte abrazo
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A las órdenes de V.E., mi General.
Pues un servidor, que recuerda perfectamente aquellas inundaciones en Vascongadas en medio de la vorágine de plomo de ETA que en aquellos años estaba en el paroxismo de la locura en cuanto a cantidad y frecuencia casi diaria de asesinatos de Guardias Civiles y miembros del Ejército de la más alta categoría y empleo, todos «de Coronel para arriba», conserva su calificativo particular que ahora aplica a esta gentuza, escoria del género humano. Y ese calificativo no es precisamente el de «hidalgos» sino el de «hijos de otra cosa». Porque la diferencia reside en que esto que digo es algo con lo que se nace y ya no pueden vivir sin ello, y lo otro es más accidental y normalmente involuntario (aunque entre ellos también) y cuando se enteran ya es demasiado tarde y no pueden borrar ese árbol genealógico. Cuando he visto a la alcaldesa de Barcelona insultando personal y directamente a los Jefes Militares de la exposición diciéndoles que no son bienvenidos, he sentido tal repugnancia e indignación, que me habría gustado haber estado allí para haberle respondido.
¿Cómo podemos abrigar la más remota esperanza de que se recobre la cordura y se aplique la Ley que debe protegernos a todos, si no se es capaz de hacerlo, y lo que se hace es tan tibio que para lo único que sirve es para empeorar la situación, ante el desafío secesionista?.
Nunca consentí que en mi presencia se dijera, ni de broma, lo más mínimo que pudiera ser ofensivo para el Ejército, cosa bastante frecuente en mi entorno a finales de los años setenta y principios de los ochenta, aun no estando ya en el servicio activo de uniforme. Y cuando surgía algún caso, lo cortaba en seco, por las buenas o por las menos buenas. Pero se zanjaba la cuestión y en lo sucesivo, el mismo, desde luego, no lo volvía a intentar. Hay que decir, en honor a la verdad, que tampoco faltaba quien se ponía de mi parte y hacía causa común.
¡¡¡VIVA ESPAÑA Y SUS EJERCITOS!!!
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Estimado general Dávila:
No se puede esperar otra cosa de esta chusma de Arrán, radicales entre los radicales de los golpistas del procés…Son compadres y compinches de la canalla de Batasuna y demás grupúsculos políticos etarras, y en muchas ocasiones habrán celebrado con champán la sangre derramada por los militares, policías, guardias civiles y otras víctimas civiles, en los viles atentados cometidos por sus amos y señores, la banda terrorista ETA.
Un cordial saludo de su fiel seguidor
Delfín Puente.
¡Santiago y Cierra España!
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Muy agradecido y nuestro afecto
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Gracias doña Josefa
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Responder desde la impotencia de no poder ni deber hacer más es cuando menos frustración ..
Ponernos a la altura de estos impresentables no entra en nuestra profesión,estamos por encima de estos personajes tristes y poco honorables.
Un saludo
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El refranero español es muy rico y se me vienen un par de refranes a la cabeza: «A palabras necias, oídos sordos». «No ofende quien quiere, sino quien puede».
Claro que el estand está manchado de sangre. La sangre de los soldados españoles que a lo largo de siglos y siglos han dado su vida por esta gran nación llamada España. Hombres y mujeres que no han dudado en cumplir con su deber para con su Pátria, hasta llegar a las últimas consecuencias y morir por España.
En cuanto a estos desgraciados de Arran, están rabiosos porque saben que su República Catalana de pacotilla se les ha ido al garete. Pensaban que el pueblo español no iba a reaccionar ante su intento de golpe de Estado y se han encontrado la sorpresa de un pueblo que se ha echado a la calle a defender su Pátria. La bandera española ha lucido en miles de balcones. Querían mambo y lo han tenido, aunque no el que ellos se esperaban. Y lo van a seguir teniendo, porque millones de españoles no vamos a dejar que rompan nuestra Pátria. No vamos a permitir que destrocen esta gran nación llamada España. Una nación forjada a lo largo de siglos por gentes que no han dudado en derramar su sangre por ella.
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Siempre a sus ordenes mi General y buenas noches a todos/as.Me gustaría ver en Estrasburgo la libertad de expresión tanto en el país vasco como en Cataluña.si a mi se me ocurre en Bilbao si yo me pongo a quemar una foto de Otegui, O en las ramblas si quemo una foto de puigdemon.(directamente estoy muerto).Que interpretación de libertad de expresión tendrían conmigo?. Y recordando las inundaciones del país vasco yo perdí a un grandísimo amigo guardia civil en llodio,lo siento pero no puedo seguir escribiendo.¡¡¡VIVA ESPAÑA,VIVA EL REY Y VIVA LA LEGION!!!.
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¡Viva!
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Mi General, se queda corto en esa afirmación de llamarles ¡¡ CABRONES !! (que lo son), yo con su permiso les llamaría también, miserables y cobardes y algo más pero por respeto me abstengo de reflejarlo aquí.- ¡¡ VIVA ESPAÑA – VIVA LA LEGIÓN – VIVA LA GUARDIA CIVIL !!
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Cuando está mañana leí su tan magnífica como justamente indignada entrada, Decidí contenerme y esperar por dos razones:
Primero porque escribir con la sangre encendida suele conducir a expresiones de las que luego nos arrepentidos porque nos aproximan a la chusma que nos provoca y nosotros somos soldados y caballeros.
La otra razón era esperar a que se produjera la esperable reacción de la cúpula ministerial o la de Mando. A estas horas ni una ni otra, que yo sepa, se han pronunciado y no hay razones para pensar que lo harán.
Por todo ello, a estas horas, aunque la indignación visceral está controlada, el dolor por la soledad de España y sus Ejercitos es inmenso. Duele terriblemente esta horfandaz; pero, a la vez, ese dolor nos remueve y nos hace ponernos en pie para decirles serena pero muy firmemente a los enemigos de España que nuestra sangre, como la de quienes nos precedieron y los que ahora nos relevan, siempre está lista no para manchar, sino para honrar y, por supuesto, defender la presencia y el honor de nuestros Ejércitos en cada rincón de nuestra amada Patria.
¡¡VIVAN LAS FUERZAS ARMADAS!!
¡¡VIVA EL REY!!
¡¡VIVA ESPAÑA!!
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Se les puede llamar alimañas carroñeras…eso los describe con bastante precisión y no se ensucia uno la boca, y además me encantaría llamárselo en su cara.!!! LIBERTAD DE EXPRESIÓN PARA TODOS, CARAMBA!!!
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Cabrones y algo más. Mejor sería decir mucho y mucho más. La indignación me impide seguir. Otro día será. Saludos General Dávila.
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Saludos amigo
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Mi General, te conozco hace cincuenta y cinco años y ese ¡cabrones!, al que me sumo me hace ver claramente tu estado de ánimo, como no podía ser menos ante semejante ofensa a lo que queremos y en lo que creemos.
Dice tu amigo Alfonso Ussía que «Hablar con tacos y decir venablos está muy bien siempre que sea oportuno y no se tenga vergüenza por la oportunidad.
A tus órdenes, un abrazo
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Mi General,
En su artículo, TODO POR LA PATRÍA, vuecencia se preguntaba retóricamente: ¿cuanto durará?
Permítame, añadir, en un plazo no muy breve, esto será constitutivo de delito.
La alusión que vuecencia hace a nuestra mascota hermana, más querida, el cabrón, se sitúa infinitamente por encima de las alimañas que hoy anidan. Su sola definición es suficiente: ovino de cuerpo esbelto, ágil, veloz, pelo fuerte.
Ni el propio Estado, al completo, iguala esta bella definición: cuerpo esbelto, ágil, veloz y fuerte.
– Francisco de Javier
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Gracias Juan y con toda mi amistad y compañerismo recibe un fuerte abrazo. Nos entendemos a Dios gracias bajo el mismo Credo.
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Sumarísimo (cabrones)
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